El capital
6.2
6,310
Drama. Thriller
Marc Tourneuil (Gad Elmaleh) es un cínico empleado de banca, un sector que está en plena crisis económica en todo el planeta. Desde la nada, Marc comenzará un ascenso imparable por los entresijos del mundo de la banca hasta convertirse en una de las personas más poderosas e influyentes del país. (FILMAFFINITY)
23 de octubre de 2013
23 de octubre de 2013
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Inmersos todavía (y lo que nos queda) en plena crisis financiera mundial, durante los últimos meses no dejan de aparecer películas que tratan el tema y a las que nos hemos podido acercar en los últimos tiempos. Estamos hablando de títulos como Inside Job, Margin Call, Arbitrage e incluso el injustificable ejercicio de David Cronenberg, Cosmopolis. Todos ellos abordan el mundo de las frías cifras y de las asentimentales finanzas, poniendo de manifiesto sus podridas entrañas y su viciado hedor a codicia, ambición y feroz competencia. En esta línea transcurre también la última película de Costa-Gavras, cuyo título ya nos va introduciendo en la temática a tratar: El Capital. Capitalismo, puro y duro.
Pese a que la temática nos atraía considerablemente y teníamos ganas de visionar la aproximación del director francés, ha resultado ser un producto más que predecible desde el principio, casi diríamos que desde su concepción, tratando de acercarnos a la realidad de las altas esferas económicas y financieras con excesivas pretensiones didácticas, resultando ser poco creíble y un tanto burda.
No dudamos de la sinceridad inicial del guión, y de la dirección, que busca el cinismo como vehículo para empatizar con el espectador, tratando de darle aún más la razón sobre las causas y los porqués de la actual situación económica mundial. Recurso fácil que hurga en la herida, buscando el enfado cómplice y un exorcismo de rabia. Pese a conseguirlo inicialmente, lo que te introduce de lleno en la cinta, acaba por resultar muy poco creíble, exagerada y alejada de la sofisticación buscada. Hace realidad la castiza expresión "del querer y no poder".
Uno de los aspectos más cuestionados, desde esta humilde tribuna, es la descripción realizada del protagonista, queriéndola exagerar en exceso para hacer más plausible la denuncia objetivo. A mitad de película comienzas a alejarte cada vez más y más para no re-engancharte de nuevo, perdiendo toda preocupación e inquietud sobre lo que se nos está mostrando, lo que es un síntoma poco alentador y terriblemente nefasto para las pretensiones de cualquier divertimento o denuncia.
Nos ha defraudado completamente y para nada la podemos recomendar. Pasará por nuestras retinas sin dejar poso alguno en nuestra corta memoria. Totalmente prescindible.
Pese a que la temática nos atraía considerablemente y teníamos ganas de visionar la aproximación del director francés, ha resultado ser un producto más que predecible desde el principio, casi diríamos que desde su concepción, tratando de acercarnos a la realidad de las altas esferas económicas y financieras con excesivas pretensiones didácticas, resultando ser poco creíble y un tanto burda.
No dudamos de la sinceridad inicial del guión, y de la dirección, que busca el cinismo como vehículo para empatizar con el espectador, tratando de darle aún más la razón sobre las causas y los porqués de la actual situación económica mundial. Recurso fácil que hurga en la herida, buscando el enfado cómplice y un exorcismo de rabia. Pese a conseguirlo inicialmente, lo que te introduce de lleno en la cinta, acaba por resultar muy poco creíble, exagerada y alejada de la sofisticación buscada. Hace realidad la castiza expresión "del querer y no poder".
Uno de los aspectos más cuestionados, desde esta humilde tribuna, es la descripción realizada del protagonista, queriéndola exagerar en exceso para hacer más plausible la denuncia objetivo. A mitad de película comienzas a alejarte cada vez más y más para no re-engancharte de nuevo, perdiendo toda preocupación e inquietud sobre lo que se nos está mostrando, lo que es un síntoma poco alentador y terriblemente nefasto para las pretensiones de cualquier divertimento o denuncia.
Nos ha defraudado completamente y para nada la podemos recomendar. Pasará por nuestras retinas sin dejar poso alguno en nuestra corta memoria. Totalmente prescindible.
14 de julio de 2013
14 de julio de 2013
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Buena película de Costa-Gavras. No acaba de ser redonda, pero describe de manera muy realista las situaciones que se viven en las grandes empresas y en este caso en los grandes bancos, donde las luchas de poder y la avaricia sin límites de los altos directivos están muy por encima de los intereses a medio-largo plazo de la propia entidad y a años luz de los intereses de los trabajadores.
Costa-Gavras nos presenta a Marc Tourneuil, bien interpretado por Gad Elmaleh, un profesor de universidad y escritor, que de la mano del presidente del banco más importante de Europa tiene una carrera meteórica dentro del banco hasta llegar a la presidencia, aquí es donde empiezan a verse los grupos de poder dentro del consejo, los fondos de inversión internacionales, como "jugar" con los puestos de trabajo de la empleados hace que varíe la bolsa y con ello el retorno de la inversión de los accionista. Y como el conocer los trapos sucios de tus "rivales" puede proporcionarte inmunidad, mejor sueldo o un buen puesto.
No es una gran película, pero si es muy necesario su visionado para entender un poco más en que estamos convirtiendo el mundo. Muy interesante la lucha entre el egoísmo de Tourneuil y los ideales de su mujer y los de una de las trabajadoras mejor preparadas del banco.
Costa-Gavras nos presenta a Marc Tourneuil, bien interpretado por Gad Elmaleh, un profesor de universidad y escritor, que de la mano del presidente del banco más importante de Europa tiene una carrera meteórica dentro del banco hasta llegar a la presidencia, aquí es donde empiezan a verse los grupos de poder dentro del consejo, los fondos de inversión internacionales, como "jugar" con los puestos de trabajo de la empleados hace que varíe la bolsa y con ello el retorno de la inversión de los accionista. Y como el conocer los trapos sucios de tus "rivales" puede proporcionarte inmunidad, mejor sueldo o un buen puesto.
No es una gran película, pero si es muy necesario su visionado para entender un poco más en que estamos convirtiendo el mundo. Muy interesante la lucha entre el egoísmo de Tourneuil y los ideales de su mujer y los de una de las trabajadoras mejor preparadas del banco.
16 de julio de 2013
16 de julio de 2013
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si bien cada uno de los seres humanos son dueños de su propio destino y cada uno decide lo que quiere o lo que va a hacer surgen al debate las siguientes preguntas (en mi cabeza particularmente) ¿Quiénes nos gobiernan? ¿Quiénes llevan el destino de las naciones?, dichas interrogantes me las plantee después de ver “Le Capital” y he quedado con una sensación de incertidumbre. La famosa Teoría de las Conspiraciones clarifica un poco el asunto y radica la esencia en que muchas de las cosas que nos presentan los medios de comunicación no es más que un montaje con la intención de dominar psicológicamente a los Individuos; pero a ¿Qué viene dicha afirmación de mi parte? es que en esta meticulosa cinta francesa se explica el famoso Poder Detrás del Poder, el lado oscuro del Dinero, los secretos de la Banca y los juegos macabros que ahí residen. Cuál será el porqué de la crisis europea, que es lo que se oculta detrás de semejante crisis, veras como seres humanos sentimos la necesidad de averiguar pero como dije antes los medios de comunicación forman parte y cierran el engranaje perfectamente acoplado de lo que nosotros llamamos (o yo particularmente) “Poder” y que su mayor sustancia es el dinero. Tema bastante complejo y difícil de abordar en una película, ya que la necesidad de mantener al público “enganchado” es una tarea bastante complicada ya que son tramas que no darán mucha taquilla o sencillamente se olvidaran, nadie más hablara de ellas. El dinero contamina todo y es capaz de corromper a la persona más honorable y humana hasta seducirla y transformarla en algo totalmente ajeno a lo que en realidad fue, así es el dinero y así siempre será. Las actuaciones son muy correctas, cada una de ellas cumple, nada espectacular pero si exactas en una trama que por necesidad las merecía. “Le Capital” la vida de un banquero que de la nada llego a convertirse en una de las personas más poderosas (y adineradas) de su País como por arte de magia. ¿Casualidad? Las casualidades no existen, todo tiene una razón y un por que en el universo que llamamos Vida.
24 de agosto de 2013
24 de agosto de 2013
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine rara vez es ajeno al tiempo en que vive. Y si estamos sufriendo una profunda crisis económica es normal que, poco a poco, el cine vaya reflejando esta situación de una forma más o menos directa. Lo cierto es que a estas alturas, mientras que todavía no hemos salido del tunel (en especial en España), ya nos han llegado aportaciones interesantes como “Margin Call” que fabulaba sobre el origen del crisis, o incluso hemos asistido la vuelta de Gordon Gecko, el tiburon de Wall Street por antonomasia.
En una línea argumental similar se mueve este film de Costa-Gavras, cineasta que alejado de los habituales círculos comerciales, ha mantenido un tipo de cine combativo en absoluto reñido con la calidad artística. De esta forma, nos presenta a Marc Tourneil (Gad Elmaleh), un directivo de un importante banco francés que consigue llegar a presidir la entidad, aupado por la enfermedad del anterior presidente y por un grupo de inversores norteamericanos que ven en él a alguien manejable.
El film está basado en una novela de Stéphane Osmont, cuya referencia a Karl Marx es más que evidente. Tourneil es una imagen representativa del mundo capitalista, con un desmedido afán por amasar dinero, lo que le permite acceder al poder y al mismo tiempo a conseguir lo que se proponga y desee, sin preocuparse de a quien debe pisotear para conseguirlo. En este sentido, es muy representativo el juego al que le lleva la top-model Nassim (interpretada por Liya Kebede), cuyo representante parece más bien un alcahuete.
Costa-Gavras hace fluctuar la historia entre el drama financiero y la ironía, sin permitir decantarse por uno u otro en ningún momento, con ello consigue que el espectador no termine de simpatizar con prácticamente ningún personaje, puesto que todos se mantienen a distancia, como meros estereotipos (la mujer arrastrada a un modo de vida en el que no acaba de encajar, conspiradores traicioneros, los magnates americanos haciendo negocios en Miami como si fueran gangsters, modelos lujuriosas y drogadictas, banqueros codiciosos.....), al frente del cual sólo la figura de Tourneil tiene cierta trascendencia, una figura contradictoria que parece moverse entre lo que debe hacer como banquero y lo que debe hacer como persona (con ciertos insertos en los que se escenifica lo que piensa), pero no acaba de dar el paso en la dirección correcta. Y es que la avaricia de ganar cada vez más dinero es un sentimiento fuerte del cual es difícil de desprenderse.
Tal vez no sea el film definitivo sobre la crisis económica (de hecho, ni se menciona que haya crisis), ni siquiera termine siendo el retrato del banquero del siglo XXI, ni la mejor película de este combativo director, pero de lo que no cabe duda es que Costa-Gravas compone un film adulto, una fábula crítica con la situación actual y con una mirada pesimista, son los tiempos que nos ha tocado vivir.
En una línea argumental similar se mueve este film de Costa-Gavras, cineasta que alejado de los habituales círculos comerciales, ha mantenido un tipo de cine combativo en absoluto reñido con la calidad artística. De esta forma, nos presenta a Marc Tourneil (Gad Elmaleh), un directivo de un importante banco francés que consigue llegar a presidir la entidad, aupado por la enfermedad del anterior presidente y por un grupo de inversores norteamericanos que ven en él a alguien manejable.
El film está basado en una novela de Stéphane Osmont, cuya referencia a Karl Marx es más que evidente. Tourneil es una imagen representativa del mundo capitalista, con un desmedido afán por amasar dinero, lo que le permite acceder al poder y al mismo tiempo a conseguir lo que se proponga y desee, sin preocuparse de a quien debe pisotear para conseguirlo. En este sentido, es muy representativo el juego al que le lleva la top-model Nassim (interpretada por Liya Kebede), cuyo representante parece más bien un alcahuete.
Costa-Gavras hace fluctuar la historia entre el drama financiero y la ironía, sin permitir decantarse por uno u otro en ningún momento, con ello consigue que el espectador no termine de simpatizar con prácticamente ningún personaje, puesto que todos se mantienen a distancia, como meros estereotipos (la mujer arrastrada a un modo de vida en el que no acaba de encajar, conspiradores traicioneros, los magnates americanos haciendo negocios en Miami como si fueran gangsters, modelos lujuriosas y drogadictas, banqueros codiciosos.....), al frente del cual sólo la figura de Tourneil tiene cierta trascendencia, una figura contradictoria que parece moverse entre lo que debe hacer como banquero y lo que debe hacer como persona (con ciertos insertos en los que se escenifica lo que piensa), pero no acaba de dar el paso en la dirección correcta. Y es que la avaricia de ganar cada vez más dinero es un sentimiento fuerte del cual es difícil de desprenderse.
Tal vez no sea el film definitivo sobre la crisis económica (de hecho, ni se menciona que haya crisis), ni siquiera termine siendo el retrato del banquero del siglo XXI, ni la mejor película de este combativo director, pero de lo que no cabe duda es que Costa-Gravas compone un film adulto, una fábula crítica con la situación actual y con una mirada pesimista, son los tiempos que nos ha tocado vivir.
26 de marzo de 2020
26 de marzo de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si en "Arcadia" la crítica al capitalismo se describe con la vida de un "perdedor" del sistema, aquí la crítica viene siguiendo el día a día de un "ganador" del sistema, por lo menos a los ojos de la sociedad. Nosotros lo vamos a ver mejor y veremos su verdadero rol en esta cadena de engranajes.
Película que nos lleva ahora en aviones privados ahora en coches de lujo desde las mansiones a los despachos, desde las corporaciones a las fiestas con modelos. Mientras, vemos como sus jugadas financieras aplaudidas por todos lo van encumbrando. Se explican bien los movimientos económicos para que todos puedan seguir la película y compruebas la locura que se acepta en esos círculos.
Igual que en "Arcadia", no hay efectismo en las escenas de lujo o de finanzas: gana en credibilidad y pierde en diversión.
La interpretación es correcta pero nadie destaca especialmente.
Es una película interesante, honesta y con clara intención didáctica de hacernos ver las mentiras y fraudes que dominan las finanzas pero que los ricos nunca pagan.
Película que nos lleva ahora en aviones privados ahora en coches de lujo desde las mansiones a los despachos, desde las corporaciones a las fiestas con modelos. Mientras, vemos como sus jugadas financieras aplaudidas por todos lo van encumbrando. Se explican bien los movimientos económicos para que todos puedan seguir la película y compruebas la locura que se acepta en esos círculos.
Igual que en "Arcadia", no hay efectismo en las escenas de lujo o de finanzas: gana en credibilidad y pierde en diversión.
La interpretación es correcta pero nadie destaca especialmente.
Es una película interesante, honesta y con clara intención didáctica de hacernos ver las mentiras y fraudes que dominan las finanzas pero que los ricos nunca pagan.
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