El crack

Curioso acercamiento de Garci al ébano.

Landa es un fantástico actor, qué duda cabe, pero no le veo yo echándole pelotas y encarnando una versión castiza del gorras. Pese a todo, pese a ese desajuste, sale medianamente airoso, e imprime un toque melancólico que se agradece.

Por lo demás, nuestro héroe aprovecha prácticamente todas las secuencias para cascar alguna sala de cines o alguna referencia al celuloide, lo cual resulta muy gratificante pero algo reiterativo en este caso. Tampoco es un portento inyectando fluidez o suspense al asunto, no nos engañemos, y el cine negro con actores, paisajes y costumbres españolas no mezcla a la perfección.

Pero no está mal, no.

No me extenderé mucho (por una vez y si que sirva de precedente), ya que poco creo que pueda añadir que no se halla dicho ya en alguna de las anteriores criticas, pero si reseñar que a pesar de no ser muy conocida, es una obra clave en la filmografía de Garci ya que encontrándose en los albores de su carrera se vio en un cruce de caminos: "El crack" es un peliculón pero no genero demasiada repercusión, si bien “Volver a Empezar” es una muy buena película que le trajo premios, reconocimiento, dinero y lo más importante... muchas puertas abiertas.

Por lo que el bueno de Garci tuvo que decidir hacia donde focalizaba su carrera y la respuesta estaba clara. Pero para los cinéfilos que si bien no soportamos demasiado a José Luis Garci, reconocemos su genio tras la cámara cuando le vemos, siempre nos quedara la duda de “¿si hubiera tirado por la otra salida? ¿¿qué grandes películas nos hubiera traído??”. Bueno, nadie lo sabrá nunca por que decidió ser un gran director de drama.

Por lo demás ya lo he dicho antes: una gran gran pero que muy gran película.


César S. García.

Es "El Crack" la primera película que veo de Garci tras "Volver a empezar", y la verdad es que no me ha defraudado en absoluto. Creo que es una de las obras cumbre del cine negro español.

Alfredo Landa da carpetazo a épocas pasadas como la del susodicho "Landismo" para regalarnos una portentosa y genial interpretación como el detective Germán Areta. (Y pensar que los productores no lo veían para el papel); no se me ocurre a alguíen mas indicado: Duro, contenido, tierno a ratos. Está realmente genial.
Como contrapunto a tanta seridad tenemos a un maravilloso Miguel Rellán como el ayudante, que nos deleita con unos arranques en los que te partes el pecho. Mención especial también a José Bódalo (!!madre mía que actor!!) que lo borda.

La trama esta cogida un poco por los pelos pero se mantiene a flote gracias a unos diálogos maravillosos, ya que es en las distancias cortas donde Garci se muestra mas cómodo y saca lo mejor de sus actores.
Por otra parte la música, la cúal me parece muy indicada, suena a veces un poquito chirriante.

En definitiva, maravillosa y muy recomendable película en la que ya se dejaba barruntar un cambio en España en esos primeros años de la democracia.

Garci borda una gran pieza de cine negro fuera de su lugar y tiempo donde el homenaje a los mitos del género es constante. No peca, pese al riesgo de haberse incurrido en ello, de academicismo pobretón porque hay una atmósfera castiza y de Transición que actualiza y vivifica el milagro, con una Gran Vía esplendorosa que rivaliza con el Madison Square Garden. Alfredo Landa pone los ojitos con más registros en un solo trabajo de su carrera, en un dificilísimo papel de detective lacónico y magnético con mucho de españolito con un par de bemoles, y Miguel Rellán es el Judas/Biscuter irremplazable. En definitiva, una obra de arte del cine español que reafianza mi fe en él cuando ésta a veces flaquea.

Ver cine negro "made in spain" no es nada habitual. Menos en un formato del más puro cine negro clásico. Todos sabemos que las comparaciones son odiosas, pero he visto a Humphrey Bogart dentro del "piojo" (Alfredo Landa). Nuestro Alfredo, un actor como la copa de un pino que hace una interpretación más que notoria en esta cinta y junto con un guión elaborado es lo más notable. La fotografía de Madrid (y también de NYC) y los personajes castizos de principios de los 80 ponen la guinda. Grata sorpresa.