The Lords of Salem

Lo malo de encorsetar a alguien como Rob Zombie es que cuando consigue librarse de sus ataduras pueden arder los mismísimos cimientos del cine si el presupuesto y los medios lo permiten. Tras su fallida revisión de “Halloween”, donde tuvo que compensar sus ansias megalómanas con las exigencias del estudio, sirve en su nueva propuesta su personal carta de liberación a ritmo de rock, metal y rituales satánicos. Y esto, viniendo de alguien como él, puede ser tolerable o insoportable en la medida en que se comulgue con su particular manera de entender cada una de las siete artes.

En “The Lords of Salem” asistimos pues a un recital de lo mejor y lo peor del líder de White Zombie. Es un personal túnel del terror satánico que rinde homenaje al cine de los 70, a filmes como “La semilla del diablo” o “El resplandor” –el pasillo, la segmentación de la narración por días, el uso de los sonidos y la banda sonora para incomodar al espectador-, que aúna toda su filmografía previa en una sola cinta, las secuencias oníricas y su predilección insana por lo macabro. Tira incluso de referentes del género convocando una vez más a su estirpe de renegados, a Sheri Moon Zombie, Ken Foree, Sid Haig y compañía, a los que se unen Bruce Davison y ese formidable cuarteto de brujas encarnado por las prácticamente desaparecidas Meg Foster, Dee Wallace, Judy Geeson y Patricia Quinn. Es decir, si no se es un habitual de su cine, mejor abstenerse de verla.

Y aún así, siendo un seguidor de su obra, se corre con esta película el riesgo de quedarse fuera de juego. Y no por ser 200% de Rob Zombie, que también, sino en parte por culpa de factores como un presupuesto tan bajo que le impide alcanzar mayores logros artísticos –las escenas de los aquelarres, por ejemplo, resultan bastante pobres en ambientación-, un guión que no siempre sabe sacar el jugo a un material trillado pero con más sustancia de la que parece bajo su superficie, y por su manía de lucir las pocas curvas que le quedan a su esposa en pantalla en lugar de sacar de ella una interpretación convincente que transmita la paranoia por la que atraviesa su personaje.

Tiene sus logros, eso sí, en el terreno artístico cuando se encuentra fuera del terreno onírico, y aunque no logra hacernos descender a los infiernos nos brinda un estimable carrusel de instantes conseguidos –todas las escenas del pasillo, la primera incursión de la protagonista en la habitación número 5-, algunos de ellos algo incómodos para los más puritanos –la felación al cura en la iglesia-, que acaban desembocando en una surrealista performance de serie B bastante comedida por la falta de medios. En otras circunstancias nos habría regalado una orgía visual de sangre, vísceras, desnudos y buena música. Por ahora tendremos que conformarnos con este canto a la libertad creativa.

Apta para… incondicionales de un Rob Zombie aún encorsetado
A favor: que es 200% de Rob Zombie
En contra: el pálido guión, Sheri Moon Zombie, lo encorsetada que está por la falta de medios y… que es 200% de Rob Zombie

"The Lords of Salem" es una obra de culto que lleva el sello y el estilo personal característico de "Rob Zombie" (La casa de los 1000 cadáveres, Halloween, el origen) un film simple, extraño y surrealista pero sin duda bastante atrevido en el cual da cabida la brujería, el satanismo y el libre albedrío, todo ello representado por secuencias oníricas y un perturbador ambiente malsano... una pesadilla grotesca y delirante producto de la paranoia alucinogéna provocada por un tripi. El film esta muy bien filmado y tiene una fotografía impecable... al principio resulta interesante incluso tiene suspense, pero según avanza (culpa de un guión flojo) da la sensación de que se agotan las ideas y se convierte en un cúmulo de cosas sin sentido totalmente desligadas de la propuesta e idea principal de la primera parte del film que hacen perder ritmo a la trama. "Los señores de Salem" recurren a típicos efectos de sonido que buscan el susto fácil y el lucimiento de la prota "Sheri Moon Zombie" esposa de Zombie.

Hay que empezar a hacerles entender a los directores de cine de terror que no sólo con una buena fotografía, un buen montaje y haciendo uso de clichés se hace una película (sobretodo de este género).

- Hace falta un buen guión, y si es original mejor. Negativo para Rob.
(Olvídalo, no eres Polanski)

- Hace falta un buen actor/actriz principal. Negativo para Sheri Moon.
(enseñar el culo y las tetas de la protagonista durante toda la película, aunque sea tu mujer, no va a salvarla)

- Hace falta un buen diseño sonoro. Es de lo peor que he oído en cine en mucho tiempo. Y una lástima joder la banda sonora de un John 5 de esta manera.
(Rob, no puedes pasar de un diálogo que casi ni se oye por el ruido de fondo a reventarnos los tímpanos con un grito. No, eso no da miedo. ¿Sabes lo que es el rango dinámico?)

- Hace falta saber meter miedo al espectador, evitando el uso de clichés de género demasiado manidos (Rob PLS, que esto no es una peli para quinceañeros. Menos golpes de efecto fallidos y más chicha. Que parece que te hayan producido los de Paranormal Activity... OH WAIT!!!!)

- Hace falta darse cuenta de que la psicodelia ha de saber utilizarse. Polanski lo hacía bien, Roger Corman también (no siempre) y John Frankenheimer consiguió una obra maestra con Seconds. Aquí, en tu película, da risa.

- Hace falta darse cuenta de que si sacas monstruitos y los muestras demasiado (y con poco sentido), te puedes cargar completamente el clima que se persigue con una película de terror (no queremos que seas como Stuart Gordon en muchas de sus películas)

- Hace falta darse cuenta de que el uso recurrente del efecto "¿esto ha pasado o todo ha sido un sueño?" resulta cargante, cansino y aburrido.

- Hace falta darse cuenta de que, por mucho que te cagues en la iglesia cristiana o te burles de ella, si todo lo demás no llega al aprobado, tu película será una basura



Algunas interpretaciones secundarias son muy buenas, he de reconocerlo, pero esto tampoco salva una película mediocre.
Dicho todo esto, recomiendo el trailer de la peli. Mola más que verla entera.

A veces, presiento que gente como Jordi Costa o Jesús Palacios se divierte tomando el pelo a los sufridos seguidores del cine de terror, que bastante escarmentados estamos ya. Digan lo que digan este par de frikis, The Lords of Salem es un engendro con ínfulas autorales de un individuo que debió darse a diversas sustancias tóxicas durante el rodaje, con la inapreciable colaboración de su colorida esposa, la tal Sheri Moon. Todo consiste en que una DJ empieza a recibir misteriosas grabaciones de música tirando a heavy que le provocan pesadillas (no es de extrañar), y que conectan con el turbulento pasado de la ciudad, hasta llegar a un final calcado de... Pero no haremos spoiler.
Lo más destacado de la cinta es el desfile de secundarios, conocedores de tiempos mejores, que adornan las imágenes, gente perdida en los lóbregos sótanos de la serie Z, como Dee Wallace (ET tendría que habérsela llevado con él), el inefable Udo Kier, Lisa Marie y sus enormes atributos, dejada de la mano de Dios, digo de Tim Burton, María Conchita Alonso, que tantos picores nos había provocado en sus buenos tiempos, Michael Berryman, que aún vive donde las colinas tienen ojos, y como guinda Judy Geeson, directamente desde el túnel del tiempo de los 60, ya talludita, claro, pero con aquella boca húmeda que tantas ideas nos daba.
Para contumaces de Rob Zombie y gente aficionada a perder el tiempo.

No suelo ser benévolo con Rob Zombie, e incluso le he tachado de oportunista en alguna de sus espantosas películas. Pero de un tiempo a esta parte, el músico extravagante se ha ido depurando y perfilando como un director cuando menos inquietante. En esta fabulosa revisión personal de La semilla del diablo y de todas las cintas de brujería, The lords of Salem, dirige con brío y sobresaliente pulso, introduciendo algunos de sus elementos más personales, a una extraña panda de actores en general estado de gracia. Imágenes poderosísimas, musicón como no podía ser menos y una protagonista, su Sheri Moon Zombie convertida en rastafari estrella absoluta en el papel de locutora de radio que junto a otros dos pavos tiene un programa nocturno de música y entrevistas y a la que una noche le llega una caja de madera conteniendo un extraño disco. El día que entrevista a un especialista en las brujas de Salem, pone el disco y la reacción de algunas de las oyentes es la esperada: The Lords of Salem llamaban a sus acólitas a filas...
Inteligente, entretenida, bien realizada y en cierto grado perturbadora.
Bravo.