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La edad dorada (Serie de TV)

Serie de TV. Drama Serie de TV (2022- ). 2 temporadas. 17 episodios. En 1882, tras la muerte de su padre, la joven Marian Brook se muda de la zona rural de Pensilvania a la ciudad de Nueva York para vivir con sus tías adineradas. Acompañada por una aspirante a escritora que busca un nuevo comienzo, Marian se ve envuelta de forma inesperada en una guerra social entre una de sus tías, hija de la vieja riqueza, y sus vecinos tremendamente ricos, un magnate ... [+]
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Críticas 21
Críticas ordenadas por utilidad
25 de enero de 2022
27 de 35 usuarios han encontrado esta crítica útil
El creador de Downtown Abbey nos ofrece una nueva historia de época ubicada en la Nueva York de 1882.

Estados Unidos no ha tenido de manera oficial una aristocracia como lo entendemos en Europa, una clase social con título nobiliario. EEUU es una República y como tal la aristocracia es algo de status económico y por tanto mucho más volátil de lo que ocurría en Europa en la misma época.

Esta muy bien reflejada la época y las luchas de poder de esta clase alta de Nueva York, donde el dinero entraba en la ciudad gracias al capital industrial de la época que está en contraposición con aquellas personas pertenecientes a la clase alta neoyorquina que lleva en la ciudad desde el desembarco del Mayflower. Un hecho que tuvo lugar mucho antes de la Revolución Americana y que trae con sigo una serie de reglas que no se pueden romper así como así.

Todo lo que tiene que ver con la parte exterior de la serie, es decir, la vestimenta, los escenarios, etc. Esta muy bien recreada de principio a fin. Tenía ganas de que el creador de Downtown Abbey me sorprendiera con una serie de época que estuviese a su altura y su capítulo inicial desde luego incita a seguir explorando esta historia, no obstante, esta serie conforme va avanzando más divaga sobre sí misma.

Compararía esta serie con un huevo de Faberge, es decir, es precioso por fuera como esta serie pero está vacío por dentro. El problema que le veo a esta serie es que los capítulos no me terminan de enganchar y me he visto hasta el cuarto incluido. La idea es buena, los personajes no son malos, pero falta algo, no sabría decir el que, pero falta algo. No sé si son los diálogos, la duración de los capítulos, si que este representado en EEUU y no en un país europeo, no lo sé. Sea lo que sea, falta algo, eso sí estéticamente es impecable.
Dante
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6 de febrero de 2022
16 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Muchos de nosotros nos sentimos huérfanos cuando ‘Downton Abbey‘ dejó de pasar sus semanas con nosotros. Aunque la pena es menos pena gracias a las películas que tienen a bien darnos de cuando en cuando, no es lo mismo. Cuando te vuelves adicto a unos diálogos inteligentes y unos vestuarios de esos que cortan la respiración, ya solo quieres eso.

‘La edad dorada’ aún no llega a los niveles de la familia de los Crawley, pero si algo tengo claro tras ver los primeros episodios es que ha venido para quedarse. La puesta en escena es tan sólida que podríamos estar con ellos durante temporadas y los personajes ofrecen tantas posibilidades que sería un desperdicio que no fuese así. La ciudad de los sueños no se ha visto nunca tan desnuda y llena de posibilidades como en ‘La edad dorada’.

Un periodo de cambio continuo, avances incesantes que revolucionarán la forma en la que se vivía hasta la fecha. La revolución industrial está en pleno apogeo y quien no esté preparado para amoldarse quedará irremediablemente obsoleto. ‘La edad dorada’ acogerá dos mundos que están destinados a convivir y casi obligados a entenderse. Es el momento de enfrentar tradición, sangre y el peso del tiempo al cambio, la ambición y dinero en enormes cantidades que solo está ahí para quienes son lo suficientemente atrevidos e inteligentes para tomarlo. No queda muy atrás la Guerra de Secesión (1861-1865), ese evento que marcó el devenir de los Estados Unidos y consiguió, tras la más cruenta de las guerras del siglo XIX, sentar las bases de una nación que buscará por encima de todo avanzar y dejar atrás las viejas formas.

Con la expansión de los ferrocarriles llegará la posibilidad de unir territorios y crear las grandes urbes que a día de hoy conforman la que fue la mayor potencia mundial durante el siglo XX. La explotación minera, las fábricas repletas de máquinas cada día mas avanzadas y una agricultura y ganadería en auge nos transportarán a una vida de ensueño, para una minoría, por supuesto, con la que conviviremos durante nueve episodios.

Por supuesto, hablar de ‘La edad dorada’ es hablar de lucha de clases, pero no de esa que cambiará el mundo y hará de él uno mejor, sino de esa lucha esnob en la que viejos ricos se enfrentan a nuevos por el único lugar en la pirámide social que verdaderamente importa, la cúspide. La avaricia, la necesidad de atención y la errónea idea de que el dinero da la felicidad serán los ejes sobre los que pivote esta serie que nos permite, a través de sus personajes adentrarnos en mentes de personas de privilegio que no conocen más que el orgullo, el prejuicio y la banalidad de quien ha tenido una vida acomodada.

Ni que decir tiene, esto da mucho juego, y permite, si el guion se atreve con ello, poner sobre la mesa verdaderos problemas raíz que son extrapolables a nuestra sociedad actual. El capitalismo no hacía más que instaurarse en aquellos momentos, pero bien podemos ver que, ahora que sus garras están profundamente clavadas en la sociedad que nos rodea, nada ha cambiado. La avaricia y la necesidad de aparentar y mostrar a quienes nos rodean un rostro que dista mucho de ser el que se refleja cada noche en el espejo, siguen siendo lo único que mueve a muchos a despertar un día más.

Con un reparto de esos que te suena, pero que quizá no ubicas en su totalidad, ‘La edad dorada’ busca atraernos con una puesta en escena perfecta y llena de talento, saber estar y mucho carisma. Esas son las principales características de las actrices que nos encontramos. Una serie de época se presenta con muchas restricciones de guion y comportamiento. Este tipo de personajes suele ser encorsetado, incluso seco y carente de vitalidad en ocasiones, pero aquí cada una de ellas es capaz de plantar delante de la cámara una mujer con presencia, fuerza y mucho fondo que promete darnos una buena dosis de entretenimiento.

La ironía en los personajes más maduros, la rebeldía en los más jóvenes y la ambición conjunta de vivir según normas propias hará que los personajes choquen y se enfrenten en una batalla dialéctica y de compostura de la que siempre queremos más. Con Christine Baranski como Agnes van Rhijn dando vida a una aristócrata orgullosa y obstinada que nunca aceptará que el mundo ha cambiado y que los valores antiguos están siendo reemplazados por otros nuevos.

Con Cynthia Nixon como Ada Brook, la hermana Agnes, que nunca se casó y siempre dependió de su hermana y una increíble Carrie Coon en la piel de Bertha Russell, una nueva rica que está decidida a usar su dinero y su posición para entrar en una sociedad que se resiste al cambio en todo momento. Entre el reparto más joven destacan Denée Benton como Peggy Scott una escritora ambiciosa que se crió en Nueva York y se educó en el prestigioso Instituto para Jóvenes de Color en Filadelfia y con Marian Brook, nuestra heroína principal, llevada a la vida Louisa Jacobson.

Es imposible ver ‘La edad dorada’ sin imaginar la textura de sus telas, el peso de vestidos tan elegantes como pomposos y el frescor del aire mientras se pasea en carro por una ciudad hecha a medida. La presentación es exquisita y rápidamente te encuentras como en casa, a pesar de no tener en ella cegadoras lámparas de araña y escaleras imperiales por las que acceder a tus aposentos. La fotografía está cuidada al máximo y siempre refleja la riqueza de la sociedad que plasma.

Si te gustan las series de época, vas a quedarte con ella hasta el final. Si, por el contrario, acabas de llegar a este mundo quizá no quedes tan fascinado como podría caber. ‘La edad dorada’ no es rival, aún para otros contendientes en el género, pero si mejora las pautas que ya en los primeros episodios ha dejado marcadas, vamos a tenerla con nosotros durante tiempo, y nunca se hará vieja.

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Ygorla
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15 de marzo de 2022
10 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
"LA EDAD DORADA" (HBO Max) es una excelente y entretenida serie "de época" creada por Julian Fellowes (padre de "Downton Abbey" o de "Belgravia") ambientada en los días de la Segunda Revolución Industrial (la del acero, el carbón y el ferrocarril) en el Nueva York de 1882, cuando la mano con la antorcha de la Estatua de la Libertad se exponía en un parque público esperando su destino definitivo en la isla homónima (donde se instaló en 1886). Es la época en la que se están haciendo las grandes fortunas de magnates como Morgan, Astor, Carnegie, Vanderbilt, Stanford, Mellon, etcétera. Como siempre en las series de Fellowes, la atención está centrada en las élites, no en el pueblo llano, que sirve de mero comparsa de las tramas argumentales, con un papel que tampoco es muy distinto del mobiliario. A lo más, y como en las series antes mencionadas, algún miembro de la clase media tiene algún papel destacable, pero la gracia de las series de Fellowes está en la interacción entre los miembros de esas élites, su lucha por la preponderancia social y su relación con el personal del servicio.

La serie es una delicia para la vista: mobiliario, arquitectura y estilismo, vestuario... El trabajo ha sido muy cuidado, destacando los interiores de las mansiones sobre la reconstrucción del Nueva York del último tercio del siglo XIX que, por alguna razón (no sé si presupuestaria o por razones técnicas), aparece ciertamente "lavado" en lo cromático y demasiado luminoso, con algún que otro sonoro "cante" en los cromas. También se aprecia un exceso de "higiene pública" en las calles, que en realidad estaban llenas de excrementos de caballos y otros animales de tiro (Un caballo produce entre 10 y 15 kilogramos de estiércol al día y al menos un litro de orina; en esa época había unos 170.000 equinos en Nueva York, así que solo hay que multiplicar...).

Pero, dejando ese fallo, habitual en todas las series y películas que tratan de retratar el aspecto de las ciudades de antes del siglo XX, insisto en que el resto es gozoso, en especial en la principesca mansión de los Russell, la opulenta familia de nuevos ricos que trata de dejar su impronta en la vida social y económica de la ciudad. Hay ocasiones en que la cámara se recrea en sus fastuosos salones y estancias, que se convierten en los absolutos protagonistas. Y lo mismo ocurre con los casi siempre deslumbrantes modelos que va luciendo cada pocos minutos la señora Bertha Russell (encarnada por la actriz Carrie Coon), contrastando con las severas levitas y chisteras negras de los caballeros de la época.

El guion es realmente bueno y las "intrigas palaciegas" entre la nueva élite de multimillonarios crecidos al calor del ferrocarril y la especulación bursátil, representada por los Russell, y la rancia aristocracia neoyorquina "de toda la vida", encarnada principalmente por Agnes van Rhijn (papel en el que se luce Christine Baranski -a la que algunos recordarán por su papel de abogada en "The Good Fight"- y y que destaca entre el resto del elenco al tener reservados los mejores diálogos), se sigue sin dificultad. Hay cazafortunas, arribistas, chicas ingenuas, amoríos, negocios, conspiraciones de salón y jóvenes de color que tratan de romper los esquemas de la discriminación racial, todo ello adobado, cómo no, por las idas y venidas del personal de servicio de las dos mansiones, con algunos momentos francamente divertidos. Añadamos una música estupenda y tendremos todos los ingredientes para una serie de éxito.

La primera temporada consta de nueve capítulos, de los que en el momento de escribir estas líneas están disponibles ocho, pero ya está confirmada una segunda temporada.
Palasaca
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22 de marzo de 2022
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
He visto la segunda temporada de... La edad dorada (HBOmax)
https://www.filmaffinity.com/es/film640702.html

Un 8. Sí, le subo la nota de siete a ocho, aunque realmente es una serie que va de cotilleos y que no tiene ninguna historia de especial relevancia.

Pero es que estoy harto de series con personajes, historias y tonos deprimentes y depresivos que parecen hechas para fomentar las ganas de suicidarse o el consumo de prozac, o lo que se tome para la depresión.

Y es que esta serie es vibrante, luminosa, llena de imágenes bellas, derivadas de la arquitectura y del diseño, incluyendo el diseño de ropa, con colores, brillos, y un nivel de lujo que deslumbra.

Y no soy yo amigo de la glorificación de los lujos y el clasismo, pero ciertamente la belleza de lo que nos muestran es innegable.

Siendo esta serie una especie de versión neoyorkina de Downton Abbey, en la que los personajes siguen teniendo los palos metidos por el culo, pero, en este caso, no enteros, sino sólo la punta, gozando de una dinámica y una banda sonora que te mantiene todo el rato en subidón, pero sin llegar a tomarse las licencias que se toman las series de Los Bridgerton, es una serie que me hace disfrutar un montón.

Y sólo es cotilleo.

Me he visto la segunda temporada de tirón y la he terminado con ganas de tragarme seguido otra temporada. Temporada que no sé si llegará a ser o no, aunque me gustaría pensar que sí.

No he encontrado información veraz en este sentido. Sólo el buscador Bing dice que sí que la habrá, realizando una hipótesis sobre su estreno en función de las fechas de estreno de las dos temporadas ya finalizadas. En fin, nada que sirva de confirmación.

Así que, me quedo con ganas y esperando a ver si hay una tercera temporada, que, si existe, sin duda veré. Y eso que es una serie sólo de cotilleo, no sé si lo había dicho.

Serie recomendable para quienes gocen de las pelis y series de tacitas, y tampoco hacen ascos a Los Bridgerton.

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He visto serie... La Edad Dorada (HBOmax)...
https://www.filmaffinity.com/es/film640702.html

Un 7. Y me quedo con sensación de querer darle más. Ya veremos qué pasa con el tiempo.

Se trata de una serie de tacitas, pero en vez de en Inglaterra, se sitúa en el Nueva York que está a punto de entrar en el siglo XX. Así que, no hay realeza, ni nobleza... pero sí clases. Y clases muy marcadas. No tiene el estilo británico, pero sí un clasismo propio de la época, que es lo que le da calidad a la serie, porque eso hace que sea lo que nos atrae realmente, que no es otra cosa que el puro y duro cotilleo.

De momento tiene una temporada de nueve capítulos, pero ya se sabe que va a haber una segunda temporada. Temporada que sin duda veré.

Y no es que lo que cuentan sea especialmente interesante, pero... Está perfectamente ambientada, es estéticamente perfecta, tiene ritmo, y, aunque lo que cuentan sean más o menos tonterías, son tonterías que muestran la diferencia de clases, el racismo, y las luchas dentro de las clases altas, entre la élite de siempre, de familias que se remontan al Mayflower, y los nuevos ricos, que se encuentran con una clase alta reacia a admitirlos en su grupo.

Personalmente, me ofrecen lo bueno de Downton Abbey y series británicas de época similares, con un ritmo más vivo, del estilo de Los Bridgerton, pero sin permitirse las licencias de esta última serie, mostrando algo más digno de crédito, dando una mayor sensación de rigor histórico, si es que es posible que estas series lo tengan.

En cualquier caso, a mi me ha gustado, y he esperado con ganas cada nuevo capítulo. Y me quedo esperando con ganas la nueva temporada. Y eso que lo que me han contado en esta primera temporada sólo han sido los avatares relacionados con un baile de presentación de una adolescente de una familia de nuevos ricos.
aMule
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25 de enero de 2022
12 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
*De alta cuna y de baja cama

Una de las series más esperadas de 2022 es La edad dorada, nueva creación de Julian Fellowes. El guionista es la cabeza pensante detrás del fenómeno de “Downtown Abbey”, por lo que esta incursión histórica es un aliciente para los fans de su carrera. Por lo tanto, es lógico que mantenga esa esencia del melodrama que tanto juego le dio con dicha serie. Sin embargo, en esta ocasión, traslada la acción a la Nueva York en 1882, donde las tramas se mueven en los tejemanejes de la alta sociedad neoyorquina, el negocio y, como no, las historias personales. Además, se une una multitud de personajes que muestran la intención de ofrecer un universo amplio, en el que son varios los protagonistas. Hay temáticas que invitan al interés, como el machismo y el racismo imperante, la diversidad sexual con visibilidad inexistente y el uso del poder.

La variedad de temas que se muestran en pantalla permite que haya un enriquecimiento narrativo con potencial. Por ende, se refleja un cierto interés en saber cómo continuan las tramas. No obstante, uno de los conflictos que se presentan es la falta de sustancia en Marian Brook, personaje que lidera varias tramas principales. A pesar de ser la máxima protagonista, su contexto y situaciones no logran enganchar del todo a la audiencia. En consecuencia, se resquebraja parte de la fuerza de la ficción, al no verse bien canalizada por este personaje. Aun así, hay personajes que gozan de los matices que le faltan a Marian, como las hermanas Agnes y Ada, la familia Russell al completo, Oscar y Peggy. Igualmente, a partir del tercer episodio, se empiezan a vislumbrar líneas narrativas más interesantes y también en la parte menos lujosa de las casas.

*Un reparto de lujo

Una de las razones por las que La edad dorada puede sacar pecho es la elección del elenco actoral. En primer lugar, aplaudir la excelente labor de Carrie Coon como Bertha Russell. Desde el primer episodio se puede ver la gran potencia y el desgarro que hay en su forma de interpretar. Además, al convertirse en una de las antagonistas principales de la ficción, explora una actuación aún más compleja al dotarla de detalles de total sensibilidad. Asimismo, Christine Baranski está soberbia, con una presencia en pantalla que hace que su personaje adquiera una humanidad irónica en su punto. También se valora que enseñe a fuego lento distintos perfiles. Por otro lado, Cynthia Nixon actúa desde una perspectiva más tierna y agradable. Gracias a ello, conecta fácilmente con el público.

Louisa Jacobson, como principal protagonista, regala una interpretación llena de luminosidad. Pese a no verse acompañada por el libreto en algunas ocasiones, tiene una expresividad muy cándida que eleva el resultado de su propio personaje. Por ello, hay que aplaudir saber mantener la calidad de su trabajo dramático, pese a no lograr todos los frutos que debiera por el texto. Después, Denée Benton realiza un trabajo a la altura de sus compañeras, con buena química con Jacobson, siendo un tándem agradable en pantalla. Por otra parte, Taissa Farmiga y Blake Ritson comienzan demasiado tibios, faltándoles una mayor dosis de energía. Aun así, van mitigándolo con el pasar de los episodios. El elenco global de la serie es muy numeroso, destacando una sinergia natural entre todos ellos para formular este universo televisivo.

*Impecable propuesta

Desde las primeras escenas se puede confirmar que la propuesta visual de La edad dorada goza de un producción de alto presupuesto. Para comenzar, la dirección de arte es excelente, llevando al espectador ante esos parajes históricos. Visualmente se convierte en una serie muy cuidada, llevando a unos exteriores sugerentes, sin olvidar la majestuosidad de la high class de la Nueva York que representan. Para los amantes de las series de época, este título se convierte en un frenesí estético. Además, no se puede negar que la excelente gestión desde la imagen hace que la ficción no decaiga y se muestre interés por el gran trabajo técnico detrás. Asimismo, subrayar la multitud de localizaciones que se plantean, manteniendo una coherencia certera al familiarizar algunos escenarios concretos para convertirlos de eje y enganche de las tramas.

Hablar esta serie sin mencionar el vestuario sería un sacrilegio. El trabajo que hay detrás de los diseños de cada uno de los personajes es impoluto, una auténtica delicia. De principio a fin, hay una realización de un nivel máximo. Con lo cual, la factura artística y técnica gana su mayor fuerza en el desempeño visual. Por lo que, como es lógico, mantiene el sello de identidad que ya se ha podido ver anteriormente en la obra de Julian Fellowes. Por otra parte, el ritmo sigue una estructura que recuerda a ficciones más llevadas a lo telenovelesco. Así, habrá espectadores que lo disfruten, mientras que a otros ese arranque, durante los dos primeros episodios, se les atragante. Sin embargo, del tercero al quinto episodio hay un mejor planteamiento, lo que permite mayor dinamismo y viveza en las tramas.

*Conclusión

La edad dorada apuesta por un drama de época, que mejora narrativamente en la forma en la que aborda ciertos temas sociales. Sin embargo, hay partes que se difuminan con el resto de historias corales, lo que provoca que haya esa sensación de opacamiento. Aun así, se valora que enganche con tramas, aparentemente, más secundarias, así como la exposición del poder y de la desesperación. A nivel actoral, se forma un elenco unido y comprometido, con una química especial y agradable. Por otra parte, a nivel técnico, es una auténtica maravilla, una factura impecable que demuestra el gran trabajo que hay detrás de las cámaras con esta serie. Los dramas del siglo XIX de las clases favorecidas, y las que no lo son, se dan cita para cautivar al espectador con sus actores y la magnitud visual que adquiere.

Escrito por Diego Da Costa
Cinemagavia
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