La joven de la perla

¿Qué secreto se oculta tras la mirada detenida para siempre en una de las pinturas más famosas de todos los tiempos?
¿Quién fue la modelo que posó para “La joven de la perla” o “Muchacha con turbante”?
El misterio rodea a este pequeño cuadro. Encierra una serie de incógnitas que ninguna investigación ha sido susceptible de aclarar. Se desconoce la fecha exacta en la que Johannes Vermeer lo realizó, datándose en algún período impreciso entre 1665 y 1675. El artista se limitó a dejar su firma, a secas, sin más datos. Si se trató del encargo de un mecenas o de una libre inspiración, quedará como otro interrogante. También se ignora quién era la chica representada. Normalmente, cuando las pinturas retrataban a personajes de la alta sociedad y preeminentes en su momento, resulta más sencillo identificarlos, bien porque a veces figura el nombre en el título, o bien porque el renombre de los retratados ha permanecido hasta nuestros días o aparece registrado en documentos. Es más fácil seguir el rastro a las genealogías de alcurnia. En cambio, si el modelo era de clase humilde, anónimo, es más común que su identidad se pierda entre las madejas del tiempo. Se ha especulado sobre quién podría ser aquella guapa muchacha, muy joven, de ojos vivos como brasas, mirando al espectador desde un perfil subyugante de claroscuros, con el rostro enmarcado por la negrura del fondo. Una especie de turbante acabado en un pañuelo que cae hasta la espalda le cubre los cabellos en tonos de azul y dorado. Un discreto ropaje marrón y un cuello blanco que sobresale tapan el hombro izquierdo y parte del cuello. Y el elemento estrella es un pendiente de perla, con forma de gruesa lágrima, que añade un destello plateado e ilumina la composición en la que predomina la penumbra impenetrable. El terso rostro, los hermosos ojos, el carmín de los labios entreabiertos, el fulgor satinado de las telas y el brillo del pendiente vencen al tenebrismo del fuerte contraste entre luz y oscuridad.
Quien quiera que fuese la chica, debió de agitar algo en el pintor.
Peter Webber, inspirándose en la novela de Tracy Chevalier, deja volar la fantasía en torno al origen de la esquiva pintura. Como la biografía de Vermeer, uno de los máximos exponentes del arte pictórico holandés junto con Rembrandt, se ha quedado bastante en sombras, la imaginación de una escritora y de un cineasta ideó una historia nada disparatada. Podría haberse tratado de una doncella, una criada de la casa del artista. ¿Por qué no? No era infrecuente. Sobre todo si la joven era bella para el gusto del retratista.

Acabo de verla y me ha gustado. Es cierto que la historia es inexistente y que no puedo alabar la gran actuación de los actores (aunque Tom Wilkinson, como siempre, me ha encantado), sin embargo la película me ha atrapado desde el primer fotograma y cada mirada, cada gesto y cada cambio de luz me parecía un acierto. Yo estaba dentro de los cuadros de Veermer, paseaba por las habitaciones que él pintaba, me bañaba en la luz que él reflejaba en sus cuadros, me cruzaba con las personas que viven en ellos. Ha sido algo mágico.

Esta película es bastante corta, como tenia que ser, concorde con lo que iba a mostrar: el proceso creativo de un famoso cuadro, sobria y de narración pausada como es justamente todo proceso artístico; no es una historia de amor, ni intenta serlo, el director logra transmitirnos muy bien esa atmósfera fría y hasta sórdida que rodea al artísta y su bella inspiración; dos almas distintas, sin ninguna conexión más que la sensorial; como también el erotismo contenido y delicado que rodea sus geniales encuentros; através de una preciosa y detallista fotografía, de una ambientación y vestuario que dice mucho de esa magistral dirección artística (aquí de relevancia fundamental, por la concepción u objetivo de la cinta), de un guión congruente, de una inspirada interpretación (la mejor que le he visto a Scarlett Johansson), un correcto Colin Firth y demás acertado casting secundario.

Un bella historia de ficción (realmente se conoce muy poco de la vida de Veermer), tan bien construida que uno no duda en ningún momento de que todo hubiese podido ocurrir tal y como se narra en la película.

Unos personajes sólidos atrapados por las circunstancias de su vida, e interpretados con maestría. Y (como todo el mundo destaca) una fotografía preciosista que recrea en cada plano la fascinación de los maestros Holandeses por la luz, el color y la composición, tan buena que en mi opinión ha eclipsado todas las demás virtudes de este film.
Muy recomendable.

Sentimiento, si algo desprende esta película es eso, sentimiento. Un film perfectamente ambientado, minuciosamente dibujado y con el ritmo justo que el argumento precisa para que la historia narrada cale en toda su plenitud. La película nos habla de la joven de la perla, un cuadro pintado por el artista holandés Johannes Vermeer en el siglo XVII, es conocido también como La Mona Lisa del norte.

Excelente el director a la hora de elegir a Scarlett Johansson, está perfectamente caracteriza como la protagonista del retrato, si miras el cuadro auténtico y la miras a ella, ya no pueden parecerse más. Belleza serena, casi virginal, frágil y a la vez desafiante. Sin duda el mejor papel de la actriz hasta el momento.

Una película exquisita, que se disfruta con cada pincelada. Además de ser bastante ilustrativa sobre como se hacían y se mezclaban los pigmentos para preparar las pinturas.