Día de lluvia en Nueva York
2019 

6.3
15,861
Romance. Comedia
Gatsby Welles (Timothée Chalamet) y Ashleigh (Elle Fanning) son una joven pareja enamorada de universitarios que se dispone a pasar un fin de semana en la ciudad de Nueva York. Ella va a entrevistar al reconocido cineasta Roland Pollard (Liev Schreiber), que pasa por un momento de crisis creativa, y durante su azarosa aventura conocerá al cautivador actor Francisco Vega (Diego Luna). Por su parte, Gatsby también conocerá a una joven, ... [+]
13 de octubre de 2019
13 de octubre de 2019
18 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
No es de lo mejor de Woody.
El tema es el de siempre, las relaciones de pareja.
Guion flojo como hecho de forma improvisada.
Actores que sobreactúan.
Una comedia que simplemente se deja ver.
Prescindible
El tema es el de siempre, las relaciones de pareja.
Guion flojo como hecho de forma improvisada.
Actores que sobreactúan.
Una comedia que simplemente se deja ver.
Prescindible
18 de octubre de 2019
18 de octubre de 2019
11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Buen gusto. En cada fotograma de la película. El buen gusto de las localizaciones, cálidas y suntuosas; el de las conversaciones, triviales y encantadoramente snob; de la melodía, esa música de Jazz que como un buen vino tan bien marida con la lluvia un día cualquiera en Manhattan.
El Bemelman’s Bar del Carlyle, las suites del The Pierre con vistas a Central Park, esa chaqueta de tweed que fielmente acompaña al protagonista en todas las secuencias… Y todo ello a pequeños sorbos de un cocktail de buen gusto: frío, dulce y delicioso, que con maestría nos sirve Woody Allen como refrescante trago frente a la mediocridad y cutrerío de todos los días. Muy recomendable.
El Bemelman’s Bar del Carlyle, las suites del The Pierre con vistas a Central Park, esa chaqueta de tweed que fielmente acompaña al protagonista en todas las secuencias… Y todo ello a pequeños sorbos de un cocktail de buen gusto: frío, dulce y delicioso, que con maestría nos sirve Woody Allen como refrescante trago frente a la mediocridad y cutrerío de todos los días. Muy recomendable.
15 de enero de 2020
15 de enero de 2020
10 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace ya muchos años que vengo sosteniendo que Allen ya pasó a ser una versión menor de sí mismo y que muchas de las consideraciones que recibe (lo siguen nominando por automatismo al Oscar a mejor guión cada año) es más por lo que hace el nombre que por el auténtico merecimiento de esas obras. Algunas destacables ha tenido en su último tercio de carrera, pero pocas en porcentaje y tampoco cercanas al nivel de sus mejores obras de antaño.
Esta, sin embargo, me daba buena espina porque tenía algunos componentes que me llamaban la atención: la vuelta de Nueva York como escenario protagonista, la participación de algún joven muy prometedor (Chalamet, Fanning...), etc... Pero no solo no ha sido mejor que sus ultimas obras menores sino que me parece incluso lo peor o de lo peor que ha hecho Woody en toda su carrera. Y eso que yo soy de los que prácticamente todo lo que hace le resulta como mínimo aceptable de ver.
Pero es que este Día de lluvia en Nueva York no tiene nada de interés. Es quizá la película con menos gracia de Woody, sus diálogos palidecen no solo ante los de sus mejores años sino incluso ante casi cualquier otra comedia suya. Y en lo profundo me parece una película básica de personajes básicos e incluso con los que es difícil empatizar. Parece más la peli de un veinteañero drama queen snob (probablemente lo que era Allen a esa edad) que la obra de un maestro experimentado tanto en el séptimo arte como en la vida.
Nueva York mantiene su magia, pero estéticamente está a años luz de la que demostró en Manhattan, esperaba más, igual que esperaba más de sus intérpretes, donde encima me topo con una muy mal escogida Selena Gomez que no se qué hace aquí. En fin, obra no menor sino directamente mala de Woody y nada recomendable ni siquiera para sus seguidores.
Esta, sin embargo, me daba buena espina porque tenía algunos componentes que me llamaban la atención: la vuelta de Nueva York como escenario protagonista, la participación de algún joven muy prometedor (Chalamet, Fanning...), etc... Pero no solo no ha sido mejor que sus ultimas obras menores sino que me parece incluso lo peor o de lo peor que ha hecho Woody en toda su carrera. Y eso que yo soy de los que prácticamente todo lo que hace le resulta como mínimo aceptable de ver.
Pero es que este Día de lluvia en Nueva York no tiene nada de interés. Es quizá la película con menos gracia de Woody, sus diálogos palidecen no solo ante los de sus mejores años sino incluso ante casi cualquier otra comedia suya. Y en lo profundo me parece una película básica de personajes básicos e incluso con los que es difícil empatizar. Parece más la peli de un veinteañero drama queen snob (probablemente lo que era Allen a esa edad) que la obra de un maestro experimentado tanto en el séptimo arte como en la vida.
Nueva York mantiene su magia, pero estéticamente está a años luz de la que demostró en Manhattan, esperaba más, igual que esperaba más de sus intérpretes, donde encima me topo con una muy mal escogida Selena Gomez que no se qué hace aquí. En fin, obra no menor sino directamente mala de Woody y nada recomendable ni siquiera para sus seguidores.
16 de octubre de 2019
16 de octubre de 2019
11 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Woody Allen lleva toda su carrera haciendo la misma película. Eso dice el maestro estadounidense siempre que puede. Sus obras tienen unos ingredientes fundamentales que se repiten una y otra vez, pero aderezados con unos matices distintivos que los hacen más lúcidos e inspirados a veces y más planos y repetitivos otras. Es de sobra conocido que su obra a partir de los dos mil pertenece más a este segundo grupo que al primero.
Un día lluvioso en Hollywood no es una excepción. De hecho, en opinión del que escribe, es una de sus películas más flojas. A pesar de la creciente falta de interés de sus obras, se reconocen piezas en esta centuría muy apreciables y disfrutables. Las de sobra mencionadas Match Point o Midnight in Paris son un buen ejemplo, pero también otras tan recientes como Un día lluvioso: Café Society (2015) o Irrational Man (2016).
Pues bien, con A rainy day in New York ocurre algo bastante extraño. En esa repetición de ciertos patrones que abundan en sus películas dispuestos, de alguna u otra manera, siempre se sitúa su alter ego. Bien caracterizado por uno o por más personajes. En esta ocasión lo encarnan, en su mayoría, Chalamet y Fanning. Chalamet ejerce su versión intelectual irónica y Fanning su vertiente más torpe, hipocondríaca y patetista. Pues, a diferencia de en casi todas sus películas precedentes, no funcionan en absoluto. Los diálogos resuenan como sonidos extrafílmicos, que tienen mayor o menor inspiración, pero que no pertenecen a la película. Solo convencen cuando se articulan como voz en off, por lo que parece, o bien la propia interpretación o bien la labor de caracterización, las probables causantes. En resumidas cuentas, la primera hora de película, ante tal tesitura, se torna fallida.
En la segunda parte, por suerte, la película empieza a adquirir rudimentos. Sus secundarios, comandados por Selena Gómez (especialmente convincente en su desdeñoso papel), Jude Law o Diego Luna reflotan con sus subtramas a unos personajes de Chalamet y Fanning que funcionan mejor por separado. Fanning asume su rol inocente y patetista de mucha mejor manera y Chalamet mejora cuando se sumerge en la crítica a la frivolidad de la élite. En ese apartado, las escenas dispuestas para ambos actores traccionan ágilmente hasta un final del cuento ajustado a lo expuesto.
En definitiva, A rainy day in New York se dispone como una película de personajes, el de Timothée y el de Elle, de los que depende el film. Lo paradójico es que funcionan, en suma, cuando se entremezclan con las subtramas de sus hilarantes personajes secundarios. El resto de cuestiones fílmicas quedan sumergidas y al servicio de estos, en una puesta en escena, por ejemplo, que no logra y hasta puede llegar a dificultar, el armazón de los personajes en su ya comentado inicio. En conclusión, una de las obras en las que menos resultan sus alter ego y que ni su estructura narrativa clásica tan apreciable, ni el trabajo en el montaje pueden solucionar.
Un día lluvioso en Hollywood no es una excepción. De hecho, en opinión del que escribe, es una de sus películas más flojas. A pesar de la creciente falta de interés de sus obras, se reconocen piezas en esta centuría muy apreciables y disfrutables. Las de sobra mencionadas Match Point o Midnight in Paris son un buen ejemplo, pero también otras tan recientes como Un día lluvioso: Café Society (2015) o Irrational Man (2016).
Pues bien, con A rainy day in New York ocurre algo bastante extraño. En esa repetición de ciertos patrones que abundan en sus películas dispuestos, de alguna u otra manera, siempre se sitúa su alter ego. Bien caracterizado por uno o por más personajes. En esta ocasión lo encarnan, en su mayoría, Chalamet y Fanning. Chalamet ejerce su versión intelectual irónica y Fanning su vertiente más torpe, hipocondríaca y patetista. Pues, a diferencia de en casi todas sus películas precedentes, no funcionan en absoluto. Los diálogos resuenan como sonidos extrafílmicos, que tienen mayor o menor inspiración, pero que no pertenecen a la película. Solo convencen cuando se articulan como voz en off, por lo que parece, o bien la propia interpretación o bien la labor de caracterización, las probables causantes. En resumidas cuentas, la primera hora de película, ante tal tesitura, se torna fallida.
En la segunda parte, por suerte, la película empieza a adquirir rudimentos. Sus secundarios, comandados por Selena Gómez (especialmente convincente en su desdeñoso papel), Jude Law o Diego Luna reflotan con sus subtramas a unos personajes de Chalamet y Fanning que funcionan mejor por separado. Fanning asume su rol inocente y patetista de mucha mejor manera y Chalamet mejora cuando se sumerge en la crítica a la frivolidad de la élite. En ese apartado, las escenas dispuestas para ambos actores traccionan ágilmente hasta un final del cuento ajustado a lo expuesto.
En definitiva, A rainy day in New York se dispone como una película de personajes, el de Timothée y el de Elle, de los que depende el film. Lo paradójico es que funcionan, en suma, cuando se entremezclan con las subtramas de sus hilarantes personajes secundarios. El resto de cuestiones fílmicas quedan sumergidas y al servicio de estos, en una puesta en escena, por ejemplo, que no logra y hasta puede llegar a dificultar, el armazón de los personajes en su ya comentado inicio. En conclusión, una de las obras en las que menos resultan sus alter ego y que ni su estructura narrativa clásica tan apreciable, ni el trabajo en el montaje pueden solucionar.
24 de octubre de 2019
24 de octubre de 2019
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que un director a sus 83 años, que tiene por costumbre estrenar una película cada año, siga ofreciendo buen cine a su público es digno de admiración. Woody Allen vuelve con Día de lluvia en Nueva York y lo hace de manera efectiva. Sigue dando lecciones de cine -buen diálogo entre los dos protagonistas rodado en plano secuencia al comienzo de la película- en una obra que no decae de ritmo en ningún momento y que encuentra en Elle Fanning los mejores momentos de la historia con sus encuentros y desencuentros en situaciones cada vez más disparatadas. Hay que tener en cuenta a esta joven intérprete, creo que es una promesa real, sin fecha de caducidad, para convertirse en una excelente actriz. Ya tiene grandes trabajos e interpretaciones en su haber.
Mientras, Allen sigue a lo suyo, haciendo el mismo cine -y a la vez diferente- de siempre. No, no es Match Point, ni Midnight in Paris, ni tampoco Blue Jasmine, pero Día de lluvia en Nueva York es la obra de un director que se mantiene fiel a su estilo, es el tipo de película que se echará de menos ver en salas cuando el director de Brooklyn deje de rodar. ¿Por qué ver esta película? Mantiene el interés en todo momento, hay situaciones cómicas que sacarán al espectador más de una sonrisa, es amena, disfrutable y saldrá del cine con la sensación de haber visto una buena película. Y a quien le guste la obra del director, sin duda no le defraudará.
Hasta el año que viene, Woody.
Mientras, Allen sigue a lo suyo, haciendo el mismo cine -y a la vez diferente- de siempre. No, no es Match Point, ni Midnight in Paris, ni tampoco Blue Jasmine, pero Día de lluvia en Nueva York es la obra de un director que se mantiene fiel a su estilo, es el tipo de película que se echará de menos ver en salas cuando el director de Brooklyn deje de rodar. ¿Por qué ver esta película? Mantiene el interés en todo momento, hay situaciones cómicas que sacarán al espectador más de una sonrisa, es amena, disfrutable y saldrá del cine con la sensación de haber visto una buena película. Y a quien le guste la obra del director, sin duda no le defraudará.
Hasta el año que viene, Woody.
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