Crimen perfecto
1954 

8.2
29,957
Intriga. Thriller
Tony Wendice (Ray Milland), un frío y calculador tenista retirado, planea asesinar a su bella y rica esposa (Grace Kelly) porque sospecha que le es infiel, pero sobre todo porque desea heredar su gran fortuna. Para llevar a cabo su plan, chantajea a un antiguo compañero de universidad y lo convence para que, en su ausencia, entre en la casa y mate a su mujer. (FILMAFFINITY)
6 de septiembre de 2011
6 de septiembre de 2011
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
El maestro de los espacios cerrados y asfixiantes, el dominador de las cámaras, el mago del suspenso. En nuestros días, a veces nos emborrachamos extasiados por las películas de súper héroes aderezadas de mil y un efectos especiales. El gran arquitecto del suspenso nos enseña en esta obra de arte cómo una novela transformada en un excelente guión, con unos maravillosos actores y una dirección de ensueño, pueden convertir un fin de semana aburrido en un fabuloso café de comentarios.
5 de diciembre de 2012
5 de diciembre de 2012
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sencillamente perfecta. Está absolutamente todo trabajado a la perfección en esta obra magistral del suspense. Los tres principales actores soberbios. El guión es descomunal y el argumento sublime. La película atrapa al espectador de principio a fín. Parecida a " La soga" , estamos ante una de las mejores películas de suspense de la historia
1 de enero de 2007
1 de enero de 2007
8 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Basada en la pieza teatral epónima en su titulación original en inglés, "Dial M for murder (Marque M(murder=asesinato) para asesinar)", del dramaturgo británico Frederick Knott estrenada dos años antes, en 1952, primero en los escenarios del West End londinense y posteriormente en los del broadway neoyorkino, y todo justo después de haber sido adaptada en el mismo año para una serie de tv de la BBC.
Hitchcock contó con la inestimable colaboración del propio Knott en las labores de adaptación para la gran pantalla.
La acción tiene básicamente como en la obra teatral, un único escenario, el salón de la casa del matrimonio formado por el ex tenista profesional y ahora contable de una empresa, Tony Wendice(Ray Milland) y su joven, guapa y potentada económicamente esposa, Margot Wendice (Grace Kelly), en la pieza original Sheila, en el 61A de Charrington Gardens en la carretera de Maida Vale de Londres...sólo que Hitchcock añadió dos escenarios más; un restaurante desde donde supuestamente el marido vengador movería sus hilos, y una pequeña habitación de matrimonio prácticamente insólita en todo el metraje salvo por tres minutos del mismo...
La habitual destreza narrativa del maestro del suspense se ve aderezada por las dosis justas de tensión contenida tan típica y a la vez tan difíciles de imprimir, y si no, a los hechos me remito con el remake de dicha cinta 48 años después de la mano del cineasta Andrew Davis, y con Michael Douglas y Gwyneth Paltrew jugando el rol de matrimonio mal avenido...
Cada uno de los fotogramas de esta famosa película destila una sobria y flemática elegancia británica, impronta característica en las obras del maestro de la congoja y tensión psicológicas.
Con una brillante y casi opaca fotografía en color a cargo de Robert Burks, y una correcta banda sonora ensamblada por el legendario Dimitri Tiomkin, la película sale finalmente triunfante con algunas especias con las que el maestro se encargó de aderezar un conjunto minimalista pero sabroso...haute cuisine británica...
B R I L L A N T E.
Hitchcock contó con la inestimable colaboración del propio Knott en las labores de adaptación para la gran pantalla.
La acción tiene básicamente como en la obra teatral, un único escenario, el salón de la casa del matrimonio formado por el ex tenista profesional y ahora contable de una empresa, Tony Wendice(Ray Milland) y su joven, guapa y potentada económicamente esposa, Margot Wendice (Grace Kelly), en la pieza original Sheila, en el 61A de Charrington Gardens en la carretera de Maida Vale de Londres...sólo que Hitchcock añadió dos escenarios más; un restaurante desde donde supuestamente el marido vengador movería sus hilos, y una pequeña habitación de matrimonio prácticamente insólita en todo el metraje salvo por tres minutos del mismo...
La habitual destreza narrativa del maestro del suspense se ve aderezada por las dosis justas de tensión contenida tan típica y a la vez tan difíciles de imprimir, y si no, a los hechos me remito con el remake de dicha cinta 48 años después de la mano del cineasta Andrew Davis, y con Michael Douglas y Gwyneth Paltrew jugando el rol de matrimonio mal avenido...
Cada uno de los fotogramas de esta famosa película destila una sobria y flemática elegancia británica, impronta característica en las obras del maestro de la congoja y tensión psicológicas.
Con una brillante y casi opaca fotografía en color a cargo de Robert Burks, y una correcta banda sonora ensamblada por el legendario Dimitri Tiomkin, la película sale finalmente triunfante con algunas especias con las que el maestro se encargó de aderezar un conjunto minimalista pero sabroso...haute cuisine británica...
B R I L L A N T E.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El joven matrimonio formado por Tony Wendice (Ray Milland), un ex tenista profesional de cierto éxito y actualmente dedicado al mundo de la contabilidad en una empresa, y su joven y guapa esposa Margot (Grace Kelly), una rica heredera y ama de casa, hace aguas aunque ambos finjan desconocer la situación...
Es viernes por la tarde noche, y Margot acaba de invitar a su amigo Mark Halliday (Robert Cummings), Max en la pieza teatral original, un joven periodista dedicado a escribir relatos de intriga y crimen para el mundo de la tv y que acaba de regresar en el Queen Mary de Nueva York.
En realidad Margot y Mark mantienen una relación de amantes a escondidas de Tony, quien en realidad sabe de sus andanzas por una carta interceptada tiempo atrás, y que el propio Tony utilizó a modo de chanza y chantaje para su esposa...
Ahora Tony ha planeado un crimen perfecto para quitarse de en medio a su esposa, y para ello solicita la ayuda de un antiguo compañero universitario, Charles Alexander Swann (Anthony Dawson), y que actualmente se hace llamar capitán Lesgate, un impostor que se hace pasar por distintas personas y personalidades con el único objetivo de estafar a sus víctimas llegando incluso a matar si ello hiciera falta.
Tony promete recompensarle económicamente con una serie de billetes sacados meticulosamente y de forma progresiva del banco para no levantar sospechas...al día siguiente, sábado, Swann entraría en su casa mientras él y su huésped Mark, estarían ausentes en una cena.
Allí, con la sola presencia de su mujer acostada y sólo cuando Tony se levantara de la mesa del restaurante donde estaría cenando para dar la señal de partida sobre las once de la noche, se desencadenaría el crimen perfecto...
El problema es que dicho plan maestro tuvo una serie de inconvenientes desde su inicio.
Tony llega tarde a la llamda de aviso...Margot consigue matar y deshacerse de Swann...A partir de entonces Tony improvisa un sibilino plan que inculpara a su esposa y su joven amante...
Pero el sabueso inspector jefe Hubbard (John Williams) logra dar con la clave final que ayude a desenmascarar al pérfido marido, gracias a la prueba definitiva; LAS LLAVES...
Finalmente el propio Hubbard cierra el caso con una orgullosa llamada a Scotland Yard mientras se peina los bigotes...
Es viernes por la tarde noche, y Margot acaba de invitar a su amigo Mark Halliday (Robert Cummings), Max en la pieza teatral original, un joven periodista dedicado a escribir relatos de intriga y crimen para el mundo de la tv y que acaba de regresar en el Queen Mary de Nueva York.
En realidad Margot y Mark mantienen una relación de amantes a escondidas de Tony, quien en realidad sabe de sus andanzas por una carta interceptada tiempo atrás, y que el propio Tony utilizó a modo de chanza y chantaje para su esposa...
Ahora Tony ha planeado un crimen perfecto para quitarse de en medio a su esposa, y para ello solicita la ayuda de un antiguo compañero universitario, Charles Alexander Swann (Anthony Dawson), y que actualmente se hace llamar capitán Lesgate, un impostor que se hace pasar por distintas personas y personalidades con el único objetivo de estafar a sus víctimas llegando incluso a matar si ello hiciera falta.
Tony promete recompensarle económicamente con una serie de billetes sacados meticulosamente y de forma progresiva del banco para no levantar sospechas...al día siguiente, sábado, Swann entraría en su casa mientras él y su huésped Mark, estarían ausentes en una cena.
Allí, con la sola presencia de su mujer acostada y sólo cuando Tony se levantara de la mesa del restaurante donde estaría cenando para dar la señal de partida sobre las once de la noche, se desencadenaría el crimen perfecto...
El problema es que dicho plan maestro tuvo una serie de inconvenientes desde su inicio.
Tony llega tarde a la llamda de aviso...Margot consigue matar y deshacerse de Swann...A partir de entonces Tony improvisa un sibilino plan que inculpara a su esposa y su joven amante...
Pero el sabueso inspector jefe Hubbard (John Williams) logra dar con la clave final que ayude a desenmascarar al pérfido marido, gracias a la prueba definitiva; LAS LLAVES...
Finalmente el propio Hubbard cierra el caso con una orgullosa llamada a Scotland Yard mientras se peina los bigotes...
9 de diciembre de 2005
9 de diciembre de 2005
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde luego el guión de Crimen perfecto es de lo mejorcito que se ha visto en las películas del maestro del suspense. Películas que, en ocasiones, se resienten al final, por aquello de querer dilatar el misterio hasta que la resolución, por lo esperada, nos deja algo fríos. No es el caso de este film. El brillante guión de Knott llena toda la película de principio a fin, sorprendiéndonos, manejando el ritmo narrativo (siempre in crescendo), jugando con nuestras espectativas, relacionándolo todo y finalizando de manera formidable. No obstante creo que "Dial M..." no es de las mejores películas de sir Alfred (de las mejores 7 u 8 quiero decir). Esto es debido a que a nivel de dirección, siendo una muy buena película (donde hay talento lo hay), no llega al nivel de las mayores obras maestras del autor inglés. Si, tiene momentos extraodinarios y está resuelta con solvencia, pero, y quizá es una opinión precipitada (solo la he visto una vez), no me da la sensación de llegar al nivel de La ventana indiscreta, Vértigo, Encadenados, Psicosis, Extraños en un tren, Rebeca o Con la muerte en los talones... lo cual, por otra parte, es perfectamente comprensible.
16 de julio de 2009
16 de julio de 2009
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los hombres con calculados impulsos criminales, actúan con la certeza de que, en el juego del delito, sólo participan ellos, sus víctimas… y si de pronto están de malas, también la policía. Con tales participantes, no es difícil asumir el riesgo, pues, es tan marcada y consabida la limitación humana, que se tiene la confianza de que nadie sabrá nunca cómo se hizo lo que se hizo.
Pero, es indefectible que quede siempre un cabo suelto, y en ello actúan las fuerzas del universo. Es ley existencial: “La impunidad no existe”. No puedes ver que te ven, pero siempre estás siendo visto. El universo evoluciona, pero no se creó por simple arremolinamiento de energía, venida de la nada, como presupone la teoría evolucionista, sino por un poder tan grande y sabio, que todo, absolutamente todo, está bajo su control.
La película del director, Alfred Hitchcock, <<CRIMEN PERFECTO>>, funciona de maravilla como un puzzle finamente trazado en el que, un viejo zorro que ha descubierto que su preciosa esposa le es infiel, planea asesinarla valiéndose de un viejo conocido, el cual carga con un pasado suficientemente turbio como para poder tomarlo por su cuenta.
Tony Wendice, el marido de marras, describe con detalle su perfecto plan a la avispa que atrapó en su fina telaraña, y uno siente que por fin asistirá al, tantas veces pretendido: ¡crimen perfecto!
La trama es de férrea estructura y, Hitchcock, la sostiene en un alto clímax, no obstante que se desarrolla prácticamente en un apartamento y con sólo cinco personajes haciendo su juego. Los diálogos contienen elegancia, agudeza y una grata fluidez, y no podemos menos que hacer reconocimiento a, Frederick Knott, autor de la obra teatral y del guion cinematográfico.
Encomiable, también, la altura que mantienen todos los personajes en el manejo de las situaciones en que se involucran o en las que resuelven. Excepto en la escena del asalto, no hay lugar para puñetazos ni para otras manifestaciones de violencia y todo se maneja a la mejor usanza inglesa: Un pacto de caballeros.
Ray Milland, consigue aquí otra intachable caracterización como el hombre que quiere cobrar venganza mientras, de paso, se premia con una buena suma de libras esterlinas. Y la siempre exquisita, Grace Kelly, también da la medida como la chica subestimada, pero, con más valor del que puede imaginarse.
Un claro error de continuidad -que no contaremos para que también ustedes jueguen a los detectives– podría empañar la cuidada elaboración de este filme, pero, es tal su altura y su eficacia como trama detectivesca, que no escatimaremos en concederle la máxima calificación.
Título para Latinoamérica: LA LLAMADA FATAL
Pero, es indefectible que quede siempre un cabo suelto, y en ello actúan las fuerzas del universo. Es ley existencial: “La impunidad no existe”. No puedes ver que te ven, pero siempre estás siendo visto. El universo evoluciona, pero no se creó por simple arremolinamiento de energía, venida de la nada, como presupone la teoría evolucionista, sino por un poder tan grande y sabio, que todo, absolutamente todo, está bajo su control.
La película del director, Alfred Hitchcock, <<CRIMEN PERFECTO>>, funciona de maravilla como un puzzle finamente trazado en el que, un viejo zorro que ha descubierto que su preciosa esposa le es infiel, planea asesinarla valiéndose de un viejo conocido, el cual carga con un pasado suficientemente turbio como para poder tomarlo por su cuenta.
Tony Wendice, el marido de marras, describe con detalle su perfecto plan a la avispa que atrapó en su fina telaraña, y uno siente que por fin asistirá al, tantas veces pretendido: ¡crimen perfecto!
La trama es de férrea estructura y, Hitchcock, la sostiene en un alto clímax, no obstante que se desarrolla prácticamente en un apartamento y con sólo cinco personajes haciendo su juego. Los diálogos contienen elegancia, agudeza y una grata fluidez, y no podemos menos que hacer reconocimiento a, Frederick Knott, autor de la obra teatral y del guion cinematográfico.
Encomiable, también, la altura que mantienen todos los personajes en el manejo de las situaciones en que se involucran o en las que resuelven. Excepto en la escena del asalto, no hay lugar para puñetazos ni para otras manifestaciones de violencia y todo se maneja a la mejor usanza inglesa: Un pacto de caballeros.
Ray Milland, consigue aquí otra intachable caracterización como el hombre que quiere cobrar venganza mientras, de paso, se premia con una buena suma de libras esterlinas. Y la siempre exquisita, Grace Kelly, también da la medida como la chica subestimada, pero, con más valor del que puede imaginarse.
Un claro error de continuidad -que no contaremos para que también ustedes jueguen a los detectives– podría empañar la cuidada elaboración de este filme, pero, es tal su altura y su eficacia como trama detectivesca, que no escatimaremos en concederle la máxima calificación.
Título para Latinoamérica: LA LLAMADA FATAL
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