El sabor de la vida

*Un placer para la vista y el paladar

A fuego lento, título español de La passion de Dodin Bouffant, es la última película del guionista y director de cine vietnamita Tran Anh Hung. En 1993 realizó el interesante largometraje “El olor de la papaya verde”, al que siguieron “Cyclo” (ganador del León de oro), “Pleno verano”, “Vengo con la lluvia”, “Norwegian Wood” y “Eternity”. Su nueva película tiene un largo comienzo primoroso entre fogones, donde Eugénie, Juliette Binoche, elabora prodigiosos platos ayudada por Pauline, Bonnie Chagneau-Ravoire, y por Violette, Galatéa Bellugi.

Desde el principio A fuego lento, como su título avanza es una muestra de gastronomía creativa y delicada, en la que desde hace veinte años Eugénie trabaja desde el año 1885 para el famoso gourmet Dodin, conocido como “El Napoleón de la cocina”. A lo largo de su extenso metraje destaca la excelente fotografía de Jonathan Ricquebourg, que es un gran placer para los sentidos solo echando en falta poder percibir los aromas para alcanzar el goce total.

La gran cocinera desarrolla su gran maestría práctica con una naturalidad y diligencia magistral, quedando en segundo término las habilidades gastronómicas de su jefe Didon, Benoît Magimel. De ritmo lento, el tempo de la película ayuda a saborear cada plano repleto de coloristas y tradicionales platos de la cocina.

*Repertorio de buenos sabores y actuaciones

Eugénie es una mujer trabajadora y atractiva así como muy independiente, por lo que nunca ha querido casarse, teniendo una personalidad tranquila y risueña. Hay una admiración mutua entre ella y su jefe, el célebre chef Dodin, que se ha ido forjando y creciendo con el paso de los años. Sin embargo, entremezclados los sentimientos con la atracción, ella nunca ha querido formalizar una relación con Dodin.

El guion de Tran Anh Hung muestra con delicadeza de manera sutil las actitudes y sentimientos de los protagonistas principales, mientras siguen la sabia y laboriosa preparación de cada plato. Transcurren las horas con la elaboración de exquisitos platos como el Vol au vent, el pavo con trufas, el port a feu o el delicioso postre llamado la tortilla noruega entre otras delicias culinarias.

La trama de A fuego lento se complementa con la tenue relación entre ambos que insinúa dejando entrever, pero sin plasmar de forma totalmente cerrada el vínculo entre ellos. El argumento sigue su ritmo pausado aderezado con la preparación de comidas por encargo, para satisfacción de la degustación por un grupo de cinco amigos cercanos a Dodin, asiduos a la buena comida.

Mientras tanto siguen llegando encargos para sibaritas diversos, incluido un misterioso heredero Príncipe de Eurasia, muy exigente y excéntrico, retando las habilidades culinarias del establecimiento donde Eugénie es la reina de los fogones. Correctas interpretaciones de los personajes principales y secundarios, donde destaca la naturalidad de la gran actriz Juliette Binoche.

*Noches de puertas abiertas

Entreverada en ésta comedia gastronómica, está la relación incipiente romántica entre Dodin y Eugénie, que de manera latente va aflorando. Distintas incidencias surgidas van poniendo la sal y pimienta a la acción, complementada con las variadas y sustanciosas especias que hábilmente dosificadas por el guionista y director vietnamita Tran Anh Hung dan sabor a A fuego lento.

Una delicia de comedia romántica gran gourmet, que podrá satisfacer a paladares exquisitos, dispuestos a disfrutar de la buena comida y bebida, junto al amor y los mejores sentimientos. Tal como se dice en A fuego lento, recordando a San Agustín, “La felicidad es seguir deseando lo que ya se tiene”. Al igual que en la vida lo más placentero es sencillo, estando al alcance de cualquier persona que sepa disfrutar.

Cuando acabamos de ver A fuego lento, estamos deseosos de compartir una exquisita comida con buen bebida y estupenda compañía. Ésta comedia transmite alegría, ternura y ganas de vivir, a pesar de los sinsabores y los problemas. Destacamos la última secuencia con una toma de plano circular a trescientos sesenta grados que simboliza y cierra la película de manera acertada.

Tal vez podamos poner un pero, su ritmo lento y excesivo metraje que podría haberse acortado hubieran hecho aún más brillante la comedia, que sin duda gustará a la mayoría de públicos diferentes.

*Conclusión

A fuego lento, es la última película del guionista y director vietnamita Tran Anh Hung realizada en 2023. Comedia romántica ambientada en 1889 que narra la relación entre una cocinera prodigiosa, Juliette Binoche, y el prestigioso gourmet para quien trabaja.

Una fotografía excelente hace disfrutar de la continua elaboración de delicados y deliciosos platos mientras la muy independiente cocinera Eugénie y el gourmet Dodin mantienen una relación de admiración y atracción mutua.

Un placer de imágenes para todo tipo de paladares que deseen disfrutar en pantalla grande con el gran tándem protagonista.

Escrito por Fernando Gálligo Estévez

El nuevo trabajo del cineasta vietnamita afincado en Francia Tran Anh Hung cuenta una historia que se desarrolla a finales del siglo XIX, y que tiene como protagonistas al mundo culinario (menos mal que la vi después de comer) y a un cocinero de renombre.
Han pasado 30 años desde que el director filmara el que ha sido su gran éxito internacional, "El olor de la papaya verde", que logró la nominación al Óscar en la categoría de película internacional, en el año en el que la ganadora fue "Belle epoque" de Fernando Trueba.

La película tuvo su presentación en la pasada edición del Festival de Cannes, en donde ganó el premio a la mejor dirección. Hace unos días ha sido elegida, de manera sorprendente, para ser la que representará a Francia en los Premios Óscar 2024, dejando fuera a ganadora de la Palma de oro en Cannes "Anatomía de una caída". En el de Festival de San Sebastián fue la película de clausura de culinary cinema, en donde fue premiada como la mejor propuesta de esa sección.

El arranque es magnífico, durante el proceso de elaboración de unos platos, en donde el director demuestra su talento en el movimiento de la cámara.
La primera mitad es bastante interesante, ya que además de centrarse en el mundo de la cocina, va introduciendo diferentes asuntos secundarios que a priori son interesantes, además de tener una atmósfera de fondo en donde, como dice el título en español, parece que hay algo que se está cociendo a fuego lento.
Pero la segunda mitad es decepcionante, ya que tenía todos los elementos para haber sido una gran película teniendo en cuenta lo planteado anteriormente, además de que creo que se toma una mal decisión en una situación clave en el desarrollo de la parte final de la historia.

Pese a todo ello, se agradece este tipo de películas que al menos no aburren, aunque quizás su metraje sea excesivo, y que se ve con agrado porque tiene una gran ambientación de época, y en el fondo es una película deliciosa, aunque la historia es bastante convencional y poco arriesgada para lo que podría haber sido.
Si a todo ello sumamos las grandes interpretaciones de Juliette Binoche, una más de la excelente actriz francesa, y sobre todo de un Benoît Magimel, que está intenso y creíble como Dodin Bouffant.
Una de las películas más fáciles de recomendar a casi todo tipo de público de las que pude ver en el Festival de San Sebastián, en especial a los aficionados al cine de época o al mundo de la cocina.

LO MEJOR: La dirección artística. El diseño de vestuario.
LO PEOR: La segunda mitad pierde interés, y la parte central es bastante monótona.

Hoy me toca llevar la contraria. Esta película me deja una sensación amarga; todo el aspecto artístico y técnico parece impecable, pero es aburrida hasta el dolor. Y fui a verla con ilusión, estimulado por las críticas favorables, y en buena compañía.

Reconozco que los problemas existenciales de la clase burguesa no me atrapan; las disertaciones sobre delicias culinarias trufadas de comentarios pedantes me son difícilmente soportables. La cinta presenta maravillosas estampas de la actividad de los protagonistas en la cocina, con una larga escena inicial de introducción en la cual son seguidos por la cámara, mostrándonos la agitación previa a un banquete, al tiempo que nos enseñan cada uno de los platos del menú.

Inmediatamente, la película se ralentiza, ¡y de qué manera! Tras media hora de diálogos cargantes y alguna estampa bucólica, perdí el interés en lo que ocurría en pantalla, fantaseando por momentos con que apareciese un Stallone u otro de ese perfil, y de una ráfaga se cargase a ese manojo de pretenciosos e insufribles personajes.

Y no creo que sea cuestión de verla con ojos contemplativos. Billy Wilder decía que sus tres mandamientos en el cine eran: no aburrir, no aburrir y no aburrir; A fuego lento se pasa por el arco del triunfo los tres.

Dodin Bouffant (Benoît Magimel), es un chef ficticio que vive en una gran casa solariega con huertas dónde cocina para “personas importantes” y cuenta con la ayuda de una maravillosa cocinera, que es Eugenie, una encantadora Juliette Binoche, que da a su personaje toda el misterio, encanto y atracción que sólo ella sabe hacer. Hay química entre Benoît y Juliette, no en vano fueron pareja unos años.

Tran Anh Hung, el director (franco-vietnamita), hizo el “olor de la papaya verde”, una película que me gustó mucho. Luego llevó al cine la adaptación de Murakami de Tokio Blues, que aún no he visto.

La película es extremadamente barroca, otoñal, preciosista y gastronómica. Todo eso combinado es un cocktail explosivo siempre y cuando uno ame este mundo. Para no amantes de la gastronomía clásica, o personas que busquen un argumento entramado no es la película.

Está situada en el siglo XIX, un momento gastronómico situado entre dos grandes genios de la cocina francesa, Antonin Carême y Escoffier. Es a Carême a quién Eugenie sigue a pies juntillas, pero será Escoffier el que marcará las nuevas tendencias y los sueños de Bouffant. Entre los dos, son una combinación imbatible que tiene a sus compañeros de mesa totalmente hechizados. En un momento dado, como línea argumental, un príncipe euroasiático invita a Dodin a un menú que dura 8 horas… y él trata de crear otro en respuesta que esté a la altura de la gastronomía francesa, tratando de resaltar la sencillez de sus platos más icónicos con una técnica gastronómica que desmaye. Ahí resalta el pot-au-feu, un estofado de carne y verduras, popular entre la gente y que encontramos en el título original de la película (The Pot au Feu).

La esencia de lo que es la gastronomía, es decir la Gastronomía como cultura, nos habla de referentes como tener una memoria gustativa, de ser un personaje vivido para apreciar sabores concretos, del talento en saber disfrutar, en saberse dejar llevar por las emociones cuando algo satisface nuestros sentidos, del talento para combinar vinos y alimentos, del placer de ver y dar de comer, del placer de saborear grandes creaciones, del sentir el sabor de los platos en nuestro cerebro y despertar emociones. Poca luz, casi siempre a la luz de velas o brasas, dorados de atardecer, y oscuridad de pasillos. Tanto que cuando salimos al exterior, la luz nos ciega, como si saliéramos de un encierro voluntario viendo como se cocinan con esmero y profesionalidad deliciosos platos que uno quiere probar YA. No en vano está la mano del chef Pierre Gagnaire, del restaurante que lleva su nombre con 3 estrellas Michelin. Todos los platos que salen fueron elaborados y son reales.. madre mia, quiero probarlos casi todos.

La única nota discordante para mi, es estar oyendo constantemente la respiración fatigosa de Dodin, como un efecto de sonido que marca un cierto estrés, nerviosismo o cansancio. Pero es maravilloso como transmite esa pasión por Eugenie, que uno no sabe si la ama como mujer o la ama como cocinera. Y uno no sabe cómo la satisface más, si con sus creaciones o con su amor.

Es una película bien realizada, muy bien interpretada, con buena fotografía y muy buena dirección artística.
Tiene un estilo lírico … pero irreal , como un cuadro estéticamente bonito pero absolutamente surrealista, algo pedante, apasionada pero una entelequia misteriosa.

El tema es la cocina y vida de un cocinero famoso en la época en la que se sitúa.

A mí se me ha hecho lenta y me sobran metros de cinta.