Una palabra tuya
2008 

6.0
4,343
Drama. Comedia
Rosario (Malena Alterio) y Milagros (Esperanza Pedreño) son amigas y son barrenderas. También son jóvenes y no tienen ni novio, ni coche, ni amigos, ni futuro, a pesar de lo cual luchan, se pelean, se divierten, se quejan e incluso ligan... Hasta que un día, un encuentro inesperado dará un vuelco a su vida del modo más sorprendente. (FILMAFFINITY)
5 de diciembre de 2008
5 de diciembre de 2008
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
La suerte dormida mostró al mundo a una directora totalmente coherente con su condición de guionista artesana. A pesar de sumergirse habitualmente en la escritura de proyectos de encargo, en todas las obras de la hija de José María González-Sinde sobresale una búsqueda de la dignidad del ser humano y una creencia en lo grande de las cosas pequeñas.
Y ésas son sus fortalezas y ésas sus debilidades. Cuando ha tomado un proyecto más ambicioso (Las razones de sus amigos), su naturaleza ha hecho que la ambición haya tocado tierra. Cuando ha colaborado con alguien genial (La buena estrella), ha logrado dar coherencia a la genialidad. Cuando ha tomado un proyecto pequeño, ha logrado que se haga grande, pero nunca muy grande.
Una palabra tuya pertenece a este grupo. Su falta de ambición es su fuerza y es su agarradera, es su límite y es su defecto. Película hecha para encontrar empatía, la natural capacidad de Ángeles González-Sinde y Elvira Lindo para conectar con el mundo en que vivimos hace que no necesiten forzarla. Por eso sus personajes no necesitan actos heroicos ni generosidades de diseño. Les basta con ser reales. A ello ayuda una dirección y un montaje nada efectista. A ello quizá no ayudan tanto unas actrices que cumplen cuando podrían alcanzar el cielo.
Y es que Una palabra tuya se queda un poco por debajo de su debut. La diferencia puede estar en la ambición y en el epílogo. Pero sobre todo está en el abismo que separa a Adriana Ozores de Malena Alterio, y a Pepe Soriano de Esperanza Pedreño. Quizá con dos actrices de mayor fuerza, la peli habría acabado de despegar, a convertir el humor en lágrimas, a superar las fronteras de la empatía y alcanzar las de la trascendencia.
Y ésas son sus fortalezas y ésas sus debilidades. Cuando ha tomado un proyecto más ambicioso (Las razones de sus amigos), su naturaleza ha hecho que la ambición haya tocado tierra. Cuando ha colaborado con alguien genial (La buena estrella), ha logrado dar coherencia a la genialidad. Cuando ha tomado un proyecto pequeño, ha logrado que se haga grande, pero nunca muy grande.
Una palabra tuya pertenece a este grupo. Su falta de ambición es su fuerza y es su agarradera, es su límite y es su defecto. Película hecha para encontrar empatía, la natural capacidad de Ángeles González-Sinde y Elvira Lindo para conectar con el mundo en que vivimos hace que no necesiten forzarla. Por eso sus personajes no necesitan actos heroicos ni generosidades de diseño. Les basta con ser reales. A ello ayuda una dirección y un montaje nada efectista. A ello quizá no ayudan tanto unas actrices que cumplen cuando podrían alcanzar el cielo.
Y es que Una palabra tuya se queda un poco por debajo de su debut. La diferencia puede estar en la ambición y en el epílogo. Pero sobre todo está en el abismo que separa a Adriana Ozores de Malena Alterio, y a Pepe Soriano de Esperanza Pedreño. Quizá con dos actrices de mayor fuerza, la peli habría acabado de despegar, a convertir el humor en lágrimas, a superar las fronteras de la empatía y alcanzar las de la trascendencia.
5 de junio de 2009
5 de junio de 2009
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ángeles González-Sinde, antes presidenta de la Academia y ahora Ministra, dirige en Una palabra tuya su segunda película después de La suerte dormida. Ahora, la historia no trata de una mujer en busca de la verdad, sino de dos barrenderas que son, por encima de todo, amigas, a pesar de sus diferencias. Lo que podía haber sido una película enorme languidece un poquito durante su primera hora porque su González-Sinde no sabe cómo dotar de la emotividad necesaria a la historia de Rosario y Milagros, que se sucede ante nuestros ojos sin provocar más emoción que la indiferencia que sólo atenúa una inmensa Malena alterio en el papel que mejor le va, o sea, de fracasada algo histérica que no tiene suerte en la vida. Así, la directora ha de escudarse tras el drama final, insertado en la última media hora, y que por su obvia capacidad para no dejar indiferente, sube la puntuación de la película del "Bien" al "Notable". Y es ahí y no antes cuando Esperanza Pedreño presenta su candidatura al Goya, haciéndose ella sola una escena sobrenatural junto a un contenedor de basura y con una caja en las manos, y llevando todo el peso de la película hasta su conclusión. A mi juicio, un auténtico hito en la historia de la interpretación española, por su capacidad de sacudirte el corazón como el resto de la película no sabe o no puede. Una pena
Lo mejor: Malena Alterio (ver su conversación con el cura) y Esperanza Pedreño (ver todo el tercio final).
Lo peor: Ángeles González-Sinde no es Fernando León. Es decir, que no consigue emocionar como se propone. Y tampoco dice nada importante acerca de nada, con la excepción del giro argumental que envuelve al personaje de Milagros.
Lo mejor: Malena Alterio (ver su conversación con el cura) y Esperanza Pedreño (ver todo el tercio final).
Lo peor: Ángeles González-Sinde no es Fernando León. Es decir, que no consigue emocionar como se propone. Y tampoco dice nada importante acerca de nada, con la excepción del giro argumental que envuelve al personaje de Milagros.
31 de agosto de 2008
31 de agosto de 2008
19 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Una palabra tuya”, la última película de la directora Ángeles González-Sinde, tiene un inicio algo desconcertante. Por momentos uno cree haber viajado a través del tiempo y estar viendo una típica película española de la transición, con un sentido del humor bastante casposo y unos personajes pasados de moda, con Antonio de la Torre ejerciendo de “José Sacristán” y Malena Alterio metiéndose en la piel de pobre chica abnegada y reprimida. Faltaría para completar el cuadro, un “Óscar Ladoire” en forma de amiguete de Antonio de la Torre, para poder reirse tomándose unas birras, de las lesbianas, las vírgenes y otros especímenes pasto de las burlas del “macho hispano”. En este primer tramo del film, en el cual domina el tono cómico y desenfadado, podemos ya darnos cuenta de por donde van a ir los tiros. Y es una lástima que una historia que a priori tenía sus puntos atractivos, sea desaprovechada por un sinfín de tópicos, situaciones vistas una y mil veces, diálogos irrisorios y a veces ininteligibles debido a la mala dicción (eterno problema del cine español)de sus actores, en especial una Esperanza Pedreño que se pasa de graciosa para convertir a su personaje en una grotesca caricatura.
Cierto es que el film crece conforme se acerca a su final, cuando el drama se va apoderando de la historia para dejarnos alguna escena digna para el recuerdo (la intensa discusión tras el descubrimiento del bebé en el container, por ejemplo), pero es ya demasiado tarde para que la película logre levantar el vuelo y nos redima de unas tres cuartas partes del metraje anodinas y con poca gracia.
En definitiva, “Una palabra tuya” me ha parecido una película desequilibrada, que no funciona como comedia y a la cual su parte más aprovechable queda estropeada por un final postizo y feliz, digno de novela rosa.
Lo mejor: cuando se pone seria.
Lo peor: su poca capacidad de sorpresa.
Cierto es que el film crece conforme se acerca a su final, cuando el drama se va apoderando de la historia para dejarnos alguna escena digna para el recuerdo (la intensa discusión tras el descubrimiento del bebé en el container, por ejemplo), pero es ya demasiado tarde para que la película logre levantar el vuelo y nos redima de unas tres cuartas partes del metraje anodinas y con poca gracia.
En definitiva, “Una palabra tuya” me ha parecido una película desequilibrada, que no funciona como comedia y a la cual su parte más aprovechable queda estropeada por un final postizo y feliz, digno de novela rosa.
Lo mejor: cuando se pone seria.
Lo peor: su poca capacidad de sorpresa.
7 de septiembre de 2008
7 de septiembre de 2008
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dos chicas, aparentemente sin futuro, trabajan juntas, una de ellas, al menos, en un trabajo que no desea, la otra, viviendo cada instante de la vida, a pesar de lo triste y solitario de esta. Van pasando los días en la monotonía de ese trabajo, hasta que un incidente les va a cambiar la vida por completo. Para una, puede ser una puerta al futuro, para la otra, la nada absoluta.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Malena Alterio ha estado demasiado marcada, quizá, por el encasillamiento en la serie "Aquí no hay quien viva". Y reproduce "guiños" de este personaje en la película: sigue siendo una chica que aspira a algo mucho mejor pero sin conceder mucho a los demás. Por ejemplo, al final de la película, cuando Antonio de la Torre, "Morsa", va para su casa, y ella lo está esperando en el parque y lo para para hablarle, podría haber tenido un gesto de complicidad con él, no que le replica que el síndrome de que le laven la ropa no es de superman sino de Peter Pan, sin ninguna sonrisa o gesto de ella. Aún así, era necesaria esta presencia protagonista de Malena Alterio en el cine, y se le puede sacar más partido, porque su bis cómico-trágica es muy particular; tendría que practicar la parte trágica -aunque a lo mejor a ella y a los directores y productores no les interese-.
En cuanto a Esperaza Pedreño, lamento mi ignorancia, no la había conocido en ninguna interpretación, pero me parece estupenda, quizá porque respecto a ella no tengo ningún punto de comparación. La escena más impresionante es cuando se quiere quedar con el bebé que ha encontrado en el contenedor, y le argumenta a Rosario, y le argumenta, y le argumenta. Es desgarradora esa imagen de las dos.
En cuanto a Esperaza Pedreño, lamento mi ignorancia, no la había conocido en ninguna interpretación, pero me parece estupenda, quizá porque respecto a ella no tengo ningún punto de comparación. La escena más impresionante es cuando se quiere quedar con el bebé que ha encontrado en el contenedor, y le argumenta a Rosario, y le argumenta, y le argumenta. Es desgarradora esa imagen de las dos.
6 de febrero de 2009
6 de febrero de 2009
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para no verla: Porque es una mediocre adaptación (aunque fiel por otra parte) de la maravillosa novela de Elvira Lindo, una de la mejores escritoras de nuestro país.; y porque sólo el corto que adapta uno de los capítulos de la novela y que aparece en "Ataque Verbal" (largometraje de Miguel Albaladejo, socio habitual de Elvira Lindo, compuesto de varios cortometrajes independientes) está bastante mejor que toda esta película.
Razón para verla: pues si eres fan como yo de Esperanza Pedreño (la entrañable mujer que da vida al "monstruo televisivo" Cañizares de "Camera Café", no te la puedes perder, porque aunque a Esperanza le arrebató el goya a mejor actriz revelación Nerea Camacho (la niña de "Camino"), muy merecidamente además, con esta interpretación demuestra que es una de las grandes promesas del futuro del cine español.
Razón para verla: pues si eres fan como yo de Esperanza Pedreño (la entrañable mujer que da vida al "monstruo televisivo" Cañizares de "Camera Café", no te la puedes perder, porque aunque a Esperanza le arrebató el goya a mejor actriz revelación Nerea Camacho (la niña de "Camino"), muy merecidamente además, con esta interpretación demuestra que es una de las grandes promesas del futuro del cine español.
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