El consejero

Tras dejarnos grandes e inolvidables obras cinematográficas, Ridley Scott ("Gladiator", "Blade Runner", "Alien") regresa al mundo criminal... un mundo por el que se ha desenvuelto como pez en el agua en todos sus largos de dicha temática ("Red de mentiras", "Black Rain") llegando a regalar una cinta memorable y superlativa con "American Gangster"; una épica basada en hechos reales sobre el mundo de la droga y sus infiernos tan multifacética como cuidada, potente y evolutiva (de recomendable visionado ese dramático e indagador duelo entre un soberbio Washington como rey de la droga contra ese Crowe como inspector antihéroe).

Esta vez, Scott vuelve al mundo de la droga y del trapicheo con un guión de Cormac McCarthy. En "El consejero", el protagonista del título (Fassbender) es un abogado acostumbrado a defender a criminales que, ignorante del agujero en el que se mete, decide hacer de intermediario en el transporte de un alijo de droga entre su cliente (y amigo) proveedor (Bardem) y un misterioso y caricaturesco distribuidor (Pitt). Pero la droga no llega al distribuidor... y el dinero tampoco a los cárteles. Por lo que el personaje de Fassbender sufre a manos de los matones del cártel una serie de "catastróficas desdichas" anecdóticas que nada importan por culpa de una construcción de personajes superficial y dejada... y por culpa de una trama nada evolutiva, esforzada o relevante.

Lo cierto es que las intenciones de "El consejero" como drama intimista dentro del mundo del hampa son buenas (y presume de resplandecer en su puesta en escena, aportando una íntima descripción de escenarios tan espléndida como suntuosa, tan lírica como atrayente. "El consejero" regala una soberbia cinematografía que en nada tiene que envidiar a los mejores films o productos televisivos del género. Cargándose de una envidiable fotografía compuesta de elegantes ocres y verdes, de una estilosa elección de planos y cortes en su montaje, y de un suntuoso diseño de producción), la cinta también brilla en la destreza de su reparto que aguanta el tipo con distinción y naturalidad (aunque no tengan personajes ricos ni mucho menos).

Pero lo que le falta a "El consejero" es todo lo que SÍ tienen las cintas de Scott que también se vanagloriaban de una puesta en escena soberbia y de un reparto oportuno. Y esto es una trama troncal de robusta edificación, de personajes claroscuros de evolución excepcional y reseñable, de una aventura vital de progreso esforzado, extraordinario e inesperado, y de giros admirables y cuidados. Nada de esto lo tiene "El consejero", y por eso este largo que pudo ser un drama criminal sobre el tráfico de drogas potente y de renombre al estilo de la estupenda "Traffic" de Steven Soderbergh, se queda sin embargo en un metraje anecdótico y olvidable que entretiene a pocos ratos (y, si lo hace, es gracias a su estupenda envoltura audiovisual y al enganche que la sorprendente actuación que Cameron Díaz proporciona (la actriz aporta un maravilloso erotismo y se come con patatas al resto del elenco)).

"El consejero" se pierde en un exceso verbal de sus personajes, que legan diálogo inútil tras diálogo accesorio de mucha chorrada y verborrea impuesta, y se olvida por completo de la trama criminal de enjundia, de su evolución, de su ingenio y de su cuidado.

No me malinterpreten, varios notables dramas centrados en el crimen de la droga (desde "El padrino III" hasta "American Gangster" pasando por "Traffic") también presumían de reflexiones intimistas y filosóficas... pero acompañaban al film de una trama de acontecimientos sorpresivos, evolutivos y detallados que hacían de esos metrajes conjuntos acabados y poderosos.

En "El consejero" nos topamos con una trama de "negocio que sale mal" descuidada de forma intolerable en muchos puntos. Porque lo que no puede ser es que sus personajes en las dos horas de metraje no evolucionen ni un gramo (el protagonista no alardea de una evolución como la de Michael Corleone precisamente, y sigue siendo tan bobalicón desde su presentación inicial hasta la conclusión del film, los proveedores y distribuidores no pueden ser más caricaturescos y planos, el personaje de damisela inocente cuasivirginal (Cruz) no presenta ni una sola variación en ningún momento, y a la villana sin escrúpulos de Díaz solo le falta la risa de malvada (¡menos mal que la actriz con su atrapante interpretación capta cierto interés!) (todo esto es un error que enfría la relación de la cinta con el espectador, pues el mundo no es blanco o negro). No puede ser que esa trama principal de "negocio que sale mal" se limite a sí misma con redundantes diálogos de "¿seguro que lo vas a hacer?" o "¡no sabes donde te estás metiendo!" una y otra vez sin que nos aporte texturas y esmerados progresos.

En conclusión, "El consejero" resulta una trama escasa y desaprovechada, en la que todo se describe con mucha pedantería y repetición (en media hora no ha pasado nada de relevancia), y con personajes unidimensionales y desdibujados. Por ello "El consejero" es tan pasajera como escasamente distraída (la mayor parte de los minutos, hay que poner mucho empeño en querer seguir visionando el metraje).

Con tanta escena y diálogo accesorio y reiteración simplona, "El consejero" se denota como una oportunidad desaprovechada, una pena. Es más un bonito videoclip de 2 horas que un largo de ficción.

Si se quiere disfrutar de un drama intimista y realista sobre el tráfico de drogas con un largo de ficción compuesto, cargado de inteligencia, de virajes cuidados, y con una cinematograafía de la misma (o más) excelencia, recomiendo la oscarizada "Traffic" o la misma "American Gangster" de Scott.

Lo mejor: Su cinematografía. La inusual interpretación de Cameron Díaz.
Lo peor: Que se centra en un exceso verbal de mucha paja prepotente y deja de lado la construcción de la trama de tráfico de drogas y de sus personajes... y eso acaba siendo un lastre demasiado pesado para el conjunto.

Ridley Scott entregó con ‘El consejero’ una cinta que, en buena parte de su desarrollo, resultó anodina y sin chispa alguna. Esto vino provocado porque Scott no consiguió casi en ningún momento acertar con el ritmo del film. Así las cosas, la película lleva peligrosamente al público al borde del aburrimiento más total y absoluto… y esto pese al buen hacer de un reparto plagado de prestigiosos/as artistas que fueron los que mantuvieron a flote el barco con sus destacadas interpretaciones. Y es que no conviene engañarse, ante el panorama que ofrece el film, si no fuera por la labor de sus estrellas más de uno dejaría de verla.

El guión firmado por el novelista Cormac McCarthy también “compartió culpas” con la dirección de Scott. Si, es cierto que algunos personajes escupen buenas frases (especialmente las del personaje de Brad Pitt) y que hay algún que otro diálogo sobresaliente… pero, en general, ni la historia ni la trama consiguen atraer ni atrapar lo suficiente para hacer sobresalir al producto final, incluso algunas escenas parecieron insertadas en el metraje con el único ánimo de provocar al espectador/a para que se hablara del film aunque sólo fuera por algo (por ejemplo, cierta escena “de” Cameron Diaz…). Al margen de la brillantez de algunos diálogos, también hay que destacar el tramo final de la película dónde Ridley Scott si que acertó al narrar las consecuencias de todo lo anterior. Aquí si que el film atrapa el interés del público por ver que es lo que va a pasar con cada uno de los personajes, y en cierta manera el director inglés logra que nos preocupemos por los personajes, aunque alguno de ellos no sepa seguir sus propios consejos… La pena es que para llegar a este momento “la digestión” de todo lo anterior fuera demasiado “pesada”.

Toda la película se centra en lo que es el negocio o “trapicheo” del abogado y Reiner, pero esto no es más que un simple pretexto o “macguffin”, ya que lo que verdaderamente importa en la cinta es el ambiente sexual, las mujeres, la codicia y, sobre todo, la verdadera lección del film: todas las acciones tienen consecuencias. Algo que esta vez si quedó fabulosamente marcado en una conversación telefónica que tiene lugar en un momento dado de la película entre el abogado y el personaje interpretado por Rubén Blades, con referencias a nuestro Antonio Machado de por medio.

En definitiva: ‘El consejero’ es una floja película sólo “salvada” en parte por su gran reparto que cumplió de manera destacada con su cometido. Entiendo que a un director como Ridley Scott hay que exigirle más, muchísimo más. Este film quedó a años luz de sus mejores obras. Menos mal que luego Scott enderezó el rumbo con otras producciones…

-Lo mejor: Las actuaciones del reparto principal con mención especial para Javier Bardem y Cameron Diaz. La conversación telefónica entre Michael Fassbender y Rubén Blades.

-Lo peor: La dirección de Scott que sólo en el tramo final es capaz de meter al film cierto ritmo y conexión con el espectador/a.

-Más en: www.cineycine.com

Por muy difícil que resulte de creer que una película dirigida por Ridley Scott (aunque ha dirigido algunos truños, es verdad), escrita por Cormac McCarthty y con un elenco con actorazos como Javier Bardem, Brad Pitt o Michael Fassbender y actrices tan cotizadas como Penélope Cruz o Cameron Díaz fuera un mojón de muy señor mío, eso fue lo que pasó. ¿Dónde está el fallo? Yo la verdad no lo sé pero lo que es innegable es que la película es eso: un truñaco.
Y es raro, como digo, porque la película podía haber estado bastante bien... podría haber dado más de sí, pero quizás en manos de otro director o quizás otro guionista tendría que haber echado un vistazo al libreto... ni idea. El caso es que ni los actores están bien.
Pero el film nos deja ya algunas cosas bastante claras, como por ejemplo que Ridley Scott ha derivado ya en un director para grandes producciones porque en las pequeñas patina que es un contento. Salvo “Thelma & Louise” no recuerdo ningún film suyo que se pueda catalogar bajo este epígrafe que merezca la pena. Recuerdo “Los impostores” o “Un buen año” y se me ponen los pelos como escarpias (aunque también me acuerdo de “Exodus” y veo que la afirmación anterior no vale sólo para las pequeñas producciones). Cormac McCarthy es demasiado nihilista, no nos deja nada medianamente positivo que echarnos a la boca en todos y cada uno de los minutos de metraje y tanta desesperanza descorazona al más pintado. También queda claro que las aptitudes de Cameron Díaz como actriz están bajo mínimos: su interpretación como femme fatale es un horror (aunque está mejor que en sus innumerables comedias) y la escena del porsche es irrisoria. Del resto del elenco se puede decir que la presencia de Penélope Cruz es casi testimonial y está desaprovechada; que Brad Pitt está de risa; que Javier Bardem está sobreactuado (otra vez más) y que ni Michael Fassbender está bien. El film cae en una violencia gratuita y es de un repulsivo que irrita.
Para rematar, el final es bastante previsible (aparte de desagradable).

El abogado del crimen (The Counselor, Estados Unidos-Reino Unido/2013). La película, de título prometedor para los amantes del cine de acción, viene orlada de famosos, empezando por su director, Ridley Scott (75, autor de Blade Runner, Alien, Gladiator), siguiendo por su guionista, Cormac McCarthy (80, novelista, premio Pulitzer), y completada por un elenco de lujo: Michael Fassbender, Penélope Cruz, Cameron Diaz, Javier Bardem, Brad Pitt, Bruno Ganz, Rosie Perez, Rubén Blades, John Leguizamo.
Da pena realmente ver al minucioso Ridley Scott y a los actores de renombre, hacer el esfuerzo por meternos en una historia que no tiene cohesión alguna.
Los pantallazos que retratan a cada uno de los personajes, son como escenas salidas de un apunte o esbozo de guión, con diálogos forzados y trascendentes en medio de situaciones poco creíbles. Las escenas de violencia, son medidas y perfectas, como todo lo que hace Ridley Scott en cuanto a acción.
En los monólogos de los personajes, insertados a manera de confesión filosófica, pudiera adivinarse una intención de alegoría de la obra, con el retrato de un mundo caótico y en fatal desmoronamiento. Conviene alejarse un poco de las ideas de grandeza, y saborear los pocos momentos de tensión y violencia que Ridley Scot nos brinda. Queda lo demás, los retratos de cada uno de sus actores famosos, a manera de una presentación de personajes de la película que vendrá... como una segunda parte de ésta. ClaudioSerraBrun w.poesur.com

Película que sigue a un abogado (Michael Fassbender) que está pronto a cerrar un lucrativo negocio con la venta de una droga, sin embargo, el plan ideado falla y pronto su vida y la de su novia Laura (Penélope Cruz) correrá peligro al ser buscados por tipos pertenecientes al cártel de la droga.

No puedo negar que la película se volvió en demasía interesante cuando se desmadra todo y el personaje de Fassbender, así como el resto, tendrán que intentar salir con vida del embrollo, sin duda lo mejor del film, aunque se alarga de más sobre el final cabe destacar.

Sin embargo, hay todo un inicio y desarrollo que en pocas palabras es confuso (tantos personajes que no sabemos de qué van), tedioso de puro gusto porque se pudo simplificar mucho, y además hay una oda al sexo y a la utilización de la mujer como objeto sexual que resulta frustrante, y no es jugar de puritano, pero es exagerado y sin sentido.

Curioso porque si bien Cormac McCarthy apenas escribe su segundo guión, tiene bastante experiencia escribiendo novelas, lo que hace en The Counselor es lamentable. De ahí, Ridley Scott hace lo que puede con libreto que aunque tiene cosas buenas, tiene más cosas negativas.

En cuanto a las luminarias que desfilan por pantalla, realmente creo que ninguno sobresale demasiado, menos Javier Bardem con ese look y ese bronceado extremo, Brad Pitt es Brad Pitt, Cameron Diaz pésima y tras de eso apaleada por la belleza de Penélope Cruz que tampoco sobresale actoralmente, Fassbender puede ser el mejor pero no deslumbra.

The Counselor, un film decepcionante, con un último tercio bastante llamativo, pero con un inicio pésimo que contrasta mucho y hace que decaiga, muchos personajes que ni fu ni fa y sin estudio bueno de los principales.