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La marca de Caín

Bélico. Drama Gulliver y Tate, dos chicos de 18 años, forman parte de una compañía británica cuya misión es mantener la paz en Irak. Cuando el carismático capitán del grupo muere en una emboscada, sus hombres, llenos de ira, buscan a los culpables casa por casa, llegando a utilizar métodos poco ortodoxos. Tras su regreso a Inglaterra, su situación se complica cuando se publican unas fotos donde se les ve maltratando a prisioneros de guerra. (FILMAFFINITY) [+]
Críticas 5
Críticas ordenadas por utilidad
8 de agosto de 2008
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si algo ha quedado claro, teniendo en cuenta las aportaciones cinematográficas que van apareciendo acerca del conflicto de la guerra de Irak es que los tiempos han cambiado. Todavía falta por aparecer el "Rambo" de turno que solucione la guerra con unos cuantos tiros, explosiones y muchas muertes.

Por el contrario, casi todas las producciones aparecidas hasta el momento han coincidido en evitar rodar excesivamente escenas épicas, y por el contrario se han centrado sobretodo en la vuelta de los soldados tras la experiencia vivida allí. Una experiencia, por cierto, muy traumática.

En esta línea se mueve este film de modestra producción inglesa, que se centra en las vivencias de dos jóvenes soldados británicos cuya vida cambia radicalmente debido a su estancia en Iraq.

El director Marc Munden se vale del punto de vista de los dos jóvenes (interpretados por los desconocidos Gerard Kearns y Matthew McNulty) para narrar con concisión, dosis de realismo y sin alardes, cómo viven unos jóvenes normales su estancia allí y cómo en todo momento se ven superados por las circunstáncias, tanto las que ven en un país extraño y hostil, como las que ven en su própio cuerpo. Para ello entra directamente en materia, sin adornos ni artificios que adornen la historia, contada en un tono claramente introspectivo.

El director no busca justificar unos hechos deplorables por los que se ven envueltos los dos jóvenes, sino que más bien se vale de ellos para criticar abiertamente todos los estamentos, empezando por el militar y acabando en el político, demostrando hasta qué punto son manipulados, no sólo la opinión pública sino los própios soldados en un conflicto bélico. Quizás la parte más grande de la crítica se la lleva el estamento militar, quien consiente acciones poco éticas y humanitarias con los considerados "prisioneros de guerra", y luego mira atrás amparado en un absurdo código de silencio.

Quizás el director se centra más en el asunto puramente militar, obviando el tema político de fondo, sin entrar a valorar la legitimidad de dicha guerra, y enfoncando, por ello, demasiado cerca en los efectos que tiene sobre una persona normal, un conflicto cualquiera.
manulynk
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11 de diciembre de 2009
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
El complemento ideal para la fantástica “En el valle de Elah” es esta destacable película británica rodada para la televisión y también del año 2007 como la anteriormente mencionada, y merecedora de premios importantes en muchos festivales.

La narración tiene dos partes bien diferenciadas, los primeros 45 minutos transcurren en Basora, en Iraq (muy buena ambientación conseguida en Túnez) y los siguientes 45 en Inglaterra. Las dos secciones se necesitan mutuamente, si bien no son de la misma calidad. Mientras la trama iraquí es notable y alcanza unas cuotas de gran cine, en la segunda parte del regreso y posterior juicio se cae en ciertas argucias puramente de telefilm y se gana en sensacionalismo.

“La marca de Caín” es una aceptable visión y denuncia del proceso de paz iraquí, donde los soldados, casi niños, se tienen que enfrentar a unas condiciones que les terminan por trastornar y condicionados por sus mandos acaban por abusar del enemigo en una acción tipificada claramente como crimen de guerra como es la tortura.

El año que recién vamos a terminar ha sido el de menos bajas aliadas con diferencia desde que empezó la Guerra de Iraq, sin embargo eso se ha compensado con las bajas de Afganistán, las peores que se han registrado incluida la invasión en 2001.

Seguimos sin entender que en los países islámicos no se pueden transplantar nuestras formas de gobierno de la misma forma que se hace en otros lugares del planeta.

Nota: 6,4.
vircenguetorix
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19 de febrero de 2008
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siempre son de agradecer las películas que intentan denunciar las barbaridades que conlleva cualquier guerra, independientemente de que éstas tengan como fin la "democratización" de un país...

Aún es más de agradecer cuando los protagonistas de dichas atrocidades no son pérfidos monstruos de dos cabezas que escupen fuego por la boca, si no chicos normales de nuestra civilizada Europa, chavales de barrio, de familas acomodadas que en sus vidas cotidianas hablan de fútbol y salen a bailar los fines de semana...

Por ello hay que valorar lo que tiene de denuncia esta película, que si bien se desarrolla en mi opinión de manera brillante en su primera mitad (por decirlo de algún modo aquella que transcurre en Irak), adolece de falta de ritmo en toda la segunda parte, llegando a hacerse algo pesada y retrasando más de lo necesario un final que por impactante no deja de ser esperado.

Una película interesante de muy nobles intenciones pero que, mmmmh, le falta algo...
LuisPe
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6 de febrero de 2016
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
En vista de las discretas calificaciones otorgadas a esta película, me he tomado la libertad de escribir una crítica para reivindicar su lugar en el cine bélico.
Tal vez por el poco nombre de su director, sus actores, su producción o su difusión, sintamos cierto recelo a calificar de manera notable esta película, reservando dichas calificaciones a otras obras más populares y reconocidas por la crítica.
Es tal la cantidad de sensaciones encontradas en esta película, que resulta imposible describirlas a no ser que se haga una crítica de considerable texto. La verdad es que no posiciona a nadie del film como los buenos o los malos, simplemente los muestra tal y como es. Con una gran cantidad de frases políticamente correctas que en occidente repetimos una y otra vez para asegurar nuestra superioridad moral en el mundo.
Hipocresía, es una película dedicada a la hipocresía, nadie tiene razón y, a la vez, todos tienen razón.
En mi opinión, no critica la invasión de Iraq, ni al mundo militar, ni al mundo musulmán, ni al islamismo, ni a la islamofobia, ni a la burguesía occidental, diciendo que es muy fácil ser moralmente superiores cuando no se ha estado ahí, es una crítica a la guerra en su conjunto, pero nunca sin desvelarse si es necesaria o no.

La edición de la película está estructurada de manera tal, que nos va dando trozos dispares de ese pastel por momentos, de modo que no podemos ver todo el conjunto hasta el final.

Hay que verla, sin duda.
adelgadoccm
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25 de febrero de 2010
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057/19(11/02/10) Crítica feroz al estamento militar en este film británico partido en dos, no se posiciona sobre el conflicto iraquí, únicamente es una diatriba despiadada al ejército, en la primera se nos relata el quehacer diario de un pelotón británico poco después del final de la guerra de Irak en la ciudad de Basora, donde durante una misión muere su capitán, el pelotón detiene a varios sospechosos y los lleva a la base, a la noche la tensión entre los soldados aumenta derivando en palizas y humillaciones a los detenidos, la segunda parte se desarrolla en Gran Bretaña a la vuelta del pelotón y como los sentimientos de culpa por las tropelías realizadas en Irak los persiguen, la historia se centra en dos soldados amigos, Mark Tate (Gerard Kearns), Shane Gulliver (Matthew Mcnulty) que a la vuelta se ven envueltos en un juicio militara al salir a la luz fotos sobre las salvajadas realizadas en Basora, como el estamento militar los abandona a su suerte escudándose estos en un oficioso código de lealtad a los superiores, ellos con todo el mundo en contra, su familia, los medios de comunicación, sus amigos y lo que es peor, los fantasmas les acosan. La cinta es una interesante radiografía sobre la expiación de los pecados, en que la culpa te acosa hasta destrozarte. Los protagonistas, Mark Tate y Shane Gulliver rayan a gran altura dando vida a los dos atormentados soldados, transmitiendo en todo momento sus tortuosos sentimientos. La cinta sin ser una obra maestra es un valioso alegato en contra de la crueldad a la que llevan las guerras, no llegando a aburrir pues posee un buen ritmo y corto metraje. Fuerza y honor!!!
TOM REGAN
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