Un lugar donde refugiarse

Ante todo, quiero dejar claro que el cine romántico me gusta y me atrae. Como soy bastante entusiasta de este género suelo ser indulgente con películas como ésta y por ese motivo le he puesto un aprobado. Si la película es digna y pasas un buen rato con ella, me basta. Dicho esto, esta película no deja de ser una historia de amor convencional que contiene los principales tópicos de este género. Es muy melosa, en la línea de aquellas películas basadas en obras de Nicholas Sparks, y sin duda alguna agradable de ver y entretenida. No obstante, es indiscutible que las hay mucho mejores y tampoco aporta ninguna novedad al género. Por lo demás, un correcto y digno trabajo de dirección e interpretación y unos paisajes preciosos que ayudan a crear una buena ambientación.

En resumen: una película respetable dentro del género pero con carencias y tópicos que impiden que vaya más allá. La recomiendo para los amantes del género como un servidor.

Mi nota: 6.

En el spoiler unos detalles de la trama.

Las películas basadas en las novelas de Nicholas Spacks han creado, por si solas, un nuevo género. Desde la primera de la serie, Mensaje en una Botella, pasando por el gran éxito de El Diario de Noah, ya han sido bastantes las parejas que se han enamorado en la pantalla.

En general, son historias que se ven con agrado por unos espectadores a los que les gusta emocionarse y hasta llorar de vez en cuando. Son historias sin más complicaciones que las p´ropias de un género, el romántico, que, en otros tiempos, dio a la historia del cine grandes obras, y que, actualmente sirve para enfrentar a las parejas a la hora de ir al cine: Ella quiere ver una de Nicholas Spacks, él una de Jason Stharhan. Son dos tipos de cine que nunca conseguirán premios en festivales, pero que cumplen de sobra su cometido de entretener.

Porque no es mala, así que debería tener más de un 4, pero tampoco buena así que debería tener menos de un 6. Perfecto! Un 5. Hasta qué ves los últimos 10 minutos y te dices: "ni siquiera puedo ponerle un 5!". Si quieres emociones (sean las que sean), te has equivocado de peli. Ahora bien, si tu pareja te ha dejado, te ha puesto los cuernos, prefiere a su perro antes que a ti, te ha confesado que le gustan las personas de su mismo sexo o se ha ido a vivir con su madre de nuevo, entonces (ojo, sólo entonces), esta es la peli perfecta par volver a creer en el amor perfecto, puro, infinito. Duhamel, chico, es una pena que abandonases el puesto de jefe de seguridad en el Montecito. Te iba bien. Se te daba bien. Era lo tuyo! Hough, tía, eres joven, mona, tienes formación artística. Por favor, no vuelvas a hacer algo así o te mandaré a tu cuarto castigada. Sigue, mejor con el teatro, es tu fuerte, centrate a tope. Salvo que encuentres a un tipo como el personaje de Duhamel. Entonces déjalo todo y no mires atrás. Lo entenderemos.

Rutinario y empalagoso thriller romántico que asienta sus bases en tópicos de ambos géneros (suspense y novela de amores perdidos/encontrados) pero que nunca pretende molestar, como si ser minimamante osado le hiciera perder parte de ese publico lector de novelas rosa que es tan fiel y tan poco dado a la transgresión. La novela original es de Nicholas Sparks (“El diario de Noa”) con lo que ya podemos imaginar que la parte thriller de todo esto no es mas que una excusa contarnos la típica historia de amor donde los buenos son muy buenos y los malos muy malos. Lo de siempre, vamos. Y además el problema es que si la historia de amor es la de siempre, el thriller tampoco aporta nada. Es una pena que un director tan dotado como Lasse Hallström ofrezca una película tan impersonal al borde del telefilme de sábado por la tarde. No molesta, ni traspasa. “Un lugar donde esconderse” es un rutinario ejercicio de estilo sin el menor estilo. Una de esas películas que harán felices al potencial público al que va dirigido pero que aburrirá al resto. Actores guapos, historia romántica, paisajes bucólicos y algo de suspense para no morir de una sobredosis de azúcar. Un irregular batiburrillo que va a lo seguro y a mi ha conseguido aburrirme como una marmota e incluso he estado al borde del coma diabético con uno de los finales mas vergonzosos de los últimos años.

Cuando una película triunfa tiene, casi siempre, consecuencias. Una de ellas es que hay que repetir el esquema hasta la saciedad, hasta que se agote. En esta ocasión, la repetición del esquema consiste en la compra sistemática de los libros de Nicholas Sparks para adaptarlos al cine. Sparks es a la novela romántica lo que Stephen King es a la fantástica o John LeCarré a la novela policiaca. Es el adalid de ese género y desde el éxito de “El diario de Noah” raro es el año en el que no nos llega un adaptación de un libro suyo.
Sus libros se caracterizan por ser bastante empalagosos y lacrimógemos, no nos vamos a engañar, en los que el amor se debe imponer a todas las dificultades imaginables: a la enfermedad, a los conflictos armados, a los problemas psicológicos… lo que pasa es que en esta ocasión a lo mejor se le va un poco la mano. Una mujer buscada por la policía por asesinato se esconde en un pueblo donde conoce a un joven viudo padre de dos hijos. En ellos surgirá, no podía ser de otra forma, la llama del amor y tendrán que vérselas con todo tipo de infortunios. Aquí aparecen los malos tratos, la personalidad obsesiva, la pérdida de un ser querido, el hijo que no sabe dar salida a su dolor por la pérdida de su madre, la huida de la justicia, algunos elementos paranormales*… todo ello filmado con la eficiencia de alguien como Lasse Hallström que consigue un giro argumental a mitad del metraje que, aunque no es sorprendente, al menos lo intenta**.
La pareja protagonista pues cumple su cometido con bastante oficio. Supongo yo que será más fácil enamorarse de un viudo si ese tiene la planta de Josh Duhamel y Julianne Hough está mejor que “Rock Of Ages” que tampoco era muy difícil. Cobie Smulders siempre es un regalo.