La suerte está echada

Aceptable film argentino que comienza de un modo exultante, con diálogos y escenas motivantes pero que a medida que transcurre la película se va cayendo poco a poco, (comienza con suerte y acaba sin fortuna) llegando a tener un desenlace absurdo no creíble.
El argumento en sí es bueno, el personaje del maestro de tango tiene una filosofía de vida sublime y las actuaciones están aceptables, Gastón Pauls en un rol convincente y Marcelo Mazzarello -físicamnete el Ben Stiller argentino- un poco sobreactuado pero sirve.
Película con suerte de que yo la haya visto para criticarla pero con mala fortuna por la nota que le puse.
Todos creen que tener talento es cuestión de suerte; nadie piensa que la suerte pueda ser cuestión de talento.
Dr.Juventus

Felipe (Marcelo Mazzarello) un actor desempleado y Guillermo (Gastón Pauls) despedido de su trabajo y abandonado por su novia, son dos medio hermanos muy diferentes, hacen años que no se ven, pero vuelven a reunirse para complacer a su moribundo padre en su último deseo antes de morir.

Felipe y Guillermo son dos individuos que todo le sale mal y se lo achacan a su mala suerte, pero lo que realmente tienen que hacer es resolver sus conflictos más profundos, finalmente estos logran conseguir que todo a su alrededor cambie.

Felipe y Guillermo aprenderán que muchas personas le darán la espalda, que muchos de los que dicen ser amigos más bien son personas interesadas en su fracaso y quieren ver como caen al abismo. Tienen que tener la autodeterminación de sobresalir, de ser exitosos, comenzar el ascenso a una mejor calidad de vida.

La película recibió cinco nominaciones a diferentes premios y/o festivales de cine, de los cuales gano dos de ellos.

De nuevo una película argentina entrañable.
La suerte está ahí, y en muchas ocasiones hay un hilo muy fino que separa la mala de la buena.
Nuestro querido protagonista no se resigna a ser un perdedor toda su vida y tendrá que luchar para que su suerte y la de quien le rodea cambie a mejor.
Comedia pesimista y agridulce sobre la suerte, las relaciones familiares y cosas cotidianas con el toque que solamente los cineastas argentinos saben darle. Magnífica.

Una de esas películas que al comienzo parecen una cosa, tiene cierto encanto, pero pronto se va diluyendo y la premisa original de un hombre que es mufa (le acarrea mala suerte a los demás) se va agotando, la película hace agua, no sabe como seguir, agarra elementos y mezcla diferentes estilos narrativos que no logran aunarse ni crear algo consistente, sino un híbrido entre la farsa, parodia, comedia dramática, bastante insostenible, cursi y por momentos tonta.
El estilo que elige Borensztein es netamente el de la publicidad, tanto en la estética, como en la narrativa, las interpretaciones, hasta la forma de modular de los actores.
Lo malo es que lo que se cuenta no es una micro-anécdota de 1 minuto para vender determinado producto, sino una historia en sí misma, y esta no se sostiene, no conmueven esos hermanos fracasados, ni ese padre moribundo, ni todas sus peripecias que intentan ser entre costumbristas, coloridas, simpáticas, patéticas, y cada una termina siendo más inverosímil o insulsa que la anterior, el director, como dije antes, no logra crear una historia lineal, sino una serie de acontecimientos que va encadenando cada vez con menor coherencia, hasta terminar con un final de lo más cursi y publicitario, donde solo faltaba que los 2 hermanos se pusieran a tomar una cerveza juntos, y apareciera al final la imagen de la marca, seguro hubiera sido más interesante y soportable durando 95 segundos, que 95 minutos.

Entretenida y hasta enternecedora película, signada por un halo melodramático que no siempre se plantea de la mejor manera. Algunos visos de comedia romántica - a la americana- y pálidos tintes de cine absurdo, arrasan con su unidad narrativa sin que esto obre como proyecto del guión; es decir, no es de aquellos trabajos fílmicos que, como propuesta, rompen con el orden cronológico lineal y/o la estructura tradicional de la historia contada; aquí en cambio se ofrece un caldo saturado de trucos y fórmulas efectistas, que termina por desestructurarlo y por ofrecer un conjunto de escenas mal hilvanadas.

Pese al "des-concierto" que recorre palmo a palmo el cuento ofrecido en la comedia, también aparece un planteamiento trascendente: ¿es el destino el que mueve los pasos del hombre? ¿El hombre puede modelar su destino? La dicotomía azar/voluntad, preocupación de millones, se entreteje a través de dos hermanos; Felipe, quien soporta o quien cree soportar el estigma del "Mufa" y otro, Guillermo, quien no obstante la mala racha laboral y personal que está pasando, mantiene su semblante calmo, en una suerte de espera activa en la que se ocupa de conquistar una mujer, previas clases de tango.

Se puede pasar un buen rato con " La Suerte está Echada”, aunque en rigor no trascienda debido a su indefinición; no se trata de capturar la esencia de un cuento para etiquetarlo; no es plausible reducir una película a una aséptica clasificación. El positivismo no va de la mano con el arte cinematográfico. No obstante, ver en una misma cinta fragmentos de estilos y técnicas no adheribles entre sí, como en este caso, deja un sinsabor tal, que al menos, le resta crédito y sustancia como para convencer al espectador, tanto más si el final es tan previsible como ramplón y si una voz en off narra de manera explícita una escueta moraleja. Impecables en cambio, resultan las actuaciones de Gastón Pauls, Marcelo Mazzarello y casi todo el elenco.

En síntesis, “La Suerte está Echada” es un film para relajarse y disfrutar... con muchos de los agüeros, prejuicios, cábalas y supersticiones comunes a la idiosincrasia latinoamericana.