La noche americana
1973 

7.7
11,225
17 de mayo de 2010
17 de mayo de 2010
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La noche americana es una de esas películas de cine dentro del cine, en la que el director hace su particular homenaje al oficio del séptimo arte mostrando todos sus entresijos y la forma en que los viven los distintos miembros del equipo, desde los eléctricos hasta el productor, pasando por los especialistas y el director. Así, vemos actores que están borrachos cuando tienen que rodar una escena y son incapaces de acordarse del texto, vemos miembros del equipo que se mueren en mitad del rodaje, y, por supuesto, también vemos cómo el director se convierte en un imán de preguntas a las que tiene que dar respuesta y otro tanto de problemas que tiene que solucionar.
De nuevo, Truffaut vuelve a fichar a Jean-Pierre Léaud, más crecidito ya que en Los cuatrocientos golpes, interpretando magistralmente a un actor con pretensión de ser estrella.
De nuevo, Truffaut vuelve a fichar a Jean-Pierre Léaud, más crecidito ya que en Los cuatrocientos golpes, interpretando magistralmente a un actor con pretensión de ser estrella.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Si tuviese que quedarme con dos momentos de la película, sin dudarlo me quedaría con esa escena en la que Truffaut muestra sus libros de cine: de Bergman, de Godard, de Buñuel, de Dreyer, de Bresson, etc. El otro momento que me puso la piel de gallina fue ese sueño del director (segurísimo que autobiográfico por parte de Truffaut) en el que se ve a sí mismo robando las fotos de una cartelera en la que se estrena Ciudadano Kane. También es memorable esa reflexión que hace una mujer, que, si bien no recuerdo mal, era algo así como “dejaría a un hombre por una película, pero nunca a una película por un hombre”.
10 de febrero de 2011
10 de febrero de 2011
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para los que no conocemos nada de la técnica del cine, ver "La noche americana" es un buen ejemplo de cómo funcionan las cosas e incluso de cómo empezaban a cambiar, esto es cine dentro de cine y los secundarios tienen su importancia, la vida de los famosos, como ya intuimos, son excéntricas, tienen motivaciones, grandes experiencias, secretos, alcoholismo, caprichos... la vida en cualquier habitación del hotel es estresante durante un rodaje, sobre todo si se tienen problemas personales.
Una película muy agradable de ver, sin salirse del contexto del estudio, todo resulta movido, con vida, consigue expresar que el cine se impone a los momentos personales, que el destino va cambiando la ilusión inicial y, aunque podría haber sido bastante más ácida ante los problemas de los personajes, termina siendo muy fiel a la propuesta inicial, altamente recomendable para todo tipo de público.
Una película muy agradable de ver, sin salirse del contexto del estudio, todo resulta movido, con vida, consigue expresar que el cine se impone a los momentos personales, que el destino va cambiando la ilusión inicial y, aunque podría haber sido bastante más ácida ante los problemas de los personajes, termina siendo muy fiel a la propuesta inicial, altamente recomendable para todo tipo de público.
28 de febrero de 2014
28 de febrero de 2014
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película constituye uno de los mejores homenajes del cine al propio cine y por descontado a los espectadores, a los cinéfilos. Y aunque no hace falta decirlo a sus realizadores, actores, técnicos. Que como aunque todo salga mal hay que seguir adelante. Con un plantel excelente de actores que ven como la película que están rodando todo parece salir mal. Pero es la magia y las ganas de seguir adelante lo que todo hace que salga.
13 de marzo de 2014
13 de marzo de 2014
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ya lo decía Jean Luc Godard, otro de los progenitores de la Nouvelle Vague, el "cine es la verdad 24 fotogramas por segundo". Esta oración convertida en un axioma para todos aquellos que tenemos el alma hendida por la cinefilia, esa cinefilia por la que nuestros poros respiran y palpitan sus verdades...
"La noche americana" es el germen, el origen, la embrión incipiente de la gestación del film, de su proceso creativo, de sus venturas y desventuras, de sus entresijos y laberintos... "La noche americana" es el discurso del cine sobre sí mismo, sobre sus adentros, sobre sus entrañas, porque Truffaut era el cine, un filósofo del séptimo arte, y siempre tuvo un celuloide de amor clavado en su costado... Sólo hay que rememorar ese recuerdo onírico del Truffaut infante que en la quietud de la noche clandestinamente hurta los carteles de Ciudadano Kane...
"La noche americana" es el germen, el origen, la embrión incipiente de la gestación del film, de su proceso creativo, de sus venturas y desventuras, de sus entresijos y laberintos... "La noche americana" es el discurso del cine sobre sí mismo, sobre sus adentros, sobre sus entrañas, porque Truffaut era el cine, un filósofo del séptimo arte, y siempre tuvo un celuloide de amor clavado en su costado... Sólo hay que rememorar ese recuerdo onírico del Truffaut infante que en la quietud de la noche clandestinamente hurta los carteles de Ciudadano Kane...
5 de mayo de 2014
5 de mayo de 2014
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de las obras cumbre de Truffaut que fue reconocida internacionalmente con el Oscar al mejor film extranjero. El cineasta pudo filmar una película que tenía en mente desde hacía unos años sobre el mundo del cine. Sería el propio Truffaut el que interpreta al cineasta Ferrand, jefe tranquilo y condescendiente de un pequeño equipo de artesanos empeñados en realizar un melodrama de segunda categoría, “Os presento a Pamela”. El guión mezcla la vida privada de los actores y técnicos, amores, adulterios, con la intriga de la película que se lleva a cabo. Es una declaración de amor y fe hacia su profesión. A pesar de la acumulación de problemas y peripecias del rodaje, las vicisitudes de crear un film, sólo el trabajo del cine consuela de los percances de la vida.
En “La noche americana” la acción transcurre en Niza, la ciudad en la que Jean Vigo rodó, “A Propos de Nice” su famoso documental, la cámara tiene tiempo de detenerse un momento sobre el letrero de la “Rue Jean Vigo. Truffaut afirmaba que la visión del mundo de Luis Buñuel que es “tan antiburguesa, anticonformista y sarcástica como la de Stroheim, pero más suave; es subversiva y deliberadamente anarquista”. En esta película el director es sordo y hace de ello su peculiaridad. Hay referencias constantes a su cinefilia sembradas a lo largo del film.
La película, en definitiva es eso, un listado de tópicos y devociones cinéfilas, a veces simpáticas y otras no tanto. Puede que Truffaut realizara su oscarizada obra como un sencillo acto de amor al cine pero el resultado es un catálogo demasiado evidente, tanto en los homenajes ( Truffaut niño roba en sueños, los carteles de “Ciudadano Kane” igual que Doinel robaba los carteles de “Un verano con Monica” de Bergman en “Los cuatrocientos golpes”), citas y autocitas, guiños autocomplacientes que el mundo del cine le agradeció.
En “La noche americana” la acción transcurre en Niza, la ciudad en la que Jean Vigo rodó, “A Propos de Nice” su famoso documental, la cámara tiene tiempo de detenerse un momento sobre el letrero de la “Rue Jean Vigo. Truffaut afirmaba que la visión del mundo de Luis Buñuel que es “tan antiburguesa, anticonformista y sarcástica como la de Stroheim, pero más suave; es subversiva y deliberadamente anarquista”. En esta película el director es sordo y hace de ello su peculiaridad. Hay referencias constantes a su cinefilia sembradas a lo largo del film.
La película, en definitiva es eso, un listado de tópicos y devociones cinéfilas, a veces simpáticas y otras no tanto. Puede que Truffaut realizara su oscarizada obra como un sencillo acto de amor al cine pero el resultado es un catálogo demasiado evidente, tanto en los homenajes ( Truffaut niño roba en sueños, los carteles de “Ciudadano Kane” igual que Doinel robaba los carteles de “Un verano con Monica” de Bergman en “Los cuatrocientos golpes”), citas y autocitas, guiños autocomplacientes que el mundo del cine le agradeció.
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