La chispa de la vida
2011 

5.5
10,937
Drama. Comedia
Roberto (José Mota) es un publicista en paro que alcanzó el éxito cuando se le ocurrió un famoso eslogan: "Coca-Cola, la chispa de la vida". Ahora es un hombre desesperado que, intentando recordar los días felices, regresa al hotel donde pasó la luna de miel con su mujer (Salma Hayek). Sin embargo, en lugar del hotel, lo que encuentra es un museo levantado en torno al teatro romano de la ciudad. Mientras pasea por las ruinas, sufre un ... [+]
21 de septiembre de 2013
21 de septiembre de 2013
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿La comedia y el drama son dos extremos del mismo continuo?
Ayer estuve viendo “la chispa de la vida” de Alex de la Iglesia, uno de mis directores españoles favoritos, y cuando acabó no estaba muy seguro de sí había visto un drama o una comedia. Tras consultarlo con la almohada he llegado a la conclusión de que la mejor definición de esta película es la de tragicomedia. Quizás la presencia de José Mota lleva a engaño y nos hace esperar una comedia, aunque quizás esta presencia es parte del juego del director, que creo que premeditadamente nos quiere llevar de la risa a la lágrima. En cualquier caso el actor, que no cómico en este caso, se esfuerzo mucho por meterse en el papel de este desempleado en crisis, aunque quizás los espectadores todavía no estamos preparados para este cambio de registro y vemos sketches donde no los hay. Por otro lado la historia también va girando desde la comedia al drama más profundo, o ¿hay algo más dramático que contemplar una persona en paro suplicando un puesto de trabajo sin conseguirlo, aunque haya llegado mojado y manchado de café a la entrevista porque le han empapado por accidente mientras esperaba su turno? Quizás los políticos y los profesionales del mundo de la TV que aparecen se comportan de una manera un tanto estrambótica y exagerada, y con ello nos provocan una cierta sonrisa, pero quizás lo dramático está en que a lo mejor son incluso más egoístas e interesados en la realidad. Si quedaba alguna duda de que esta película no es una comedia solo tenemos que fijarnos en el papel de Salma Hayek, que no hace ninguna concesión a la comedia y pone el contrapunto de realidad a todo lo cómico y exagerado que ocurre en el teatro romano de Cartagena.
Es cierto que la película contiene errores, imprecisiones y exageraciones, pero a mí me ha gustado, comparto el fondo de crítica social, opino que los actores principales defienden dignamente sus papeles y creo que la realización técnica es bastante buena, por eso te animo a que cuando tengas oportunidad pases un rato riendo o llorando viendo “La chispa de la vida”.
Ayer estuve viendo “la chispa de la vida” de Alex de la Iglesia, uno de mis directores españoles favoritos, y cuando acabó no estaba muy seguro de sí había visto un drama o una comedia. Tras consultarlo con la almohada he llegado a la conclusión de que la mejor definición de esta película es la de tragicomedia. Quizás la presencia de José Mota lleva a engaño y nos hace esperar una comedia, aunque quizás esta presencia es parte del juego del director, que creo que premeditadamente nos quiere llevar de la risa a la lágrima. En cualquier caso el actor, que no cómico en este caso, se esfuerzo mucho por meterse en el papel de este desempleado en crisis, aunque quizás los espectadores todavía no estamos preparados para este cambio de registro y vemos sketches donde no los hay. Por otro lado la historia también va girando desde la comedia al drama más profundo, o ¿hay algo más dramático que contemplar una persona en paro suplicando un puesto de trabajo sin conseguirlo, aunque haya llegado mojado y manchado de café a la entrevista porque le han empapado por accidente mientras esperaba su turno? Quizás los políticos y los profesionales del mundo de la TV que aparecen se comportan de una manera un tanto estrambótica y exagerada, y con ello nos provocan una cierta sonrisa, pero quizás lo dramático está en que a lo mejor son incluso más egoístas e interesados en la realidad. Si quedaba alguna duda de que esta película no es una comedia solo tenemos que fijarnos en el papel de Salma Hayek, que no hace ninguna concesión a la comedia y pone el contrapunto de realidad a todo lo cómico y exagerado que ocurre en el teatro romano de Cartagena.
Es cierto que la película contiene errores, imprecisiones y exageraciones, pero a mí me ha gustado, comparto el fondo de crítica social, opino que los actores principales defienden dignamente sus papeles y creo que la realización técnica es bastante buena, por eso te animo a que cuando tengas oportunidad pases un rato riendo o llorando viendo “La chispa de la vida”.
4 de marzo de 2014
4 de marzo de 2014
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
La chispa de la vida de Álex de la Iglesia, es una comedia negra dramática que satiriza el sensacionalismo de la televisión. Dirigida con un ritmo dinámico y desenfrenado, es singular y distinta por tratar con sarcasmo la triste realidad actual televisiva, y lo hace a su modo habitual, con toques de su más puro humor negro pero llevado al extremo. Realizada de modo provocador y comercial, tiene un resultado implacable y arrollador.
La fotografía, es mezcla de imágenes lumínicas y oscuras que son muy acertadas para la trama, impactando y estimulando al público por ser idónea y desconcertante. La música, es intrigante e inquietante, con algunos sonidos rítmicos que alarman por su intensidad, enardeciendo hábilmente en su acompañamiento. Y cabe resaltar, un buen trabajo técnico de planos y movimientos de cámara que da gran dramatismo y realidad al film.
Las actuaciones, son acertadas y cumplidoras. Con un inesperado y sorprendente José Mota hilando una decente interpretación tragicómica, Salma Hayek en una labor sentida y sincera y oportunos trabajos de los habituales Manuel Tallafé o Carolina Bang, y buenas actuaciones de Blanca Portillo, Juan Luis Galiardo, Fernando Tejero, Antonio Garrido, Santiago Segura y Juanjo Puigcorbé. Empleando para estos unos sugerentes y bien trabajados vestuarios y caracterizaciones según el personaje.
El guion, que mezcla con acierto lo cómico y lo dramático, tiene gran parecido a la cinta El Gran Carnaval de Billy Wilder, por el circo mediático que se crea alrededor de un hecho trágico, y está argumentado de manera sustanciosa por su crítica a la televisión y las altas esferas. Con unos diálogos ácidos y algo excéntricos en su interior, por tratar con sarcasmo y mordacidad algo tristemente real, y lo hace con su habitual humor negro y crítico.
Concluyendo, la considero una obra incitadora y algo sentimental, por ser conmovedora pero manteniendo sus dosis de humor negro. Recomendable por su dirección, guion, interpretaciones, música y diálogos que vuelven a La chispa de la vida, en un film provocador y crítico, que merece la pena ser visto por su afilada sátira a la televisión que juega con el amarillismo, para captar la atención del espectador.
La fotografía, es mezcla de imágenes lumínicas y oscuras que son muy acertadas para la trama, impactando y estimulando al público por ser idónea y desconcertante. La música, es intrigante e inquietante, con algunos sonidos rítmicos que alarman por su intensidad, enardeciendo hábilmente en su acompañamiento. Y cabe resaltar, un buen trabajo técnico de planos y movimientos de cámara que da gran dramatismo y realidad al film.
Las actuaciones, son acertadas y cumplidoras. Con un inesperado y sorprendente José Mota hilando una decente interpretación tragicómica, Salma Hayek en una labor sentida y sincera y oportunos trabajos de los habituales Manuel Tallafé o Carolina Bang, y buenas actuaciones de Blanca Portillo, Juan Luis Galiardo, Fernando Tejero, Antonio Garrido, Santiago Segura y Juanjo Puigcorbé. Empleando para estos unos sugerentes y bien trabajados vestuarios y caracterizaciones según el personaje.
El guion, que mezcla con acierto lo cómico y lo dramático, tiene gran parecido a la cinta El Gran Carnaval de Billy Wilder, por el circo mediático que se crea alrededor de un hecho trágico, y está argumentado de manera sustanciosa por su crítica a la televisión y las altas esferas. Con unos diálogos ácidos y algo excéntricos en su interior, por tratar con sarcasmo y mordacidad algo tristemente real, y lo hace con su habitual humor negro y crítico.
Concluyendo, la considero una obra incitadora y algo sentimental, por ser conmovedora pero manteniendo sus dosis de humor negro. Recomendable por su dirección, guion, interpretaciones, música y diálogos que vuelven a La chispa de la vida, en un film provocador y crítico, que merece la pena ser visto por su afilada sátira a la televisión que juega con el amarillismo, para captar la atención del espectador.
2 de octubre de 2014
2 de octubre de 2014
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Curiosa película de Álex de la Iglesia que se desarrolla en sus tres cuartas partes en tan sólo un escenario: el teatro romano de la ciudad costera de Cartagena. Ante todo, la obra está llena de incoherencias como que haya trenes de Madrid a Cartagena a todas horas, o que en coche se tarden apenas dos horas. En ocasiones se torna de un surrealismo que nos demuestra con creces lo inverosímil que son muchas cosas que suceden. Pero el guión es medianamente aceptable y es una buena crítica al poder de la televisión y su afán por convertir en espectáculo los dramas, así como sus reacciones según la evolución de éstos. Especialmente relativa a dos canales en concreto (Antena 5) y a un programa (rumore, rumore).
Las interpretaciones se encuentran en buen nivel, destacando a José Mota (que logra despojarse un poco de su estilo cachondo habitual) y especialmente a Salma Hayek, la estrella de esta cinta que evidentemente tiene muchas tablas. Luego tenemos al veterano Juanjo Puigcorbé y varios actores de series de televisión que no me terminan de convencer. Y es que sinceramente considero que no necesariamente los buenos actores de la tele rinden a la misma altura en el cine, donde las exigencias entiendo que son distintas.
Esta película la ví en un cine de Cartagena y a la gente le hizo gracia algunos guiños como a un pequeño hospital de la zona aparte de ver a su referencia artística más popular, junto con la fachada del Ayuntamiento.
Las interpretaciones se encuentran en buen nivel, destacando a José Mota (que logra despojarse un poco de su estilo cachondo habitual) y especialmente a Salma Hayek, la estrella de esta cinta que evidentemente tiene muchas tablas. Luego tenemos al veterano Juanjo Puigcorbé y varios actores de series de televisión que no me terminan de convencer. Y es que sinceramente considero que no necesariamente los buenos actores de la tele rinden a la misma altura en el cine, donde las exigencias entiendo que son distintas.
Esta película la ví en un cine de Cartagena y a la gente le hizo gracia algunos guiños como a un pequeño hospital de la zona aparte de ver a su referencia artística más popular, junto con la fachada del Ayuntamiento.
11 de mayo de 2012
11 de mayo de 2012
6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
¡Viva Cartagena!, donde se ha filmado esta muy buena película, sobre todo en el teatro romano impresionante que hay allí.
La historia se ha contado de diversas maneras a lo largo de la historia del cine, es decir, como en torno a la desgracia de alguien se monta rápidamente un circo, acuden los buitres de los negocios y los que creen el dios dinero y que con dicho dios se puede comprar todo.
Pero el Sr. De la Iglesia hace una versión muy peculiar de la citada historia tan universal, la actualiza, la concretiza en España y le añade un montón de rasgos filosóficos, emocionales y humanos que la elevan y la convierten en una película bastante original y con corazón propio.
¡Felicidades Álex, cada día eres mejor director, mientras otros más famosos que tú cada día son peores!
La historia se ha contado de diversas maneras a lo largo de la historia del cine, es decir, como en torno a la desgracia de alguien se monta rápidamente un circo, acuden los buitres de los negocios y los que creen el dios dinero y que con dicho dios se puede comprar todo.
Pero el Sr. De la Iglesia hace una versión muy peculiar de la citada historia tan universal, la actualiza, la concretiza en España y le añade un montón de rasgos filosóficos, emocionales y humanos que la elevan y la convierten en una película bastante original y con corazón propio.
¡Felicidades Álex, cada día eres mejor director, mientras otros más famosos que tú cada día son peores!
15 de enero de 2012
15 de enero de 2012
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
De la Iglesia se nos ha vuelto muy serio. Esto no es necesariamente malo, pero sin duda afecta a lo que alguna gente aún espera de sus películas. Cierto que algunas de sus comedias, como "Muertos de risa", eran negrísimas pese a contar con actores como Wyoming y Segura, pero la gente aún podía recordar los chascarrillos y gags -más bien facilones, por otra parte- de sus protagonistas (los valores de aquel filme residen más en su vertiente dramática).
Ya en su anterior filme, "Balada triste..." De La Iglesia generó opiniones muy polarizadas, y yo me situé en el lado de los defensores. Si bien era un filme irregular y algo desmesurado creo que , en general, funcionaba bien, aunque no fuera la comedia de humor negro que muchos esperábamos sino más bien un esperpento (no lo digo en sentido peyorativo), una especie de drama con toques cómicos y fantásticos que provocaba una conseguida sensación de "risa congelada".
El problema viene cuando el director se pone a hablar directamente de la realidad actual y con un estilo más cotidiano. Esto es lo que pasa con "La chispa de la vida" , en la que obviaré que el guión es de Randy Feldman, pues me parece que podría haberlo firmado De la Iglesia, al menos en este momento de su carrera. O quizá el casting es tan propio del director que eso lo convierte en suyo.
Tal vez la película del director a la que más se acerca, por su estilo y parte de su temática, sea a "Crimen ferpecto", donde también se hablaba del día a día de un personaje relacionado de algún modo con el mundo de las ventas, aunque allí era un triunfador convertido en perdedor y aquí es un perdedor convertido en...¿triunfador? por culpa de un desagradable incidente.
En aquella película De la Iglesia pasaba de un costumbrismo inicial a introducir elementos fantásticos que acababan por desmadrar demasiado la propuesta. Aquí se muestra más "contenido" en ese sentido y quizá por eso se notan más las exageraciones. Está bien que mantenga el "realismo" y no se vaya por los cerros de Úbeda, pero en este contexto más social le pierde el retrato excesivamente maniqueo de algunos personajes y también, el exceso de seriedad en el mensaje. Ya que si la película fuera más comedia, aunque negra, la caricatura sería más perdonable, pero con el intento de emocionar al espectador, las pretensiones cómicas desaparecen casi por completo.
No ayuda que intenté tratar demasiados temas y que la crítica a los medios de comunicación no aporte mucho, más allá de esa revisitación de "El gran carnaval". Si su intención era mostrar que el protagonista pierde su dignidad creo que pudo llevarse mucho más lejos. Sí, negocia con su vida, pero lo hace por su familia. No pierde la cordura ni la vergüenza de la misma forma que lo hacen ciertos personajes que salen por televisión. Es demasiado normal. Por eso, el tema queda diluído, no se sabe si nos quiere hablar de esto, del 15M, de la crisis o de todo a la vez.
(Sigue, sin spoilers)
Ya en su anterior filme, "Balada triste..." De La Iglesia generó opiniones muy polarizadas, y yo me situé en el lado de los defensores. Si bien era un filme irregular y algo desmesurado creo que , en general, funcionaba bien, aunque no fuera la comedia de humor negro que muchos esperábamos sino más bien un esperpento (no lo digo en sentido peyorativo), una especie de drama con toques cómicos y fantásticos que provocaba una conseguida sensación de "risa congelada".
El problema viene cuando el director se pone a hablar directamente de la realidad actual y con un estilo más cotidiano. Esto es lo que pasa con "La chispa de la vida" , en la que obviaré que el guión es de Randy Feldman, pues me parece que podría haberlo firmado De la Iglesia, al menos en este momento de su carrera. O quizá el casting es tan propio del director que eso lo convierte en suyo.
Tal vez la película del director a la que más se acerca, por su estilo y parte de su temática, sea a "Crimen ferpecto", donde también se hablaba del día a día de un personaje relacionado de algún modo con el mundo de las ventas, aunque allí era un triunfador convertido en perdedor y aquí es un perdedor convertido en...¿triunfador? por culpa de un desagradable incidente.
En aquella película De la Iglesia pasaba de un costumbrismo inicial a introducir elementos fantásticos que acababan por desmadrar demasiado la propuesta. Aquí se muestra más "contenido" en ese sentido y quizá por eso se notan más las exageraciones. Está bien que mantenga el "realismo" y no se vaya por los cerros de Úbeda, pero en este contexto más social le pierde el retrato excesivamente maniqueo de algunos personajes y también, el exceso de seriedad en el mensaje. Ya que si la película fuera más comedia, aunque negra, la caricatura sería más perdonable, pero con el intento de emocionar al espectador, las pretensiones cómicas desaparecen casi por completo.
No ayuda que intenté tratar demasiados temas y que la crítica a los medios de comunicación no aporte mucho, más allá de esa revisitación de "El gran carnaval". Si su intención era mostrar que el protagonista pierde su dignidad creo que pudo llevarse mucho más lejos. Sí, negocia con su vida, pero lo hace por su familia. No pierde la cordura ni la vergüenza de la misma forma que lo hacen ciertos personajes que salen por televisión. Es demasiado normal. Por eso, el tema queda diluído, no se sabe si nos quiere hablar de esto, del 15M, de la crisis o de todo a la vez.
(Sigue, sin spoilers)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Los actores cumplen, sin grandes alardes. A algunos les costará quitarle su imagen de cómico pero José Mota da el pego como tipo corriente y deja de lado casi todos sus tics y frases típicas, no está peor que De la Torre o Segura, que tienen papeles breves y más bien flojos. Tampoco es la primera vez que De la Iglesia recurre a un casting peculiar (en "Balada triste..." Areces afrontaba un papel más bien dramático). Fernando Tejero demuestra que puede ser un actor pasable para variar, Antonio Garrido está sorprendemente bien, Manuel Tallafé está tan entrañable como siempre y Carolina Bang está fatal y metida con calzador (y eso que me pareció aceptable en "Balada triste..."). Y Salma Hayek no está demasiado bien, pero cae simpática. De los demás Nerea Camacho está particularmente desaprovechada.
Total, es una película entretenida y que tiene algunos buenos puntos en su primera mitad, pero el planteamiento es un poco forzado y el tono demasiado serio y dramático para la poca profundidad con la que se aborda el mensaje.
Total, es una película entretenida y que tiene algunos buenos puntos en su primera mitad, pero el planteamiento es un poco forzado y el tono demasiado serio y dramático para la poca profundidad con la que se aborda el mensaje.
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