Mr. Nice

Podríamos meter la película en el grupo de cintas donde se nos muestra la ascensión y caída, con posible redención final, de un personaje singular que se mueve al margen de la ley.

Y es así. Por tanto estamos ante lugares comunes y sin poder evitarlo, ciertos clichés, sobre todo en lo que se refiere a la parte final del relato o a la mujer del delincuente (magnifica Cholë Sevigny, como siempre).

No obstante, la vida de ese hippie que vendía marihuana al IRA protegido por el servicio secreto de su majestad es lo suficientemente entretenida para mantener enganchado al espectador todo el tiempo al relato. Un montaje al golpe de videoclip y algunos personajes memorables, en especial ese David Thewlis haciendo de terrorista del IRA totalmente desquiciado, hacen que se pase en un suspiro la cinta con una sonrisa constante en el rostro. La elección de la banda sonora también me parece otro acierto, así como las actuaciones de los actores.

Antes de continuar, vuelvo a preguntar...¿Hay algún puto policía leyendo esta crítica? ¿No?

Bien, porque tampoco podemos olvidar, que se trata de una defensa a ultranza de la libertad de consumir marihuana, de la que el protagonista siempre fue un firme defensor. Una droga que en la cinta en consumida por todos, terroristas o agentes secretos, mostrando así la hipocresía que rige no ya a los personajes (tampoco se salva el prota, contrario a los asesinatos pero negociando con el IRA), sino a la sociedad en general.

Bien. Por última vez, ¿Hay algún puto policía leyendo esta crítica?
¿No?

Joder, que bien.

Me lo pasé pipa viendo la nueva película del Sr. Rose sobre un narcotraficante de hachis. Desenfadada y simpática, nos habla de este singular personaje y su relación con las drogas, las aduanas, el IRA y el servicio secreto de su majestad entre otros.

Quizás su parte final se haga algo repetitiva y larga porque entra en un bucle que nos relata el tema ‘del caer de nuevo’ sin aportar nada nuevo y que se podría haber obviado.

Mención especial, al personaje activista del IRA (no me acuerdo del nombre pero es el profe de Harry Potter que era un hombre lobo). Como curiosidad, la aparición de Elsa Pataky y Luis Tosar, este último como agente antidrogas gringo.

Curioso film coproducido entre el Reino Unido y España, basado en un libro autobiográfico, en el que el personaje que narra la historia interpretado por Rhys Ifans, hace una apología del consumo de marihuana, del que él naturalmente también saca bastante partido, ya que de su tráfico saca grandes beneficios.
Cuestiones morales a parte, la peli resulta algo más que entretenida y no se hace pesada aunque ignoro porque ha tardado tanto en estrenarse entre nosotros (Está producida en el 2009), está rodada casi toda en Alicante, con una ambientación en las épocas en las que se desarrolla impecable.
Por lo demás un film bastante interesante de ver, con buenos actores y muy bien cohesionado y bien concebido.
Como anécdota señalar los breves papeles secundarios de Elsa Pataky (que sale muy poco) y el sorprendente papel que le han dado a Luis Tosar haciendo ni más ni menos que de ¡ policia norteamericano !

Mr. Nice es una persona real. Es real, de todas todas, pero parece sacado de una película. Sí, su vida parece contada a partir de un guión cinematográfico, en el que la época, las circunstancias y todo el contexto circundante se han creado ex profeso para que las cosas encajen mejor. Por todo esto, Mr. Nice es una película en la que toda la importancia recae sobre el protagonista (repito, un tío real), y lo que sucedió históricamente a su alrededor le da más sentido si cabe. Por eso, se puede decir que la película Mr. Nice es Howard Marks y sus circunstancias, de la manera más literal posible.

En los años sesenta, Howard es un chico de Gales que, como muchos jóvenes de su época, se ve sumergido en la cultura hippie, con muchas drogas y mucho amor libre, también llamado sexo a troche y moche. Su afición a la marihuana aumenta cada vez más, y su dependencia económica e incluso política de la yerba llega a los niveles que solo una vida de película puede hacer creíble. Y es que este título nos trae eso, una entretenida historia de una persona extravagante, en un periodo de la historia reciente que puede proporcionar de manera natural muchos momentos divertidos, entrañables y muy deseables para los que no los hemos vivido. Sí, y no solo por las drogas y el sexo, sino por la aparente felicidad y creatividad que inundaron esos años. ¡Qué música! Así todo es más fácil también, ¿no?

Pues sí, Mr. Nice lo tiene fácil para hacernos pasar un rato agradable, a través de un tío de ésos que apetece haber conocido y que difícilmente será repetible. Conoceremos a muchos fumetas, a muchos tíos extravagantes y diferentes, y a muchos tíos con dos cojones, pero pocas veces éstos serán también camellos del IRA y espías del MI6. Bueno, y lo que es más importante, pocos se tirarán a Elsa Pataky y Chloe Sevigny en la misma película. Pero eso es otra historia, más de ficción, que se queda en anécdota una vez vista entera.

Y, para los que quieran saber el último mensaje que nos deja este bonito film, sin spoilers, claro, es que la marihuana debería de ser legal. Tal vez, con ella, algunos políticos no solo creerían en los brotes verdes, sino que los harían realidad.

http://diarioenred.com/2012/07/mr-nice/

Antes de ver Mr. Nice, yo había visto un par de películas dirigidas por su director, Bernard Rose. Las cintas son Immortal Beloved (1994), una película dedicada a la biografía de Beethoven, protagonizada por Gary Oldman e Isabella Rossellini; y Anna Karenina (1997), adaptación de ya sabemos quién protagonizada por Sophie Marceu y Sean Bean.
No es de extrañar que en Mr. Nice no encontremos ahora con un ejercicio que pueda ser leído como una adaptación del propio libro de Howard Marks y un particular intento por sacar de la satanización a algunos personajes del narcotráfico de los años setenta y ochenta.
Mr. Nice cuenta con la genial interpretación de Rhys Ifans, actor al que vale la pena seguir, y la compañía de Chlöe Sevigny, a la que muchos amamos desde Boys Don't Cry.
Por muchas razones, esta puede ser una película que deje satisfechos a sus espectadores: la historia del narcotráfico, sus redes en Oriente y en Sudamérica, sus alianzas con los gringos, sus movimientos al interior de las residencias estudiantiles; la historia de un capo algo inusual, su familia, sus amores; y las interpretaciones y dirección, de las que cada uno debe ya tener una agradable referencia en otros títulos.