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Nuestros maravillosos aliados

Fantástico. Ciencia ficción. Comedia Los empobrecidos residentes de un bloque de apartamentos amenazado de demolición por un grupo de especuladores del suelo consiguen la ayuda milagrosa que esperaban en forma de unos pequeños platillos volantes extraterrestres que necesitan la electricidad suministrada por los apartamentos para sobrevivir. En agradecimiento lucharán con ellos contra los especuladores. Una característica cinta con toda la marca del sello Amblin, productora de Spielberg. (FILMAFFINITY) [+]
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Críticas 6
Críticas ordenadas por utilidad
12 de diciembre de 2014
13 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Planteada inicialmente como un capítulo de la serie “Cuentos asombrosos” (1985), a Spielberg le gustó tanto la historia de Mick Garris que decidió hacer un largometraje, aprovechando el tirón en taquilla que tuvieron otras películas de corte fantástico con ancianos como protagonistas como “Cocoon” (1985).

El filme cuenta la historia de los vecinos de un viejo inmueble que son obligados por una constructora a abandonar sus casas, previo pago de su mudanza. Pero algunos de ellos llevan toda la vida viviendo allí, y se niegan a abandonar su hogar. Perdida toda esperanza, reciben la visita de unos extraños artefactos inteligentes que les cambiarán su suerte.

Producto diseñado con el molde Amblin, el filme es una pequeña muestra del cine de Spielberg de los ochenta. A pesar de no ser el director, su acólito Matthew Robbins es también de la casa y sabe perfectamente lo que quiere su jefe, realizando una obra bastante acorde con sus dictámenes. La historia está plagada de temas spielbergianos, tales como la vejez, la fantasía, los milagros y los extraterrestres con buenas intenciones.

La narración es sencilla, de buen ritmo y desarrollo lineal. Las actuaciones, también sencillas, son entrañables y recuperan a los veteranos actores que nos hicieron disfrutar tanto en “Cocoon”, como Hume Cronyn o Jessica Tandy. Pero lo mejor de “Nuestros maravillosos aliados” es el recuerdo de esa forma de hacer cine con la que hemos crecido algunos de nosotros. Es algo esencial para disfrutar de la magia de una película tan simple y, a la vez, tan especial. Pura nostalgia.
Richy
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24 de septiembre de 2013
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Relato emotivo e inspirador, que presenta el acecho al que se ve sometido una comunidad de vecinos para abandonar su hogar, porque una empresa edificadora, está dispuesta a hacer un ambicioso proyecto en su localización.

Los vecinos y habitantes del lugar, encontrarán apoyo en unos aliados especiales e inesperados, con los que harán frente a las tentativas de la empresa edificadora.

Tiene todo lo bueno y lo malo del cine de los ochenta, con el sello inconfundible de Steven Spielberg como productor, consigue conquistar al espectador con la sencillez de sus personajes y hacerle participe de la gran lucha a la que hacen frente.

Es una historia con corazón, donde los personajes sienten y padecen, cada uno con sus inquietudes y problemas, unirán fuerzas para salir adelante.

Dentro del drama que vive cada uno de ellos, en el argumento y el desarrollo de las historias individuales de cada personaje, la película desprende un toque de humor desenfadado y ligero, que logra hacer pasar momentos divertidos y entrañables.

Cada personaje tiene un distintivo propio, que le hace único. La película cuenta con escasos personajes y los presenta de una forma sencilla y trivial, pero éstos, están llenos de carisma, incluidos los aliados, logrando conectar con el espectador.

La película cuenta con unos efectos especiales artesanales más que convincentes, alejados de los logrados hoy en día con el ordenador, presenta a unos aliados especiales, que logran trasmitir emociones con solo dos luces.

Los extraños aliados, logran gracias a los efectos especiales, no solo resultar creíbles, si no que llegan a trasmitir emociones y sentimientos, que nadie podría imaginar que pudieran generar dos latas voladoras con luces.

En el reparto podemos ver a Jessica Tandy, veterana actriz vista en "Los pájaros" de Alfred Hitchcock y en "Paseando a Miss Daisy", por la que ganó el Oscar. En esta película, ofrece la interpretación de un personaje entrañable, con el que refleja los achaques de tener una avanzada edad, con humor.

Nuestros maravillosos aliados, es cine del que se hacía antes, con personajes llenos de vida, capaces de conmover al espectador al tiempo que hacerle sonreír, dejando un buen sabor de boca al concluir el visionado de la película, es la magia del cine.
Jon
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20 de septiembre de 2010
6 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Linda película, la cuál dependiendo de las exigencias y expectativas como así del carácter de cada uno, puede parecer mejor o peor. Y siempre es así en realidad, pero más en este caso. El tema de los robots estuvo de moda en los ochentas, y fiel al estilo de aquella década, todo estaba mezclado con ternura e inocencia. Este film es ameno, cándido, y está lleno de ternuras y de gratos momentos. Sin llegar a ser nada memorable, es al menos y en su argumento, una placentera y constructiva muestra de respeto y amor hacia seres diferentes. Entre tanta masacre y tanto gore, esta peli puede parecer tontuela, pero la prefiero, prefiero mil veces este tipo de películas que a "Resident las pelotas evil 18".
Además, tiene una importante (aunque tratado de manera algo frívola) crítica al crecimiento constante de las ciudades, y al desamparo de las personas con escasos recursos económicos.
Cuando vi esta película tenía once años; hoy tal vez me pueda parecer algo blanda, pero elijo quedarme con la impresión grata de aquellos años, donde no exigía del cine más que entretenimiento y emoción.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Black Floyd
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22 de octubre de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una película entrañable firmada de forma directa por Steven Spielberg y su legendaria productora Amblin que trata temas muy pertinentes a la filmografía del cineasta de los años 80, cortada por un estilo puramente fantástico y grandes caras de Hollywood. Aunque se trate de una producción más o menos pequeña que, con los años, ha sido prácticamente olvidada, Nuestros maravillosos aliados está impregnada de la ternura de la productora californiana, convirtiéndola en una pieza indispensable del relicario de Spielberg que ha sobrevivido como una muestra arqueológica con el fin de entender su estilo y, por supuesto, dar una aventura familiar llena de buenas intenciones. Faye Riley (Jessica Tandy) y Frank Riley (Hume Cronyn) es una pareja de ancianos residentes, junto unos pocos vecinos, de un edificio en ruinas. Este emplazamiento es deseado por un magnate inmobiliario que quiere expropiar el inmueble con fines comerciales y egoístas, haciendo la vida imposible a la comunidad de vecinos. Pero una extraña llegada ayudará a la asociación vecinal a enfrentarse al desahucio y, también, a creer.

Dirigida por Matthew Robbins, imbuido en la Generación de los 70, Nuestros maravillosos aliados es un filme que, dentro de su carácter casi televisivo, rompió la taquilla como habitualmente hacía la mano de Spielberg que enseña y guía a su alumno Robbins. El director texano, desaparecido del panorama cinematográfico, consiguió a través de una dirección simple una preciosa película de ciencia-ficción familiar, herencia de E.T. el extraterrestre (1982) y, más conciso, de Cocoon (1985), en la que también podemos ver a Jessica Tandy y Hume Cronyn, tanto por los temas que trata como el tono meloso que emplea. Si bien Spielberg nunca se ha caracterizado por plasmar ideas sesudas en sus filmes (tampoco lo pretende) sí que consigue, gracias a la ligereza narrativa embutida de buenos sentimientos, tocar la fibra sensible del espectador con historias bonitas en las que, si excavamos la capa de tierra exterior, ornamentada de sensiblería, podemos encontrar el corazón que ha puesto en sus más eminentes obras como La lista de Schindler (1994), esa esperanza y, sobretodo, fe, en la bondad humana transmitida directamente de la religión judía que procesa. Esto, sumado a la ingenuidad de la que dota a sus protagonistas como Elliot (Henry Thomas) en E.T. el extraterrestre, Oskar (Liam Neeson) en La lista de Schindler o Faye en la que nos encontramos, siempre con un grado en mayor o menor medida de inocencia y sencillez, hace que nos emocionemos a través de sus ojos y esa reconciliación con la humanidad, esa esperanza de que los buenos sentimientos son capaces no solo de hacer retroceder a la malicia, sino de convertirla, como es el caso de Faye y Carlos (Michael Carmine). Spielberg y su equipo son grandes hacedores de mundos fantásticos, ambientados en la realidad y de toque bonito y fantasioso en los que los milagros provenientes de la fe están a la orden del día. Por ello, Nuestros maravillosos aliados, traducido más acertadamente en Sudamérica (Milagro en la calle 8) es un producto que invita a creer, a soñar y, sobretodo, a ver en compañía de tus seres queridos.

Dentro de los géneros anteriormente mencionados, la comedia también se introduce, de forma algo patosa, en el milagro spielbergiano. Pero esto, lejos de resultar tan fastidioso como se podría presuponer, agrega candidez al relato y, sobretodo, a la relación entre los personajes cuyo funcionamiento es similar al de la mente colmena, incapaces de transmitir el mensaje de forma individual, resaltando esos valores familiares que comparten la cooperación, empatía y solidaridad como elementos principales para su transmisión. Pero, dentro de todo, lo que Amblin Entertainment quiere tratar de forma concreta es la idea del sueño americano, evolucionada en el s. XX desde el pensamiento de James Truslow Adams, en la que los movimientos sociales de los años ochenta en los que se desarrolla la película ofrecen la ambientación y el contexto histórico idóneos para reforzar los ideales de prosperidad y plenitud humana que quieren los personajes de Faye y Frank, y sus peculiares vecinos, luchando por su cuenta por unos derechos coartados por la diferencia de estatus social entre los primeros y los ‘antagonistas’ de la película, engañadores y manipuladores pertenecientes a las altas esferas, conformados por el equipo del Sr. Lacey (Michael Greene).

La estética artesana se funde con esos preciosos efectos especiales y la realista fotografía neoyorquina de John McPherson que nos traslada a esos suburbios, ese empobrecimiento social de un humilde barrio obrero, acercándonos de una forma bonita al drama de los marginados que incluso a día de hoy, 33 años después, se puede observar en cualquier parte del mundo. El diseño de los extraterrestres se antoja gracioso y original, compenetrándose con las livianas construcciones de sus personajes (en las que Faye es la portadora de la mayor profundidad y del alma de la película) y siendo el hilo conductor para el desarrollo de estos y de la mente colmena emisora del mensaje. Las interpretaciones están correctas, donde el sobresaliente lo tiene Jessica Tandy dando una actuación sublime y llena de ternura que hace imposible no encariñarse con su personaje, personaje completo y complejo que experimenta inusuales cambios de registro perfectamente llevados por la actriz británica. Una mala elección ha sido el desaprovechamiento en el doblaje castellano de la imponente voz de Constantino Romero para el anodino personaje de Harry Noble (Frank McRae).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Tiggy
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29 de marzo de 2019
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La fantasía de los 80 permitía hacer creíble cualquier cosa. La mano de Steven Spielberg como productor se nota en esta simpática y familiar historia de unos pequeños "ovni" o robots alienígenas que van a parar a un bloque de viviendas que está a punto de ser demolido.
La película tiene muy buen rollito y hereda a su manera el espíritu de "E.T." y similares extraterrestres buenos, que en este caso echan una buena mano a estos vecinos.
Está lejos de los títulos más míticos de los 80, y aunque cuando la vi de pequeño me gustó bastante, pierde mucho en los revisionados, incluso teniendo en cuenta el factor nostalgia.
Creo que falla un poco en el ritmo y la parte central se hace un poquillo pesada. Quizás sea porque se espera que pasen más cosas a nivel de efectos especiales y en realidad está muy mezclada con la cotidianidad de la vida en el edificio.
El título en España no tiene nada que ver con el original, pero esto no es algo que deba sorprender. Lo cierto es que es tan feo como "Pilas no incluidas".
Es para verla una vez y quedarse con el buen recuerdo de la niñez y aquellos viejos tiempos de videoclubs y cintas VHS.
Eso sí, los "bichitos" estos son adorables. ¿Quién no querría uno como mascota?
i42poloj
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