El guateque

Realmente se me escapa la razón por la cual se considera a "El guateque" una gran comedia. Quizá sea que mi sentido del humor no concerda con el de finales de los 60, o que el cine de gags no está hecho para mí, pero durante toda la película no esbocé más de tres sonrisas y si terminé de verla fue para poder criticarla con fundamento; mi novia a la media hora ya se había ido a dormir. Casi todos los chistes están basados en la torpeza de Sellers y pueden hacerle gracia a un niño de siete años, pero en cuanto pasas de esa edad el humor del tipo "payaso torpe" pierde bastante.

Estamos ante una obra más compleja de lo que aparenta. Un homenaje al cine cómico, más Blake Edwards y Peter Sellers en acción, nos auguran humor de gran estilo y gran clase.

Pero creo que hay que añadir algo más. El guateque es también una muestra de la soledad del hombre y su desorientación en los grandes espacios desconocidos. Y esa es su mayor virtud.

Hay que entresacar de la sátira, el valor de la ingenuidad frente a un próspero núcleo social, expuesto en continuos tropiezos llenos de humildad que enternecen. Y, por otro lado, la inevitable aparición de crueles tiburones entre esos triunfadores, como el pelma del productor que acosa a la joven actriz.

Es también interesante cómo queda patente la época en el film. Las minifaldas, la estética Pop Art… Es un film vistoso que resalta el expresionismo a lo Andy Warhol, ahí está el elefante pintarrajeado, e incluso se puede añadir dentro del contexto del hombre imperturbable, el hindú, una continua melancolía, al igual que inspiran las figuras de David Hockney ante sus famosas piscinas. En algo todos coincidimos: Un film inolvidable.

Hrundi es de Bombay, la puerta de la India, y no tenemos otra que sentir predilección por este hombre y su conducta.

Voy a hablar de la que es para mí una de las mejores comedias hechas nunca, "El Guateque" de Blake Edwards, hago un paralelismo con el bolero de Ravel (puede ser con "Tubullar Bells" de Mike Oldfield no hay problema) por su tendencia creciente, nunca se detiene este film, nunca decae, de verdad, cuando la vi, fue eso lo que mas me llamó la atención, poco a poco, pum pum pum, la cosa va degenerando sin prisa, que el apoteosis ya llegará.

La película se basa en un hombre: Peter Sellers, genial. (El inspector Clouseau en las panteras rosas). Un desastre, un gafe, el personaje cómico por excelencia, empieza destrozando los decorados de toda una producción de cine, y continúa con su participación en una fiesta hecha por un productor importante (nadie sabe qué hace allí, ni siquiera él mismo aunque se lo pasa genial). Peter Sellers es omnipresente en el film pero apenas habla, es una comedia de humor visual, nada de intelectualismos, ni nada como Woody Allen, pero Blake Edwards transforma esa falta de diálogos, ese personaje tan poco conversador con escenas (muy largas si hace falta) con el punto de fuga situado en el gag, el espectador tiene que acabar cada escena descojonándose, y os prometo que así es. Los demás personajes de la película están hechos para que choquen con Sellers, hay un actor famoso, los típicos aristócratas tradicionales (nada de excesos), el camarero alcohólico...

La visioné como película principal en su estreno de 1968, con ocho años cumplidos, y no paré de reírme junto con el público que concurría a una de las salas céntricas de la ciudad de Mendoza. Luego tuve la oportunidad de verla en dos ocasiones más, como película de complemento, en 1970, a mis 10 años, donde reviví la gracia que me había causado en su primer visionado, y, creo, a mis 12 o 13 años, en algún cine de barrio, donde creo vagamente recordar que ya no me causó tanta gracia.
Fue una de esas películas de la niñez que se quedan agazapadas en la memoria, la cual cuando surge en el recuerdo, viene impregnada de un dejo de añoranza, de aroma de la juventud, de una vida definitivamente ida, de una morriña inexplicable.
Así llego al día de hoy en que vuelvo a revivirla, treinta y ocho años más tarde, luego de buscarla incansablemente en cuanto negocio de venta de películas de cine clásico ingresaba.
Bueno, creo que estoy en condiciones de explicar la diferencia entre las buenas y las malas críticas. Es posible que las buenas sean motivadas por el recuerdo de la infancia, que de una forma poco objetiva, nos hace ver en el film lo que ya se perdió con los años. En cambio las críticas malas son de espectadores jóvenes de nuestros días, con cientos y cientos de películas visionadas, las cuales les permiten ser totalmente objetivos en cuanto al film que nos ocupa.
Reconozco que este humor afrancesado y chaplinesco de los sesenta, perdió con los años. Pero algo mediocre había en el film, ya que no sólo es el tiempo transcurrido, ya que de otro modo no podría reírme o divertirme con films mudos, o con el, en ocasiones, efectivo y excelente género americano de la película satírica, como la serie de La pistola desnuda, que por el momento no parece ser afectada por el paso del tiempo.
Es evidente que el transcurso de las décadas le cayó mal a este film, en el que uno hoy encuentra múltiples ingenuidades, que, lamentablemente, no despiertan la sonrisa en el espectador de hoy.
El espectador cumple las leyes Darwinianas, evoluciona como las especies.......

Me sumo a los comentarios no-positivos de otros usuarios.
La película empieza bastante bien: promete.
Pero en cuanto se mete Sellers en la fiesta y empieza a hacer el patoso una y otra vez, pierde el interés... ya no hay nada más que hacer, excepto reirle las gracias, que no son para tanto.
No hay historia, no hay secundarios relevantes... y los gags son predecibles. Quizás es que ya hemos visto a Rowan Atkinson haciendo de Mr. Bean, y por tanto el humor de Sellers se quede anticuado. No sé.
En fin, que la vi ilusionado por la leyenda que tiene... y me quedé decepcionado.