Canción de juventud

Hablamos de otra película de las de toda la vida, con canciones que, al escucharlas, se te ponen los pelos de punta de la emoción, de tantas veces que se vio en la niñez.

Pero a parte de eso, se trata de una tierna y buena película sentimental, que consigue arrancarte muchas emociones si la sigues hasta el final. Esta fue la primera de la Dúrcal, mejor en cuanto a trama que Rocío de la Mancha, pero se nota que es un poco más inmadura aquí la actriz, que en la siguiente película si que llenó la pantalla con su sola presencia.

Les recomiendo que la vean y, con un poco de suerte, rememorarán tiempos pasados, frente a la chimenea, y junto a algún que otro ser querido.

Es una película muy emotiva, que te hace disfrutar con al voz de Rocío Dúrcal y con las historias de aquellos dos colegios. Que te transmite muchos valores, entre ellos la amistad, la cooperación y el amor paterno-filial.
Es la primera película de Rocío Dúrcal y la mejor, con tan solo 18 años.

Prácticamente a orillas de la mar hay dos colegios muy próximos. El de chicos, regido por Don César, es muy severo; el de niñas es un cole de monjas modernas en lo que a educación concierne. Hete aquí que las monjitas convencen al inflexible Don César para que haya un encuentro entre niños y niñas (¡morbo sexi para la época!), lo cual que en un paseo conjunto de ambas instituciones encuentran una ermita ruinosa y ponen manos a la obra para reconstruirla. Y como les falta dinerito, pues deciden organizar una función de teatro para que las familias vengan y aporten. Pero Rocío (la Durcal de chiquilla) anhela con escasa confianza que venga su papi, un pianista de fama que siempre anda de gira.

Luis Lucia dirige, acompañado en el guión por José María Palacio y en la música por el omnipresente en aquellos entonces Augusto Algueró, y toman de la mano a Rocío Durcal, una especie de Marisol sub dos que también es muy mona, canta bien y asegura el sustento de productores, director, artistas, etc. De hecho, también de la mano de Lucia, en el posterior año de 1963 se estrenaría “Rocío de la Mancha” con notable éxito.

No hay que olvidar que Luis Lucia descubrió y dirigió a las cantantes y actrices más populares de una época: Nati Mistral, Lola Flores, Carmen Sevilla, Marisol, Ana Belén y Rocio Durcal; nombres que ya están en lo más alto-bajo (depende) de nuestro cine musical sobre todo en la época del Generalísimo. Lucia conectaba con el gran público y su éxito comercial estaba asegurado.

Esta película es blanda y cursi, sin embargo, a mi ser infantil se le hacía más digerible dentro de que la cosa no funcionaba bien salvo para las chicas. La cosa es que me resultaba la Durcal más tolerable que Marisol. Además, en esta cinta se habla de colegios, del compañerismo, de la amistad y de amor padre-hija. Valores obviamente conservadores y propios de la dictadura; aunque la verdad es que alguno de ellos hoy no vendrían mal ponerlos en funcionamiento.

En resumen, esta película de Rocío Durcal-Lucia era más a pie de realidad que las de la exultante Marisol, su natural competencia de la época. Yo la toleraba, la podía digerir.

Luego vendría su nueva época artística de madurez con diversidad de estilos que culminarían con su consideración de «reina de las rancheras», recibiendo, poco antes de fallecer (2006), en 2005, el Premio Grammy Latino a la Excelencia Musical, otorgado por la Academia Latina de la Grabación. Ya en 2009 se le concede Premio "Grammy" póstumo en reconocimiento a su carrera musical.

Ahí queda la Durcal del cine, la TV y la canción, una mujer trabajadora, meritoria y de bien hacer en general.

No sé si es que "Canción de juventud" está pensada para un público más infantil que juvenil pero lo que no cabe duda es que es tremendamente blandita tirando a cursi. En todo caso, hay que verla como dentro de un género, al que podemos llamar comedia musical, melosa y melodramática. y como tal, resulta grata por inocente, candorosa y sencilla. En realidad, estamos delante de las mismas películas que las de Marisol pero sin Marisol, incluyendo a los mismos secundarios que aparecen.

En la música, hasta las canciones más chorras como "Pin Pan que bonito es trabajar" o "La niña buena", perfecto ejemplo de la filosofía de la película, te se quedan en la memoria, especialmente la segunda, y por supuesto, las más serias como "Quisiera ser un ángel" o la propia "Canción de Juventud". Otro punto a favor es Rocío Durcal que está que no se puede aguantar de encantadora, dulce, gachona e ideal. Tiene incluso algún momento desternillante con José María Tasso, el del flequillo.

Por último, atención al mensaje que se da en pleno franquismo y en una obra tan reaccionaria y sexista como ésta. Dice una monja que ellas quieren educar a futuras mujeres "alegres, buenas y honestas. Que sepan andar por la vida con pie firme y elegir con acierto al hombre con quienes compartir su vida". Lo sé, esto es muy antiguo pero, además de ejemplar, transmite que ellas llevan el control y deciden. De ahí que la autoestima y su seguridad en sí mismas sea tan elevada. Al revés que ahora.

Es un pseudomusical lleno de canciones ñoñas y de una trama inverosímil (ver spoiler) con el único fin transmitir los valores de la dictadura franquista.

Totalmente prescindible.