El crack

Un intento de jugar a imitar las producciones de cine negro con detective resolviendo un caso de desaparición en una película dirigida por José Luis Garci, con Alfredo Landa, como protagonista absoluto. He querido darle la oportunidad y dedicarle tiempo para un visionado sin prejuicios, pero una vez vista puedo decir que no me ha gustado nada, se me ha hecho muy pesada y creo que se pierde en historias familiares que no vienen a cuento. Lo más bonito y satisfactorio ha residido en la música, el resto es mejor olvidar. En lo de las interpretaciones destacar el tartamudeo malo que le entra a una de las interpretes cuando tiene que hacer que llora y lamenta la perdida de su hija asesinada.
Un ejemplo claro de lo que era el cine español antes. Por suerte ahora salen cosas más interesantes y mejores.
Ha sido complicado llegar a su desenlace, pero lo he luchado y he resistido el aburrimiento sin abandonar y os puedo advertir que mejor y más saludable es ver moverse a un caracol.

Intentó hacer Garcí con "El crack" cine negro/homenaje al clásico cine americano, autor de tantas memorables películas -está dedicada a Dashiell Hammett cuya sombra no aparece ni imaginándola-, logrando un cine negro blando y desteñido, pasado por una molesta batidora melodramática y rosácea (la relación de Alfredo Landa y María Casanova es inenarrable), que hoy se ve como una película aceptable, que envejece mal, solo recordable por el ajustado cambio de rol Alfredo Landa. Pero ni hay cine al estilo grande y añejo, ni es efectivo su recurso a Nueva York y el boxeo, ni están decentemente elegidos los intérpretes, ni hay una auténtica y duradera transpiración de cine para recordar. Francamente, me esperaba mucho más.

La cosa empieza bien, con Ventepalemaniapepe en plan duro total, que si no me toques los huevos, macarra, que si tal... A pesar de lo inverosímil del asunto (Landa no es Bogart) el gangoso director consigue despertar nuestro interés... Luego empieza un melodrama rosa, más que desarrollarse una auténtica intriga. La escena del jamón envuelto en celofán (a los afortunados que aún no han visto este castizo noir nada les desvelo) debería figurar en una antología de las más casposas ocurrencias del séptimo arte.