Crimen perfecto
1954 

8.2
29,956
Intriga. Thriller
Tony Wendice (Ray Milland), un frío y calculador tenista retirado, planea asesinar a su bella y rica esposa (Grace Kelly) porque sospecha que le es infiel, pero sobre todo porque desea heredar su gran fortuna. Para llevar a cabo su plan, chantajea a un antiguo compañero de universidad y lo convence para que, en su ausencia, entre en la casa y mate a su mujer. (FILMAFFINITY)
29 de octubre de 2011
29 de octubre de 2011
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Marca la "M" para el asesinato, la esencia de Hitchcock se mezcla con la simpleza de un sólo escenario y una carta robada, el chantaje por no haberla quemado, la naturalidad del desarrollo de un plan calculado, hay que buscarse la vida, crear una coartada para no dejar cabos sueltos, una buena razón para correr riesgos, para cometer el crimen perfecto, cuadra las complicaciones, juega con la intriga, al desarrollo convencional le inyecta giros para conseguir la intriga perfecta, existe?... tampoco el crimen perfecto!
Pone a prueba la capacidad del protagonista, busca soluciones desesperadas y angustiosas para el espectador, la entrada del inspector de policía da paso a un grandísimo papel secundario para coger el tono detectivesco, el caso necesita detalles milimétricos para ser resuelto, una novela policíaca sobre teorías reales y verdades fingidas, la pausa, la gira y la vuelve a escribir, las posibilidades son remotas, pero convincentes, tiene trucos evidentes, pero cada cambio de idea es creíble.
Pone a prueba la capacidad del protagonista, busca soluciones desesperadas y angustiosas para el espectador, la entrada del inspector de policía da paso a un grandísimo papel secundario para coger el tono detectivesco, el caso necesita detalles milimétricos para ser resuelto, una novela policíaca sobre teorías reales y verdades fingidas, la pausa, la gira y la vuelve a escribir, las posibilidades son remotas, pero convincentes, tiene trucos evidentes, pero cada cambio de idea es creíble.
14 de noviembre de 2011
14 de noviembre de 2011
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
A mi juicio una de las obras más perfectas en el manejo del suspenso, súmese los escasos personajes y escenarios para manejar siempre la idea de cómo descubrirán al criminal y su acto en apariencia indescifrable.
Cabe enfatizar en la puesta en escena, cómo sin muchos emplazamientos de cámara (como en “The rear window”), el plano divide en los términos de tamaño que el mismo movimiento de los personajes le brinda a la toma, sin necesidad de yuxtaposición en el montaje. Ejemplo: Un personaje habla sentado frente a otro un tiempo breve (plano medio), hasta que se pone de pie y va al fondo del lugar (plano general), y, luego, gira y da unos pasos a su frente y se sirve un poco de whiskie, plantando una lenta panorámica al desplazamiento.
Por los demás, Kelly siempre atractiva y llena de encanto, actriz fetiche del cineasta británico.
Cabe enfatizar en la puesta en escena, cómo sin muchos emplazamientos de cámara (como en “The rear window”), el plano divide en los términos de tamaño que el mismo movimiento de los personajes le brinda a la toma, sin necesidad de yuxtaposición en el montaje. Ejemplo: Un personaje habla sentado frente a otro un tiempo breve (plano medio), hasta que se pone de pie y va al fondo del lugar (plano general), y, luego, gira y da unos pasos a su frente y se sirve un poco de whiskie, plantando una lenta panorámica al desplazamiento.
Por los demás, Kelly siempre atractiva y llena de encanto, actriz fetiche del cineasta británico.
2 de junio de 2012
2 de junio de 2012
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Espléndida historia que adapta la novela del mismo título de Frederick Knott, el cual colabora como guionista. Crimen perfecto aborda de nuevo los dos temas más comunes de su filmografía: el del falso culpable y el del lado oscuro del ciudadano corriente e inocente. La película fue rodada en 3D en 1954 utilizando la cámara de “Natural Vision” de M.L. Gunzberg.
Es fascinante ver a Alfred Hitchcock crear un asombroso ejercicio de verdadera intriga y suspense, con tan pocos personajes, un calculado y minucioso guión y con un único escenario donde se desarrolla la mayoría de la acción. Un gran dominio del tiempo y una impresionante puesta en escena son dos aspectos que siempre acompañan al director británico en todas sus películas.
La actriz rubia favorita de Hitchcock, Grace Kelly, está deslumbrante, guapísima en esta intriga que, he de admitir, no está a la altura de sus grandes obras maestras. El film resulta muy entretenido al principio, pero cuando se ha visto demasiadas veces, la historia pierde fuerza e interés, haciendo que el espectador no se siente tan atraído como la primera vez.
Por último, destacar como siempre la perfecta fotografía en color de Robert Burksy la extraordinaria música de Dimitri Tiomkin, la cual se encuentra muy inspirada en los acordes del maestro Bernard Herrmann.
Es fascinante ver a Alfred Hitchcock crear un asombroso ejercicio de verdadera intriga y suspense, con tan pocos personajes, un calculado y minucioso guión y con un único escenario donde se desarrolla la mayoría de la acción. Un gran dominio del tiempo y una impresionante puesta en escena son dos aspectos que siempre acompañan al director británico en todas sus películas.
La actriz rubia favorita de Hitchcock, Grace Kelly, está deslumbrante, guapísima en esta intriga que, he de admitir, no está a la altura de sus grandes obras maestras. El film resulta muy entretenido al principio, pero cuando se ha visto demasiadas veces, la historia pierde fuerza e interés, haciendo que el espectador no se siente tan atraído como la primera vez.
Por último, destacar como siempre la perfecta fotografía en color de Robert Burksy la extraordinaria música de Dimitri Tiomkin, la cual se encuentra muy inspirada en los acordes del maestro Bernard Herrmann.
15 de noviembre de 2015
15 de noviembre de 2015
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con “Crimen perfecto” nuestro queridísimo y nunca poco admirado Alfred Hitchcock vuelve a insistir con el lado perverso del ser humano como temática, el “kid” de la cuestión no pasa por una cinta de suspense sobre la identificación del asesino, sino en cómo se traman artimañas para llevar a cabo un delito; toda la atmósfera del filme está plagada de maldad y perspicacia, un clima opresivo, donde siempre el malo de la película parece tener las de ganar y estar un paso delante de los demás. Lo cierto es que estamos ante otra de sus obras maestras en la que la maquiavélica mecánica del suspense es sustituido por una increíble integración de los personajes en el escenario y su comunión con determinados objetos. Aunque fue filmada en 3D, por obligación de la Warner, Hitchcock fue muy inteligente al pasar del invento, la intención del director fue la de no alejar el material del concepto teatral para el que fue diseñado, logrando un milagro al alcance de muy pocos, “Crimen perfecto” no se aparta de su teatralidad, y al mismo tiempo es un ejercicio cinematográfico de primer orden, una película que enseguida engancha con su argumento, y con unos detalles de puesta en escena que no tienen desperdicio, un ejemplo inmejorable de la construcción del suspense en un espacio limitado.
“Crimen perfecto” es una obra mayor, aparentemente pequeña, que aúna muchas de las obsesiones del director inglés: crimen con falso culpable, perversidad e intriga, elegancia, muchos pequeños detalles, un guión férreo y magistral y una trama en cuyo epicentro se alza una mujer, bella y oscura, radiante y atormentada, puro Hitchcock: Grace Kelly. Sir Alfred logra una mágica ecuación cinematográfica, un triángulo equilátero casi perfecto, una carambola magistral, combina su continua capacidad para el giro narrativo con un sutil suspense psicológico que te adentra en la historia con tal fuerza que, directamente, olvidas que existe un mundo más allá de la pantalla. El guión es soberbio y calculadísimo, y avanza con precisión gracias a un prodigioso manejo del tempo narrativo, con apenas una habitación como escenario y unos pocos personajes (tres de fundamentales), el film rezuma estilo y talento en cada fotograma, y consigue intrigarnos hasta límites insospechables.
Una de esas películas en las que uno tiene la extraña e incómoda sensación al finalizar el film y ver el entrañable “The End” de que, por desgracia, ya nunca más podremos volver a disfrutarla… por primera vez.
“Crimen perfecto” es una obra mayor, aparentemente pequeña, que aúna muchas de las obsesiones del director inglés: crimen con falso culpable, perversidad e intriga, elegancia, muchos pequeños detalles, un guión férreo y magistral y una trama en cuyo epicentro se alza una mujer, bella y oscura, radiante y atormentada, puro Hitchcock: Grace Kelly. Sir Alfred logra una mágica ecuación cinematográfica, un triángulo equilátero casi perfecto, una carambola magistral, combina su continua capacidad para el giro narrativo con un sutil suspense psicológico que te adentra en la historia con tal fuerza que, directamente, olvidas que existe un mundo más allá de la pantalla. El guión es soberbio y calculadísimo, y avanza con precisión gracias a un prodigioso manejo del tempo narrativo, con apenas una habitación como escenario y unos pocos personajes (tres de fundamentales), el film rezuma estilo y talento en cada fotograma, y consigue intrigarnos hasta límites insospechables.
Una de esas películas en las que uno tiene la extraña e incómoda sensación al finalizar el film y ver el entrañable “The End” de que, por desgracia, ya nunca más podremos volver a disfrutarla… por primera vez.
29 de mayo de 2019
29 de mayo de 2019
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Run for cover" solía decir el maestro cuando era preguntado sobre su película, afirmando que era circunstancial y menor en su filmografía. Yo, y muchos más, no estamos de acuerdo con el creador ya que su adaptación de la obra teatral homónima de Frederick Knott es un ejercicio de suspense realmente entretenida, embaucadora desde el primer plano secuencia y elegantemente representada.
Toda la acción se desarrolla en un "living room" donde la comunión cine y teatro es perfecta, pues se servía de medios cinematográficos técnicos para la maquiavélica integración del suspense en los diálogos y el recogido entorno. La tensión y ambientación opresiva es constante, la perfección de planificación, ritmo y líneas conversacionales son de un nivel sobresaliente. La vestimenta de Grace Kelly pasaba de colores vivos y alegres al principio a cada vez más oscuros a medida que la trama se volvía más sombría.
La puesta en escena en CRIMEN PERFECTO es de primer orden. La secuencia del crimen en sí ha pasado a la antología del cine por derecho propio. Un filme estupendo al que sigo acudiendo a menudo con gran placer.
Toda la acción se desarrolla en un "living room" donde la comunión cine y teatro es perfecta, pues se servía de medios cinematográficos técnicos para la maquiavélica integración del suspense en los diálogos y el recogido entorno. La tensión y ambientación opresiva es constante, la perfección de planificación, ritmo y líneas conversacionales son de un nivel sobresaliente. La vestimenta de Grace Kelly pasaba de colores vivos y alegres al principio a cada vez más oscuros a medida que la trama se volvía más sombría.
La puesta en escena en CRIMEN PERFECTO es de primer orden. La secuencia del crimen en sí ha pasado a la antología del cine por derecho propio. Un filme estupendo al que sigo acudiendo a menudo con gran placer.
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