La gran belleza

Una película filosófica bella y entretenida. A los 65 años Toni Srvillo esta en plena forma física y mental. Paolo Srrentino me sorprende con su gran habilidad por mostrar la Roma eterna con toda su clase. Vistas maravillosas de la Roma famosa y de la Roma más privada. Un repaso a la sociedad con más clase de la humanidad. Obra que va a quedar como un recordatorio para todos los amantes del cine. Gracias

Esta es una película para ver en pantalla grande, y con buen equipo de sonido (una pena que en los cines de este país se empeñen en doblarlo todo, hurtándonos las voces originales de los actores). Está concebida con la grandiosidad de una ópera y la profundidad de una novela de Moravia. Obra total, donde la ciudad de Roma es protagonista junto al vividor Gambardella. Es obvia la referencia felliniana, sobre todo con relación a "La dolce vita", aunque también con "Roma". La presencia del clero, de la nobleza de otro tiempo, de la bohemia chic, conforma el magma en que se abre paso el mensaje existencialista de la cinta. Porque Jep, el golfo, el novelista de una sola obra, el noctámbulo, busca la verdad en ese mar que aparece en el techo cuando está boca arriba en la cama, con su sempiterno cigarrillo en la mano. Son muchas las escenas memorables, demasiados detalles para un comentario somero. A destacar la escena de la niña pintora, denuncia del snobismo en las artes y, en cierto modo, del maltrato infantil de alto standing. Los personajes son caricaturescos, a veces grotescos, aunque están tratados con cariño. Con el cariño de ese Jep desengañado y perdido que comprende toda flaqueza humana. Eso sí, no soporta la impostura. Cada escena es como el cuadro de una exposición, y cada personaje da lugar a una película en sí misma. La música pachanguera de las fiestas nocturnas contrastan con un tema musical muy delicado. Tanto como esa "belleza" que busca el personaje.

No son muchas las veces en que la belleza se devela desde la futilidad del tiempo y, desnuda, la evanescencia, comparte cómo a diario va construyendo el sentido. Paolo Sorrentino nos entrega algunas pistas de lo inverosimil tras la elocuencia, una obra maestra, un desafío portentoso a las creencias de los que se identifican con la sensibilidad del protagonista, una mirada minuciosa al devenir que crea destruyendo todo a su paso, pero que invita a buscar, aparentemente, ciertas raíces. Visualmente deleita paladares, aun estimulando sensaciones tan ambiguas como la saciedad y adicción, un truco que empuja a condecorar el filme -apresuradamente- (gracias a uno de los prólogos mejor logrados de la historia del cine), mientras, sutilmente, genera la necesidad de seguir esperando aquello de lo que la cinta no podría hacerse cargo.

"Termina siempre así, con la muerte. Pero antes, hubo vida. Escondido debajo el bla, bla, bla, bla".

Se trata de una película que me habían recomendado varias personas y finalmente decidí verla.
La película en si no tiene un argumento definido y van ocurriendo cosas impactantes pero que a la vez son irrelevantes en la película. Cuando ves al protagonista tienes dos sensaciones; 1) deseas ser como él cuando tengas 65 años pero por otro lado 2) sientes lástima por él y por el hastío y aburrimiento que siente.
La banda sonora ayuda mucho a esta segunda sensación y si bien es repetitiva es bella y te mete en la piel del personaje (la principal canción es "the beatitudes" de Vladimir Martynov).
Muestra sitios típicos de Roma y la belleza de aquellos pequeños detalles de la vida que pueden hacernos felices mientras que hace una crítica a lo repetitivo y mundano.
En algunos momentos la película me resulto lenta pero la moraleja es muy buena

La gran belleza resulta bajo un inteligente cinismo narrativo, verdaderamente trágica y desalentadora. No es ningún drama ni ninguna tragedia. Es el lúcido e incisivo retrato de una sociedad, la burguesa, con sus empresarios, artistas, periodistas, escritores y demás fauna de alta clase, y de como todos ellos arrastran su decadencia y patetismo.

Tras la mirada de un descreído escritor, el film hace de la caricatura su arma más efectiva y del profundo nihilismo que arrastra su protagonista, la trama nos arroja diálogos llenos de dardos envenenados que evidencia la tremenda crisis que en la que viven todos los personajes y su fragilidad.

Bajo hermosos y fastuosos escenarios se cobijan estos seres histriónicos, siendo la escenografía un elemento que realza y contrasta la opulenta pero decadente vida de unas personas donde la frivolidad más absoluta funciona como antídoto frente a sus hastíos y soledades.

Obra satírica y profundamente reflexiva. Película tremendamente divertida pero con grandes dosis de pesimismo.
Film lúcido y bello. Estéticamente descomunal.
Todo un catálogo de seres que viven de la apariencia, de las luces de fiesta, de las pulsiones más adolescentes. Donde el transcurrir del tiempo es el peor enemigo de sus vanidades, y el vacío existencial, el mar donde se ahogan todos ellos.

Cine muy bello y melancólico pero también crítico y cruel. Al menos con todos aquellos que viven en la más absoluta banalidad.