Yo es que le tengo pavor a José Luis Cuerda después de que me castigara con la horripilantemente mala, absurda y grotesca "Amanece, que no es poco" (1989) pero como soy generoso pues aquí estoy otra vez con un director que se hizo famoso más que por su cine por aquello de decir que los del PP eran una "turba mentirosa y humillante que piensa desde su imbecilidad, que todos somos más imbéciles que ellos". Yo no es que sea de ese partido, ni mucho menos, pero el personaje se retrató perfectamente como un sectario pero progre, con esos descalificativos tan genéricos. Pero bueno, volvamos con "El bosque animado", que es la adaptación de la novela homónima de Wenceslao Fernández Flórez, aparecida en el año 1943.

Yo por el bien de la memoria del escritor gallero espero que su libro sea algo mejor porque lo que es la película no deja de ser insulsa, aburrida y lo que es el remate con esa querencia al humor absurdo, que tiene poco de absurdo sino de bobo y nada de gracia. Dicho esto "El bosque animado" es un conjunto de historias débilmente unidas que tienen como marco la Galicia rural de los años 30 del siglo pasado, aparece por ahí la bandera de la República, un relato costumbrista que lo mismo habla del hambre que de la Santa Compaña, del amor que de la explotación laboral. De todos modos, aunque no llego a interesarme del todo por las andanzas de los personajes, se va medio viendo hasta que deciden liquidar a mi personaje favorito.

Realmente la peli es un poco tonta. Pero como todo transcurre en un bosque y las historias que se cuentan son tiernas sin pasarse de cursis, la doy por buena. Lo mejor es el ambiente rural un tanto surrealista que se crea. La música y el constante sonido de pájaros ayuda mucho, la verdad. Agradable sin más.