Jules y Jim
7.5
12,871
Romance. Drama
Desde que se conocieron en 1912, Jules (Oskar Werner) y Jim (Henri Serre) se hicieron amigos tan inseparables que se enamoraron de la misma mujer (Jeanne Moreau). Uno de ellos se casa con ella. Obra muy representativa del cine francés de los sesenta, que constituye un canto al amor y la pasión. (FILMAFFINITY)
21 de julio de 2005
21 de julio de 2005
8 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Maravilloso melodrama es el que Truffaut nos propone en esta película a través de los ojos de un narrador. Describe las principalmente las vivencias de dos amigos -Jules y Jim- alemán y francés respectivamente, y su relación antes y después de la primera guerra mundial. Jim va a visitar a Jules y a su mujer Catherine (espectacular Jeanne Moreau) al fin de la contienda bélica. Lo que va a descubrir en su visita en una particular relación entre el matrimonio, que será más particular aún con su llegada. El argumento, tratado con mucho dinamismo, tiene una linea sólida e incluso desemboca en un crucial desenlace.
Truffaut vuelve a indagar en los pensamientos de cada persona, el amor, los celos, la amistad... Para muchos su mejor pelicula, y a mi es la que más me ha gustado del director francés hasta el momento.
Truffaut vuelve a indagar en los pensamientos de cada persona, el amor, los celos, la amistad... Para muchos su mejor pelicula, y a mi es la que más me ha gustado del director francés hasta el momento.
2 de septiembre de 2018
2 de septiembre de 2018
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Truffaut construye ante la cámara esta historia de relaciones no convencionales centrada en este triángulo que forman Jules, Jim y Catherine con ángulos obtusos, agudos y a veces armónicas líneas paralelas.
El espectador es conducido por un hilo narrativo, recurso prescindible, que resuelve el siempre selectivo montaje y ahorra escenas dándole un sentido literario que particularmente prefiero desvincularlo del cine.
Jules y Jim contiene pretenciosos diálogos que aspiran a conseguir una honda perspectiva, con el fondo de una banda sonora correcta que subraya el momento que las escenas solicitan.
El espacio temporal que abarca el filme parece ir inverso a la edad de los actores. Jeanne Moreau representa en toda la cinta el físico de una mujer madura, con el consiguiente ridículo en algunas escenas y por poner el dedo en la llaga no hay más que comparar la escena de la carrera en el Louvre de J. L. Goddard, iconoclasta donde las haya, con esta carrerita, por añadidura cartel simbólico de la película.
La elección de J. Moreau, típica actriz fetiche de un director que repite con ella una y otra vez, no sabemos si por un buen rollo entre ellos, pero que profesionalmente a veces cumple y otras no y aquí no es capaz de desarrollar lo que el papel le exige en expresiones como perversidad, bondad, engaño, ingenuidad. La verdad es que no diferenciamos si es su rostro o el de un moai que aparece en la película.
Jules y Jim es más pasto de debates intelectualoides en los cineclubs de los setenta que una obra maestra.
El espectador es conducido por un hilo narrativo, recurso prescindible, que resuelve el siempre selectivo montaje y ahorra escenas dándole un sentido literario que particularmente prefiero desvincularlo del cine.
Jules y Jim contiene pretenciosos diálogos que aspiran a conseguir una honda perspectiva, con el fondo de una banda sonora correcta que subraya el momento que las escenas solicitan.
El espacio temporal que abarca el filme parece ir inverso a la edad de los actores. Jeanne Moreau representa en toda la cinta el físico de una mujer madura, con el consiguiente ridículo en algunas escenas y por poner el dedo en la llaga no hay más que comparar la escena de la carrera en el Louvre de J. L. Goddard, iconoclasta donde las haya, con esta carrerita, por añadidura cartel simbólico de la película.
La elección de J. Moreau, típica actriz fetiche de un director que repite con ella una y otra vez, no sabemos si por un buen rollo entre ellos, pero que profesionalmente a veces cumple y otras no y aquí no es capaz de desarrollar lo que el papel le exige en expresiones como perversidad, bondad, engaño, ingenuidad. La verdad es que no diferenciamos si es su rostro o el de un moai que aparece en la película.
Jules y Jim es más pasto de debates intelectualoides en los cineclubs de los setenta que una obra maestra.
28 de febrero de 2008
28 de febrero de 2008
14 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si has llorado al final de la película con tus 16 años es que has conectado con el poderoso influjo poético de esta historia, y la has comprendido como a mí me parece que hay que comprenderla. Tengo muchos años más que tú, mucho Truffaut y he vuelto a ver la peli tras tu comentario y me ha gustado más.
También me gusta Amelie, pero no la tengo tan fresca para rescatar la influencia de la mosca en la ventana, pero me quedo contigo que has creado una película personal, entrañable, en medio del comienzo de tu vida... rumbo a tantas emociones...
Desde luego, el buen arte de Truffaut, el hombre enamorado del amor, te hacen buena compañía. Ojalá no sufras como sus sufrientes personajes y disfrutes mucho con sus disfrutadores.
También me gusta Amelie, pero no la tengo tan fresca para rescatar la influencia de la mosca en la ventana, pero me quedo contigo que has creado una película personal, entrañable, en medio del comienzo de tu vida... rumbo a tantas emociones...
Desde luego, el buen arte de Truffaut, el hombre enamorado del amor, te hacen buena compañía. Ojalá no sufras como sus sufrientes personajes y disfrutes mucho con sus disfrutadores.
8 de marzo de 2009
8 de marzo de 2009
9 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película cuyo núcleo es la relación de los dos amigos con la protagonista. Trío.
La forma de tratar esa relación tiene detalles interesantes, buenos en algunas fases, pero a mi juicio acaba siendo insuficiente. Si a la rama se le carga con más peso del que puede soportar, acaba partiéndose. Ésa fue la sensación que me dejó la cinta.
Por otra parte, son demasiadas las escenas que se narran con excesiva brevedad, algunas de ellas incluso tienen poca o nula relevancia, por lo que carecen de sentido y al espectador le producen indiferencia.
La narración me pareció acertada, ayuda a mantener al tanto al espectador, pero sin abusar de ello. Los diálogos me parecieron interesantes, pero irregulares, mejorables en algunos momentos.
Sinceramente esperaba mucho más de la película. Quizá se deba a que ese tipo de relaciones no me llaman en absoluto. En mi experiencia se alternaron momentos de un interés considerable (tampoco notable) con momentos de soberano aburrimiento.
Pero vamos, la película mala no es, pero tampoco tiene por qué gustarme, Cuestión de gustos, se llama. Volveré al drama puro y duro.
La forma de tratar esa relación tiene detalles interesantes, buenos en algunas fases, pero a mi juicio acaba siendo insuficiente. Si a la rama se le carga con más peso del que puede soportar, acaba partiéndose. Ésa fue la sensación que me dejó la cinta.
Por otra parte, son demasiadas las escenas que se narran con excesiva brevedad, algunas de ellas incluso tienen poca o nula relevancia, por lo que carecen de sentido y al espectador le producen indiferencia.
La narración me pareció acertada, ayuda a mantener al tanto al espectador, pero sin abusar de ello. Los diálogos me parecieron interesantes, pero irregulares, mejorables en algunos momentos.
Sinceramente esperaba mucho más de la película. Quizá se deba a que ese tipo de relaciones no me llaman en absoluto. En mi experiencia se alternaron momentos de un interés considerable (tampoco notable) con momentos de soberano aburrimiento.
Pero vamos, la película mala no es, pero tampoco tiene por qué gustarme, Cuestión de gustos, se llama. Volveré al drama puro y duro.
26 de marzo de 2007
26 de marzo de 2007
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Èsta es una película que trata sobre el amor, la amistad, la amistad y el amor. Truffaut nos muestra la capacidad de amar de estos tres personajes que se intercambian los papeles durante el metraje, unas veces pasivos, otras resignados, otras fugaces y otras salvajes, pero siempre entregados, a pesar de la moral, a pesar de la guerra, a pesar del espacio y a pesar de los amantes externos al trío que completan el círculo. Diálogos vivos y profundos, personajes bien definidos, truffaut en toda su magnitud y con todas las consecuencias.
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