Ocho apellidos vascos

Tengo algo que decirte, Rovira: no eres gracioso y nunca lo serás. Bueno, quizás me saques una sonrisa el día que estires la pata. Esta bazofia de película sólo tiene comparación con el nivel intelectual medio de los millones de personas que acudieron en masa a los cines a verla, cual lemmings tirándose al precipicio del cine malo. Cuando pensabas que el cine español no podía insultar al espectador más que con Spanish Movie, se reinventan y te colocan este montón de tópicos gastados y esta falsa idea de "buen rollito entre regiones antagónicas de España". Esta panda de cazasubvenciones no ha tenido una idea original desde los tiempos de Buñuel (otro intelectualoide sobrevalorado, por cierto). Se quejan de las superproducciones hollywoodienses mientras ellos crean películas que darían vergüenza al escritor de chistes de los Morancos.
Lo más desconcertante de esta película ha sido sentirme un loco, ya que al parecer estaba ante la mejor película española de la década, según la opinión general y yo era el único que la consideraba una sarta de excrementos. Qué esperar de un país que le ríe las gracias a gente como Pablo Motos o Carlos Latre.

La única parte buena de este film es cuando se encienden las luces de la sala y sales por la puerta con algo menos de dinero y muchas menos ganas de vivir.
Cine español: malo cuando no es taquillero y peor cuando lo es.

Sin duda una muy buena película española. Contiene comedia y logra captar atención gracias a su trama. Muy buen reparto de actores y excelentes actuaciones. Buenísima película, sin duda le volvería a ver. Me gustó mucho.

Reconozco que no tenía demasiadas ganas de ver esta película, pues el cine español (y más aún el cómico) suele provocarme jaquecas y resoplidos hastiados por lo manido y repetitivo que es. Sin duda los defensores a ultranza del cine español se me echarán encima ante tal afirmación, y probablemente uno de los argumentos que enarbolarán para defender su hipótesis será la película "Ocho Apellidos Vascos", que ha arrasado en taquilla y es candidata a convertirse en la comedia del año.

¿La película está bien? Pues sí, no lo voy a negar.
¿Merece ser la comedia del año? Ni de broma.

Me senté a ver esta película sin hacerme demasiadas expectativas, aunque sabía que mucha gente se había partido de risa al verla. Bien, yo no me he partido de risa. Admito que tiene partes muy buenas, y se me ha escapado alguna carcajada con las paridas de Dani Rovira, pero en general me he sentido decepcionada. No me ha parecido la comedia desternillante que esperaba encontrar.

En "Ocho Apellidos Vascos", el pilar de toda la película es el juego de tópicos entre andaluces y vascos. Aquí vamos a encontrarnos todos (repito, TODOS) los tópicos habidos y por haber entre norte y sur, flamenco y pelotaris, pescaíto frito y marmitako. La historia de amor se va desdibujando paulatinamente a medida que se meten más chistes de vascos y andaluces, y además interesa poco por lo absurdo del planteamiento inicial (¿Una boda arreglada en dos días con un mozo al que solo has visto una vez estando medio borracha?).

Los tópicos más vistos son los auténticos protagonistas de la cinta: los andaluces son todos señoritos de pelo engominado y jersey al cuello, se pasan el día de cañas y tapeo, y tienen un gracejo que les hace salir airosos de todas las situaciones; los vascos son todos independentistas con palestina y puño en alto, miembros de comandos secretos y antiespañoles hasta un punto que roza la violencia callejera. Y la "española" (encarnada por Carmen Machi) resulta que lo es porque tiene en su casa símbolos de la España más facha del "una, grande y libre".

No obstante, la película no está nada mal. Tiene momentos muy buenos (la retahíla de apellidos vascos, las arrancadas del padre de Amaia, las salidas graciosas de Rafa...). Dani Rovira y Karra Elejalde forman un dúo dinámico que funciona muy bien en pantalla. No se puede decir lo mismo de Clara Lago, demasiado sosa, demasiado pendiente de decir sus cuatro frases sin equivocarse, en vez de dejarse llevar por la comicidad de la situación. El producto resultante no me ha parecido brillante, pero tampoco lo considero mediocre. Está bien para pasar el rato y reírse un poco de los tópicos que nos persiguen, pero poco más.

Media docena de chistes graciosos. Muy graciosos. De mearse de risa. Son tan buenos que lo demás no cuenta. Así que nos olvidamos de actuaciones malísimas, de un guión más teatral que cinematográfico y de algunos otros chistes que no cuelan. Nos quedaremos para siempre con esa media docena de chistes que nos hicieron carcajearnos un rato.

A mí con eso, me compensa.

La vi pensando que me iba a morir de la risa y no fue así. No es una mala película, los actores son buenos y tiene escenas simpáticas, pero no llega a una comedia buena y digna de ser recordada. En cuanto a Dani Rovira, me encanta, creo que es de los humoristas más graciosos del momento y por desgracia no explota esta faceta y el Goya a actor revelación, en mi opinión no se lo merecía, al igual que Carmen Machi y Karra Elejalde los de reparto.