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Los juegos del hambre

Ciencia ficción. Aventuras. Thriller Lo que en el pasado fueron los Estados Unidos, ahora es una nación llamada Panem; un imponente Capitolio ejerce un control riguroso sobre los 12 distritos que lo rodean y que están aislados entre sí. Cada distrito se ve obligado a enviar anualmente un chico y una chica entre los doce y los dieciocho años para que participen en los Hunger Games, unos juegos que son transmitidos en directo por la televisión. Se trata de una lucha a ... [+]
Críticas 374
Críticas ordenadas por utilidad
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5
27 de mayo de 2012 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
A principio del siglo pasado decía Unamuno sarcásticamente ¡Qué inventen otros! en referencia a las vanguardias. Al parecer esa dinámica se ha traspasado al Hollywood actual; solo que sin sarcasmo alguno, sino como muestra de pereza y vagancia. ¿Por qué innovar pudiendo usar los mismos manidos arquetipos que triunfar sin ser en absoluto buenos? Esa es la dinámica que envuelve el film: la típica distopía futurista que coharta las libertades individuales de unos personajes adolescentes con los que el espectador se debe sentir identificado (es evidente que está predestinado a adolescentes) con el mismo triángulo amoroso que Crepúsculo para el género femenino y con un atisbo de acción para el masculino; si a esto le sumamos la típica crítica a la frivolidad de los reallity-show, y una pseudo-crítica social obtenemos Los juegos del Hambre. Teniendo ya una manido arquetipo de fenómeno adolescente no podía faltar un director mediocre incapaz de sustentar las escenas de acción; que logre que la película sea totalmente previsible en todo momento.
Si esta película se salva es gracias a las interpretaciones de los grandiosos actores secundarios; sin quedar nada oculta la brillante actuación de Jennifer Lawrence. Y es que soy incapaz de suspender una película en la que salen Woody Harrelson y Donald Sutherland.
Y al menos no tiene los fallos argumentales de Crepúsculo.
5
3 de junio de 2012 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por: John Harold Giraldo Herrera

El espejo pintado como se conoce al cine, se mancha con una película inquietante pero muy poco convincente. Los juegos del hambre, una adaptación de un libro de amor juvenil con tintes políticos, engancha, pero faltan las partes, los detalles para poder asumir su mensaje con más fuerza. La trama es atractiva: una sociedad pactó para poder ser pacífica que cada año se celebren unos juegos, en donde 24 participan y solo uno gana: la forma de competir es canibalesca, como a veces es la televisión con sus espectadores. La relación de conmover hasta la saciedad, ofrecer entretenimiento con el dolor y la tragedia, no es tan lejos de la realidad, como lo son unos juegos del hambre.

Inquieta saber cómo un reality show, donde el poder mediático es más grande que el político, sume a una población –la paraliza y la mantiene conectada a los designios de unos individuos que se juegan la vida para sobrevivir-, y todavía aún más inquieta saber cómo es manejado el juego: la realidad es simulada, la capacidad de la productora es la de jugar con el tiempo, controlan al público, pero hasta los creadores saben muy cínicamente que es un método de ofrenda a los dioses, -en la película el fetiche mayor es la Tv- y los jugadores son tributos obligados para mantener el orden.

Así que la trama tiene una subtrama: no es solo un reality, tampoco son los juegos del hambre lo peor, lo significativo está en lo supra, en lo que hay afuera del juego: un poder que impide a la sociedad levantarse y reclamar lo suyo. De hecho, lo central –aunque el gancho sea un supuesto amor juvenil y un reality grotesco- es ver cómo una sociedad se encuentra doblegada, con un contentillo visual y fastuoso, que al tiempo es su acicate. Por tanto, la máxima es, por sobre todas las cosas: "Si en verdad quieren sobrevivir, deben caerle bien al público".

Ahora, esa dominación ejercida por medio de un comodín audiovisual no es lejos de verlo en la realidad: las pantallas nos postran, la sensibilidad nuestra es moldeada por la caja boba, nos alimentamos de ese sustrato televisivo para apreciar la realidad. Y la fábula es también recreada en otras películas como 1984 o The Truman Show, y en esta falla el manejo de personajes, lo frío del relato al interior de una historia tan abrumadora y llena de expectancias, sus antecesoras no escatiman en el mensaje, como tampoco en darles fuerza a los personajes.
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spoiler:
En la saga Los Juegos del hambre, la potencia del mensaje es detenida porque siempre nos hacen creer en una heroína, que si bien está muy bien representada, parece más una figurilla de un video juego, como ya han dicho otros, que de un personaje de una historia fuerte.
Los ganadores casi son coronados desde el inicio y aunque al interior del juego se ve el suspenso, la dificultad, lo imperioso de quien controla sobre los jugadores, los personajes no son del todo un gancho, les falta, lo que sobre de material para la película, le queda faltando en lo relacionado con sus personajes, al tiempo que hay una deuda con la forma cómo es contada.

Es apenas un relato simplista de un tema complejo. El gobierno de espejos se hace intensivo cuando el autor de los juegos posa de un tipo sabio despiadado, tanto que sabe cómo ir moldeando a sus espectadores en su show, sentencia: "Un poco de esperanza es adecuado, mucha, es peligrosa". Así que la heroína podrá acumular una emotividad propicia para el levantamiento de las masas y es mejor no darle mucha capacidad a su personaje –pero eso por estrategia de control, no como forma de caracterizar a un personaje-, allí entonces, el que alguna vez ganara y fuera el mentor de los del Distrito 12- la zona más pobre del país de los hechos- persuade al encargado del programa para que la heroína y el público sean uno solo: "Si no logras espantarlos, dales algo que les guste... un amor juvenil".

Los juegos del hambre, una saga mucho más eficaz y promisoria que las de Crepúsculo, son toda una forma de allanar el mercado juvenil, con un poco de violencia, un tanto de mitología, una pizca de tinte político, una variada estética rocambolesca y de pastiche, glorificadora de la tecnología y del gusto kitsch más el ingrediente principal: un show, se erige una película que si bien entretiene y en cierto modo inquieta, deja unos sinsabores, a lo mejor producto de la masificación de una historia apta para favorecer un consumo masivo y por tanto toca esperar un año más para ver cómo logran ser más efectivos.
5
12 de agosto de 2012 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Todo cineasta debería tener un motivo sólido para hacer una película y el principal motivo debería ser querer contar algo, expresar de manera (mas o menos) artística sus inquietudes. El problema de "Los juegos del hambre" es que el cineasta apenas cree en lo que está contando y reviste todo su escepticismo de una falsa épica que acaba aburriendo. No estoy en contra de los encargos, a todos nos gustaría que algún día nos encargasen un proyecto de la magnitud de "Los juegos del hambre", el problema es cuando tienes unos buenos actores pero un guión realmente pobre y dices "bueno, tiremos esto adelante a ver que pasa" y lo que pasa es que todo suena a falso. No se puede negar que es una película hecha por un "no fan" para "fans" y eso se nota pues parece que lo que cuenta lo cuente solo a los "fans" de la novela. Por decirlo de alguna manera, es como si un cocinero cocina a disgusto un filete muy quemado en el convencimiento que tiene que estar crudo y después se lo sirve a alguien que quería un filete poco hecho: desastre. Con esto no quiero decir que sea una mala película, en realidad es muy superior a lo que hoy en día estamos acostumbrados a ver pero esa superioridad solo lo otorga ese presupuesto que consigue grandes profesionales y unos medios de los que no disponen otras películas. Y a pesar de eso "Los juegos del hambre" es una película sin alma, está completamente vacía. No es aburrida, pero tampoco consigue emocionar mas allá de dos o tres escenas cuando se supone que la historia es una emoción continua, la falsa épica domina todo el conjunto. ¿Un error? Posiblemente no, con toda seguridad "Los juegos del hambre" gustará y recaudará tanto dinero que podrán rodar las siguientes entregas de la saga. Pero, a diferencia de otras adaptaciones enfocadas al gran publico, aquí no hay condescendencia con quien no sea fan del material escrito y eso nos aleja del conjunto final. Una película sin alma, funcional y en ocasiones entretenida. Recomendable sin mas. Un producto perfectamente manufacturado con tanto sentimiento y verdad como una botella de sangría Don Simón.
6
13 de agosto de 2012 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta obra literaria es imposible de ser llevada al cine mostrando todo lo que nos deja ver la novela, esto se debe a que si bien es cierto que la película muestra bastante fidedignamente lo que ocurre en el libro (Con honrosas excepciones), en este último todo lo que ocurre es narrado desde el punto de vista de Katnyss exclusivamente y el lector sabe lo que piensa la protagonista en cada momento, como no quedaría muy bien poner todo el tiempo lo que piensa la muchacha recurren a personajes externos a ella para dar una idea de lo que va cada escena, pero aunque pudiera parecer una buena idea esta técnica narrativa, en la película se queda corta al no profundizar en nada de lo que les esta ocurriendo. (ejemplo en spoiler)

Otro aspecto en el que la película peca, es en los personajes secundarios, si bien es cierto que en el libro no tienen ninguna profundidad (Debido a que todo esta visto desde Katnyss) y toda la profundidad que les falta la aporta el personaje principal y sus pensamientos, en una película narrada desde un punto de vista externo queda todo muy superficial ya que esos tipos tienen caras, hablan, se mueven y actuan sin pasar por el filtro del ojo de Kat.

Personalmente creo que sin haber leído los libros esta película debe ser un truño y esto se debe a que el espectador no puede saber porque tanto peeta como Katnyss actuan de tal o cual forma quedando algunos de los actos de los personajes como "Lo ha hecho porque sí".

Por otro lado aquellos que lo han leído sobreentienden las escenas porque tienen información de la novela, resultando (Supongo) como para mí, una película entretenida.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
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Uno de los claros ejemplos es el "enamoramiento" de Katnyss y Peeta, Katnyss manipula esa relación para ganar, la protagonista no se enamora en absoluto del rubiales, sino que se da cuenta que cuanto mas se acerca al joven panadero mas regalos le llueven del cielo, por lo que empieza a besar y a tontear con peeta para manipular a los espectadores del show y así encontrar mas patrocinadores, aunque en la película al final te dejan caer un poco esto en el libro te lo dejan bastante mas claro a lo largo de una relación amorosa totalmente fría, distante y táctica en la mente de Kat, incluso al final de este cuando Peeta se ha flipado demasiado y Katnyss le dice que cuando vuelvan a casa nanai de la china.

Otro ejemplo de esto es el rollo final del cambio en las reglas, lo de tomarse las bayas del demonio es un acto total de rebeldia y no de amor ñoño, a lo largo del libro te van mostrando los actos rebeldes de la niña del distrito 12 (Que si se salta a la torera la valla y caza los "ciervos del rey", que si le echa huevos a su entrenador, que si le da un funeral a la niña del distrito 11 sin dejar que las navecitas recojan el cadáver, o cuando habla con su coleguita de que en el capitolio son unos cabrones, a parte de numerosos "tus castas todas" mentales hacia la gente decadente de la ciudad principal). Por eso cuando cambia las reglas del juego de nuevo, medio desquiciada por la locura en la que se ha visto inmersa dice " ¿Con que esas tenemos no? pues a tomar por ..., os dejo sin ganador", todo bien hilvanado con la conversación que tiene con Peeta en la que este le deja entrever su ansiedad porque los juegos le cambien.

Por último la amistad entre la muchacha del distrito 11 y Kat queda un poco forzada en la película, supongo que por falta de tiempo.
5
24 de agosto de 2012 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ya me advirtieron que no fuera a verla al cine. De todas formas apenas sabía nada de ella ni de los libros en que se basa, con lo que no me resultó difícil obviarla en la cartelera.

Así pues, tras visionarla tranquilamente en casa, he de reconocer que bastantes trozos tuve que pasarlos a velocidad rápida porque me resultaban insufribles. Sobretodo las escenas más ñoñas y sentimentaloides de la cinta. Tal vez sea que "eso" ya lo he visto antes, aunque en distintas películas y aquí lo concentran de una vez.

No puedo evitar hacer referencia a la película japonesa Battle Royale, con la que guarda bastantes similitudes y reseñar la, a mi gusto, pobre actuación de Donald Sutherland, interpretando con no mucho éxito a un "noble" que cree controlarlo todo en ese mundo de ricos y plebeyos.

En resumen: se me antoja algo larga, con momentos sensiblones, otros de acción algo atropellada, pero que entretiene lo justo.
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