El crack

Si vemos un torero “newyorkino” paseando tranquilamente con su traje de luces por la sexta avenida en dirección a la plaza de toros más próxima de México, posiblemente no nos causaría tanta extrañeza como ver al detective que nos presenta José Luís Garci.

El trabajo de Alfredo Landa en este papel resulta anodino y próximo al esperpento, una representación nada convincente para un guion totalmente burdo y carente de interés.

El único recuerdo real de la película una vez vista, es el de las calles de Madrid, de ese Madrid de 1981 que con su gente, sus cabinas, sus tiendas, sus coches ya solo existe nostálgico escondido entre nuestros recuerdos.

Todo lo que he visto de Garci es muy aburrido, esto ya parece una competición entre él y Isabel Coixet, a ver quién hace las películas más aburridas de la historia de España. El crack, historia de un beso, volver a empezar.... todo aburrido..., no entiendo cómo hay gente que le pone un 8, un 9, un 10... en fin, no comment. Si "el crack" es un 9 o un 10 como dice alguna gente de por aquí, entonces Fargo es un 15. No hay más preguntas señor fiscal.

Estoy en diciembre 2022, después de muchos años (casi 40) vuelvo a ver por segunda vez esta película de Garci.

Así que la vi hace tres días.

Hoy ha sido la cuarta vez que la he visto entera en tres días.
Y no será por falta de oferta, ya sabemos todo el cine que hay en tantos sitios.

Pero no.
No he podido claudicar al señuelo de la personalidad de German Areta.
No es que es una buena película.
Opino sinceramente que es una de las mejores películas de cine negro que se han hecho jamás.

La gran cantidad de pausas musicales enseñándonos los cruces del Madrid del año 80, no solamente son una magnífica manera de ubicarnos en el entorno de lo narrado, sino que esconden algo mucho más inteligente de lo que uno puede suponer, y es que el director nos da de esa manera sutil, el tiempo suficiente para digerir las imágenes anteriores y nos instala en el porvenir inmediato sin que nos demos ni cuenta.

Si esta película fuera un film de USA, sería tan premiada como Casablanca.
Humphrey Bogart era un actor excepcional, que con una sola mirada mientras sujetaba el cigarro, nos decía todo.
Alfredo Landa también lo logró.
Y aquí también lo dice todo con su mirada.

Qué puedo decir más si ya dije ya que la he visto cuatro veces en tres días.
Simplemente que es excepcional.
Y que debería de enseñarse en las escuelas de cine, para observar cómo con imágines puede una película subyugar a quien sepa valorarla.

La mejor obra de Garci, un crudo retrato sobre la corrupción, la traición y la venganza y sobre los hombres que se mantienen impasibles frente a las adversidades y con sus principios bien amarrados. Soberbio Landa.

Ya ha llovido desde 1981, donde uno de los grandes del cine español, el oscarizado José Luis Garci, dirigió, además de producir, esta verdadera obra de arte que sigue olvidada por muchos.

Cine negro con sabor español, con Madrid como gran escenario y el Frontón Madrid, ya en desuso y prácticamente derruido, como parada y fonda de un director intimista que siempre deja en cada una de sus producciones su impronta, su origen asturiano, y sus aficiones, el fútbol (seguidor irredento del Sporting y del Atlético de Madrid) y su gran pasión, el boxeo.

Con ese ritmo pausado que le caracteriza, y apoyado en uno de sus actores de referencia, el gran Alfredo Landa, nos presenta al personaje de Germán Areta, un antiguo policía metido a detective privado, un tipo íntegro a pesar de la profesión que eligió, en la pista de una mujer desaparecida.

Excelente dirección, inmejorables interpretaciones, sublimes escenarios y una BSO cuidada, intimista y adecuada a lo que estamos viendo, esta película es una de las más grandes del cine español, y como tal, se merece la matrícula de honor, un merecido 10.