El fin de ETA

Vamos a ver, Filmaffinity es un juego en el que nos hacemos pasar por críticos literarios; no por columnistas de Opinión del ABC o el País.

El documental es la expresión de un aspecto de la realidad, mostrada en forma audiovisual. En esa expresión se exponen de forma cronológica una historia con las descripciones que dan entrevistas de sus protagonistas. El documental tiene el visto bueno (en este caso) de todos los que participaron así que los cortes no pudieron ser muy sesgados. El narrador no aparece; con lo que el sesgo narrativo es nulo.

La historia empieza con una reunión clandestina de dos "jeques" vascos que actúan por su cuenta y riesgo y plantean sus opiniones. Ambos son entrevistados. Participan los representantes institucionales del PP (Jaime Mayor, que dirigió la penúltima negociación por estar en el gobierno) y del PSOE (Alfredo Pérez, que dirigió la última negociación por estar en el gobierno) Aparecen los representantes institucionales del PNV (gobernador de Euskadi 36 de los 40 últimos años) en una y otra negociación (Ardanza y Urkullu) Una representante de las víctimas y dos arrepentidos que hicieron algo paralelo en su momento.

Todos dicen lo que piensan y exponen sus opiniones. Nadie ha alegado sesgo. Como documental su sobriedad es absolutamente sobresaliente. De ellos son sus opiniones; y de usted, Espectador del Mundo; son sus exclusivas, muy exclusivas conclusiones.

La mía (no le importa a nadie) Que Evaristo Torrecuadrada (personaje ficticio de El Pico de Eloy de la Iglesia) tenía razón cuando en 1983 auguró que ETA terminaría cuando los matasen a todos (en encarcelamiento es mucho más efectivo para estas cosas que la pena de muerte)

El documental es un regalo de Dios al mundo y debería estudiarse en clases de biblioteconomía y documentación. Joder! Que no hay porque estar de acuerdo con alguien para escucharlo y valorarlo objetivamente

Yo crecí en la España de la violencia de ETA, pero siendo de un pueblo pequeño de Andalucía, siempre la vi como algo muy lejano. A mi pueblo, que era donde se desarrollaba mi vida y la de mi familia, no iban a venir a atentar. Más tarde estudié la carrera en Málaga y empecé a trabajar allí. A pocas calles de donde vivía asesinaron a Martín Carpena.

Este documental, principalmente, son trozos de entrevistas a los políticos que tuvieron parte en el proceso de abandono de la violencia armada por parte de ETA. También se entrevista a algunos mandos de la guardia civil, y a algunos presos arrepentidos. Creo que un documental así es un lujo, narrado directamente por los protagonistas, sin que una tercera persona haga interpretaciones o valoraciones personales. Yo tampoco voy a hacerlas: que cada cual lo vea y saque sus propias conclusiones.

Nacido en Gran Bretaña y seducido por el cine documental, Justin Webster, realizador de reportajes tan minuciosos como “FC Barcelona Confidencial” (2004) y “El Árbitro” (2009), puso en sus manos todo el material información que disponía para construir “El Fin de ETA”, que podría suponer en su argumento como un epílogo de lo que anteriormente Julio Medem reconstruyó en su “La Pelota Vasca: la Piel contra la Piedra” (2003). Pero en el documental de Weber vemos el inicio de un periodo de conversaciones que, en secreto, empezaron a mantener Arnaldo Otegui (líder la izquierda abertzale) y el dirigente del PSE, Jesús Eguiguren, éste último consciente que tal vez no estaba tomando la vía adecuada o al menos vista desde la dirección de su partido en Madrid, y en unos tiempos en que la banda ya había mermado su intención de pactar una posible tregua, asesinando a políticos y funcionarios.

El documental nos traslada a partir de las declaraciones no solamente de Eguiguren y Otegi (también escuchamos el posicionamiento del entonces secretario general del PSOE Alfredo Pérez Rubalcaba) en un momento de debilidad de la banda terrorista que marcaría su fin dejando una triste e imborrable huella en la sociedad vasca y española.

He puntuado con un 6 porque me parece un documento interesante, que es como se denomina esa puntuación en Filmaffinity. Pero, al acabar de ver el documental, me he sentido adoctrinado y manipulado. Se defienden dos posturas desde un punto de vista demasiado conciliador. Donde, por ejemplo Otegui dice:

- No condeno los actos de ETA porque formaron parte de mi vida, pero yo fui parte clave en el desarme, que es más importante.

Estoy de acuerdo con la segunda parte de la frase, pero parece que tras el desarme, todo está perdonado y nada es malo o bueno. Tiene un punto de vista y es lo que vale... Pues no. Yo creo que la violencia administrada por la banda terrorista fue en la mayoría de los casos gratuita y despiadada, y hay que condenarla. Al igual que hay que condenar la guerra sucia que mantuvo el gobierno creando los GAL. Murieron inocentes, que ni tenían nada que ver con la lucha del País Vasco. Ni tenían porque estar posicionados a favor o en contra. Y el documental, no hace muestra de ello. Lo trata de una forma demasiado conciliadora. Y por ello, no cumple su cometido como documental,

Muy sesgado políticamente. Te cuentan las reuniones entre Otegi y Aranguren. No te cuentan la debilidad de ETA tras la ilegalización de Batasuna y la acción policial, no te dicen que según la propia ETA "estaban frente al abismo y ahora tienen todas las puertas abiertas". No te cuentan como aún muchas víctimas tienen que soportar como ponen contenedores de basura donde mataron a sus familiares o como a los asesinos les ponen plazas y les hacen homenajes. Te equipara los contados casos de abusos policiales con los crimines de ETA. No te cuentan nada de que Aralar, partido político de ideología abertzale pero que condena la violencia, ya existía. Sale algún exetarra arrepentido, pero no los que aún siguen orgullosos de lo que hicieron.

Si te vale la idea fácil del título de mi crítica, este es tu documental

PD: habría que recordar que ETA aún no se ha disuelto, no ha entregado armas, no colabora con la justicia ni condena sus actos. Solo ha dejado de matar. Que es muy importante, pero no es como para premiarlos