Milou en mayo

La anciana madre de Milou (Piccoli) muere y esto da pie a que toda su familia se reuna en la casa de campo a la espera de celebrar el sepelio. Estamos en Mayo del 68 además.
Una película muy poco considerada en la sólida filmografía de Malle y sin embargo una comedia magnífica que destilando con estilo y suficiencia aromas buñuelianos y renoirianos compone un crisol de personajes y un estado de ánimofinal que aglutina desde lo socarrón y subversivo pasando por lo antiburgués y sus mediocridades (des)componiendo un grupo humano alocado y que está siendo derribado como tantas otras cosas tras el Mayo del 68.
Es una película inverosimilmente divertida en conciencia, realmente dramática y finalmente nostálgica y hasta poética. Gran interpretación.

Louis Malle, fue uno de los mas notables representantes de la Nouvelle Vague (Nueva Ola) francesa, movimiento que se convirtió en una alternativa frente al cine de reconstrucciones históricas y adaptaciones literarias -comúnmente “infieles”- que solían hacer realizadores como Jean Delannoy, Claude Autant-Lara y otros tantos, pues, al contrario de estos, la Nueva Ola abogaba por un acercamiento a la problemática del individuo, a su intimidad, a sus vivencias personales.

Sin embargo, al igual que el resto de sus camaradas (con excepción de Truffaut), Louis Malle se dio cuenta también de que, este nuevo camino, lo podía anclar en una concepción burguesa e individualista de la vida y que, era necesario sumarse al análisis de la problemática social, en busca de más apertura narrativa y de un mayor compromiso ideológico. Con este objetivo en mente, realizó “Lacombe Lucien”, una enérgica recreación de los efectos legados por el fascismo. "Alamo Bay", sobre las tempestivas reacciones de los estadounidenses contra los vietnamitas refugiados allí tras el fracaso de la guerra; y entre otras, "Au Revoir les enfants", sobre un terrible incidente que, el propio director, presenció durante la guerra.

Hasta que llega, “MILOU EN MAYO”, una metáfora del Estado y del sistema imperante, pletórica de ironía y del más fino y descarnado humor negro. La madre de Milou, la señora Vieuzac, es la representación del Estado: la dueña de 'todo' (la oligarquía). Sus hijos, nietos y yernos, son la burguesía: dueños del poder en el Estado. Claire, la empleada, es el proletariado, heredera tan solo de una cuarta parte de la herencia que dejará la señora Vieuzac.

Los mayores prototipos sociales recobran vida: El terrateniente, el intelectual reaccionario, el comerciante, las damas burguesas...

Con unos diálogos deliciosos, gracias a la participación en el guion del antiguo colaborador de Buñuel: Jean- Claude Carriére ("Ahora las mujeres lo han complicado todo. Antes no sabían que era un orgasmo y era mucho más fácil"); una deliciosa partitura con el estupendo estilo jazzístico de Stephane Grapelli... y con aquella sin igual recua, Louis Malle, reconstruye la cálida y efervescente época del mayo del '68, en la que hubo una clase social que sabía de todo, lo practicaba todo y era consecuente con todo… hasta que, ese todo, se inmiscuyera en su pasivo solaz.

En una estupenda caracterización, Michel Piccoli representa a Milou, el intelectual de provincia quien, súbitamente, se verá rodeado de su singular familia ante el anuncio de la muerte de su madre. Cuando, aquella simpática ralea, siente que los hechos están a punto de tocarlos directamente, deciden irse al campo (para estar al margen), y lo que sigue es mejor que usted lo vea, pues, encontrará seres humanos que seguramente ha visto en su barrio o en su calle o en... y se dará cuenta, quizá, que muchas cosas no son como parecen.

"MILOU EN MAYO", es una obra cinematográfica difícil de olvidar.

Título para Latinoamérica: LOCURAS DE UNA PRIMAVERA

133/17(19/04/10) Comedia coral gala dirigida por Louis Malle en la que se hace un fresco del revolucionario Mayo del 68. Con el pretexto de un funeral, se reúnen en una finca vinícola una familia y varios personajes más en el que se intenta reflejar el crisol de ideas que bullían en ese año, resaltando las utópicas ideas izquierdo-anárquicas que pretendían cambiar el mundo y se diluyeron como un azucarillo. El argumento gira en torno a la muerte de una matriarca lo cual hace que sus hijos y nietos acudan a la finca, para enterrarla y dar fe del testamento, pero como en Francia se están produciendo disturbios y huelgas el cementerio está cerrado y el encuentro familiar se alarga. Debido a estos revueltos acontecimientos los habitantes de la casa se sumergen en un clima libertino que roza lo onírico, comidas en el campo, bailes, amor libre, todo ello en unos días convulsos que se cree poder construir un mundo idealizado donde todo es de todos, menos la finca que es mía. Malle se decanta claramente a favor de estas quiméricas ideas y lo transmite en esta casa lo que para él podría ser el modo de vida y se olvida que todo es muy bonito sobre el papel, pero en la realidad es otra cosa muy distinta. Destacable es el trabajo de Michel Piccoli llena la pantalla con su carismática presencia, posee un dominio total de la escena, un coloso. La puesta en escena resulta deliciosa creando un idílico microcosmos por el que el sueño de un mundo mejor revolotea como una mariposa dulce y delicada, con una deliciosa fotografía de Renato Berta que intenta recrear románticos cuadros bohemios. Hay un tramo en la cinta en que se desmadra, es como si la historia se le fuera de las manos a Malle, es cuando huyen por el monte, escapando de unos supuestos comunistas que van a por ellos, resulta demasiado disparatado, cercano a la astracanada. Recomendable a los que gusten de entretenidas comedias corales con mensaje implícito. Fuerza y honor!!!

Antes de empezar con Milou quisiera opinar sobre Malle, con quien mantengo una relación muy especial de atracción, de amor y de odio, ya que a diferencia de la opinión general encuentro que su filmografía pasa en pocos títulos de ser excelente y brillante a ser lo contrario, por no poner adjetivos. Si nos vamos con él de la mano a los USA hay alguna mediocridad, pero sobre todo, nada tiene que ver, absolutamente nada, con lo realizado en su país natal. Mejor o peor, más comercial o más desatado, más él mismo o como sea, en Francia hizo desde historias íntimas y personales a castañas experimentales infumables (para mí, es mi opinión): "Adiós muchachos"; "El unicornio"; "Atlantic city"; ¿qué tienen que ver entre ellas?; para lo bueno y para lo malo, ahí está Malle, y yo lo admiro pese a todo...

Y por fin cae esta gran comedia negra "Milou en mayo", donde Malle le da un repaso bastantes años después al mayo francés. Aquí hay mucho de Buñuel y mucho de Berlanga, todos los estereotipos del sistema social francés quedan retratados, con sus miserias y sus aristas, desde el burgués acomodado al revolucionario, un trabajador reaccionario, el estudiante, la infancia que no entiende nada y es todo inocencia, generaciones enteramente hipócritas, la clase baja (esa sirvienta), la ceguera por el dinero heredado del matriarcado que representa el Estado, los miedos y la cobardía, la mezquindad... Creo que Malle se quedó a gusto, llevaba mucho tiempo recorrido en esto del cine y ya en la década de los noventa intuyo que hacía lo que le daba la gana y no se frenaba a la hora de realizar sus últimas películas.

Mucho humor, no de carcajadas, humor sutil, humor negro, que en la parte final y una vez concentrados todos los personajes (numerosos y extraordinarios, más de diez en total cada uno con su importancia) tiene el valor de llevárselos de picnic para tal vez homenajear a Renoir, aunque a su estilo, haciéndoles pasar frío y hambre hasta que llega la mañana y las despedidas. Precisamente ahí, en esa despedida, es cuando me he dado cuenta que sí, que este Millou sí responde a la dirección de un gran maestro del cine como fue Luisito Malle.

Una opinión: este filme me resultó entretenido. Me hace acordar a Amarcord (Fellini) y a 8 mujeres (Chabrol). A esta porque hay el género es una comedia organizada alrededor de un grupo de parientes en disputa y a aquella porque las situaciones son insólitas, poco creíbles en el buen sentido de la palabra. Cuando se reúne un grupo de personas, en especial si son de ambos sexos, se generan situaciones de alto voltaje. Es la cuarta que veo de Louis Malle. Una de sus virtudes, creo, es que no se repite. Cuando uno ve a Chabrol o a Truffaut uno tiene la sensación que hacen variantes de un mismo argumento. De Malle tengo vista 'Un soplo al corazón', 'Los amantes', 'Damage' y la presente. Cada una tiene un estilo distinto. El reparto, creo, destaca por su calidad. Bravo por Malle. Le pongo un ocho.