Crimen perfecto
1954 

8.2
29,957
Intriga. Thriller
Tony Wendice (Ray Milland), un frío y calculador tenista retirado, planea asesinar a su bella y rica esposa (Grace Kelly) porque sospecha que le es infiel, pero sobre todo porque desea heredar su gran fortuna. Para llevar a cabo su plan, chantajea a un antiguo compañero de universidad y lo convence para que, en su ausencia, entre en la casa y mate a su mujer. (FILMAFFINITY)
21 de julio de 2009
21 de julio de 2009
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hitchcock sabía sorprender. A lo largo de su gran filmografía, el maestro del suspense nos a brindado algunos de los momentos más vibrantes e intensos de la historia del cine gracias a su gran habilidad de montaje, sabiendo añadir una gran tensión e interés narrativo.
“Crimen Perfecto” es una de esas películas donde el maestro tiene verdaderamente la oportunidad de lucirse. Al igual que otras cintas del cineasta, como “Náufragos” o “La Soga”, la acción transcurre en un espacio muy limitado, poniendo a prueba no sólo su habilidad en la narrativa fílmica sino el propio talento de sus actores.
Afortunadamente, el experimento sale verdaderamente bien, todos los actores brillan gracias a unas soberbias actuaciones, en especial la de Ray Milland, que se puede resumir de apoteósica. El talento de Hitchcock es igualmente equiparable, e incluso superior, el director consigue una fuerte tensión narrativa que va in crescendo a medida que avanza la película hasta su muy acertado final.
Estamos, sin ninguna duda, ante uno de los trabajos de realizador inglés que han soportado mejor el paso del tiempo. Estamos ante un thriller imperecedero de obligada visión no solo para los amantes de del cineasta, sino del género en general, pues es una de las mejores cintas que nos podemos regalar dentro de la temática del suspense, la intriga y el thriller.
Toda una obra de referencia en saber plasmar la tensión en cada momento gracias a las maquinaciones de Milland con la credibilidad de un crimen perfecto. Y es que la cinta nos demuestra hasta qué punto un hombre puede manipular y mentir si se tiene el talento apropiado, y usarlo en beneficio propio.
“Crimen Perfecto” es una de esas películas donde el maestro tiene verdaderamente la oportunidad de lucirse. Al igual que otras cintas del cineasta, como “Náufragos” o “La Soga”, la acción transcurre en un espacio muy limitado, poniendo a prueba no sólo su habilidad en la narrativa fílmica sino el propio talento de sus actores.
Afortunadamente, el experimento sale verdaderamente bien, todos los actores brillan gracias a unas soberbias actuaciones, en especial la de Ray Milland, que se puede resumir de apoteósica. El talento de Hitchcock es igualmente equiparable, e incluso superior, el director consigue una fuerte tensión narrativa que va in crescendo a medida que avanza la película hasta su muy acertado final.
Estamos, sin ninguna duda, ante uno de los trabajos de realizador inglés que han soportado mejor el paso del tiempo. Estamos ante un thriller imperecedero de obligada visión no solo para los amantes de del cineasta, sino del género en general, pues es una de las mejores cintas que nos podemos regalar dentro de la temática del suspense, la intriga y el thriller.
Toda una obra de referencia en saber plasmar la tensión en cada momento gracias a las maquinaciones de Milland con la credibilidad de un crimen perfecto. Y es que la cinta nos demuestra hasta qué punto un hombre puede manipular y mentir si se tiene el talento apropiado, y usarlo en beneficio propio.
21 de octubre de 2013
21 de octubre de 2013
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Crimen perfecto de Alfred Hitchcock, es un drama de intriga considerado película de culto, y desde luego, una de las mejores del director. Dirigida con un ritmo tranquilo y majestuoso, y a su modo propio y subjetivo de hacer cine, realiza un film algo enredado y lioso, lleno de suspense, intriga y detalles, propios de una obra inmejorable y soberbia.
La música, es inquietante e intrigante en los momentos clave, con sonidos alarmantes y estimulantes, y bella y atractiva en los momentos fuera de tensión. Con una fotografía de interior llamativa y llena de detalles y belleza estética que no deja nada al azar. Sacando lo mejor de ella, unos movimientos de cámara y planos sobrios, pero lúcidos e ingeniosos, desarrollándose casi todo el film, en el interior del salón de los protagonistas.
El guion, es enrevesado, absorbente y provocador, y desde luego admirable por estar argumentado de forma penetrante, insana y perniciosa para el espectador. El cual, visiona la obra consciente de estar asistiendo a una cinta de Hitchcock en estado puro, con todos sus ingredientes para hacerla una obra imperecedera y clamorosa. Y empleando para ella, una narrativa clásica e impoluta, y unos diálogos sarcásticos y ocultamente perversos.
Las actuaciones, son soberbias y sobresalientes, sacando el director lo mejor de ellas. Con Ray Milland realizando una gran interpretación fría, persuasiva e intachable, y Grace Kelly sentida, magnífica y suntuosa. Siendo notables y apropiados, los papeles de Robert Cummings y John Williams. Usando para los personajes, unos vestuarios y caracterizaciones elegantes y distinguidos, al estilo, gusto y costumbre del singular director.
En definitiva, la considero una obra imprescindible e inolvidable de Hitchcock. Recomendable para todos los públicos amantes del buen cine clásico, y de intriga y suspense. Por ser intachable, cautivadora e inmensa en resultado, con los toques malignos típicos del director, y desde luego incitadora, y de las mejores obras que se recuerdan del genio del suspense, y de su fructífera filmografía.
La música, es inquietante e intrigante en los momentos clave, con sonidos alarmantes y estimulantes, y bella y atractiva en los momentos fuera de tensión. Con una fotografía de interior llamativa y llena de detalles y belleza estética que no deja nada al azar. Sacando lo mejor de ella, unos movimientos de cámara y planos sobrios, pero lúcidos e ingeniosos, desarrollándose casi todo el film, en el interior del salón de los protagonistas.
El guion, es enrevesado, absorbente y provocador, y desde luego admirable por estar argumentado de forma penetrante, insana y perniciosa para el espectador. El cual, visiona la obra consciente de estar asistiendo a una cinta de Hitchcock en estado puro, con todos sus ingredientes para hacerla una obra imperecedera y clamorosa. Y empleando para ella, una narrativa clásica e impoluta, y unos diálogos sarcásticos y ocultamente perversos.
Las actuaciones, son soberbias y sobresalientes, sacando el director lo mejor de ellas. Con Ray Milland realizando una gran interpretación fría, persuasiva e intachable, y Grace Kelly sentida, magnífica y suntuosa. Siendo notables y apropiados, los papeles de Robert Cummings y John Williams. Usando para los personajes, unos vestuarios y caracterizaciones elegantes y distinguidos, al estilo, gusto y costumbre del singular director.
En definitiva, la considero una obra imprescindible e inolvidable de Hitchcock. Recomendable para todos los públicos amantes del buen cine clásico, y de intriga y suspense. Por ser intachable, cautivadora e inmensa en resultado, con los toques malignos típicos del director, y desde luego incitadora, y de las mejores obras que se recuerdan del genio del suspense, y de su fructífera filmografía.
8 de marzo de 2015
8 de marzo de 2015
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Dial M for Murder” arrastra la maldición de los films supuestamente teatrales, en este caso porque buena parte de la acción tiene lugar en el “living room” del apartamento de los Wendice. Desde luego nadie puede negar lo anterior, aunque también es cierto que su siguiente film, “La ventana indiscreta”, todavía resulta más radical en el uso de un único decorado, un patio de vecinos, sin salir de él en ningún momento, pese a lo cual nadie ha mencionado jamás, que yo recuerde, el adjetivo teatral para referirse al film. Es cierto, no obstante, que el peso del diálogo es muy importante en “Crimen perfecto”, mientras que en “La ventana…” es el lado visual el que cobra más protagonismo. Sea como fuere, el diálogo no es un elemento exclusivo del teatro, como tampoco lo es la concentración del espacio, reduciendo los escenarios. También el cine puede mantener una unidad de lugar férrea, sin ser, pese a todo, teatral. Pues el cineasta ya lo había hecho en “Alarma en el expreso”, “Náufragos” y “La soga”.
Pero en el universo cinematográfico de Hitchcock la palabra es siempre mera acompañante de la mirada, pues en su obra el aspecto visual, los matices, los silencios, los objetos o los decorados son los elementos que de verdad cobran importancia en el plano, mientras que lo que dicen sus personajes no es siempre fiable. Al fin y al cabo, uno de los temas centrales del cineasta británico es la mentira, así como la falsedad de las apariencias. Todo en su obra es inestable, de ahí las inagotables sugerencias y lecturas que tienen sus films y a medida que se revisan, siempre se encuentran novedades ocultas por descubrir.
En el desarrollo de “Crimen perfecto”, el aspecto teatral queda pronto desterrado por el modo que adaptó la obra teatral de Frederick Knott, en la que se basa el argumento, potenciando los elementos más sórdidos de la trama. Su idea es la de sugerir un plan diabólico, por debajo de la aparente flema de Tom Wendice (Ray Milland) al celebrar entre sonrisas cada una de las escapadas de su esposa Margot (Grace Kelly) con su amante Mark Halliday (Robert Cummings). Para ello los planos de las miradas de él con las voces de fondo de su esposa y Mark fuera de plano, el detalle de los dedos buscando llaves, los insertos del teléfono sonando o descolgado, los detalles en cómo Tom limpia las copas que sirve a su viejo compañero para sólo dejar las huellas que le interesa.
La mecánica policiaca y detectivesca unida al capricho del azar funciona con precisión, después de ver y oír diversas versiones que nos plantea la trama para acabar encajando todas las piezas en su justo lugar, aunque por el camino han quedado dudas razonables y éticas que el espectador debe descifrar. El cameo de Hitchcock lo explico en spoiler.
Pero en el universo cinematográfico de Hitchcock la palabra es siempre mera acompañante de la mirada, pues en su obra el aspecto visual, los matices, los silencios, los objetos o los decorados son los elementos que de verdad cobran importancia en el plano, mientras que lo que dicen sus personajes no es siempre fiable. Al fin y al cabo, uno de los temas centrales del cineasta británico es la mentira, así como la falsedad de las apariencias. Todo en su obra es inestable, de ahí las inagotables sugerencias y lecturas que tienen sus films y a medida que se revisan, siempre se encuentran novedades ocultas por descubrir.
En el desarrollo de “Crimen perfecto”, el aspecto teatral queda pronto desterrado por el modo que adaptó la obra teatral de Frederick Knott, en la que se basa el argumento, potenciando los elementos más sórdidos de la trama. Su idea es la de sugerir un plan diabólico, por debajo de la aparente flema de Tom Wendice (Ray Milland) al celebrar entre sonrisas cada una de las escapadas de su esposa Margot (Grace Kelly) con su amante Mark Halliday (Robert Cummings). Para ello los planos de las miradas de él con las voces de fondo de su esposa y Mark fuera de plano, el detalle de los dedos buscando llaves, los insertos del teléfono sonando o descolgado, los detalles en cómo Tom limpia las copas que sirve a su viejo compañero para sólo dejar las huellas que le interesa.
La mecánica policiaca y detectivesca unida al capricho del azar funciona con precisión, después de ver y oír diversas versiones que nos plantea la trama para acabar encajando todas las piezas en su justo lugar, aunque por el camino han quedado dudas razonables y éticas que el espectador debe descifrar. El cameo de Hitchcock lo explico en spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Sale en una fotografía colgada en la pared del apartamento cenando con Tom y el encargado de matar a su esposa.
13 de abril de 2007
13 de abril de 2007
9 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Llevo un par de meses viendo películas del maestro Hitchcock y esta es la primera que me ha convencido sobremanera de principio a fín. Por fín consigue una trama buenísima y bien explicada, sín cabos sueltos, con tensión, con giros inesperados y con un final buenísimo. Cosas que para mi, había conseguido con menor fuerza en sus otras películas.
Es decir, estamos ante una peliculón con mayúsculas, un argumento completo y retorcido y muy elaborado, un clima teatral con practicamente un sólo escenario y con una Grace Kelly que se sale de la pantalla. ¿Y qué decir del final?, bueno del todo, no sabes lo que va a pasar hasta el último fotograma de la película y que queda al descubierto por un pequeño detalle del protagonista, un error.
En fin una obra maestra, por fín del Gran Hitchcock.
Es decir, estamos ante una peliculón con mayúsculas, un argumento completo y retorcido y muy elaborado, un clima teatral con practicamente un sólo escenario y con una Grace Kelly que se sale de la pantalla. ¿Y qué decir del final?, bueno del todo, no sabes lo que va a pasar hasta el último fotograma de la película y que queda al descubierto por un pequeño detalle del protagonista, un error.
En fin una obra maestra, por fín del Gran Hitchcock.
23 de mayo de 2010
23 de mayo de 2010
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aunque lo que realizó Hitchcock con "La soga" es sencillamente insuperable en muchísimos aspectos, en esta monumental producción oda a la meticulosidad, se alcanzan niveles de delirio y éxtasis cinematográfico que hacen que, de nuevo, lo que ha filmado el orondo director, se transforme en visión obligada al menos una vez durante el año, si no quieres que tu conciencia se quede intranquila.
Sólo haré mención a la primera escena como ejemplo del talento: Milland, que interpreta al tenista pérfido aspirante a asesino, besa académicamente y mecánicamente en los labios a Grace Kelly (su mujer Margot en la ficción). Éste se sienta en su lugar en la mesa a desayunar, tirando unos frascos de especias y de sal y protesta, mientras Margot lee en el periódico que su amante escritor de novelas de crimen está de vuelta. Su mirada lo dice todo. Después, cambia la escena y se ve la llegada del Queen Mary y al escritor saliendo del barco y mirando levemente hacia los dos lados, hasta que en cinco segundos comprende que no lo va a ir a buscar su amada. Tercera escena y se observa, ahora sí, un beso apasionado entre Margot y el escritor. Por no hablar de las sombras de ellos que se separan al sonar el timbre, avisador de la vuelta del marido a casa. Porque se estaban liando en casa del marido, claro.
Una lección de maestría que supone un ABC inmenso para los estudiantes, con dos minutos de película. Hitchcock invita a seguir aprendiendo y sigue reclutando, décadas después, a nuevos reclutas del séptimo arte.
Sólo haré mención a la primera escena como ejemplo del talento: Milland, que interpreta al tenista pérfido aspirante a asesino, besa académicamente y mecánicamente en los labios a Grace Kelly (su mujer Margot en la ficción). Éste se sienta en su lugar en la mesa a desayunar, tirando unos frascos de especias y de sal y protesta, mientras Margot lee en el periódico que su amante escritor de novelas de crimen está de vuelta. Su mirada lo dice todo. Después, cambia la escena y se ve la llegada del Queen Mary y al escritor saliendo del barco y mirando levemente hacia los dos lados, hasta que en cinco segundos comprende que no lo va a ir a buscar su amada. Tercera escena y se observa, ahora sí, un beso apasionado entre Margot y el escritor. Por no hablar de las sombras de ellos que se separan al sonar el timbre, avisador de la vuelta del marido a casa. Porque se estaban liando en casa del marido, claro.
Una lección de maestría que supone un ABC inmenso para los estudiantes, con dos minutos de película. Hitchcock invita a seguir aprendiendo y sigue reclutando, décadas después, a nuevos reclutas del séptimo arte.
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