La gran belleza

Efectivamente, sufro los efectos que describe el título de este comentario desde que vi el film.

Bromas aparte, sinceramente creo que es un film interesante. Ni más, ni menos. La fotografía, sin ser lo que más destaca, está bien ideada. Los paisajes son atractivos y los personajes presentados resultan como la película en general: interesantes. El ritmo se hace llevadero, aunque podrían haber acortado el metraje y hubiera sido algo más fluido y ameno.

En algún momento, el guión alcanza un brillo especial, dejándonos unas reflexiones que bien pudieran ser las de cualquier persona experimentada y lúcida a partes iguales. Eso le aporta la mayor distinción perceptible a la obra.

¿Querer y no poder? ¿Poder y no querer? ¿Ni querer ni poder hacer por los demás y uno mismo?, son las principales cuestiones planteadas. ¿Qué sentido tiene el trabajo en nuestras vidas? ¿Cuánto de artístico y cuánto de trascendente hay a nuestro alcance? ¿Estamos en un instante donde el mainstream puede hasta con los más cultos y nos vemos abocados a un nihilismo intrascendente? ¿Cultivando la ética del trabajo lograremos una sociedad mejor y una consciencia más plena y constructiva que mejore nuestro mundo? ¿O a caso, por mucho que hagamos todo lo que podamos y "debamos", el destino nos depara la misma medicina a todos por igual?

Recomendable, como puede ser tomarse una copa en buena compañía con una conversación interesante de por medio. Tampoco más. Ni estética, ni conceptualmente, nada mágica.

La hipnótica belleza de cada plano, visualmente arrebatador, llena la retina de algo más que una imagen. La búsqueda del sinsentido de la vida, en el ocaso del protagonista intenta exponer la desilusión de una vida, del intento de llenar lo inalcanzable, coger lo imposible y vivir lo inabarcable. Cada trávelling, cada secuencia, cada color es elegido para enarbolar la supremacía de la eternidad de lo que no podemos alcanzar. Diálogos capciosos, frases irreverentes, díscolas palabras que inundan las retinas, el arte se hace palabra, el sonido es visual, impolutamente tratado. Personajes inocuos, llenos de vanidades, como un ajedrez que coloca sus peones en el tablero del guión, para que la reina llegue a su fin.

Jep Gambardella (Toni Servillo) es un hombre que está entrando en la vejez, periodista, un completo seductor y escritor que obtuvo un gran éxito años atrás con su libro titulado: “El aparato humano”, tras la escritura de este, no ha vuelto a encontrar la inspiración para volver a escribir.

Jep se engalana asistiendo a fiestas y rozándose con una multitud de personajes de la alta sociedad de la capital italiana, personajes de los cuales vive rodeado, que lo envalentonan, parecieran vivir el uno para el otro satisfactoriamente.

Sin embargo, pronto vemos como algo no anda bien y que su idílica vida no es lo que aparenta, un lugar donde pareciera no haber amistades, donde todo es hueco y carece de interés, donde las vidas son vacías.

Donde los personajes están entrados en crisis como lo está Roma (un personaje por sí sola, bella por fuera pero con algo más), donde intentan mantenerse jóvenes, donde no encuentran funcionalidad en sus vidas, donde no caminan.

Paolo Sorrentino teje una obra maestra abrumadora y avasalladora en su contenido, un film que además de lucir de forma perfecta, logra enmarcar un trasfondo igual de rico, en un film sugerente que aborda temas como la vida, la muerte, la religión, la amistad y el amor, punto primordial en esta película.

Toni Servillo se entrega con una actuación apasionada y entregada, creíble cada minuto que pasa en pantalla, asistimos a su vida, presentada prácticamente como un vía crucis en busca de una mejor situación. Así mismo, el resto del elenco cumple a cabalidad.

Ver esta película es un placer para la vista y para los oídos, en todos los sentidos posibles, desde la fotografía a cargo de Luca Bigazzi hasta el compendio musical por parte de Lele Marchitelli, y si hablamos de la dirección, Sorrentino simple y sencillamente se luce, hace lo que quiere y todo le sale bien.

Solamente tengo palabras de admiración ante una obra de tal envergadura, ante un film que por sí solo es una obra de arte, solamente tengo aplausos para Servillo, para Sorrentino y para Contarello co-guionista del director, apabullante película, nostálgica, mágica, una gran introspección al protagonista que servirá de ejemplo para nuestras vidas.

Sin duda una película extraña y diferente, es una de esas películas que con las que te gustará más en nuevos visionados.
Reconozco que no es una película que vaya a gustar a todos el mundo, la gente que vaya al cine únicamente para divertirse no se la recomiendo.
Una experiencia hipnótica que me ha emocionado y deleitado, que por méritos propios pasará a ser recordada en años venideros, nadie que en verdad ame el cine debe perdérsela, una auténtica belleza.

Ayer por la noche me zampé dos films italianos por televisión "Hijos de Papa" y "La Gran Belleza". En cuanto a ésta me perdí unos 35 minutos al principio pero es igual, la había visto hace unos dos años, y me causó la misma sensación: en la forma muy bien adornada, algunas imágenes bellas, otras estrambóticas, personajes raros, ridículos, patéticos, la escena del bótox está bien (de lo mejor), con el médico y la inyección y el personal femenino variopinto, y otras como hacia el final con la historia de la monja que retrata a una persona muy mayor de más de 100 años (la vejez extrema) pero que no tiene porqué ser tan larga. Ahora también recuerdo la escena hacia el final de cuando el personaje de Jep se encuentra por segunda vez con el cura y le hace la pregunta que no le pudo hacer la primera vez de su encuentro y como contesta... eso está bien y es original.

Por supuesto que recuerda a "La Dolce Vita", que diferencia, la de Fellini és una peliculaza y la que nos ocupa está vacía, superficial y adornada con colorines y vistas de Roma y del palacio y jardines donde se desarrolla la acción y que se ve artificioso, que está hecho expresamente por el director, creo, al igual que los personajes. También hubo algunos momentos, salvando las distancias, que me recordó a "Eyes wide Shut" de Kubrick.

Tremendamente sobrevalorada y muchos premios y todo es por el envoltorio yTony Servillo, como he dicho antes. No la suspendo por esto y algunas concretas escenas. Es una lástima hubiese podido tener más fondo y más diálogo entre los personajes.

Puntuación: 5

Anna Inglés i Bardí.