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El ocaso del samurái

Drama. Romance Japón, mediados del siglo XIX. Seibei Iguchi es un samurái de bajo rango que trabaja como burócrata. Viudo, vive con sus dos hijas, a las que adora, y con una madre ya senil, por lo que se ve obligado a hacer otros trabajos para poder sacarlas adelante. Una nueva oportunidad se presenta en su vida cuando se entera de que Tomoe, su amor de siempre, se ha divorciado de su cruel marido. Sin embargo, el rígido código de honor de los ... [+]
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Críticas 57
Críticas ordenadas por utilidad
18 de abril de 2006
72 de 84 usuarios han encontrado esta crítica útil
Fantástica. Su propuesta está basada más en el teatro que en el cine. Yoji Yamada adapta las obras clásicas de su compatriota y añade su toque personal. Su desarrollo es lento pero la triste historia de nuestro héroe indica con claridad el propósito del director. No piensa ofrecernos una de las típicas obras de samurais con las que últimamente nos atacan o deleitan (según se mire).

Las reminiscencias sobre los antiguos films de samurais son más que obvias. Rinde tributo a Mizoguchi y en menor medida a Kurosawa planteando una historia de amores, desgracias y losas con las que carga nuestro héroe. La actuación de Sanada es sublime. La encarnación de un perdedor sólo para la sociedad. De una humildad sobrecogedora y con un amor por la vida y por sus semejantes que es un soplo de aire fresco en las películas guerreras. El combate del duelo me pareció mejor que el del final. La fotografía envuelve de tristeza la casa de nuestro héroe. Sus actos justos y la valentía del que resulta humillado y no responde por respeto a sí mismo, consiguen de este samurai un atípico héroe, entrañable y cándido a la vez, algo fuera de lo común en la actualidad. Muy buena.
Txarly
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21 de marzo de 2007
37 de 43 usuarios han encontrado esta crítica útil
Brillante exposición de la vida real o cotidiana de un samurai honesto y decente, de escala baja, pues había muchos tipos y rangos de samurai. Hiroyuki Sanada intrepreta a un samurai viudo, responsable de dos hijas, que tiene que hacer a escondidas pequeños trabajos de artesano para mantener a su familia y que ama a una mujer pero su gran timidez en asuntos de amores le impide declararlo, con lo cual se hace desgraciado él y la hace desgraciada a ella.

Es una película magistral, serena, donde se nos perfila la vida rutinaria provinciana de los samurais en decadencia, sin guerras ni grandes conflicos, dejándose llevar por el clan de pertenencia, por la obedencia, el honor y la tradición, que como en el caso que nos ocupa era una carga demasiado pesada y que existencialmente cundía muy poco debido a lo mucho que limitaba y escalvizaba la realización personal de los samurais a cambio de muy pocos logros o ventajas.

Gran película, tanto ésta como la que le sigue en similar argumento, "La espada oculta", la cual trata también, más o menos sobre la vida de un samurai de poca monta, enamorado de una mujer a la que no se atreve a confesar su amor, cuya vulgar vida se verá sacudida por un gran duelo y sometido a la obediencia ciega de un clan tradicional que caminaba a marchas forzadas hacia la extinción, entre otras cosas por la corrupción y anacronismo de sus dirigentes.

Fej Delvahe
Fej Delvahe
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27 de mayo de 2008
31 de 40 usuarios han encontrado esta crítica útil
Digna heredera del más puro y genuino cine clásico japonés, “El ocaso del samurai” es una de esas pelis tan bien hechas como agradables de ver. Y ésa, al margen de otras consideraciones, ya dice mucho de una obra cuyo máximo objetivo es narrar las venturas y desventuras de un samurai de bajo rango en el Japón de finales del s. XIX.

Para ello, Yamada prescinde de toda estridencia filosófica u efectista y construye, desde la humildad más absoluta, una entrañable e intimista historia de amor como sólo los japoneses saben hacerlo. Con la cámara a ras de suelo, mimando los planos, los detalles; con las justas y apropiadas intervenciones de una voz en off que, lejos de agobiar, instila un halo de nostalgia y lirismo extraordinario.

Queda patente que con una simple espada de madera, un corazón noble y un férreo sentido del deber, un simple samurai de 50 kokus demostró mucho mayor coraje que 50 samurais lanzando mandobles a diestro y siniestro con sus afiladísimas katanas.

Probablemente si Tom Cruise y Edward Zwick se hubieran dignado a echarle un vistazo a la película de Yamada no hubieran tenido la desfachatez de rodar una inmundicia como “El último samurai”. Bueno, igual no. La pasta es la pasta.
Taylor
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4 de marzo de 2007
26 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nos situamos en los últimos años de la era Tokugawa, concretamente en el año 1868. Seibei Iguchi un samurai perteneciente al clan Unasaka que vive de forma muy humilde comparado con el resto de sus compañeros de clan, viudo ,con dos hijas y una madre en estado senil, se ve obligado a realizar duras tareas (dignas de una persona inferior a su clase social) para sacar a flote a la familia. Por ello, cuando acaba sus tareas como samurai, sale al caer el ocaso a trabajar en los quehaceres de la casa en vez de irse con los demás samurai a emborracharse, estos lo ven como objeto de mofa, poniéndole al pobre hombre el mote de "Ocaso Seibei".
Seibei vive una vida triste, sin embargo todo cambia cuando Tomoe, una vieja amiga de la infancia, reaparece en su vida.
"El ocaso del Samurai”, con un sutil guión, nos muestra que el mito del "poderoso" samurai al que estamos acostumbrados a ver en videojuegos, anime o películas "made in occidente" es exagerado. Sin ir más lejos, nos muestra una certera realidad. El diálogo, la imagen y la actuación de los personajes es lo que hace interesante a la película, dejando unas pocas escenas de acción, las cuales incluso están realizadas con gran maestría, así pues, puede considerarse como una película gramática. El personaje de Seibei, muestra a una persona que no desea ser un samurai con grandes honores y riquezas, el está a gusto con su vida, pues pasa mucho tiempo con sus hijas, el ya es feliz con su estilo de vida, aunque muchas veces sea paupérrimo y duro, nos enseña una moral la cual muestra que el ansia de poder no va coordinado con la felicidad, sino que dicha felicidad va cogida de la mano con el cariño que sientes a las personas de tu alrededor.

La música está compuesta con escasas melodías que se mezclan con el ambiente del lugar, a pesar de que el mismo sonido de la naturaleza otorga una buena melodía incluso en los momentos de silencio.
En resumen, es una película cuya maestría del director y del reparto es sólo comparable a la maestría de las películas del mismo género de Kurosawa o Mizoguchi.
Arakiri
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6 de junio de 2005
20 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
"El ocaso del samurai" se nos presenta aparentemente como la historia de un samurai de bajo rango, Seibei Iguchi, que tras perder a su esposa por una enfermedad, lucha por salir adelante con sus dos hijas y su madre desmemoriada. Pero por encima de esta intimista historia, el realizador Yoji Yamada realiza una precisa disección de la época y de la caída del régimen feudal en Japón (que concluyó con la instauración de la Era Meiji), mediante la desmitificación de esos bravos guerreros conocidos como samurais, que se regían por las opresivas leyes del Bushido. La construcción del film bascula entre un clasicismo más propio del "jidai-geki" de época, y un tono tremendamente crepuscular que muestra la cara oculta de una épica que otros directores se han ocupado de realzar.

Su protagonista se podría definir como un hombre decepcionado con el mundo que le rodea, que no desea vivir en el momento que le ha tocado, y que solo ve forzado por las circunstancias a cometer los actos que no desea. En este aspecto radica otra de las bases del film, la eterna lucha interior del hombre japonés, la dualidad giri-ninjo, la pugna entre aquello que debe realizar porque así se lo exige la sociedad y los propios sentimientos. Es por ello por lo que el propio Seibei es marginado por sus compañeros, y se abandona a sí mismo entre el alcohol y la miseria. Tan difícil carga es llevada a cabo por un excepcional Hiroyuki Sanada (conocido en Occidente por ser el protagonista masculino de "Ringu"), actor que con pocos gestos es capaz de transmitir una inmensa amalgama de emociones.

A pesar de tener en un samurai, al centro del relato, Yamada opta por desviar a la acción de su punto de mira, centrándose en la recreación de la vida cotidiana de Seibei: la relación con sus hijas, sus labores también como campesino, y el inicio de una maravillosa relación amorosa con una amiga de la niñez (interpretada por Rie Miyazawa). Los momentos de acción están tremendamente dosificados para decepción de los que busquen peleas espectaculares, aunque no falta a la cita el duelo final, brillantemente rodado en una pequeño habitáculo gracias al uso magistral de la luz y a la perfecta planificación de la secuencia.

En definitiva, "El ocaso del samurai" es un largometraje que se mueve en las aguas de ese minimalismo tanto estético como narrativo, ya que su fuerza radica en la brillantez de sus diálogos, la solidez de sus personajes, y el gran trabajo de los actores. Un film complejo por el tema que trata, pero muy sencillo en cuanto a su construcción, de ritmo contemplativo pero cuyas dos horas pasan sencillamente volando. Y es que Yoji Yamada es perro viejo, y sabe que en muchas ocasiones, menos es más.
Thug_Life
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