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Nueve canciones

Drama. Musical. Romance Lisa es una estudiante estadounidense que está pasando un año en Londres. Matt la conoce en un concierto de Black Rebel Motorcycle en Brixton Academy y se enamora de ella. Su relación amorosa estará jalonada por las canciones de los grupos a cuyos conciertos asisten: Black Rebel Motorcycle Club, The Von Bondies, Elbow, Primal Scream, The Dandy Warhols, Super Furry Animals, Franz Ferdinand y Michael Nyman. (FILMAFFINITY)
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Críticas 76
Críticas ordenadas por utilidad
12 de abril de 2011
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
No es una película al uso, ya que no tiene ningún tipo de narrativa dramática real.

Más bien nos encontramos ante un documental, con un narrador muy escueto, sobre la relación entre dos homo sapiens sapiens de distinto género que son muy felices, practican sexo seguro, esnifan cocaína, y asisten a nueve conciertos en vivo y directo, en Inglaterra.
También, por alguna razón, a los editores se les han colado imágenes de otro documental inconcluso sobre la Antártida, que no tiene ninguna relación con el anterior.

Contiene largas escenas de sexo real y explícito y ningún tipo de argumento, pero a pesar de este hecho no se la puede clasificar como película pornográfica porque… supongo que porque el sexo está tratado de una manera muy natural en lugar del que muestra la artificialidad pornográfica, y porque la mitad de la duración se gasta en conciertos y breves secuencias antárticas.

El sexo está decente, pero por lo demás creo que hacía mucho que no me aburría tanto con una película.
FJ García
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2 de mayo de 2013
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vamos, que lo que es el argumento os lo resumo yo rapidito. Chico y chica se conocen y se gustan. A partir de ahí se dedican a ir a conciertos, a entregarse al noble arte del folleteo, a ir a más conciertos, a seguir retozando, más conciertos, más sexo, más conciertos, más sexo, más conciertos, más sexo… Ah, y entre concierto y polvete cae alguna rayita. Y bueno, sí, se han enamorado. Todo esto nos lo relata el chico desde la Antártida en un flashback que parece ser un alarde de profundidad y nostalgia de los conciertos y el sexo con la moza (no sé si también de las rayas). Y no hay más.

Digo que no hay más porque no encuentro ni un atisbo de conflicto narrativo, que desate el interés del espectador, por ningún lado. En ese sentido, la película me parece tan plana como el pecho de la protagonista.

No obstante, discrepo de aquellas opiniones que la tildan de pornográfica. Sí, claro que es muy explícita en las frecuentísimas escenas de sexo (creo que nunca he utilizado esta palabra tantas veces seguidas en un texto como lo estoy haciendo aquí), y el cine, convencionalmente, no suele serlo. Ahora bien, de pornográfica, nada, monada. Para empezar, la pornografía utiliza unos recursos determinados que lo que buscan es poner cachondo al personal, y yo aquí no veo esos recursos ni de coña. Además, dentro de lo explícito de las escenas, también se da una suerte de belleza estética que nos informa de lo que sienten los protagonistas, el uno por el otro. En fin, que si alguien se acerca al videoclub a alquilar una peli porno y le dan esto, el cliente tiene más razón que un santo si al ir a devolver el DVD decide tirárselo a la cabeza a quien se lo alquiló. Que no, hombre, que confundir esto con pornografía es como pensar que el sexo consiste en tirarse una y otra vez de los tirantes, a lo P. Tinto. Lo único que tiene en común esta película con una porno es lo explícito de las imágenes, y punto. Otra cosa es que algunos se escandalicen. Pues bien, ahí no me meto. Yo no necesito que el cine convencional sea tan manifiesto, pero tampoco pongo el grito en el cielo si me encuentro con escenas de sexo real, como es el caso de esta cinta.

En resumidas cuentas, no tengo claro qué buscaba Winterbottom al rodar esta película, puede que provocar, puede que dárselas de snob, puede que nada en concreto. Para mí es un ejercicio fallido al que le falta profundidad y conflicto. Eso sí, la música mola.
Angie Banshee
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17 de enero de 2012
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Veo que la mayoría de los usuarios crítica de manera acre esta película. La mayor parte de los comentarios que alcancé a leer es para enterraarla en el olvido. Que si bien no es una película donde el guión pesa de manera significativa, a mi perece que cumple cabalmente con el estilo de cine de arte que se hace se filmó la película, hasta ahora.

Para empezar yo veo que la cinta es de corte minimalista donde son casi nulos los diálogos, solo hay que ver "El sabor de la sandía"(película creo de Korea) o "batalla en el cielo"(mexicana) que se filmaron por los mismos años con la misma carga sexual. Dado que en los tres filmes se trata de llevar a la realidad las escenas sexuales, aunque en Batalla en el cielo, se promocionó que eran reales y luego la actriz lo desmintió diciendo que había utilizado un dildo(veanla y se los dejo a su criterio). El chofer gordo, viejo y feo que aparece en esta película, es en la realidad el chofer del director de la película, lo que la quiere acercar a un por así llamarlo neorrealismo moderno.

La segunda, el Sabor de la sandía aparenta mayor realidad, pero es la película con menos diálogos y por ende la más aburrida y la mas inverosimil de las tres.

Nueve canciones, para mí la considero como la más sincera, afectaiva, y real de las tres, al menos se nota un mayor sentimiento(lo que algunos llaman química) entre los actores, lo que no logran las otras dos. ¿Pues que no es de eso que trata el cine, de hacer de la ficción una realidad? Muchas veces actuadas y las menos, vividas. Prevalece en el consumo de la sociedad actual el ver la ficción de la ficción. Por eso podemos ver hoy en día vampiros rosas, amando mujeres y devorando hombres lobo.

Quiesiera hacer un paréntesis especial, para mencionar que para aquellos que hemos vivido en una relación similar al de esta pareja, nos resulta tan cercana y realista la historia. Parece exageración, pero yo lo viví, y no quiero que parezca que yo me drogo o que vivo todos los días intenso. Nunca había salido con alguien que se drogara y tampoco he vuelto a vivir eso, pero con la chica con la que salía era muy parecida a la protagonista(figuradamente y literalmente), era delgada, adicta, con el cabello corto(sonará a chiste, pero hasta el tamaño del busto es idéntico, aunque no resultaba igual su tamaño, es decir mi compañera era presentación pequeña).

Cuando vives a ese ritmo, los días se te van como en la cinta, de los antros(discos) y/o conciertos, a la cama y de la cama a los conciertos y/o antros. Resultan bagatelas los demás detalles de la vida (aunque en muchos casos son las actividades que te dan para comer), es decir, despues de terminar con esa chica solo puedo recordar esos momentos, los momentos solaces, lo demás es como si no lo hubiera vivido o hubiera pasado en camara rápida.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
chilangobato
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25 de abril de 2008
9 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Y si hicieran una película en que la gente se pasara más de la mitad del metraje comiendo o cagando? Pues sería tan aburrida como esta. Lo cierto es que el sexo, igual que otras funciones fisiológicas, es, en general, muy aburrido y hasta desagradable de ver. La excepción son las pelis porno -o más bien ciertas pelis porno- con tías (o tíos) buenisimas y prácticas sexuales que nos excitan y satisfacen nuestros gustos particulares. Para mí, el valor principal de esta peli radica en su rompimiento de tabúes y en su tono documental, casi de "reality show" sexual. Pero se podían haber esmerado un poco más con la parte dramática y de guión.
alex
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10 de julio de 2009
6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Parecería ser ésta una obra especialmente difícil de juzgar, pero no quiero expresar ésta situación a través de la dicotomía cliché de ‘’ la amas o la odias ‘’, porque aunque fuese así en este caso, ¿no son más bien los menos los casos de objetos en cuya valoración existe completa unanimidad?

Nine Songs es decepcionante si se pone en cotejo con ciertas normativas de la construcción del relato cinematográfico. Aunque no es tampoco una obra de ruptura en la medida en que sí contiene algunos elementos de la narración tradicional, y eso plantea un punto medio algo incómodo: existe un universo que se altera por la llegada de alguien y que se va transformando progresivamente hasta que hay un quiebre, aunque estas instancias no sean tan explicitadas como en una película de corte tradicional. A todas luces hay un énfasis, una faceta preponderante – cuyo limpio rescate por parte del film resulta ser su principal virtud -, que se convierte en una suerte de Leitmotiv.

Hay que aceptar que el que unas escenas sexuales, que no tienen intenciones pornográficas y que ocurren, legítima y naturalmente, dentro de la historia, nos resulten chocantes o hiperestimulantes, obedece a unas convenciones no definidas desde el interior del arte, sino desde afuera, desde los condicionamientos morales de la cultura. Así como otros directores quisieron construir sus películas a través del diálogo, Winterbotton lo hizo a través del dialogo de los cuerpos. Evidentemente se quiso rescatar la naturalidad del deseo, de la pasión, de todo lo que surge en el ejercicio erótico. Y por eso los personajes no son artistas sexuales, y es a través de la cámara que se intenta imprimirle una dimensión estética y emocional al asunto, en un tratamiento al que de ninguna manera se le puede considerar vulgar.

Es verdad que inclusive aceptando que se trataba de una producción experimental no todo funciona dentro de su estructura. Como la conexión de la vida íntima de la pareja con las actuaciones en directo de las agrupaciones que no es del todo convincente. Pero nuevamente, ésta crítica va en dirección de los esfuerzos por racionalizar y reglamentar el ejercicio de la escritura de guión, en donde se contemplan lógicas que encadenen y justifiquen las acciones de los personajes de la mejor forma posible. Según estas, es inadmisible que los personajes jamás hagan ninguna referencia a los conciertos a los que van, y que la música no tenga prácticamente ninguna importancia en su vida cotidiana. ¡Mas lo que sucedió con Nine Songs es que se hizo sin guión! Las escenas intercaladas en donde el hombre aparece hablando sobre la Antártica, desde donde se cuenta la historia en Flash Back, tampoco parecen funcionar del todo, aunque respecto a esto hay que considerar que cómo él es quien construye el relato en su mente, es de alguna manera coherente que decida revivir lo que le interesa revivir y de la forma que considera conveniente.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Juan manuel
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