Dolor y gloria
2019 

6.8
32,498
Drama
Narra una serie de reencuentros en la vida de Salvador Mallo, un director de cine en su ocaso. Algunos de ellos físicos, y otros recordados, como su infancia en los años 60, cuando emigró con sus padres a Paterna, un pueblo de Valencia, en busca de prosperidad, así como el primer deseo, su primer amor adulto ya en el Madrid de los 80, el dolor de la ruptura de este amor cuando todavía estaba vivo y palpitante, la escritura como única ... [+]
23 de marzo de 2019
23 de marzo de 2019
40 de 73 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sus últimas películas fueron productos desganados, desvaídos, sin gracia. E incluso, sin estilo, algo que había calificado precisamente sus películas. Y lo cierto es que no esperaba mucho de esta su último trabajo, pero cual no ha sido mi enorme sorpresa cuando me he encontrado al mejor Almodóvar, al artista que definió un estilo propio en el cine español de los ochenta, que se ganó por derecho propio un puesto en el Olimpo del cine. La vuelta a su universo, a su particular idiosincrasia, a la vez vulgar y exquisita, a la vez cómica y trágica, a la vez cruel y dulce ha supuesto hacer la mejor película de toda su carrera. Eso sí, es una película que huele a epílogo, a fin. Porque después de "Dolor y gloria", creo que ya tiene muy poquito que contar.
Y no es porque su vida no haya sido fascinante, sino porque creo que se ha desnudado hasta las trancas. Igual que hacía Robbie Williams en el videoclip en el que empezaba un strip tease, y terminaba quedándose en el esqueleto, porque en esta película llegamos hasta los huesos mismos del director: esa especie de autorretrato parece haber sido hecho con un TAC, explorando la vida del director capa a capa; desde las drogas hasta el éxito. Desde el pueblo hasta recorrer el mundo entero. Desde las tortuosas relaciones con los que trabaja, hasta la entrega incondicional a sus amantes y amigos. Una montaña rusa de sensaciones concatenadas magistralmente con una factura deslumbrante, como pocas veces se ha hecho en su carrera. Y en este viaje orquestado con exquisita elegancia, un solista que ha trasladado todo Almodóvar en una interpretación. Porque solamente alguien que conociera tan bien al director como Antonio Banderas -con el que lleva casi 40 años trabajando- ha podido transmutarse en el director manchego. Todo su ADN destilado en un personaje.
Salvador Mallo está hastiado de todo, hasta de vivir. Sus dolencias físicas y psíquicas le tienen alejado hasta del cine, lo que más le gusta. Convertido casi en un ermitaño, recluido en su particular universo, no quiere saber nada del mundo. Pero un buen día, algo sucede, y poco a poco irá recuperando los recuerdos de toda su vida, poco a poco...
Si a lo largo de toda su filmografía eran recurrentes sus particulares historias -la homosexualidad, la relación con su madre, etc.- a través de otros personajes que por resonancia, transmitían todo eso, en esta ocasión se ha personalizado muchísimo más. Ojo, que Almodóvar ha sido lo suficientemente inteligente como para saber jugar con habilidad en la ficción, y no estamos hablando de un legado documental sobre la vida del director, pero si que encontramos sus reflexiones, sus posturas, su modo de ver la vida, el amor, la amistad, el arte, el cine o la cultura. Con la irreverente y a la vez curiosa mirada que le ha caracterizado, recuperando de un plumazo toda su frescura, superando con creces sus mejores películas, "La Ley del Deseo" y "Hable con ella". Porque ya no necesita -o no quiere- poner en voz de personajes más o menos rocambolescos su mensaje.
Este ejercicio de madurez cinematográfica además se demuestra por la profundidad y calado de la historia. O mejor dicho, de las historias, porque tenemos varios planos de existencia, que en paralelo van contando -o mejor dicho, complementando- todos los arcos argumentales como la capa de una cebolla, sumándose y engordando el mensaje. Impresionante, realmente increíble cómo ha sabido destilar toda su sapiencia cinematográfica en una cinta que te atrapa por su demoledora complicidad, por su elegante y minimalista factura, por sus diálogos realmente maravillosos, en su punto justo de tono en cada secuencia -desde momentos de comedia antológicos, como una conferencia en la filmoteca nacional a través de un teléfono móvil a otros de entrañable ternura como las secuencias con la madre o de drama y redención, como los encuentros con el antiguo amante, o con el actor con el que se peleó hace años...-.
Realmente, es lo mejor que jamás haya hecho. Y creo que es lo mejor que jamás hará. Porque desnudar el alma tan profundamente no es nada fácil. Pero aquí está conseguido, encontrándose todo sobre Almodóvar.
Y no es porque su vida no haya sido fascinante, sino porque creo que se ha desnudado hasta las trancas. Igual que hacía Robbie Williams en el videoclip en el que empezaba un strip tease, y terminaba quedándose en el esqueleto, porque en esta película llegamos hasta los huesos mismos del director: esa especie de autorretrato parece haber sido hecho con un TAC, explorando la vida del director capa a capa; desde las drogas hasta el éxito. Desde el pueblo hasta recorrer el mundo entero. Desde las tortuosas relaciones con los que trabaja, hasta la entrega incondicional a sus amantes y amigos. Una montaña rusa de sensaciones concatenadas magistralmente con una factura deslumbrante, como pocas veces se ha hecho en su carrera. Y en este viaje orquestado con exquisita elegancia, un solista que ha trasladado todo Almodóvar en una interpretación. Porque solamente alguien que conociera tan bien al director como Antonio Banderas -con el que lleva casi 40 años trabajando- ha podido transmutarse en el director manchego. Todo su ADN destilado en un personaje.
Salvador Mallo está hastiado de todo, hasta de vivir. Sus dolencias físicas y psíquicas le tienen alejado hasta del cine, lo que más le gusta. Convertido casi en un ermitaño, recluido en su particular universo, no quiere saber nada del mundo. Pero un buen día, algo sucede, y poco a poco irá recuperando los recuerdos de toda su vida, poco a poco...
Si a lo largo de toda su filmografía eran recurrentes sus particulares historias -la homosexualidad, la relación con su madre, etc.- a través de otros personajes que por resonancia, transmitían todo eso, en esta ocasión se ha personalizado muchísimo más. Ojo, que Almodóvar ha sido lo suficientemente inteligente como para saber jugar con habilidad en la ficción, y no estamos hablando de un legado documental sobre la vida del director, pero si que encontramos sus reflexiones, sus posturas, su modo de ver la vida, el amor, la amistad, el arte, el cine o la cultura. Con la irreverente y a la vez curiosa mirada que le ha caracterizado, recuperando de un plumazo toda su frescura, superando con creces sus mejores películas, "La Ley del Deseo" y "Hable con ella". Porque ya no necesita -o no quiere- poner en voz de personajes más o menos rocambolescos su mensaje.
Este ejercicio de madurez cinematográfica además se demuestra por la profundidad y calado de la historia. O mejor dicho, de las historias, porque tenemos varios planos de existencia, que en paralelo van contando -o mejor dicho, complementando- todos los arcos argumentales como la capa de una cebolla, sumándose y engordando el mensaje. Impresionante, realmente increíble cómo ha sabido destilar toda su sapiencia cinematográfica en una cinta que te atrapa por su demoledora complicidad, por su elegante y minimalista factura, por sus diálogos realmente maravillosos, en su punto justo de tono en cada secuencia -desde momentos de comedia antológicos, como una conferencia en la filmoteca nacional a través de un teléfono móvil a otros de entrañable ternura como las secuencias con la madre o de drama y redención, como los encuentros con el antiguo amante, o con el actor con el que se peleó hace años...-.
Realmente, es lo mejor que jamás haya hecho. Y creo que es lo mejor que jamás hará. Porque desnudar el alma tan profundamente no es nada fácil. Pero aquí está conseguido, encontrándose todo sobre Almodóvar.
10 de octubre de 2019
10 de octubre de 2019
14 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con otra plasta que se escurre por la pared, Almodóvar demuestra que le encanta arrastrarse por los platós y nos ofrece esta especie de biopic edulcorado y engañoso (por su superficialidad) donde nos muestra lo penosa que es y ha sido su vida y que todavía odia a los curas (sic). Es asombroso cómo un personaje en declive muestra su propio declive. Lo cierto es que tiene su punto de ironía.
Así que se lo guisa y come él sólo. Ni conmueve ni tiene la decencia de al menos ofrecer un plato limpio del mismo producto que lleva ofreciendo lustros. Lo único que hace es aburrir su día gris con su aburrido ombligo para contar que es un decrépito en caída libre y que se le ha acabado el color. Pero se ha dejado aparcado el genio, porque encima ni sabe mostrar el día gris como es debido. No se desnuda en ningún momento... o quizás lo hace pero no da más de sí. Quizás sea esto último.
"Sin pena ni gloria" debería haberla titulado... creo que hubiera puesto mejor nota si se le hubiera ocurrido reírse un poco de sí mismo y su insulsa existencia con un título parecido. Ya que no quiere dejar abierta ni una rendija de la persiana a la luz redentora, no le queda otra que usar al público como diván particular para quejarse esparciendo sus incapacidades vitales y egocentrismo.
Te voy a dar un consejo.
Madura, cambia, evoluciona...
Esta cosa sin pena ni gloria ni enriquece ni conmueve.
Así que se lo guisa y come él sólo. Ni conmueve ni tiene la decencia de al menos ofrecer un plato limpio del mismo producto que lleva ofreciendo lustros. Lo único que hace es aburrir su día gris con su aburrido ombligo para contar que es un decrépito en caída libre y que se le ha acabado el color. Pero se ha dejado aparcado el genio, porque encima ni sabe mostrar el día gris como es debido. No se desnuda en ningún momento... o quizás lo hace pero no da más de sí. Quizás sea esto último.
"Sin pena ni gloria" debería haberla titulado... creo que hubiera puesto mejor nota si se le hubiera ocurrido reírse un poco de sí mismo y su insulsa existencia con un título parecido. Ya que no quiere dejar abierta ni una rendija de la persiana a la luz redentora, no le queda otra que usar al público como diván particular para quejarse esparciendo sus incapacidades vitales y egocentrismo.
Te voy a dar un consejo.
Madura, cambia, evoluciona...
Esta cosa sin pena ni gloria ni enriquece ni conmueve.
12 de octubre de 2019
12 de octubre de 2019
13 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como todo el mundo decía que era una película buenísima, cometí el error de ir a verla, y luego me supo mal haber gastado 6 euros en esto. Empiezas a verla con toda tu buena intención, pero cuando van pasando los minutos y ves que la trama es prácticamente inexistente y falta de todo interés, ves que todo es una tomadura de pelo. Discursos vacíos de los dos señores, Antonio y Asier, para dar salida a las fobias del director, y ya está .
Ningún interés en entretener al espectador ni en aportar nada. Un bodrio y una pérdida de tiempo
Ningún interés en entretener al espectador ni en aportar nada. Un bodrio y una pérdida de tiempo
12 de septiembre de 2019
12 de septiembre de 2019
12 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me parece muy interesante el guión en sí, la historia que nos quiere contar la película, pero la ejecución es muy pobre. Salvo el niño, que creo es la mejor actuación con diferencia de toda la cinta, el resto de actores rallan la mediocridad por ser poco creíbles en su actuación. Ninguno de los actores es convincente (Antonio Banderas y Penélope Cruz decepcionantes).
La película está llena de momentos que me parecen muy forzados, en algunos casos es tan tópico que resulta hasta predecible. La mayoría de los planos son simples, similares a las películas caseras de bautizos, bodas y demás. La emoción de la historia del personaje principal a mi no me la transmite nunca, y aunque el final puede resultar sorprendente carece de esa emoción sentimental que quiere transmitir. Igual que un cuadro no debería ser bueno sólo por llevar la firma de Picasso, esta película no puede ser tan buena sólo por ser de Almodóvar. No entiendo que haya sido elegida para que nos represente en los Oscar.
La película está llena de momentos que me parecen muy forzados, en algunos casos es tan tópico que resulta hasta predecible. La mayoría de los planos son simples, similares a las películas caseras de bautizos, bodas y demás. La emoción de la historia del personaje principal a mi no me la transmite nunca, y aunque el final puede resultar sorprendente carece de esa emoción sentimental que quiere transmitir. Igual que un cuadro no debería ser bueno sólo por llevar la firma de Picasso, esta película no puede ser tan buena sólo por ser de Almodóvar. No entiendo que haya sido elegida para que nos represente en los Oscar.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Antonio Banderas no está a la altura porque en ningún momento me creo su personaje, siempre me da la impresión de estar sobreactuado, de teatro aficionado.
Asier Etxeandia me parece que está bien en líneas generales. El problema es que tiene momentos indefendibles, como la actuación de su personaje en el monólogo que realiza en un escenario, contanto la biografía en primera persona. No me transmite ni emoción ni me convence de que eso esté pasando en ese momento.
La escena del niño en la cama, observando en la distancia como el pintor se desnuda y comienza a bañarse sacando el agua del barreño me parece tan predecible que termina siendo ridícula. El cine está lleno de escenas similares pero en este caso en concreto me da la impresión de ser forzado en todo momento, no me transmite naturalidad, no me creo la situación en ningún momento.
Asier Etxeandia me parece que está bien en líneas generales. El problema es que tiene momentos indefendibles, como la actuación de su personaje en el monólogo que realiza en un escenario, contanto la biografía en primera persona. No me transmite ni emoción ni me convence de que eso esté pasando en ese momento.
La escena del niño en la cama, observando en la distancia como el pintor se desnuda y comienza a bañarse sacando el agua del barreño me parece tan predecible que termina siendo ridícula. El cine está lleno de escenas similares pero en este caso en concreto me da la impresión de ser forzado en todo momento, no me transmite naturalidad, no me creo la situación en ningún momento.
27 de marzo de 2019
27 de marzo de 2019
11 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Almodóvar, a punto de cumplir 70 años y en su vigésimo segundo largometraje, nos presenta una de sus películas más redondas, y que es una especie de biografía personal, ya que el protagonista es un director de cine y algunas historias que nos muestra la película tienen relación con su vida personal, y lo hace alternando escenas del pasado cuando Salvador Mallo era un niño y vivía con sus padres en un pueblo y las del presente en donde el que fue un director de éxito se encuentra en un momento personal malo por sus problemas de salud y por la soledad personal cuando en su época fue una persona de gran prestigio.
El gran protagonista de la película es Antonio Banderas, que hasta la fecha no me parecía un gran actor dramático y que en el papel de Salvador en el presente realiza la que seguramente será la mejor actuación de su carrera, y que logra transmitir emoción en cada una de sus apariciones casi siempre de manera contenida, y que tendrá que afrontar unos nuevos retos que le harán recordar momentos de su pasado. Pero el otro acierto de la película es que cada uno de los personajes secundarios tienen su importancia y su momento en la historia, aunque en algunos casos como los de Cecilia Roth o Leonardo Sbaraglia su aparición sea bastante breve, y sus intérpretes tienen la entidad suficiente para ser recordadas incluso unas semanas después del visionado de la película.
El título no podía estar mejor elegido, ya que nos muestra el " dolor " físico del protagonista, pero también el afectivo y que hace que viva en soledad, y por otra parte la " gloria " lograda en un pasado que nunca volverá. Como curiosidad el director español sufrió de los mismos problemas de espalda que los de Salvador antes de empezar el rodaje de " Julieta ", lo que le provocó muchos dolores y afectó a su labor de dirección.
La película es un homenaje al mundo del cine, a las personas que tuvieron éxito y ahora son desconocidos por las nuevas generaciones, lo que se ve reflejado en Salvador de niño que colecciona cromos de los actores y artistas del Hollywood clásico y sus directores, y con algunas imágenes de películas como " Esplendor en la hierba " con Natalie Wood y otra con Marilyn Monroe, dos de las actrices que lograron el éxito y murieron de manera trágica. Pero también hay mucho arte y cada una de las situaciones están muy bien trabajadas, y uno de los ejemplos es observar cada uno de los rincones de ese inmenso piso en donde vive el protagonista en el paseo Pintor Rosales de Madrid, con esas obras de arte y cuadros que están en su salón, y que guardan mucha relación con lo que vemos del pasado, y ese gusto del que en ese momento era un niño por el mundo del cine y el arte.
También nos muestra lo que son recuerdos de amores del pasado y de su madre con la que vivía en una especie de cueva en un pequeño rincón de la geografía española.
A nivel interpretativo, además de Antonio Banderas, destacan Asier Etxendía como Alberto, el protagonista de una de sus películas con el que acabó mal y en la actualidad se tiene que reencontrar, Julieta Serrano como la madre en una etapa cercana a la actual, Penélope Cruz en el de la madre cuando era niño, Nora Navas su representante en la actualidad, Leonardo Sbaraglia como una relación del pasado de Salvador con el que se reencuentra en el presente y el descubrimiento de Asier Flores ( el Salvador de niño, muy listo y culto, y que en algunos momentos me recordó al personaje de Totó de pequeño en " Cinema Paradiso " ). Todos ellos están muy bien, a los que podríamos añadir en unos papeles muy secundarios a Raúl Arévalo, Pedro Casablnc, la cantante Rosalía, Cecilia Roth, César Vicente, Susi Sánchez, Eva Martín y Julián López. Un gran elenco que, gracias a su talento, y sobre todo a la labor de Almodóvar como director, completan uno de los mejores repartos de lo que llevamos de siglo en el cine nacional, y que deberían optar a los principales premios españoles y europeos del año 2020.
La película va de menos a más y me costó entrar en las escenas del presente en la parte inicial, aunque en esos minutos hay una de las situaciones mejor trabajadas y que está narrada por la voz en off de Antonio Banderas, cuando hace una disección de los dolores de columna y las posibles consecuencias. También está muy bien trabajado el asunto médico y farmaceútico, ya que refleja bastante bien las consecuencias de sufrir los problemas de salud del protagonista, los tratamientos empleados y la valoración de los doctores. Me interesa mucho todo lo que sucede cuando Salvador era un niño, con unas conversaciones entre madre e hijo que en algún momento me emocionaron, aunque ese personaje infantil y su entorno pierden importancia en la parte final. Si tengo que elegir unas actuaciones secundarias me quedo con las de Julieta Serrano y Nora Navas, la primera tiene varias escenas con una gran carga dramática y la segunda tiene un cambio de registro creíble para adaptarse al estado de ánimo de Salvador.
En los minutos finales, sobre todo desde la escena que se desarrolla en la Filmoteca española, la película va creciendo hasta terminar bastante bien, y cerrando cada una de esas historias que giran en torno al personaje principal. Una gran película que seguro que gana en un segundo visionado, y que además está muy bien a nivel musical y visual. Alberto Iglesias ha vuelto a componer otra excelente música original para una película del genio manchego, que ayuda a que el espectador entre mejor en el espíritu que ha querido impregnar Almodóvar a cada uno de los fotogramas de la película, y lo mismo podemos decir de la fotografía de José Luis Alcaine que es sencilla y al mismo tiempo detallista y que encaja muy bien con la atmósfera de esta gran película que, sin ser la mejor de las dirigidas por Almodóvar ( mi preferida es " Todo sobre mi madre " ), es fácil de recomendar.
LO MEJOR: El reparto. La música.
LO PEOR: Me cuesta un poco entrar en la historia del presente del protagonista.
El gran protagonista de la película es Antonio Banderas, que hasta la fecha no me parecía un gran actor dramático y que en el papel de Salvador en el presente realiza la que seguramente será la mejor actuación de su carrera, y que logra transmitir emoción en cada una de sus apariciones casi siempre de manera contenida, y que tendrá que afrontar unos nuevos retos que le harán recordar momentos de su pasado. Pero el otro acierto de la película es que cada uno de los personajes secundarios tienen su importancia y su momento en la historia, aunque en algunos casos como los de Cecilia Roth o Leonardo Sbaraglia su aparición sea bastante breve, y sus intérpretes tienen la entidad suficiente para ser recordadas incluso unas semanas después del visionado de la película.
El título no podía estar mejor elegido, ya que nos muestra el " dolor " físico del protagonista, pero también el afectivo y que hace que viva en soledad, y por otra parte la " gloria " lograda en un pasado que nunca volverá. Como curiosidad el director español sufrió de los mismos problemas de espalda que los de Salvador antes de empezar el rodaje de " Julieta ", lo que le provocó muchos dolores y afectó a su labor de dirección.
La película es un homenaje al mundo del cine, a las personas que tuvieron éxito y ahora son desconocidos por las nuevas generaciones, lo que se ve reflejado en Salvador de niño que colecciona cromos de los actores y artistas del Hollywood clásico y sus directores, y con algunas imágenes de películas como " Esplendor en la hierba " con Natalie Wood y otra con Marilyn Monroe, dos de las actrices que lograron el éxito y murieron de manera trágica. Pero también hay mucho arte y cada una de las situaciones están muy bien trabajadas, y uno de los ejemplos es observar cada uno de los rincones de ese inmenso piso en donde vive el protagonista en el paseo Pintor Rosales de Madrid, con esas obras de arte y cuadros que están en su salón, y que guardan mucha relación con lo que vemos del pasado, y ese gusto del que en ese momento era un niño por el mundo del cine y el arte.
También nos muestra lo que son recuerdos de amores del pasado y de su madre con la que vivía en una especie de cueva en un pequeño rincón de la geografía española.
A nivel interpretativo, además de Antonio Banderas, destacan Asier Etxendía como Alberto, el protagonista de una de sus películas con el que acabó mal y en la actualidad se tiene que reencontrar, Julieta Serrano como la madre en una etapa cercana a la actual, Penélope Cruz en el de la madre cuando era niño, Nora Navas su representante en la actualidad, Leonardo Sbaraglia como una relación del pasado de Salvador con el que se reencuentra en el presente y el descubrimiento de Asier Flores ( el Salvador de niño, muy listo y culto, y que en algunos momentos me recordó al personaje de Totó de pequeño en " Cinema Paradiso " ). Todos ellos están muy bien, a los que podríamos añadir en unos papeles muy secundarios a Raúl Arévalo, Pedro Casablnc, la cantante Rosalía, Cecilia Roth, César Vicente, Susi Sánchez, Eva Martín y Julián López. Un gran elenco que, gracias a su talento, y sobre todo a la labor de Almodóvar como director, completan uno de los mejores repartos de lo que llevamos de siglo en el cine nacional, y que deberían optar a los principales premios españoles y europeos del año 2020.
La película va de menos a más y me costó entrar en las escenas del presente en la parte inicial, aunque en esos minutos hay una de las situaciones mejor trabajadas y que está narrada por la voz en off de Antonio Banderas, cuando hace una disección de los dolores de columna y las posibles consecuencias. También está muy bien trabajado el asunto médico y farmaceútico, ya que refleja bastante bien las consecuencias de sufrir los problemas de salud del protagonista, los tratamientos empleados y la valoración de los doctores. Me interesa mucho todo lo que sucede cuando Salvador era un niño, con unas conversaciones entre madre e hijo que en algún momento me emocionaron, aunque ese personaje infantil y su entorno pierden importancia en la parte final. Si tengo que elegir unas actuaciones secundarias me quedo con las de Julieta Serrano y Nora Navas, la primera tiene varias escenas con una gran carga dramática y la segunda tiene un cambio de registro creíble para adaptarse al estado de ánimo de Salvador.
En los minutos finales, sobre todo desde la escena que se desarrolla en la Filmoteca española, la película va creciendo hasta terminar bastante bien, y cerrando cada una de esas historias que giran en torno al personaje principal. Una gran película que seguro que gana en un segundo visionado, y que además está muy bien a nivel musical y visual. Alberto Iglesias ha vuelto a componer otra excelente música original para una película del genio manchego, que ayuda a que el espectador entre mejor en el espíritu que ha querido impregnar Almodóvar a cada uno de los fotogramas de la película, y lo mismo podemos decir de la fotografía de José Luis Alcaine que es sencilla y al mismo tiempo detallista y que encaja muy bien con la atmósfera de esta gran película que, sin ser la mejor de las dirigidas por Almodóvar ( mi preferida es " Todo sobre mi madre " ), es fácil de recomendar.
LO MEJOR: El reparto. La música.
LO PEOR: Me cuesta un poco entrar en la historia del presente del protagonista.
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