Día de lluvia en Nueva York
2019 

6.3
15,873
Romance. Comedia
Gatsby Welles (Timothée Chalamet) y Ashleigh (Elle Fanning) son una joven pareja enamorada de universitarios que se dispone a pasar un fin de semana en la ciudad de Nueva York. Ella va a entrevistar al reconocido cineasta Roland Pollard (Liev Schreiber), que pasa por un momento de crisis creativa, y durante su azarosa aventura conocerá al cautivador actor Francisco Vega (Diego Luna). Por su parte, Gatsby también conocerá a una joven, ... [+]
26 de junio de 2020
26 de junio de 2020
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
A rainy day in New York (2019) es una de las más flojas películas de Woody Allen. Su falta de originalidad narrativa se combina con una mirada desfasada y antigua de la juventud. Se trata de una película vieja ubicada temporalmente en la actualidad.
Por Nicolás Bianchi
La filmografía de Allen es vasta y registra unos cuantos baches. A rainy day in New York debe ser uno de los más profundos. Se trata de un film que no tiene nada nuevo para contar, y que simplemente reitera líneas argumentales y caminos muy transitados por el director en el pasado. El único aggiornamiento en la típica historia de un hombre, que es el mismo Allen, y sus neurosis e inseguridades que se expresan en el terreno de la pareja, es la edad de los actores que protagonizan el relato.
Justamente la juventud de Timothée Chalamet, Elle Fanning y Selena Gómez atenta contra el planteo de la película. Son veinteañeros, universitarios, que piensan y sienten como adultos mayores. El physique du rol de Chalamet es más el de un influencer de redes sociales que el de un joven acomplejado. Selena Gómez es una estrella de pop. Y a Elle Fanning se la casteó como una rubia linda y medio tonta del interior de Estados Unidos.
Los personajes femeninos de ese estilo, debería saber Allen, ya no se utilizan en las películas salvo para hacer una sátira, que no es el caso. Son roles que tienen olor a humedad. De la misma manera, no resulta creíble que Gatsby (Chalamet, antiguo desde el nombre del personaje), contrate a una prostituta para que se haga pasar por su novia en una fiesta familiar. ¿En 2019? ¿Para qué alguien haría eso?
La línea argumental es remanida y ha sido vista en infinidad de veces. Gatsby es hijo de una familia de millonarios pero su anhelo es tocar el piano en clubes nocturnos. Estudia en una universidad en las afueras de New York. Junto con su novia Ashleigh se proponen pasar un día en el centro de la ciudad, en la que él la llevaría por varias de las principales atracciones (hoteles famosos, el MOMA, Central Park). Antes Ashleigh, estudiante de cine, debe entrevistar a un prestigioso director, actuado por Liev Schreiber, que está en el borde entre la depresión y el alcoholismo. El encuentro se va a extender y complicar, lo que va a terminar con una recorrida de Ashleigh por el mundo del cine y sus celebridades. Allí deambulan, en distintos personajes, Jude Law, Rebecca Hall y Diego Luna.
Mientras tanto, Gatsby se cruza con Chan (Selena), una vieja amiga, con la que termina actuando por casualidad en un corto de otro amigo. No hay mayor elaboración que esa. Se cruzan por la calle y se conocían de antes. Mientras Gatsby siente que Ashleigh se aleja de él, comienza a sentirse atraído por Chan. Si la película hubiera sido ambientada en la década de los 50 o 60 quizás todo hubiera tenido un mínimo sentido. Los actores, forzados en personajes ridículos, no logran romper en ningún momento con la artificialidad que envuelve al film.
Si bien lo técnico nunca fue un fuerte de Allen, A rainy day in New York se ve particularmente mal. La iluminación satura los contornos de los cuerpos de los personajes dándoles un aspecto aún más viejo del que tienen. Ni siquiera el vestuario parece acorde a la época. Es más, en la segunda secuencia del film cuando los jóvenes toman un bus desde la universidad hasta el centro de la ciudad, el vehículo moderno, vidriado, aparece como un elemento de otra película que contrasta con los sweaters bordó y verde en tonos apagados de los protagonistas. Desde los detalles hasta lo estructural, se trata de una película que no tiene razón de ser.
Por Nicolás Bianchi
La filmografía de Allen es vasta y registra unos cuantos baches. A rainy day in New York debe ser uno de los más profundos. Se trata de un film que no tiene nada nuevo para contar, y que simplemente reitera líneas argumentales y caminos muy transitados por el director en el pasado. El único aggiornamiento en la típica historia de un hombre, que es el mismo Allen, y sus neurosis e inseguridades que se expresan en el terreno de la pareja, es la edad de los actores que protagonizan el relato.
Justamente la juventud de Timothée Chalamet, Elle Fanning y Selena Gómez atenta contra el planteo de la película. Son veinteañeros, universitarios, que piensan y sienten como adultos mayores. El physique du rol de Chalamet es más el de un influencer de redes sociales que el de un joven acomplejado. Selena Gómez es una estrella de pop. Y a Elle Fanning se la casteó como una rubia linda y medio tonta del interior de Estados Unidos.
Los personajes femeninos de ese estilo, debería saber Allen, ya no se utilizan en las películas salvo para hacer una sátira, que no es el caso. Son roles que tienen olor a humedad. De la misma manera, no resulta creíble que Gatsby (Chalamet, antiguo desde el nombre del personaje), contrate a una prostituta para que se haga pasar por su novia en una fiesta familiar. ¿En 2019? ¿Para qué alguien haría eso?
La línea argumental es remanida y ha sido vista en infinidad de veces. Gatsby es hijo de una familia de millonarios pero su anhelo es tocar el piano en clubes nocturnos. Estudia en una universidad en las afueras de New York. Junto con su novia Ashleigh se proponen pasar un día en el centro de la ciudad, en la que él la llevaría por varias de las principales atracciones (hoteles famosos, el MOMA, Central Park). Antes Ashleigh, estudiante de cine, debe entrevistar a un prestigioso director, actuado por Liev Schreiber, que está en el borde entre la depresión y el alcoholismo. El encuentro se va a extender y complicar, lo que va a terminar con una recorrida de Ashleigh por el mundo del cine y sus celebridades. Allí deambulan, en distintos personajes, Jude Law, Rebecca Hall y Diego Luna.
Mientras tanto, Gatsby se cruza con Chan (Selena), una vieja amiga, con la que termina actuando por casualidad en un corto de otro amigo. No hay mayor elaboración que esa. Se cruzan por la calle y se conocían de antes. Mientras Gatsby siente que Ashleigh se aleja de él, comienza a sentirse atraído por Chan. Si la película hubiera sido ambientada en la década de los 50 o 60 quizás todo hubiera tenido un mínimo sentido. Los actores, forzados en personajes ridículos, no logran romper en ningún momento con la artificialidad que envuelve al film.
Si bien lo técnico nunca fue un fuerte de Allen, A rainy day in New York se ve particularmente mal. La iluminación satura los contornos de los cuerpos de los personajes dándoles un aspecto aún más viejo del que tienen. Ni siquiera el vestuario parece acorde a la época. Es más, en la segunda secuencia del film cuando los jóvenes toman un bus desde la universidad hasta el centro de la ciudad, el vehículo moderno, vidriado, aparece como un elemento de otra película que contrasta con los sweaters bordó y verde en tonos apagados de los protagonistas. Desde los detalles hasta lo estructural, se trata de una película que no tiene razón de ser.
16 de octubre de 2019
16 de octubre de 2019
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hacía tiempo que no iba al cine a ver una película de Woody Allen, y en eso no he salido decepcionado. Ya al leer el título la figura de Woody está presente, Nueva York, lluvia, melancolía de un día de lluvia, connotaciones románticas ...
Es una película que va de menos a más, con unas interpretaciones que mejoran al pasar el metraje de la película. Una Elle Fanning que firma una interpretación floja al principio pero desarrolla su personaje a lo largo de toda la cinta. Una Selena Gomez que no transmite mucho pero que se vuelve creible y segura en su papel a partir de su segunda intervención y un Timothee Chalamet que hace como si fuera Woody Allen, sin ese aura cómico de Woody pero de forma muy convincente.
Una película muy woodydiana, con su narcisismo neoyorkino (y su fetiche central park onmipresente) con su guión creando una telaraña con desenlace quizás previsible pero bien contado, situaciones absurdas pero dentro de contexto y con pasajes musicales bien insertados.
No es una película de 10 para incluirla en ningún top X pero si te gusta Woody Allen y su mundo recomiendo verla para pasar un buen rato
Es una película que va de menos a más, con unas interpretaciones que mejoran al pasar el metraje de la película. Una Elle Fanning que firma una interpretación floja al principio pero desarrolla su personaje a lo largo de toda la cinta. Una Selena Gomez que no transmite mucho pero que se vuelve creible y segura en su papel a partir de su segunda intervención y un Timothee Chalamet que hace como si fuera Woody Allen, sin ese aura cómico de Woody pero de forma muy convincente.
Una película muy woodydiana, con su narcisismo neoyorkino (y su fetiche central park onmipresente) con su guión creando una telaraña con desenlace quizás previsible pero bien contado, situaciones absurdas pero dentro de contexto y con pasajes musicales bien insertados.
No es una película de 10 para incluirla en ningún top X pero si te gusta Woody Allen y su mundo recomiendo verla para pasar un buen rato
21 de octubre de 2019
21 de octubre de 2019
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pues eso, si te gusta Woody Allen, disfrutarás de esta película, que no puede ser más característica suya.
Buenos actores, los temas de siempre, Nueva York, fotografía y ambientación muy cuidadas, la música...
La película la veo con agrado, aunque como casi todo el cine de Allen, tengo un problema con los personajes: los actores recitan frases a veces profundas, a veces ingeniosas, pero siempre tienes la impresión que no son personas de verdad, son alter egos de Mr. Allen, y eso me distancia y enfría.
Me apena que cualquier de estos días será la última de Woody, y perderemos ese universo tan entrañable y que forma parte de mi historia con el cine, la cita anual con la película de Woody Allen. Irreemplazable, único, especial.
Buenos actores, los temas de siempre, Nueva York, fotografía y ambientación muy cuidadas, la música...
La película la veo con agrado, aunque como casi todo el cine de Allen, tengo un problema con los personajes: los actores recitan frases a veces profundas, a veces ingeniosas, pero siempre tienes la impresión que no son personas de verdad, son alter egos de Mr. Allen, y eso me distancia y enfría.
Me apena que cualquier de estos días será la última de Woody, y perderemos ese universo tan entrañable y que forma parte de mi historia con el cine, la cita anual con la película de Woody Allen. Irreemplazable, único, especial.
23 de octubre de 2019
23 de octubre de 2019
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
He disfrutado de la última película de Woody Allen gracias al trabajo de Timothée Chalamet (Beautiful boy, Call me by your name) - uno de mis jóvenes ¡y guapos! actores favoritos- y a los paseos que da la cámara por Nueva York, una de las mejores ciudades de este planeta. "Día de lluvia en Nueva York" es una agradable comedia romántica, entretenida, alegre, que te hará reír, o por lo menos sonreír, con sus chispeantes diálogos. Pero nada más. "Día de lluvia en Nueva York" es una de esas cintas flojas, insustanciales, que Woody Allen de vez en cuando se permite escribir y dirigir pero que los amantes del cine no nos queremos perder. A punto de cumplir los 84 Allen aún tiene mucho que ofrecer.
27 de octubre de 2019
27 de octubre de 2019
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sorprendente por un metraje de sólo 90 minutos, Woody nos regala con otra de sus comedias de sello personalísimo. Puestos a imaginar una cata de cine a ciegas, cualquier aficionado al séptimo arte reconocería al autor de esta película por su sentido del humor rebuscado, absurdo e intelectual, su bella fotografía, un protagonista nostálgico e introvertido, unos diálogos dilatados y, por supuesto, Manhattan. ¡Cuánto le debe esta ciudad a Woody!
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