Las bestias
7.6
41,598
Thriller. Drama
Antoine y Olga son una pareja francesa que se instaló hace tiempo en una aldea del interior de Galicia. Allí llevan una vida tranquila, aunque su convivencia con los lugareños no es tan idílica como desearían. Un conflicto con sus vecinos, los hermanos Anta, hará que la tensión crezca en la aldea hasta alcanzar un punto de no retorno.
11 de diciembre de 2022
11 de diciembre de 2022
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
La tensión se apodera de la pantalla, Sorogoyen consigue crear una atmósfera angustiosa en dónde el principal protagonista es el cine. Con un guion que mezcla con ingenio diferentes géneros, algo de thriller, un poco de western y sobre todo drama familiar se construye una película poderosa que asalta, en muchas ocasiones, la tranquilidad del espectador. Además, cabe destacar los actores Denis Ménochet y Luis Zahera, que hacen una interpretación arrebatadora.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Hay una potente tradición cultural, especialmente literaria, que tiene que ver con pueblos periféricos en dónde explosiona un drama social desalmado y cruel, normalmente entre miembros de una misma familia o de una misma comunidad, ya sea vecinal o religiosa. Me gusta este homenaje que entiendo que de alguna manera penetra en el alma de la historia. Aún así tiene sus riegos, y uno muy notable es la caricatura que hace de la gente reprimida y necia de pueblo, que aunque se enmascare con la historia de los parques eólicos, en esta ocasión tampoco consigue superar el tópico. Es así como se nos representa de forma genérica e indistinta la gente de este pueblo de la Galicia profunda, eso sí, sin detrimento de que cada uno tenga un perfil personal propio bien encauzado en la trama.
A esto se le debe añadir una pizca de este subgénero de tensión vecinal, en dónde las consecuencias de algún equívoco provocan una escalada de tirantez que asciende hasta la violencia más salvaje. A este supuesto la película me gustó, porqué sabe como generar nerviosismo sin excederse. Sabe muy bien cuándo frenar y cuándo acelerar el ritmo de su crónica, me gusta el nervosismo que transmite la historia y en consecuencia el temple con el que se inquieta todo sin que pase algo de forma necesaria. Todas sus calmas albergan alguna tempestad.
En ocasiones, también siento que se debate entre la idea de civilización y barbarie, entendiendo la primera como la representación de un nivel cultural elevado como es el caso de Antoine y Olga en contraposición de los que no solo no lo tienen, sino que que además no saben gestionar ni los cambios ni sus miserias, aunque sueñen ilusamente en conocer otro modo de vida, como es el caso de los hermanos Anda. Pero está bien planteado el hecho de qué los ecologistas no quieran vender el terreno para poner una fuente de energía renovable y en cambio los que piensan únicamente en el dinero, sí. Hay una crítica muy interesante respeto quién tiene interés para construir este tipo de estructuras y porqué.
Además la película, tiene dos partes bien diferenciadas, el thriller rural y su drama posterior. La segunda parte, aunque esté formalistamente al nivel de la primera, se me hace larga y además no la encuentro bien motivada a nivel argumental. Porque si Xan y Loren matan a Antoine, no por xenofobia, sino por la urgencia que supone que no quiera vender sus tierras a la empresa eólica antes de que la oferta migre a otro pueblo, ¿por qué una vez muerto, no van a coaccionar, amedrantar o asesinar a Olga? Hay un flashforward de un año en dónde parece no haber ocurrido nada relevante, con un persona que rehace su vida sabiendo que sus vecinos no solo acaban de asesinar a su marido sino que tienen una fuerte causa vital para querer que ella también desaparezca. ¿Por qué no pasa nada? No lo logro entender.
El final, en cambio, sí me pareció brillante, el juego que hace con la cámara que realmente no funciona pero que sirve para hallar el cuerpo así como el diálogo entre Olga y la madre de Xan y Loren me parece que concluyen con un cierre inteligente y ajustado al nivel que nos propone el relato.
A esto se le debe añadir una pizca de este subgénero de tensión vecinal, en dónde las consecuencias de algún equívoco provocan una escalada de tirantez que asciende hasta la violencia más salvaje. A este supuesto la película me gustó, porqué sabe como generar nerviosismo sin excederse. Sabe muy bien cuándo frenar y cuándo acelerar el ritmo de su crónica, me gusta el nervosismo que transmite la historia y en consecuencia el temple con el que se inquieta todo sin que pase algo de forma necesaria. Todas sus calmas albergan alguna tempestad.
En ocasiones, también siento que se debate entre la idea de civilización y barbarie, entendiendo la primera como la representación de un nivel cultural elevado como es el caso de Antoine y Olga en contraposición de los que no solo no lo tienen, sino que que además no saben gestionar ni los cambios ni sus miserias, aunque sueñen ilusamente en conocer otro modo de vida, como es el caso de los hermanos Anda. Pero está bien planteado el hecho de qué los ecologistas no quieran vender el terreno para poner una fuente de energía renovable y en cambio los que piensan únicamente en el dinero, sí. Hay una crítica muy interesante respeto quién tiene interés para construir este tipo de estructuras y porqué.
Además la película, tiene dos partes bien diferenciadas, el thriller rural y su drama posterior. La segunda parte, aunque esté formalistamente al nivel de la primera, se me hace larga y además no la encuentro bien motivada a nivel argumental. Porque si Xan y Loren matan a Antoine, no por xenofobia, sino por la urgencia que supone que no quiera vender sus tierras a la empresa eólica antes de que la oferta migre a otro pueblo, ¿por qué una vez muerto, no van a coaccionar, amedrantar o asesinar a Olga? Hay un flashforward de un año en dónde parece no haber ocurrido nada relevante, con un persona que rehace su vida sabiendo que sus vecinos no solo acaban de asesinar a su marido sino que tienen una fuerte causa vital para querer que ella también desaparezca. ¿Por qué no pasa nada? No lo logro entender.
El final, en cambio, sí me pareció brillante, el juego que hace con la cámara que realmente no funciona pero que sirve para hallar el cuerpo así como el diálogo entre Olga y la madre de Xan y Loren me parece que concluyen con un cierre inteligente y ajustado al nivel que nos propone el relato.
27 de diciembre de 2022
27 de diciembre de 2022
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para quienes vivimos en Sudamérica el cine español siempre tiene cierto atractivo por la calidad de algunos actores, directores, y festivales, aun cuando el idioma obliga a ver las películas con los subtítulos activados. Bromas aparte, en As Bestas los subtítulos son imprescindibles para entender dialectos y modismos de los habitantes de una remota aldea de Galicia, lugar donde se nos presenta la hostilidad que padecen Antoine y Olga -ambos franceses- por parte de los hermanos Xan y Loren. ¿El motivo? negarse a vender sus tierras a una empresa eólica. Este hecho supone la disputa entre 2 mundos antagónicos, el de los aldeanos que ven la posibilidad de abandonar una vida rural, pobre y sin ambiciones y el de una pareja de "mundo" e instruida que llegó a dicha aldea buscando vivir en contacto con la naturaleza. La película tiene 2 partes muy marcadas que quizás descoloque a mas de alguien considerando el final que ofrece, sin embargo, el desarrollo de la trama cargada de tensión y a ratos miedo se traspasan al espectador siendo una experiencia más que satisfactoria.
Lo otro, hay diálogos memorables. Poner atención a las escenas en el bar del pueblo y la discusión entre Olga y su hija en la cocina de la casa.
Finalmente quiero destacar las actuaciones, donde Luis Zahera (Xan) está descomunal como antagonista y Marina Fois (Olga) se luce en la ultima hora del film.
Lo otro, hay diálogos memorables. Poner atención a las escenas en el bar del pueblo y la discusión entre Olga y su hija en la cocina de la casa.
Finalmente quiero destacar las actuaciones, donde Luis Zahera (Xan) está descomunal como antagonista y Marina Fois (Olga) se luce en la ultima hora del film.
18 de marzo de 2023
18 de marzo de 2023
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una película que podría tener todos los ingredientes para convertirse en una obra maestra, con intriga, presión psicológica y enigma. Pero la han querido disfrazar no se sabe exactamente de qué, de obra metafórica sobre las bestias y la caza de caballos esa para cortarles la crin. Creo que el intento de apuntar muy alto les convierte en pretenciosos y en pasarse de la rosca.
En ciertos momentos la película es muy aburrida, sobra casi una hora de metraje, pero al menos podrían haber reducido media hora. Se hace larga y eso es lo peor que le puedes decir a una película.
Desde luego los premios no son ningún referente a la hora de valorar las películas, ya sabemos que los carga el diablo y que las votaciones son como son y por sí solos se desprestigian.
Sigue intentándolo, Sorogoyen.
En ciertos momentos la película es muy aburrida, sobra casi una hora de metraje, pero al menos podrían haber reducido media hora. Se hace larga y eso es lo peor que le puedes decir a una película.
Desde luego los premios no son ningún referente a la hora de valorar las películas, ya sabemos que los carga el diablo y que las votaciones son como son y por sí solos se desprestigian.
Sigue intentándolo, Sorogoyen.
5 de enero de 2023
5 de enero de 2023
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sorogoyen se postuló en sus últimas (o primeras) películas como uno de los directores punteros de la actualidad cinematográfica española, llegando a mezclar con acierto y sensibilidad elementos que conforman los intereses y las preocupaciones del hombre actual y su búsqueda de un futuro mejor, o al menos, distinto.
Aquí encaja piezas de un género en desuso pero presentes en el entorno en el que quiere moverse y plantear lo que ya plantearon otros en el cine clásico del oeste que alcanzó su plenitud en los 50: el forastero que huye en búsqueda de su oportunidad de cambio, el nativo atrapado en un mundo que no ha elegido y que busca escapar. Ante estas premisas el conflicto será evidente cuando se presenta una oportunidad que ponga de manifiesto la necesidad de unión que no puede existir ante los intereses contrapuestos. De fondo: el entorno, el mundo actual, el negocio, el ecologismo, la búsqueda del bienestar en la huida de lo conocido, el quijotismo, el romanticismo, las relaciones padres - hijos.
Muchos matices, algunos diálogos realmente brillantes y algunos no tanto. Muy buenas actuaciones: brillante Luis Zahera y Diego Anido. En resumen buena película que en su debe, tiene determinadas secuencias, que a mi modo de ver, no llegan al mismo nivel y que debilitan un tanto el relato que, por planteamiento, y desarrollo prometía más de lo que consigue.
Flojea sobre todo en determinadas motivaciones de los personajes que no llegan a quedar claros del todo y que difuminan el mensaje que en determinados momentos alcanza un nivel sobresaliente.
Aquí encaja piezas de un género en desuso pero presentes en el entorno en el que quiere moverse y plantear lo que ya plantearon otros en el cine clásico del oeste que alcanzó su plenitud en los 50: el forastero que huye en búsqueda de su oportunidad de cambio, el nativo atrapado en un mundo que no ha elegido y que busca escapar. Ante estas premisas el conflicto será evidente cuando se presenta una oportunidad que ponga de manifiesto la necesidad de unión que no puede existir ante los intereses contrapuestos. De fondo: el entorno, el mundo actual, el negocio, el ecologismo, la búsqueda del bienestar en la huida de lo conocido, el quijotismo, el romanticismo, las relaciones padres - hijos.
Muchos matices, algunos diálogos realmente brillantes y algunos no tanto. Muy buenas actuaciones: brillante Luis Zahera y Diego Anido. En resumen buena película que en su debe, tiene determinadas secuencias, que a mi modo de ver, no llegan al mismo nivel y que debilitan un tanto el relato que, por planteamiento, y desarrollo prometía más de lo que consigue.
Flojea sobre todo en determinadas motivaciones de los personajes que no llegan a quedar claros del todo y que difuminan el mensaje que en determinados momentos alcanza un nivel sobresaliente.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
A mi forma de ver lo que limita a que la película sea de 10:
Se deja entrever que el pastor pueda haber sido asesinado: no dice en que se basa. Posteriormente asesinan al francés y cuando, en teoría el único obstáculo es la viuda, el conflicto derivado de la oferta de las eólicas desaparece, ¿no siguen las amenazas y la extorsión hacia esta señora, una vez que está más sola?.
La conversación con la madre de los asesinos de su marido, una vez que descubre la cámara, aunque no se pueda extraer información de ella, parece un tanto simple y sin gran sentido, puesto que aparentemente, no se les puede inculpar aún de nada y esa interpelación mujer a mujer, queda un tanto forzada y simplona, lejos de otros diálogos excelsos.
Se deja entrever que el pastor pueda haber sido asesinado: no dice en que se basa. Posteriormente asesinan al francés y cuando, en teoría el único obstáculo es la viuda, el conflicto derivado de la oferta de las eólicas desaparece, ¿no siguen las amenazas y la extorsión hacia esta señora, una vez que está más sola?.
La conversación con la madre de los asesinos de su marido, una vez que descubre la cámara, aunque no se pueda extraer información de ella, parece un tanto simple y sin gran sentido, puesto que aparentemente, no se les puede inculpar aún de nada y esa interpelación mujer a mujer, queda un tanto forzada y simplona, lejos de otros diálogos excelsos.
16 de noviembre de 2024
16 de noviembre de 2024
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
As Bestas es un thriller rural cautivador dirigido por Rodrigo Sorogoyen, inspirado en hechos reales. La película sigue a Antoine (Denis Ménochet) y Olga (Marina Foïs), una pareja francesa que se traslada a un pueblo remoto de Galicia para llevar una vida sostenible cultivando productos orgánicos. Sin embargo, su visión idealista del campo choca rápidamente con la hostilidad de los lugareños, en particular los hermanos Xan (Luis Zahera) y Lorenzo (Diego Anido).
La tensión entre Antoine y los hermanos crece alimentada por múltiples capas de resentimiento. Xan y Lorenzo, amargados por una vida de privaciones, ven con envidia y desconfianza a los recién llegados, a quienes consideran intrusos extranjeros. Este resentimiento histórico, reforzado por la xenofobia y la animosidad, se exacerba cuando un proyecto de parque eólico ofrece una lucrativa salida para los lugareños, pero depende de que todos los propietarios vendan sus tierras. Antoine se niega, aferrándose a su sueño, lo que desata una campaña de hostigamiento que amenaza no solo su sustento, sino también sus vidas.
Sorogoyen construye esta historia con una visión estilizada y una dirección magistral. El uso de tomas largas y pausadas permite que la tensión se acumule de manera casi insoportable, mientras que la iluminación naturalista realza la crudeza y autenticidad del paisaje gallego. Los interiores oscuros y las interacciones cargadas de miradas y silencios hacen que cada escena respire un aire ominoso.
Las actuaciones del elenco son excepcionales. Denis Ménochet transmite de forma conmovedora la firmeza y vulnerabilidad de Antoine, mientras que Marina Foïs aporta una calma inquietante como Olga. Luis Zahera, en su papel de Xan, entrega una interpretación magnética, encarnando una mezcla de ira contenida y desesperación que resulta tan aterradora como plausible.
As Bestas no es solo un thriller, sino también un retrato profundo de los conflictos humanos: el choque entre la tradición y la modernidad, el arraigo y la aspiración, y las tensiones que surgen en las comunidades rurales marginadas. Sorogoyen no solo explora la violencia latente en los personajes, sino también las dinámicas de poder que se despliegan en esta microcomunidad atrapada entre el pasado y el futuro.
En última instancia, As Bestas destaca como un relato inquietante y visceral sobre la resistencia, el odio y las fracturas invisibles que pueden hacer estallar incluso las vidas más tranquilas. Una obra maestra que confirma a Sorogoyen como uno de los grandes narradores del cine contemporáneo.
La tensión entre Antoine y los hermanos crece alimentada por múltiples capas de resentimiento. Xan y Lorenzo, amargados por una vida de privaciones, ven con envidia y desconfianza a los recién llegados, a quienes consideran intrusos extranjeros. Este resentimiento histórico, reforzado por la xenofobia y la animosidad, se exacerba cuando un proyecto de parque eólico ofrece una lucrativa salida para los lugareños, pero depende de que todos los propietarios vendan sus tierras. Antoine se niega, aferrándose a su sueño, lo que desata una campaña de hostigamiento que amenaza no solo su sustento, sino también sus vidas.
Sorogoyen construye esta historia con una visión estilizada y una dirección magistral. El uso de tomas largas y pausadas permite que la tensión se acumule de manera casi insoportable, mientras que la iluminación naturalista realza la crudeza y autenticidad del paisaje gallego. Los interiores oscuros y las interacciones cargadas de miradas y silencios hacen que cada escena respire un aire ominoso.
Las actuaciones del elenco son excepcionales. Denis Ménochet transmite de forma conmovedora la firmeza y vulnerabilidad de Antoine, mientras que Marina Foïs aporta una calma inquietante como Olga. Luis Zahera, en su papel de Xan, entrega una interpretación magnética, encarnando una mezcla de ira contenida y desesperación que resulta tan aterradora como plausible.
As Bestas no es solo un thriller, sino también un retrato profundo de los conflictos humanos: el choque entre la tradición y la modernidad, el arraigo y la aspiración, y las tensiones que surgen en las comunidades rurales marginadas. Sorogoyen no solo explora la violencia latente en los personajes, sino también las dinámicas de poder que se despliegan en esta microcomunidad atrapada entre el pasado y el futuro.
En última instancia, As Bestas destaca como un relato inquietante y visceral sobre la resistencia, el odio y las fracturas invisibles que pueden hacer estallar incluso las vidas más tranquilas. Una obra maestra que confirma a Sorogoyen como uno de los grandes narradores del cine contemporáneo.
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