Río de pólvora

Una estupenda fotografía y una ambientación pertinente enmarcan un interesante argumento -de largo recorrido- y tanto el guión como la dirección adoptan el patrón de la complicidad para acercar la historia al espectador.
Se trata de un western construido sobre una base seria y desarrollado con coherencia cinematográfica, con gran sentido del ritmo, con una valiosa dosis de vehemencia y R. Coburn desempeña su papel con el señorío de siempre.
El resultado es una producción intensa en la que todos sus matices y sus tramas plasman sus mensajes respectivos con elegancia narrativa y extraordinaria eficacia.

Un montón de elementos familiares confluyen en este western que comienza con gran pulso para ir decayendo poco a poco después, donde se nos presenta la figura de un antiguo marshall ( Rory Calhoun ) decidido a colgar el revólver para iniciar una nueva vida, que se verá interrumpida por el asesinato de su socio, con lo que se verá obligado a retomar su antiguo oficio para aplicar justicia.

La película comienza ágil y con ritmo. A la sencillez del principal argumento se le acoplarán enseguida varios personajes que van a enriquecer el film con sus pequeñas historias no siendo la menos significativa la aparición de Cameron Mitchell encarnando al doctor Mitch Hardin. Un doctor, muy rápido con el revólver, que iniciará una cordial y cautelosa amistad con el nuevo marshall pero que vive amargado por una enfermedad que padece.
Formarán un tándem que se verá oscurecido, cómo no, por la aparición de dos mujeres esta vez. La sensual y despampanante Corinne Calvet, amante de Mitch y cerebral mujer de negocios que regenta su propio saloon y Penny Edwards, una dulce y refinada mujer del Este que aparecerá para complicar, aún más si cabe, las cosas.
Con algunas escenas iniciales vigorosas y diálogos a los que King imprime cierto sentido del humor, la cinta va perdiendo interés y se va tornando más rutinario con la aparición de Edwards, cuya aparición irá acentuando la amargura de Mitchell hasta su previsible redención.

A destacar la escena del ataque a la diligencia en el ferry, la bucólica en el prado de azaleas, la de los melocotones y el cursillo gratuito de dónde debe ir un revólver.
Yo siempre había leído en las novelitas que un verdadero pistolero lleva la canana bastante baja para conseguir desenfundar más rápido. Era la seña por la que se les distinguía pero ¿ os habéis dado cuenta de dónde lo lleva Mitchell?.
Por lo demás, bonitos paisajes y precioso color. Siempre alegran la vista.

Sorprendente western con mucho diálogo y transfondo en la narración; que mezcla con escenas de acción totalmente creíbles y resueltas de manera ejemplar.
Eso sí, no nos va a faltar el villano de turno, el robo a la diligencia y el borrachuzo del pueblo.
Los actores pese a no ser estrellas, le dan sopas con honda a otros que así lo quisieran.

A destacar la belleza de los paisajes que son una verdadera gozada para la vista....

Y para mi gusto la belleza de Penny Edwards.

Hora y cuarto aprovechada!!!

Western muy entretenido, con una estupenda fotografía en cinemascope y un guión sólido.

Básicamente es una historia de venganza, la de Chino Bullock, hombre decidido a dejar las armas y a secundar a su mejor amigo en la búsqueda de oro, pero que debido a su asesinato, decide hacerse Marshal.

Corinne Calvet como Frenchie Dumont, es la propietaria del Bella Unson Saloon. Está enamorada de Mitch Hardin, y hará lo posible para que su negocio prospere. Es un personaje muy sensual.

Cameron Mitchell interpreta muy bien a Mitch Hardin, médico de profesión, pero pistolero de vocación, por el que suspiran Frenchie y Debbie Allen. Sufre ataques cerebrales, pero sigue siendo el pistolero más rápido.

Penny Edwards interpreta a Debbie Allen, antiguo amor de Mitch Hardin, pero poco a poco se vá enamorando de Chino Bullock. Personaje sentimental y frágil, pero que a lo largo de la película irá tornando de carácter.

John Denner personifica a Harvey Logan, propietario del Palace Saloon. Personaje frío y calculador, trata de ganarse la amistad de Chino Bullock, pero nunca lo consigue. Defiende a su hermano Loney Logan a muerte, aún sabiendo que éste es un pistolero sin escrúpulos.

Y la película va básicamente de eso, de la venganza del protagonista y de cómo averigua que la persona que mató a su amigo no es realmente quien el creía.

Película muy dialogada, con una ambientación magnífica y un uso del color muy notable, con un guión sólido y con alguna que otra sorpresa.

Aparentemente nos encontramos con una de tantas cintas en la que un ex pistolero, Chino Bult (Calhoun) quiere rehacer su vida como buscador de oro. El asesinato de su socio le obliga a aceptar el puesto de marshall en un pueblo (de ahí nuestro título), como tantos del Oeste, con vecinos timoratos que no quieren líos, el saloon de madame Frenchy (Calvet), el jugador de ventaja Harry Logan y su hermano el bandido Lony, el borrachín de turno escurrebotellas y alcahuete o el asalto a la diligencia mientras atravesaba en una barcaza un caudaloso río. Lo típico en el género, con personajes de caracteres muy bien definidos.
Sin embargo hay uno que se sale completamente de la norma, un personaje de los que apenas se ven en estas películas. Se trata de Mich, Michel Harvey (Mitchell), protector de Frenchy y pistolero que en el primer enfrentamiento sufre un repentino desvanecimiento. Algo pasa aquí nos decimos todos. Todavía lo entiendes menos cuando en la diligencia llega la bella Deborah preguntando por su novio el Dr. Harvey Llegan entonces las explicaciones, pues el Dr. Mich perdió el conocimiento en una intervención quirúrgica grave diagnosticándole entonces un tumor cerebral, "Su cabeza tiene un ferrocarril dentro". Abandonó la medicina y a su prometida trasladándose al Oeste trabajando como pistolero y bebiendo para olvidar.
Tenemos ya dobles parejas, con el marshall y Frenchy, que hay que recombinar. En este contexto, en uno de los pocos tiroteos Deborah recibe un balazo "a tres centímetros del corazón". Como no hay médico ¿quién le extraerá el proyectil? Han acertado su ya ex novio Mich, que hace un trabajo impecable iluminando perfectamente el campo operatorio con lámparas y espejos, whisky en abundancia para esterilizar las manos y los instrumentos, cloroformo inhalado con paños como anestésico y tirando de bisturí que para ello lleva su maletín quirúrgico. De esta forma logrará la rehabilitación moral que buscaba.
Excelente película con un planteamiento muy original, gran interpretación de los cuatro principales protagonistas y de los secundarios, acompañado por paisajes de lámina de calendario (prados verdes, blancas cimas de montañas, río caudaloso, arboledas, etc.) Recomendable.