Historias del Kronen
1995 

5.8
18,260
Drama
Sexo, drogas y peligrosos desafíos a la muerte en las calles de Madrid. "Kronen" es la cervecería donde se reúne un grupo de amigos con pocas expectativas vitales, jóvenes que aprovechan la noche para vivir sus aventuras de la forma más excitante posible. Cualquier placer, ya sea la velocidad, la música o las drogas les sirve para exprimir las noches de verano intentando pasárselo bien hasta el alba. El líder natural es Carlos, un joven ... [+]
21 de enero de 2010
21 de enero de 2010
13 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dicen que ‘Rebeldes’, de Coppola, sacó a la luz el brat pack (hatajo de mocosos, orsomzinlaikdat) formado por un grupo de jóvenes actores que en años posteriores darían que hablar. Coppola nos ha regalado un puñado de grandes películas; Armendariz todavía está por hacer una en la que no me duerma o me de un ataque de risa. El Kronen está en el segundo grupo. En la peli americana salían Tom Cruise, Matt Dillon, Rob Lowe, Patrick Swayze o Diane Lane. Vale, no son ni Marlon Brando ni Bette Davis, pero comparar al elenco yanki con Juan Diego Botto (¡Uf!), Jordi Mollá (¡Agh!) o Cayetana Guillén Cuervo (¿Comorrrr?) le provoca a uno un cierto repelús. Y además el producto nacional viene con propina: presentación en sociedad de Eduardo Noriega (¡¡¡Aaaaarrrrrggggghhhhh!!!). No sabría decir cuál de ellos resulta más patético en su papel de niñato chungo.
Los personajes no tienen por dónde agarrarse, las situaciones son ridículas, inverosímiles y tópicas hasta decir basta: pijerío, ligoteo, temeridades acrobáticas a lo ‘Fiebre del sábado noche’, sexo, drogas y música cañera. Hasta tienen un grupete de rock, las criaturas, ‘Peces Folladores’, no es broma. En fin, una lástima.
Se ha criticado hasta la náusea la ínfima calidad de ‘Mentiras y gordas’. Como no la he visto, ni ganas que tengo, no puedo discernir si la escrita por nuestra infame ministra del ramo es peor que la de Armendariz, si bien superar este nivel de inmundicia creativa está harto difícil. No me creo nada de la película, no representa ni por asomo a grupo social alguno, sólo es un burdo revoltijo de clichés de diseño para espectadores adictos al flipe de todo a 100 o para adolescentes híper hormonados, años noventa. Es un capítulo de ‘Al salir de clase’ pero con más folleteo y con los rabitos de los dos protagonistas luciendo al viento.
Lo único que se salva de la película son las imágenes de ‘Henry, retrato de un asesino’, pero esa modalidad de cine dentro de cine, me da a mí, no tiene mucho mérito. Sería por si se pegaba algo, pero fue que no.
Los personajes no tienen por dónde agarrarse, las situaciones son ridículas, inverosímiles y tópicas hasta decir basta: pijerío, ligoteo, temeridades acrobáticas a lo ‘Fiebre del sábado noche’, sexo, drogas y música cañera. Hasta tienen un grupete de rock, las criaturas, ‘Peces Folladores’, no es broma. En fin, una lástima.
Se ha criticado hasta la náusea la ínfima calidad de ‘Mentiras y gordas’. Como no la he visto, ni ganas que tengo, no puedo discernir si la escrita por nuestra infame ministra del ramo es peor que la de Armendariz, si bien superar este nivel de inmundicia creativa está harto difícil. No me creo nada de la película, no representa ni por asomo a grupo social alguno, sólo es un burdo revoltijo de clichés de diseño para espectadores adictos al flipe de todo a 100 o para adolescentes híper hormonados, años noventa. Es un capítulo de ‘Al salir de clase’ pero con más folleteo y con los rabitos de los dos protagonistas luciendo al viento.
Lo único que se salva de la película son las imágenes de ‘Henry, retrato de un asesino’, pero esa modalidad de cine dentro de cine, me da a mí, no tiene mucho mérito. Sería por si se pegaba algo, pero fue que no.
8 de octubre de 2005
8 de octubre de 2005
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aunque no se libra de los tópicos de marras sobre la "juventud perdida" de siempre, la obra de Montxo es un retrato más o menos certero de una generación, ameno y emocionante por momentos pero con un hilo argumental que está suelto durante toda la trama, que es un conjunto mal hilvanado de escenas que no llevan a ninguna parte. Si, el desenlace es bastante impactante, pero... ¿Qué más? Tanto sexo, tantas drogas, tanta violencia... Y al final muy poco que contar salvo esto. Claro que muchos dirán que es una historia sin principio ni final compuesta por fragmentos cotidianos y en la que realmente no se cuenta nada o casi nada... Bueno... Se puede aceptar, al fin y al cabo, pero se pediría algo más que fragmentos para que el filme hubiese sido redondo (que lo podría haber sido si no hubiese su trama apuntado hacia la nada).
24 de marzo de 2013
24 de marzo de 2013
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Armendariz lleva a la pantalla el libro de José Angel Mañas e intenta hacer un retrato de la juventud de mediados de los 90, craso error porque la juventud de esa época no era (al menos mi grupo de amigos/as) así, no viviamos al límite como se retrata en la película.
Una cinta protagonizada por actores jovenes que en su momento desconocidos actualmente son unos más que otros estrellas del cine español: Jordi Molla, Juan Diego Botto, Eduardo Noriega.
Una cinta protagonizada por actores jovenes que en su momento desconocidos actualmente son unos más que otros estrellas del cine español: Jordi Molla, Juan Diego Botto, Eduardo Noriega.
17 de mayo de 2017
17 de mayo de 2017
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Partiendo de la obra literaria de Mañas, sobre un grupo de niños pijos drogadictos, Armendáriz y el propio Mañas, adaptaron de forma libre el libro para hacer una película inspirada en él, pero con identidad propia.
Vista muchos años después sorprenden cosas curiosas, como son las formas de vestir o peinar a los actores/actrices y al personal de relleno, ya que nunca nadie ha ido así por la calle ya sea en esta época, en el pasado o en el propio futuro. Nadie. Por otro lado, el libro tenía un exceso de personajes, así que en la película se cargan a muchos de ellos, y dejan una pandilla reducida que da cierta penita. La trama y diálogos no se parecen tampoco. Además, en teoría eran pijos, pero mientras que en el libro son de la Moraleja, aquí parecen unos pobretones de clase baja.
Los actores no están a la altura por supuesto, aunque Juan Diego Botto que empieza fatal, poco a poco va ganando credibilidad y muestra sus posibilidades.
La verdad es que los que somos mayores sentimos una cierta nostalgia de no se sabe qué, porque desde luego la vida de los jóvenes que se muestra no es la que tuvimos la mayoría de nosotros. Menos mal.
Vista muchos años después sorprenden cosas curiosas, como son las formas de vestir o peinar a los actores/actrices y al personal de relleno, ya que nunca nadie ha ido así por la calle ya sea en esta época, en el pasado o en el propio futuro. Nadie. Por otro lado, el libro tenía un exceso de personajes, así que en la película se cargan a muchos de ellos, y dejan una pandilla reducida que da cierta penita. La trama y diálogos no se parecen tampoco. Además, en teoría eran pijos, pero mientras que en el libro son de la Moraleja, aquí parecen unos pobretones de clase baja.
Los actores no están a la altura por supuesto, aunque Juan Diego Botto que empieza fatal, poco a poco va ganando credibilidad y muestra sus posibilidades.
La verdad es que los que somos mayores sentimos una cierta nostalgia de no se sabe qué, porque desde luego la vida de los jóvenes que se muestra no es la que tuvimos la mayoría de nosotros. Menos mal.
2 de octubre de 2017
2 de octubre de 2017
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sexo, sexo, sexo, drogas, drogas, drogas, y (pseudo) rock & roll.
Ver Historias del Kronen en 2017 es como ver las pintas que llevabas en tu fiesta de graduación del instituto. La película hubo un momento en que empezó a envejecer mal, tanto que uno no sabe ni de qué iba más allá de jovenzuelos que van de alternativos pero que hacen lo que todo el mundo hace disfrutando de la noche adolescente y cayendo en todas y cada una de las tentaciones que se ponían a tiro. Curiosamente, esa precipitación al vacío se ha acabado convirtiendo en una especie de culto, de película que a día de hoy resume la realidad de una masa adolescente noventera con tintes grunge y antisistema.
Hay un problema con Historias del Kronen, y es que yo, de base, soy un tipo raro. No voy a profundizar en esto porque no tiene mucho sentido, pero leo muchas críticas que dicen que te sentirás identificado con muchas conversaciones de la película y que, sin ser una gran producción, conseguirá que recuerdes viejos tiempos. Aunque no lo he vivido -y he de decir que por fortuna-, soy consciente de que esto es así, y que tal y como pasa con otras producciones no es que Historias del Kronen refleje con exactitud esa juventud gamberra, sino que es más bien que consigue que te identifiques con situaciones puntuales más que con la historia en sí.
Actuaciones irregulares con pijo-camisas yendo de malotes y una película que es más contemplativa que profunda. Sigo todavía intentando entender ese final, y sigo sobre todo intentando saber cuál es la moraleja de Montxo Armendáriz en esta película. No hay mensaje, no hay motivo, no hay consecuencia, no hay verdadera reflexión más allá de algún momento de bajón de Jordi Mollà. Historias del Kronen es Historias del Kronen y no hay más, pero a la misma vez uno no puede dejar de verla cuando se ha encontrado con ella haciendo zapping.
Ver Historias del Kronen en 2017 es como ver las pintas que llevabas en tu fiesta de graduación del instituto. La película hubo un momento en que empezó a envejecer mal, tanto que uno no sabe ni de qué iba más allá de jovenzuelos que van de alternativos pero que hacen lo que todo el mundo hace disfrutando de la noche adolescente y cayendo en todas y cada una de las tentaciones que se ponían a tiro. Curiosamente, esa precipitación al vacío se ha acabado convirtiendo en una especie de culto, de película que a día de hoy resume la realidad de una masa adolescente noventera con tintes grunge y antisistema.
Hay un problema con Historias del Kronen, y es que yo, de base, soy un tipo raro. No voy a profundizar en esto porque no tiene mucho sentido, pero leo muchas críticas que dicen que te sentirás identificado con muchas conversaciones de la película y que, sin ser una gran producción, conseguirá que recuerdes viejos tiempos. Aunque no lo he vivido -y he de decir que por fortuna-, soy consciente de que esto es así, y que tal y como pasa con otras producciones no es que Historias del Kronen refleje con exactitud esa juventud gamberra, sino que es más bien que consigue que te identifiques con situaciones puntuales más que con la historia en sí.
Actuaciones irregulares con pijo-camisas yendo de malotes y una película que es más contemplativa que profunda. Sigo todavía intentando entender ese final, y sigo sobre todo intentando saber cuál es la moraleja de Montxo Armendáriz en esta película. No hay mensaje, no hay motivo, no hay consecuencia, no hay verdadera reflexión más allá de algún momento de bajón de Jordi Mollà. Historias del Kronen es Historias del Kronen y no hay más, pero a la misma vez uno no puede dejar de verla cuando se ha encontrado con ella haciendo zapping.
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