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La mano izquierda de Dios

Aventuras. Drama En 1947, llega a una misión católica en China un sacerdote, el esperado padre O'Shea. El hombre parece incómodo con sus deberes, pero sus duras tácticas tienen éxito entre los habitantes de la aldea. Mientras tanto China se desangra entre la guerra civil y la revolución. (FILMAFFINITY)
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Críticas 14
Críticas ordenadas por utilidad
19 de febrero de 2010
8 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
La historia que nos presenta esta película es interesante, pero no alcanza alta calificación cinematográfica como consecuencia de un guión un tanto superficial que ahonda poco en los personajes y las situaciones. Merecía para todo ello un poco más de metraje, pues me parece excesivamente corta para lo que se podría haber sacado de este film. Hay materia más que suficiente para trazar un guión mucho más conseguido y con un desarrollo más amplio en todos los sentidos de lo que se nos narra. La interpretación de Humphrey Bogart me parece correcta, asi como la dirección de Edward Dmytryk , pero no se puede sacar más de donde no hay guión suficiente. Gene Tierney tiene un papel poco definido en su pasado y acusa también la falta de lo mismo citado anteriormente.
Una de las principales secuencias de esta producción y protagonizada por Lee J.Cobb se nos presenta en versión original en inglés y con subtitulos en castellano en el DVD que se está comercializando en la actualidad (Año 2010), y supongo que estará ocasionado por el deterioro sonoro del doblaje original al castellano correspondiente a su estreno es España hace ya muchos años. En otras películas esta circunstancia se ha solucionado con un nuevo doblaje actual en las secuencias afectadas, bien por deterioro de la banda de sonido en castellano o por supresiones de imágenes de la censura de entonces.
Esta película pertenece al grupo de las primeras que filmó la FOX en su nuevo sistema panorámico CINEMASCOPE y que tanto impacto causó e inexplicablemente ahora se está comercializando en formato panorámico 1'85 con lo cual existen continuas mutilaciones laterales de imágenes dando lugar a encuadres disparatados y que personalmente creía ya superado este defecto muchas veces denunciado a través de los medios de comunicación. Se dá la circunstancia que tanto al principio de la película con los créditos como al final de la misma se ha respetado el formato original CINEMASCOPE para dar cabida a la imagen completa, ya que en la otra forma como se nos ofrece toda la película no se podrian ver al completo ni los créditos ni la secuencia final con el sello de la productora. Es un film un poco fallido tanto en su filmación en el año 1.955 como en su presentación comercial actual.


José Antonio ZG
Jose Antonio ZG
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26 de noviembre de 2018
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Grandes actores para una película cuyo guion flojea bastante, nos presentan a un piloto americano, cuyo avión se estrella en las montañas de la China de 1947. Este país, sumergido en plena guerra civil, es gobernado por distintas facciones de guerrilleros. Nuestro protagonista cae "prisionero" de una de estas facciones, pero le cogen cariño y en seguida le hacen capitán.Éste, que quiere escapar de allí, se disfraza de sacerdote y se larga a una misión, donde es confundido por el sacerdote que esperaban y allí, en menos que canta un gallo, se gana la admiración y respeto, tanto del poblado chino como del equipo médico y su enfermera de la que se enamorará.
Película de vertiente católica ( Humphrey Bogart representa al ateo que servirá de instrumento a Dios), tiene un guion un tanto pueril e incluso infantil, aunque lleno de buenas intenciones, en el que todo se resuelve sin ningún conflicto y de manera poco menos que milagrosa.
Aún y todo, estas aventuras exóticas siempre tienen su aquel, pero a nada que se lo hubieran currado un poco más con la historia, les podría haber salido más redonda.
Izeta
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23 de mayo de 2013
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una cosa curiosa de ese personaje que se disfraza de sacerdote para sobrevivir es no solamente que a veces parece olvidarse de que no es realmente sacerdote, sino que hace que lo olvide el espectador mismo (al menos este que ahora escribe). Bogart podía hacer esto y mucho más. Como sentarse al piano y cantar una canción con un grupo de niños chinos. Y resulta que Bogart no canta nada mal. Su arte brilla tanto, haciendo lo que sea, que al final uno se olvida de que en realidad la película no funciona muy bien, que todo es un poco descabellado y forzado. Da igual, que también sale Lee J. Cobb disfrazado de chino malo, pero comprensivo: en su caso es el actor quien se ha disfrazado, no el personaje, pero lo olvidas de la mano de su arrebatador talento, aunque solo sea en un par de escenas que comparte magníficamente con Bogart. Y así el remilgado personaje de Gene Tierney, o la resabiada que compone Agnes Moorehead. Y cualquiera que pase por allí, en algún rincón de plano. Todos están en su sitio, y la mayoría brillando con su estilo. Claro que es una marca mayor de la casa, de Dmytryk, un gran director de actores, entre otras cosas grandes. Incluso consigue colar sus blandos ideologemas religiosos, que lo hace tan bien, con tanta soltura y buen oficio, que uno lo acepta sin rechistar. No hay escena, encuadre, movimiento de cámara, retrato de un espacio, uso del color, medida de tiempo o enlace de situaciones que no fluya, que no funcione agradablemente.
Amin Adabaman
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22 de diciembre de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es una película de aventuras, pero no de acción, sino por los conflictos que trata. Para aumentar su atractivo, mezcla hábilmente asuntos religiosos, amorosos, localizaciones exóticas, guerra amenazante y sociedades poco conocidas como la China.
En el que toca a religión, aprovecha el asunto de si el hábito hace al monje, al estilo “Jesús de Montreal” o “El general Della Rovere” También se apoya en la dicotomía religión y ciencia (posiciones contrapuestas del sacerdote y del médico ante dilemas importantes)
No busca la provocación, ni el melodrama, ya que la situación del protagonista es en si misma una aventura extrema y llena de riesgos.

Es en el año 1947, cuando terminada la guerra mundial, China se ve envuelta en otra guerra, en este caso civil, involucrando a poderosos “Warlords”, de la que Mao saldría vencedor.
Es en la remota región de Sinkiang, donde precisamente – dato histórico- el obispo en esa época era un sacerdote vizcaíno.

En esa región tan apartada, y en ese tiempo se encuentra, y no por su voluntad, el personaje a quien Bogart da vida, cuyas circunstancias le convierten en un juguete del destino, enfrentándose como puede, a varias tomas de decisiones vitales. Quiere marcharse, escapar, huir, pero no resulta nada fácil. Necesitaría de la Providencia, y toda su fuerza de voluntad para conseguir llegar a alguna ciudad portuaria, todas ellas muy lejanas geograficamente.
Y se le presenta la ocasión de hacerse pasar por un sacerdote católico, el Padre OShea

Su situación personal al borde del abismo, no está para cometer ni el mas mínimo error. Y por eso Bogart da a su personaje una característica de cínico desencantado, sin ilusión o vanas esperanzas, siendo al mismo tiempo un hombre que no gusta de indignidades, aunque a veces hay que convivir con ellas o lo que es peor verse obligado a compartirlas; pero sabe comportarse con “autorictas” y de ahí la admiración que provoca en los chinos, ya sean fieles católicos o no, y atraiga a con tanta intensidad a la joven enfermera viuda.

Bogart extraordinario. Y esta afirmación, va a Misa, tanto como la acertadisima e irónica frase que en cierto momento sale de sus labios “Has hecho muy mal en burlarte de la Trinidad”
Sal Paradise
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20 de enero de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
“The Left Hand of God” (La Mano Izquierda de Dios, 1951), fue la séptima novela que publicara el estadounidense, William Edmund Barrett, escritor que luego sería mejor conocido por “Lilies of the Field” (1962), una obra llevada también al cine por el director, Ralph Nelson.

En principio, la novela de Barrett fue adaptada para cine por el celebrado escritor William Faulkner, pero, al proponerle su guion al director, Howard Hawks -con quien ya había trabajado obteniendo muy buenos resultados en otras ocasiones- éste se sintió desencantado con el cuento y no se animó a rodarlo. La, Twentieth Century Fox, adquirió luego una nueva adaptación efectuada por Alfred Hayes (“Teresa”, “Clash by Night”, “Human Desire”…) y la encargó al director, Edward Dmytryk, quien se esmeró por llevar a buen puerto una historia que sigue conservando esa posición ideológica a la que nunca renunció definitivamente.

La aventura comienza con la llegada del nuevo sacerdote católico que estaban esperando en una pequeña misión china. Identificado como, el padre O’Shea, el hombre despierta enseguida la inconformidad del médico de la provincia, el Dr. David Sigman, quien considera intromisoria la llegada de los curas a la cultura China, y su propósito es acabar con la misión para lo cual cuenta con el respaldo de su esposa Beryl, una mujer liberal de mente bastante amplia.

Por otra parte, el nuevo misionero atraerá con su presencia a la enfermera de la región, Anne Scott, la cual tratará de evitarlo porque no resiste su varonil presencia, extraña en un sacerdote… y mientras trata de adaptarse a un ambiente para el que no parece muy bien preparado como sacerdote, va dando pruebas de solidaridad, de hondo respeto por la cultura y por el pueblo chino, y esto le va mereciendo un aprecio que comienza a sorprender.

Escéptico desde muy temprana edad, Dmytryk, se afirma en mostrar “lo milagroso” como puros hechos del azar y como tal lo admitirá el misionero de a bordo… pero nos deja, a los creyentes, ese vuelo de imaginación que nos permite pensar que alguna fuerza superior bien pudo intervenir porque, definitivamente, Dios cree y valora más a un ateo generoso e íntegro, que a un creyente mezquino y oportunista. Más que necesitar que creamos en Él, el Padre necesita que creamos en nosotros mismos y que hagamos ejercicios prácticos y honestos de servicio a la humanidad.

Curioso ver a un actor como, Humphrey Bogart, quien tantísimas veces hiciera de bandido -y en menores ocasiones de tipo bueno-, haciendo ahora de misionero con sotana… pero, esto converge con su personaje quien tiene algunos matices que vale la pena conocer. Gene Tierney, es la enfermera -sin confianza en sus percepciones- que resulta más intuitiva de lo que logra comprender; y la pareja que conforman, E.G. Marshall (el Dr. Sigman) y Agnes Moorehead (su esposa), son de aquellos seres prácticos que terminan creyendo más en la acciones que en la condición profesional del ser humano.

A, <<LA MANO IZQUIERDA DE DIOS>>, le falta un poco de consistencia en al menos un par de acciones y algo de definición en los hechos históricos en que se mueve la trama, pero, desde el punto de vista humano cumple a cabalidad en su demostración de que más que un certificado o un título, lo indispensable en ciertas profesiones, es la buena voluntad y el ejercicio eficaz de la labor que alguien asume… y preocupa lo que dijera, Beryl: “Los cuerpos prestan poca atención a los cerebros”.

Título para Latinoamérica: DEL DESTINO NADIE HUYE
Luis Guillermo Cardona
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