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El lobo de Wall Street

Comedia. Drama Película basada en hechos reales del corredor de bolsa neoyorquino Jordan Belfort (Leonardo DiCaprio). A mediados de los años 80, Belfort era un joven honrado que perseguía el sueño americano, pero pronto en la agencia de valores aprendió que lo más importante no era hacer ganar a sus clientes, sino ser ambicioso y ganar una buena comisión. Su enorme éxito y fortuna le valió el mote de “El lobo de Wall Street”. Dinero. Poder. Mujeres. ... [+]
Críticas 565
Críticas ordenadas por utilidad
3 de enero de 2015
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Esta semana tenemos en la cartelera una película única, de esas que hay que ir a ver en pantalla grande sí o sí. Os digo esto porque ayer pude disfrutar de la nueva película de Martin Scorsese, y sí, es su mejor película desde Casino en 1995. El Lobo de Wall Street es una película apabullante que no te deja respirar ni un momento en sus casi tres horas de metraje.

En este nuevo film el director ha disfrutado de esa libertad total que siempre deberían tener los maestros pudiendo mezclar en su narración los diálogos con la voz en off o, utilizar indistintamente, anuncios de bancos o de teletienda con la televisión de la época, ect. Al otro lado, delante de la cámara esta la otra clave de la película, Leonardo Dicaprio, el hombre que acapara totalmente el film, el lobo, adicto a todo lo posible, totalmente espectacular y desbordado nos da, sin duda, su mejor interpretación. Ambos, Scorsese y Dicaprio, son los únicos productores de la película por la que estuvieron reuniendo la financiación suficiente durante casi cinco años para poder hacerla libre de cualquier presión, y el resultado se nota.

La historia, narrada por DiCaprio, cuanta la ascensión de un don nadie hasta la cima más rica del mundo, Wall Street. Drogas, sexo, dinero, lujos y todo tipo de excesos pueblan el film a raudales, como nunca los habréis visto. Un director novato con aires de rebelde usaría la mitad de estos elementos para provocar y hacerse el “enfant terrible” pero Scorsese no es así, es un maestro de las narraciones que empiezan al máximo y nunca retroceden superando la barrera del ritmo narrativo hacia la locura, brillante locura.

Personajes secundarios únicos como el de Jonah Hill, que demuestra que es una de los mejores secundarios de Hollywood, y el de Margot Robbie, mujer de una belleza apabullante que firma su salto al estrellato, no hacen sino sumar al personaje de un DiCaprio en continuo éxtasis de locura, derrochando energía para llenar diez películas más. Es cierto que la narración de Scorsese recuerda a la de Casino y Uno de los nuestros pero, al contrario que en estas donde te relataba con más intereses el funcionamiento de esos sangrientos negocios, en esta se centra en el desenfreno de sus protagonistas. La droga, la locura, las fiestas y bacanales, que en sus anteriores obras maestras era algo secundario, aquí ocupa el centro del film. De esta forma, la película se erige como un duro retrato del sistema financiero de Wall Street que en unos años causaría la crisis económica mundial que nosotros aún vivimos.

Escenas tan excéntricas como las de la canción de Matthew McConaughey o la sobredosis de droga caducada sirven además de aliciente cómico a la película que está llena de risas además de simple y arrolladora energía. Unas conversaciones increíbles con mucho humor y la más rastrera (en el buen sentido) de las filosofías pueblan un gran guión escrito por Terence Winter, de “Los Soprano”.

Como Tony Montana en la Scarface de Brian de Palma, Jordan Belford, increíble personaje real autor del libro en el que se basa la película, quiere ascender rápido hasta la cima y sabe cómo hacerlo, las consecuencias no le importan ni se permite creer siquiera en que las habrá.

No se dejen engañar por lo fácil, es una película enérgica y de excesos, muy divertida y de cuyas tres horas no sobra ni un segundo, pero también tiene mucha mala baba. Solo de pensar que esto pasa de verdad, aunque sea en menor medida es ya muy chocante, el sistema está podrido y el dinero lo domina a todo y a todos porque es la más grande de las drogas a la que el mundo entero está enganchado. Pero, ¿hay una mejor manera de vivir que la de Jordan Belford?

Ganadora ya de varios premios y con cinco candidaturas para los Oscars, puede que esta película no arrase en premios este año pero si arrasará su mente dejando varias de las mejores imágenes de la carrera del director neoyorkino grabadas en su retina.

“Véndeme este boli y te haré millonario”.

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wilder marx
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13 de marzo de 2015
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Otra gran obra del dúo Scorsese - Di Caprio, quienes parecen entenderse a la perfección. Esta vez sobre la vida de Jordan Belfort, todo un mito de Wall Street: alguien carismático, audaz, codicioso y con gran debilidad por las mujeres y las drogas. Un tipo extremadamente exitoso en los negocios que puso en jaque al mismísimo FBI.

El lobo de Wall Street posee una historia interesante y grandes interpretaciones, tanto de los actores principales como de los secundarios. Leonardo Di Caprio es sin duda la piedra angular del film, encarnando un personaje audaz, elocuente, divertido, enamorado del riesgo, juerguista y tremendamente ambicioso. Di Caprio demuestra que ha llegado a su madurez profesional de la mano de un director que sabe sacar lo mejor de él.

A lo largo de todo el film Di caprio protagoniza algunas conversaciones dignas de mención por el alto voltaje y la autenticidad que poseen.

El único defecto de la película estriba en su duración: el desenlace se hace esperar demasiado. Hay escenas en la segunda mitad que resultan prescindibles para el desarrollo de la historia. Sin ellas el film tendría más empaque, quedaría más redondo.

Pese a no ser una obra maestra, es otra gran película de Scorsese, un verdadero especialista en personajes hambrientos de éxito y cercanos a la locura.
Jordi B
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11 de julio de 2015
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para hacerla corta la película me gusto, creo que es buena para los tiempos que corren donde la creatividad y las buenas producciones escasean, a titulo personal me hubiese gustado un Scorsese mas "el" o mas Stone (por Oliver no por los Rolling) y no tan Tarantino, las drogas y el sexo explicito hasta el cansancio aburren un poco, me hubiera parecido mas fino o refinado dejar esas forma vulgar de atrapar al espectador y jugar con la insinuación, es mucho pedir entrados mas de 10 años al siglo 21, en definitiva es una buena peli, hay que verla si sos amante del séptimo arte, en el final le falto el efecto sorpresa sobre todo porque la mayoría conocemos el desenlace de la historia real.
Gusminator
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21 de diciembre de 2015
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La quinta colaboración de Leonardo DiCaprio con Martin Scorsese continúa la tradición iniciada por Oliver Stone en 1987 con la película Wall Street, que tuvo una secuela en 2010: 'Wall Street - El dinero nunca duerme'.

A diferencia de la primera, que denuncia con solemnidad, pero sin ambages, la naturaleza parasitaria del capitalismo financiero y la codicia como principal motor de la mentalidad "depredadora", la nueva cinta es un olímpico pitorreo del ambiente materialista, corrupto y decadente que permea el mundo de las finanzas entre agentes y corredores de bolsa; desde la máxima simplificación del oficio (alcanzar la cumbre, vendiendo acciones de empresas patito), se regodea en el fanatismo que tiene al dinero como valor supremo, único y último fin.

'El lobo de Wall Street' reproduce la estructura narrativa y el estilo de Goodfellas, realizada en 1990 por Scorsese, cuando su actor fetiche era todavía Robert De Niro. Como en Goodfellas, el protagonista es obligado a colaborar con el FBI al caer en desgracia, lo cual sucede también en la cinta de Stone. Como en Goodfellas, los personajes hablan en primera persona, unas veces en off, otras mirando a la cámara, y todo cuanto dicen aquí es innecesario como contenido, pero acentúa el tono de comedia negra y satírica, las explicaciones sobran, pero los comentarios condimentan.

Como en Goodfellas, canciones populares que dan cuenta de la época (mediados de los ochenta) saturan la banda sonora y energizan el ritmo, pero provocan algo de cansancio con tres horas de duración.

DiCaprio se permite, más amanerado que nunca, exagerar su actuación de yupi estimulado hasta la catarsis con drogas (como Ray Liota en Goodfellas) y ambición desmedida-inescrupulosa. El resto de los actores, todos menores en comparación con el atractivo elenco que apoyó a la estrella en 'El aviador', hacen más o menos lo mismo.

Por lo visto, Scorsese buscó diversión y la encontró en una orgía de sexo, locura, excesos…

The Wall Street Journal apodó 'el lobo de Wall Street' al neoyorquino agente de bolsa Jordan Belfort, quien tituló así sus memorias, en las que se basa el guión de Terence Winter.
Iván Rincón Espríu
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21 de diciembre de 2015
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Martín Scorsese, para un servidor representa el ideal de realizador que mejor sabe plantear la puesta en escena y mover la cámara, siempre prodigiosamente, para enfatizar dicha escena con una economía de planos de manual, de cine clásico, por supuesto. Aún así, aunque lleve décadas en este oficio, no deja de ser un autor contemporáneo.
Con un registro único y magistral.
Una vez hecha la pelota, hablando de su uso de la cámara como seña de identidad, en el Lobo de Wall Street, realiza las puestas en escena más delirantes y vertiginosas, además de divertidas, de toda su carrera. Una obra hecha sin prejuicios ni complejos y con la 5 marcha metida al servicio de un Leonardo DiCaprio salvaje y espectacular. Una especie de Trainspotting, pero en el mundo de la bolsa y las finanzas.Y con otra moraleja.
Todo resulta excesivamente excesivo en el film, desde el ritmo hasta la representación de los personajes. Histriónicos es quedarse corto, pero es ahí donde reside la virtud de la peli. Ese microcosmos existe y es real.
El mundo, su mundo, el que representa DiCaprio y compañía, está completamente desquiciado, alimentado por una pulsión obsesiva y enfermiza hacia las drogas, el sexo y como no, al éxito y la posición social. Dicho de otro modo, la cocaína y el triunfo profesional en EEUU, son primas hermanas. Y esto no lo inventa Scorsese, si no que transcribe visualmente la biografía de un ex broker de la banca americana. Y lo hace creíble a través de la caricatura, del delirio, del sin sentido más absoluto, al menos para aquellos que piensan que los hombres de corbata son gente decente y honesta. Yo no.
Sin moralizar ni un momento, a través de la comedia y el humor negro la película no deja de ser creíble, no para los ingenuos, y maneja siempre un transfondo patético, que aunque te lleve a la carcajada, no deja de invitarte a una profunda reflexión acerca de los valores que priman en cada uno de nosotros y como así, conformamos nuestras propias circunstancias y vivencias. En lo que creemos es en lo que optamos por vivir y Jordán, el protagonista de la peli, sólo cree en el éxito profesional, las drogas y las mujeres que viven como putas de lujo. Todo un modelo a seguir, vaya.
De esta forma, a todo trapo y rodeado de unos actores en estado de gracia, Scorsese firma su película más informal y quizás arriesgada de toda su carrera.
Y dar gracias porque este maestro, con la edad, nos siga regalando piezas de gran interés y talento. Me encantaría que a Ridley Scott, le pasará lo mismo, pero va a ser que no. Desgraciadamente.
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