El bosque animado
1987 

7.4
12,574
Comedia. Fantástico
Un bandido, un pocero, una niña que trabaja, un chico que no quiere trabajar, una muchacha que emigra y un fantasma que busca compañía. Estos y otros personajes configuran el mundo fantástico que vamos descubriendo entre los árboles de un bosque. Frente al mundo de los pobres, el de los ricos: los señores del pazo, las veraneantes llegadas de Madrid y la patrona que explota a los niños porque su irremediable soltería ha exacerbado en ... [+]
15 de octubre de 2013
15 de octubre de 2013
8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una irregular cinta de José Luis Cuerda, que arranca de modo fascinante pero a medida que lashistorias se entrecruzan las costuras se deshilachan. El genial guionista Rafael Azcona adaptó el libro homónimo de Wenceslao Fernández Flórez de 1943, compuesto por 16 historias que transcurren en el bosque gallego San Salvador de Cecebre filtrándolo a su modo, omitiendo gran parte de las subtramas. Cuerda dirige con su peculiar estilo rozando el surrealismo-mágico.
En la década de 1930 en este bosque se dan cita todo tipo de personajes, un pocero cojo (se omite, pero por el libro se sabe que perdió la pierna enrolado en un ballenero), Geraldo (buen Fernando Valverde), enamorado de la bella Hermelinda (buena Alejandra Grepi), esta es criada de su tía Juanita Arruallo (buena Encarna Paso), harta de las vejaciones de su ama decide dejar el bosque y trasladarse a La Coruña en busca de mejor fortuna. Juanita es una cascarrabias insoportable que tras la marcha de su sobrina mete de sirvienta a un niña, Pilara (buena Laura Cisneros), una tierna joven atemorizada por Juanita, es hija de Marica de Fame (buena Luca Gómez), Marica es viuda entrada en años que malvive medrando en la fraga (bosque en gallego). Xan de Malvis (gran Alfredo Landa) es un pobre hombre que tras un día de ayudante del pocero decide echarse al bosque y convertirse en salteador de caminos, su primera víctima es Roque de Freire (buen Manuel Alexandre), se pone el nombre de ‘Fendetestas’, su grito de guerra es <Alto o me caso en Soria!>, en el bosque convive con el fantasma de Fiz de Cotobelo (buen Miguel Rellán), un alma en pena que busca alguien haga su última voluntad. Como en todo lugar poblado está el rico, el Sr. D’Abondo (buen Fernando Rey), el cura (buen Paco Cambres), la autoridad es el cabo de la guardia civil (buen Antonio Gamero), la bruixa es una encamada Maria Moucha (buena María Isbert) y por supuesto el loco (buen Luis Ciges), que se cree el más millonario.
Estos son los mimbres para que Cuerda nos cuenta una fábula teniendo como telón de fondo al protagonista en el bosque, lugar donde todo es posible. Los alrededores se cruzan todo tipo de personajes que nos ofrecen un retrato costumbrista donde sobresalen las penurias, cada cual tiene sus problemas, la falta de dinero, el hambre, las frustraciones amorosas, las supersticiones, la religión, las ambiciones, la avaricia, la bondad, el miedo, las envidias, ello en un mosaico coral bañado en melancolía, ironía, sarcasmo, humor negro, pero Cuerda lo visiona todo desde una tremenda dulzura, exponiéndonos las miserias y esperanzas de un microcosmos sórdido, en lo que es una crítica social a la pobreza imperante en el entorno, aunque todo con un tono humorístico.
La cinta dista de ser redonda, las subtramas no consiguen mantener el mismo interés, cojean más que Geraldo, todo se siente como un esbozo liviano si mucha capacidad de hondura. Su atractivo arranque se diluye como un azucarillo en microhistorias cercanas a las set-pieces, un conjunto de gags sin demasiada cohesión, que a medida que avanza se siente más artificiosa y nos aleja de su entramado que se sostiene únicamente por el tremendo elenco actoral, incluso hay cierto desequilibrio en la mezcla tragicómica, dejándonos una sensación de dientes de sierra. Se echa en falta más Fendetestas.
La ambientación es unos de sus puntos fuertes con una dirección artística de Félix Murcia (‘Los señores del acero’ o ‘El Rey Pasmado’) espléndida, con unos escenarios regados de ensueño, esto aumentado por la excelente fotografía de Javier Aguirresarobe (‘Tierra’, ‘Vicky Cristina Barcelona’ o ‘La Carretera’) que consigue postales de gran belleza de los pazos, el bosque, la noche, el entierro, y esto envuelto en la hermosa música de José Nieto (‘Amantes’, ‘Días Contados’ o ‘Juana La Loca’), de resonancias místicas.
Entre el numeroso reparto destacaría al gran Alfredo Landa, un torbellino de personalidad arrolladora, Fernando Valverde componiendo a un triste enamorado de lo imposible, un Manuel Alexandre hilarante en su escena con Fendetestas y Luis Cíges apoteosis de gracejo natural.
La cinta nos deja momentos meritorios, como el asalto antes mencionado de Fendetestas a Alexandre, las charlas entre Geraldo Y Hermenilda, impregnadas de amargura ella y de cariño por él, las charlas nocturnas entre Fendetestas y el fantasma, las divertidas escenas de las dos visitantes urbanitas que chocan con el universo rural o como Fendetestas asiste al parto de una vaca. Además posee un final bastante poético (spoiler).
En conjunto me queda una interesante propuesta que se ha arrugado con el tiempo, siendo una mezcla de buenos momentos con otros en que el ritmo decaer peligrosamente alejándonos de la pantalla. Fuerza y honor!!!
En la década de 1930 en este bosque se dan cita todo tipo de personajes, un pocero cojo (se omite, pero por el libro se sabe que perdió la pierna enrolado en un ballenero), Geraldo (buen Fernando Valverde), enamorado de la bella Hermelinda (buena Alejandra Grepi), esta es criada de su tía Juanita Arruallo (buena Encarna Paso), harta de las vejaciones de su ama decide dejar el bosque y trasladarse a La Coruña en busca de mejor fortuna. Juanita es una cascarrabias insoportable que tras la marcha de su sobrina mete de sirvienta a un niña, Pilara (buena Laura Cisneros), una tierna joven atemorizada por Juanita, es hija de Marica de Fame (buena Luca Gómez), Marica es viuda entrada en años que malvive medrando en la fraga (bosque en gallego). Xan de Malvis (gran Alfredo Landa) es un pobre hombre que tras un día de ayudante del pocero decide echarse al bosque y convertirse en salteador de caminos, su primera víctima es Roque de Freire (buen Manuel Alexandre), se pone el nombre de ‘Fendetestas’, su grito de guerra es <Alto o me caso en Soria!>, en el bosque convive con el fantasma de Fiz de Cotobelo (buen Miguel Rellán), un alma en pena que busca alguien haga su última voluntad. Como en todo lugar poblado está el rico, el Sr. D’Abondo (buen Fernando Rey), el cura (buen Paco Cambres), la autoridad es el cabo de la guardia civil (buen Antonio Gamero), la bruixa es una encamada Maria Moucha (buena María Isbert) y por supuesto el loco (buen Luis Ciges), que se cree el más millonario.
Estos son los mimbres para que Cuerda nos cuenta una fábula teniendo como telón de fondo al protagonista en el bosque, lugar donde todo es posible. Los alrededores se cruzan todo tipo de personajes que nos ofrecen un retrato costumbrista donde sobresalen las penurias, cada cual tiene sus problemas, la falta de dinero, el hambre, las frustraciones amorosas, las supersticiones, la religión, las ambiciones, la avaricia, la bondad, el miedo, las envidias, ello en un mosaico coral bañado en melancolía, ironía, sarcasmo, humor negro, pero Cuerda lo visiona todo desde una tremenda dulzura, exponiéndonos las miserias y esperanzas de un microcosmos sórdido, en lo que es una crítica social a la pobreza imperante en el entorno, aunque todo con un tono humorístico.
La cinta dista de ser redonda, las subtramas no consiguen mantener el mismo interés, cojean más que Geraldo, todo se siente como un esbozo liviano si mucha capacidad de hondura. Su atractivo arranque se diluye como un azucarillo en microhistorias cercanas a las set-pieces, un conjunto de gags sin demasiada cohesión, que a medida que avanza se siente más artificiosa y nos aleja de su entramado que se sostiene únicamente por el tremendo elenco actoral, incluso hay cierto desequilibrio en la mezcla tragicómica, dejándonos una sensación de dientes de sierra. Se echa en falta más Fendetestas.
La ambientación es unos de sus puntos fuertes con una dirección artística de Félix Murcia (‘Los señores del acero’ o ‘El Rey Pasmado’) espléndida, con unos escenarios regados de ensueño, esto aumentado por la excelente fotografía de Javier Aguirresarobe (‘Tierra’, ‘Vicky Cristina Barcelona’ o ‘La Carretera’) que consigue postales de gran belleza de los pazos, el bosque, la noche, el entierro, y esto envuelto en la hermosa música de José Nieto (‘Amantes’, ‘Días Contados’ o ‘Juana La Loca’), de resonancias místicas.
Entre el numeroso reparto destacaría al gran Alfredo Landa, un torbellino de personalidad arrolladora, Fernando Valverde componiendo a un triste enamorado de lo imposible, un Manuel Alexandre hilarante en su escena con Fendetestas y Luis Cíges apoteosis de gracejo natural.
La cinta nos deja momentos meritorios, como el asalto antes mencionado de Fendetestas a Alexandre, las charlas entre Geraldo Y Hermenilda, impregnadas de amargura ella y de cariño por él, las charlas nocturnas entre Fendetestas y el fantasma, las divertidas escenas de las dos visitantes urbanitas que chocan con el universo rural o como Fendetestas asiste al parto de una vaca. Además posee un final bastante poético (spoiler).
En conjunto me queda una interesante propuesta que se ha arrugado con el tiempo, siendo una mezcla de buenos momentos con otros en que el ritmo decaer peligrosamente alejándonos de la pantalla. Fuerza y honor!!!
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Acabar con el poético desfile de la Santa Compaña por el mágico bosque es saber dar un precioso broche al relato.
24 de octubre de 2010
24 de octubre de 2010
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Visión entre melancólica, ácida y triste de una época y un lugar, el bosque gallego de San Salvador de Cecebre, cercano a La Coruña, en los años 30, que cuenta con un gran reparto coral. Contada con un prisma irónico, se percibe un trato cariñoso a los personajes por parte de Cuerda, con una mezcla de humor negro y surrealista que supone un anticipo o precedente de “Amanece que no es poco” (1988), donde llevará al extremo dicho humor.
En el plano técnico, cuidadas localizaciones con encantadores paisajes y estampas costumbristas (los pazos, las repartidoras de leche, los señoritos, etc). Excelente ambientación y magnífica fotografía del ya destacado Javier Aguirresarobe.
Uno de los mayores logros es el variado y selecto reparto. Se demuestra, pues, que Cuerda es un buen director de actores. Posee, además, la rara habilidad de trabajar muy bien con niños y extraer una gran naturalidad en sus actuaciones -lo volverá a ratificar de manera fehaciente en “La lengua de las mariposas” (1999), con el excepcional trabajo del niño Manuel Lozano- .
Cumple Fernando Valverde en su creíble caracterización de pocero cojo que anhela a su musa, una atractiva Alejandra Grepi. Fernando Rey, fenomenal como casi siempre, llena la pantalla con su papel de aristócrata guasón. Llama también la atención un secundario de lujo como Luis Ciges, como el Loco de Vos, y especialmente Manuel Alexandre, tristemente fallecido recientemente, que tiene, a mi parecer, el mejor momento del film en un diálogo con el gran Alfredo Landa (otro que siempre está en nuestros corazones), a propósito del entrañable bandido Fendetestas.
Correcta, nada pretenciosa y entretenida. Aunque deja escapar algunas posibilidades que la historia le brindaba, las diferentes subtramas son simpáticas y divertidas, con la memorable frase “¡Alto, me caso en Soria!”.
En el plano técnico, cuidadas localizaciones con encantadores paisajes y estampas costumbristas (los pazos, las repartidoras de leche, los señoritos, etc). Excelente ambientación y magnífica fotografía del ya destacado Javier Aguirresarobe.
Uno de los mayores logros es el variado y selecto reparto. Se demuestra, pues, que Cuerda es un buen director de actores. Posee, además, la rara habilidad de trabajar muy bien con niños y extraer una gran naturalidad en sus actuaciones -lo volverá a ratificar de manera fehaciente en “La lengua de las mariposas” (1999), con el excepcional trabajo del niño Manuel Lozano- .
Cumple Fernando Valverde en su creíble caracterización de pocero cojo que anhela a su musa, una atractiva Alejandra Grepi. Fernando Rey, fenomenal como casi siempre, llena la pantalla con su papel de aristócrata guasón. Llama también la atención un secundario de lujo como Luis Ciges, como el Loco de Vos, y especialmente Manuel Alexandre, tristemente fallecido recientemente, que tiene, a mi parecer, el mejor momento del film en un diálogo con el gran Alfredo Landa (otro que siempre está en nuestros corazones), a propósito del entrañable bandido Fendetestas.
Correcta, nada pretenciosa y entretenida. Aunque deja escapar algunas posibilidades que la historia le brindaba, las diferentes subtramas son simpáticas y divertidas, con la memorable frase “¡Alto, me caso en Soria!”.
9 de abril de 2006
9 de abril de 2006
10 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Entre paisajes verdaderamente oníricos, se nos muestran unos personajes extravagantes que en ningún momento quedan del todo bien definidos, a excepción del bandolero que interpreta Alfredo Landa (quizás en el mejor papel de su carrera).
Sin ser para nada una mala película, peca de querer abarcar demasiado para tan corto metraje. Tal vez media horita más hubiesen hecho de ella una auténtica obra de arte, pero se quedó en el intento. Recomendable para descubrir que, muy de tanto en tanto, el cine español hasta sabe hacer buenas películas y para, de una vez por todas, reconocer que el señor Landa ha sido uno de los mejores actores españoles de todos los tiempos.
Sin ser para nada una mala película, peca de querer abarcar demasiado para tan corto metraje. Tal vez media horita más hubiesen hecho de ella una auténtica obra de arte, pero se quedó en el intento. Recomendable para descubrir que, muy de tanto en tanto, el cine español hasta sabe hacer buenas películas y para, de una vez por todas, reconocer que el señor Landa ha sido uno de los mejores actores españoles de todos los tiempos.
28 de enero de 2009
28 de enero de 2009
10 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
La propuesta del primer gran éxito de José Luis Cuerda es adentrarse en un bosque de la Galicia rural previa a la guerra, escenario no demasiado habitual en nuestro cine. Costumbrismo en clave de comedia, que no es ningún obstáculo para representar algunos arquetipos españoles tradicionales con acierto.
Pero el tono ingenuo, como de cuento infantil y las interpretaciones demasiado teatrales, que no malas, me han distanciado bastante de esta historia coral guionizada con notable habilidad por Rafael Azcona. Me parece muy apropiada para cualquier chaval inteligente, pero la veo un tanto superficial y tontorrona, a pesar de momentos tan grandes como el que protagoniza Luis Ciges, en la piel del loco del pueblo.
Por cierto, hay que ver como estaba Alejandra Grepi, aunque hiciera pellas en las clases de interpretación...
Pero el tono ingenuo, como de cuento infantil y las interpretaciones demasiado teatrales, que no malas, me han distanciado bastante de esta historia coral guionizada con notable habilidad por Rafael Azcona. Me parece muy apropiada para cualquier chaval inteligente, pero la veo un tanto superficial y tontorrona, a pesar de momentos tan grandes como el que protagoniza Luis Ciges, en la piel del loco del pueblo.
Por cierto, hay que ver como estaba Alejandra Grepi, aunque hiciera pellas en las clases de interpretación...
4 de noviembre de 2010
4 de noviembre de 2010
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta no es una película tonta, como dicen por ahí. Es una historia para adolescentes, pero de esas que los adultos vemos con una amable sonrisa, y hasta celebramos con alguna carcajada. El bosque está poblado de personajes la mar de simpáticos: el niño que se alimenta de la caza y del hurto; el cojo enamorado que lleva la misma pierna ortopédica desde los 17 años; el bandido con dilemas morales a la hora de quedarse con el dinero de una niña; la sirvienta maltratada que regresa triunfante al bosque sólo para darle envidia a su antigua patrona… Todo, todo en esta película me ha dejado un delicioso gusto en el paladar.
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