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Llega un jinete

Drama. Western Dos ganaderos se alían para proteger sus tierras de los explotadores de petróleo. Los dos se sienten unidos en la lucha contra el poderoso terrateniente, las inclemencias del tiempo, la difícil tarea de recuperar el ganado desperdigado por la montaña y el peligro de una sociedad petrolífera. (FILMAFFINITY)
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Críticas 10
Críticas ordenadas por utilidad
16 de diciembre de 2008
23 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
El célebre Alan J. Pakula dio toda una demostración de habilidades con este atractivo drama colindante con el western, una sencilla y profesional cinta que puede considerarse un logro mayor en la filmografía de su director, posiblemente su trabajo más completo en cuanto al fluir armonioso de todos sus elementos, una perfecta unión de sobriedad y talento.

Con la solvencia de su estelar y acertado reparto, Comes a horseman es un grato descubrimiento que se hace respetar a medida que avanzamos en su estudiada colección de personajes, una historia que narra la cruenta lucha de dos ganaderos frente a la acosadora presencia de un poderoso terrateniente, Jason Robards, que no parará hasta hacerse con tan codiciadas tierras, un enfrentamiento que es reutilizado por Pakula para realizar toda una ofrenda al oficio del nostálgico vaquero, unas personas que amaban su modo de vida lejos de la imperante proliferación de explotadores de petróleo, una realidad que poco a poco fue consumiendo la hermosa paisajística de aquellos montes y valles, acotando una época crucial en la historia americana.

Jane Fonda encarna ferozmente a ese jinete libre que nunca debe aminorar su marcha ni bajar la guardia ante sus perseguidores, una mujer férrea y combativa que no difiere en absoluto de los papeles acostumbrados de una actriz comprometida, una declarada activista que borda aquí una incansable ranchera que deberá lidiar con sus enemigos, contará con la ayuda de otro ganadero y ex soldado, James Caan, y un viejo entrañable encarnado por Richard Farnsworth (nominado al Oscar por su emotivo papel, veinte años antes de su brillante Alvin de The straight story) juntos abogarán por su continuidad en unas tierras inhóspitas que les deberán mantener unidos ante la difícil situación.

Otro de los alicientes de esta película es el trabajo académico de su bella fotografía, una radiante combinación de hermosos exteriores y contrastados interiores, que lleva a cabo el genial Gordon Willis (trilogía El padrino), un acabado más de un titulo reivindicable que no tuvo su merecida repercusión en su estreno a finales de los 70.

LO MEJOR: La seriedad y profesionalidad de todo su elenco actoral, la bellísima fotografía, la música de Michael Small, un compositor no muy reconocido que ha dado frutos excelentes, el inmejorable clímax final, y las relaciones entre los personajes.

LO PEOR: Que poca gente haya reparado en un titulo tan recomendable como este obviando en parte su sobrada calidad cinematográfica.
deivi
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26 de noviembre de 2009
18 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una vez más me disculpo: rectificar es de sabios y tras un segundo visionado más tranquilo y despierto, he de reconocer que esta película es mejor de lo que creía. No es muy disfrutable verla en DVD porque la calidad de la grabación no es todo lo buena que se le presupone.

Pero aún así Llega un jinete libre y salvaje es un interesante drama romántico de vaqueros modernos bien interpretado por una aguerrida Jane Fonda dispuesta a trabajar duro para salvar su rancho del hostigamiento del avaricioso terrateniente, encarnado por Jason Robards y un empresario petrolífero.

James Caan, que después de perder a su compañero de fatigas, un jovencísimo Mark Harmon, muerto de un disparo a manos de uno de los hombres del terrateniente cuando acampan en sus tierras. Decide vengar la muerte de su amigo quedándose a trabajar con Jane Fonda para ayudarla a impedir que Robards se quede con sus tierras.

Richard Fansworth es el veterano ayudante de Jane fonda, un tipo simpático y trabajador que enseguida se entiende con Caan. Y finalmente, Jason Robards interpreta al terrateniente celoso y sin escrúpulos, que es chantajeado a su vez por un empresario petrolífero y el banquero del pueblo que quieren arrebatarle el rancho para cobrarse unas deudas de su padre.

En resumen una historia de lucha por la supervivencia a distintos niveles y con diferentes formas de proceder.
Harold Angel
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14 de septiembre de 2009
11 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con más curiosidad que verdadero ánimo me senté una noche ociosa a ver este peculiar drama con indudables pinceladas de western, en el que se aborda un tema tópico en el género del Oeste, ese género que tan buenas horas de cine siempre me ha proporcionado y lo seguirá haciendo.
El cacique cabrón y ambicioso pretende por todos los medios apoderarse de todas las tierras, y el ganadero (en este caso una bonita y corajuda ganadera) que desea trabajar de forma independiente tendrá que pasarlas canutas para resistir con la ayuda de un soldado que regresa de la guerra. Sin embargo, el hilo argumental diverge esta vez cuando aparece en escena un empresario en busca de petróleo que quiere borrar del mapa a los ganaderos. Es entonces cuando se plantea el verdadero choque, entre la antigua práctica de la ganadería bovina tan presente en los argumentos westernianos y la llegada de la "civilización" en forma de empresas petrolíferas que no sólo amenazan el medio ambiente, sino que provocan el doble esfuerzo de los dos protagonistas, los cuales se unen y se ven obligados a defender no sólo unas tierras legalmente suyas, sino que también habrán de defender una idea, una tradición, una forma de vida, desde luego mucho menos lucrativa y más sacrificada, pero a la que quieren seguir siendo leales.

El filme goza, pues, de un atractivo planteamiento, pero le falta chispa, fluidez narrativa y ese plus que nos hunda en la butaca sin pestañear, amén de que le cuesta arrancar y de que se echan de menos mejores diálogos. Pakula dirige correctamente una obra a la que imprime un ritmo quizás demasiado acompasado. La interpretación de James Caan no me convenció en absoluto, digamos que no tiene el perfil adecuado para ese tipo de personaje, sin embargo Jason Robards y Jane Fonda están excelentes.

La música cumple sobradamente, y la fotografía y el montaje redondean notablemente esta película extraña, de tintes levemente crepusculares, algo fría, curiosa y, sobre todo, interesantísima.
flecha
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12 de mayo de 2017
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tres personajes de muy disímil carácter, están en el centro de esta historia: El primero, Jacob Ewing, es un tipo ambicioso, con afanes de grandeza, y acostumbrado a conseguir lo que quiere aunque tenga que tomarlo por la fuerza. Contra él, está Ella Connors, una muchacha criada como un hombre por su padre para reemplazar al hijo varón que nunca tuvo; y cuando su padre muere, a su vida llega Frank Athearn, el nuevo propietario de un pedazo de tierra que un día ella vendiera y quien se muestra dispuesto a defenderla del hombre que, ya sabe, quiere quedarse con absolutamente todo.

Hay quienes han considerado a, <<LLEGA UN JINETE LIBRE Y SALVAJE>>, como un western simple y frío, de seguro, comparándolo con las típicas y desgastadas aventuras de asaltos, balaceras y prostitutas que colmaban los westerns de consumo-y-olvido que tanto nos traían en años anteriores. Quienes esto buscan, ni modo de objetarles ¡se llevarán una gran decepción!

Alan J. Pakula, no es un director cualquiera. Desde que ejerció como productor de varios filmes dirigidos por Robert Mulligan (“Fear Strikes Out”, “To Kill a Mockingbird”, “The Stalking Moon”…), su firme propósito fue hacer siempre cine-arte, partiendo de historias donde sus protagonistas se enfrentaran con prestancia y magnanimidad a sus problemas. A Pakula -como director lo demostró de nuevo-, le interesaba más la emocionalidad, el sí-mismo y las razones del alma que los hechos externos, pues, al centrarse esencialmente en estos, es cuando la llamada “justicia” suele quedarse corta.

En las primeras escenas, hay una frase puesta en boca del abuelo Dodger (encantadora interpretación de Richard Farnsworth), que surge como el propósito excelso que se preservará a lo largo de la historia. Dice el abuelo: “Hay que dar marcha atrás, bastante atrás para que todo encaje”, y con esto pretende que Frank comprenda la hostilidad de su nieta, Ella.

En psicología a esto lo llamamos Anamnesis (rememoración, estudio biográfico, traer al presente hechos del pasado…), un ejercicio terapéutico que se hace con aquellos pacientes cuyos trastornos emocionales se presienten muy enraizados (fijaciones pretéritas). Esto nos permite ayudar a las personas, a encontrar el, o los, puntos claves en que cierta información se incrustó en el inconsciente, de tal manera que se volvió traumática y persistente.

A partir de la frase del abuelo, él mismo empezará a darle a Frank la primera información que le (y nos) permitirá ir comprendiendo el carácter de la ruda, Ella... ¡y hay que ver la clase de trato y la suerte de respuestas que comienzan a darse en este bello proceso! Sin duda, el guionista Dennis Lynton Clark -con una excelente plasmación de parte de Pakula-, nos permite acceder a una admirable clase de relación de pareja que, con el romántico paisaje donde trascurren los hechos, la preciosa fotografía de Gordon Willis, la emotiva música de Michael Small, y las eficaces interpretaciones de Jane Fonda y James Caan, se transforma en arte… sutil… interiorizante… y de marcada belleza.

También de ese oscuro y patético personaje, Jacob Ewing, que, con gran compenetración, nos ofrece Jason Robards Jr., se nos va entregando cierta información que aligera nuestros juicios y nos permite verlo con algo más de corazón; y así, quedan evitados los sesgos, los prejuicios, y con una visión más cercana a lo objetivo, nos damos cuenta de que, cada ser humano es el resultado de su entorno y de los incidentes más intensos que la vida puso en su camino.

La Verdad plena es lo único que conduce a la luz del alma.

Título para Latinoamérica: LLEGA UN JINETE
Luis Guillermo Cardona
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14 de marzo de 2018
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Western atípico del que guardaba un buen recuerdo y efectivamente, aunque "Llega un junte libre y salvaje" no acaba de ser redonda, de hecho le faltan varios cuerpos, sí desprende un particular encanto. Reconozco que me gusta por la preciosa fotografía, sobre todo en los paisajes al aire libre en plena naturaleza de Arizona y Colorado; por ese tono pausado de Alan J. Pakula, sobrio pero al mismo tiempo melancólico; y por sus personajes, iba a decir el trío protagonista, Jane Fonda, Jason Robards y James Caan, pero no puedo dejar fuera a Richard Farnsworth, nominado al Oscar como mejor actor de reparto, así que lo dejamos en cuarteto. No llega a "Leyendas de pasión" (1994) pero participa de la misma épica.

Dicho lo cual, también tiene sus puntos flacos. La narración no es muy fluida, la historia es demasiado simple y el desenlace se me antoja algo precipitado. Aún así, vale la pena este western verdaderamente crepuscular, adjetivo que se suele emplear a la ligera porque queda bonito. "Crepuscular" alude a la decadencia o final de algo, como la última luz antes de que se haga de noche. Pues bien, aquí nos encontramos casi en un anacronismo, el salvaje oeste a mediados de los años 40 del siglo XX. Los rancheros y vaqueros siguen sus luchas pero ambos van a ser engullidos por los nuevos enemigos de su tradicional forma de vida, los bancos, las petroleras, las industrias, los automóviles y el "progreso" en general.
Reaccionario
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