Avatar
7.2
168,285
Ciencia ficción. Aventuras. Bélico. Acción. Fantástico. Romance
Año 2154. Jake Sully (Sam Worthington), un ex-marine condenado a vivir en una silla de ruedas, sigue siendo, a pesar de ello, un auténtico guerrero. Precisamente por ello ha sido designado para ir a Pandora, donde algunas empresas están extrayendo un mineral extraño que podría resolver la crisis energética de la Tierra. Para contrarrestar la toxicidad de la atmósfera de Pandora, se ha creado el programa Avatar, gracias al cual los seres ... [+]
3 de enero de 2010
3 de enero de 2010
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿O sí?
Yo no sé si James Cameron ha revolucionado el cine. No oigo otra cosa, pero no sé si creérmelo. No sé si la grandeza visual de Avatar se debe a una evolución en los sistemas de rodaje y otras tecnologías, o a una inversión descomunal que permite utilizar los sistemas ya preexistentes explotándolos mucho más. Yo qué carallo sé. Lo que tengo claro es que, por muy maravilloso que sea cada fotograma de este monstruoso proyecto sobre el que todo el mundo escribe críticas, la evolución conseguida (si es que la ha habido) no me parece digna de ser llamada revolución.
Pero limitémonos a la película.
Las virtudes de Avatar compiten con sus fallos, le ganan la partida, pero no convierten en perdonables a:
-Los tópicos.
-El desarrollo predecible.
Tópicos y previsibilidad van de la mano, y eran cosas que los espectadores ya habían augurado antes de que el primer cartel de Avatar saliera de la imprenta.
Los tópicos son infinitos. Allá donde miremos hay tópicos. Se lleva la palma, de entre las decenas de maniqueísmos que pueblan la pantalla, el militar malo como el puto diablo, que a veces mola (cuando dice: "El infierno... sería un buen lugar para pasar unas vacaciones después de estar en Pandora"), y que a lo largo del filme se hace odioso por plano y por petardo (frases en medio de peleas [todos los personajes tienen la suya] que me desquician).
[En spoiler sin él]
Yo no sé si James Cameron ha revolucionado el cine. No oigo otra cosa, pero no sé si creérmelo. No sé si la grandeza visual de Avatar se debe a una evolución en los sistemas de rodaje y otras tecnologías, o a una inversión descomunal que permite utilizar los sistemas ya preexistentes explotándolos mucho más. Yo qué carallo sé. Lo que tengo claro es que, por muy maravilloso que sea cada fotograma de este monstruoso proyecto sobre el que todo el mundo escribe críticas, la evolución conseguida (si es que la ha habido) no me parece digna de ser llamada revolución.
Pero limitémonos a la película.
Las virtudes de Avatar compiten con sus fallos, le ganan la partida, pero no convierten en perdonables a:
-Los tópicos.
-El desarrollo predecible.
Tópicos y previsibilidad van de la mano, y eran cosas que los espectadores ya habían augurado antes de que el primer cartel de Avatar saliera de la imprenta.
Los tópicos son infinitos. Allá donde miremos hay tópicos. Se lleva la palma, de entre las decenas de maniqueísmos que pueblan la pantalla, el militar malo como el puto diablo, que a veces mola (cuando dice: "El infierno... sería un buen lugar para pasar unas vacaciones después de estar en Pandora"), y que a lo largo del filme se hace odioso por plano y por petardo (frases en medio de peleas [todos los personajes tienen la suya] que me desquician).
[En spoiler sin él]
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La historia es muy predecible, sin esforzarse lo más mínimo en no serlo. Me parece que no hace falta que ponga ejemplos, porque cualquier persona que haya visto más de tres películas en su vida, será quien de ir media hora, como mínimo, por delante del guión de Cameron.
No obstante, las virtudes, como ya he dicho, vencedoras, se llevan el gato al agua y consiguen que tanta "manidez" dé un poco igual. El guión de Cameron, evidencia a parte, atesora más de un mérito reseñable:
-Pandora mola mucho (cosa que no es sólo fruto del guión).
-La profundidad de la historia, aunque mínima, es suficiente.
-James va desperdigando detalles aquí y allá para encajar con mucha clase a lo largo de la cinta. Mediante esta técnica, parece que la historia tiene un poco más de solidez de la que ya tiene. Evidentemente, es sólo una apariencia, una ilusión, pero a este señor la clase no se la quita nadie.
Fuera del guión, queda lo que queda, lo que iba yo a ver. Espectáculo palomitero de calidad notable. Banda sonora, actuaciones, fotografía y demás, están al servicio de un festival épico casi sin parangón. Belleza visual y acción servida como es debido, eran indudablemente los principales reclamos de este producto destinado a la evasión absoluta. Y ahí están. La película consigue embelesar o empalmar según sea necesario. Y cuando el prota, aunque sepas desde el minuto uno que eso iba a pasar, se pone a hablar a lo Braveheart, vociferando "esta es nuestra tierra", sabes que lo que se avecina no es moco de pavo. Es una puta apoteosis audiovisual de, échale, doscientos millones de dólares.
¿Son un desperdicio? En cosas peores se han invertido. Mucho peores.
Trascenderá, supongo, como una película que abrió nuevos campos a la tecnología cinematográfica, pero no como película.
No obstante, las virtudes, como ya he dicho, vencedoras, se llevan el gato al agua y consiguen que tanta "manidez" dé un poco igual. El guión de Cameron, evidencia a parte, atesora más de un mérito reseñable:
-Pandora mola mucho (cosa que no es sólo fruto del guión).
-La profundidad de la historia, aunque mínima, es suficiente.
-James va desperdigando detalles aquí y allá para encajar con mucha clase a lo largo de la cinta. Mediante esta técnica, parece que la historia tiene un poco más de solidez de la que ya tiene. Evidentemente, es sólo una apariencia, una ilusión, pero a este señor la clase no se la quita nadie.
Fuera del guión, queda lo que queda, lo que iba yo a ver. Espectáculo palomitero de calidad notable. Banda sonora, actuaciones, fotografía y demás, están al servicio de un festival épico casi sin parangón. Belleza visual y acción servida como es debido, eran indudablemente los principales reclamos de este producto destinado a la evasión absoluta. Y ahí están. La película consigue embelesar o empalmar según sea necesario. Y cuando el prota, aunque sepas desde el minuto uno que eso iba a pasar, se pone a hablar a lo Braveheart, vociferando "esta es nuestra tierra", sabes que lo que se avecina no es moco de pavo. Es una puta apoteosis audiovisual de, échale, doscientos millones de dólares.
¿Son un desperdicio? En cosas peores se han invertido. Mucho peores.
Trascenderá, supongo, como una película que abrió nuevos campos a la tecnología cinematográfica, pero no como película.
26 de enero de 2010
26 de enero de 2010
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película de la década decían algunos, la más evocativa e increíble desde Star Wars llego a decir un tal Spielberg. Pues a mí me engañaron, o me deje hacerlo. Vaya palazo.
¿Qué está pasando? ¿Cómo se le puede puntuar con ochos, nueves o incluso dieces una película en la que para bien solo destaca en la fotografía y en los efectos especiales pero que para mal lo hace en los aspectos más importantes como son la historia, su guión y sus personajes? ¿Y todo porqué la ves con gafas de 3D? ¡Ah no! Debió de ser por su historia de amor o su mensaje ecologista y antiimperialista. ¡Ja qué risa!
Pero bueno, la idea de la historia no es tan mala, el problema es su desarrollo, cada vez más predecible cuanto más transcurre la misma y todo envuelto en un guión pobre, facilón y lleno de comentarios superfluos (si es que aún me da la risa cuando recuerdo alguno de ellos) salido de la boca de alguno de los personajes…, ¡y qué personajes! El mejor de todos es mediocre, y de ahí hacia abajo, banales, previsibles, estereotipados y sin ningún tipo de carisma. Y con todo esto, ¿los actores qué van hacer? Pues no destacar, ni para bien ni para mal.
Pero vale, dónde realmente gana es visualmente, yo no se de técnicas 3D, ni si va a ser una revolución cinematográfica en este aspecto, pero lo que sí se es que impresiona y agrada. Desde los propios avatares y alienígenas hasta la fauna y flora de Pandora, y todo con las gafas 3D. Pero también es cierto que a la media hora de film ya te vas acostumbrando y te va dejando de asombrar poco a poco exceptuando escenas puntuales, y las gafas le quita bastante iluminación a la película. Pero bien, fotográficamente más que notable. Lástima que no lo considere uno de los principales aspectos a valorar en una película.
¿Qué está pasando? ¿Cómo se le puede puntuar con ochos, nueves o incluso dieces una película en la que para bien solo destaca en la fotografía y en los efectos especiales pero que para mal lo hace en los aspectos más importantes como son la historia, su guión y sus personajes? ¿Y todo porqué la ves con gafas de 3D? ¡Ah no! Debió de ser por su historia de amor o su mensaje ecologista y antiimperialista. ¡Ja qué risa!
Pero bueno, la idea de la historia no es tan mala, el problema es su desarrollo, cada vez más predecible cuanto más transcurre la misma y todo envuelto en un guión pobre, facilón y lleno de comentarios superfluos (si es que aún me da la risa cuando recuerdo alguno de ellos) salido de la boca de alguno de los personajes…, ¡y qué personajes! El mejor de todos es mediocre, y de ahí hacia abajo, banales, previsibles, estereotipados y sin ningún tipo de carisma. Y con todo esto, ¿los actores qué van hacer? Pues no destacar, ni para bien ni para mal.
Pero vale, dónde realmente gana es visualmente, yo no se de técnicas 3D, ni si va a ser una revolución cinematográfica en este aspecto, pero lo que sí se es que impresiona y agrada. Desde los propios avatares y alienígenas hasta la fauna y flora de Pandora, y todo con las gafas 3D. Pero también es cierto que a la media hora de film ya te vas acostumbrando y te va dejando de asombrar poco a poco exceptuando escenas puntuales, y las gafas le quita bastante iluminación a la película. Pero bien, fotográficamente más que notable. Lástima que no lo considere uno de los principales aspectos a valorar en una película.
27 de enero de 2010
27 de enero de 2010
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dicen que James Cameron tardó un decenio en diseñar esta película, pero no es del todo exacto.
Lo cierto es que se ocupó de los efectos especiales durante nueve años y medio, día y noche, hasta que cayó exhausto, luego descansó durante cinco meses, y durante las navidades del décimo, en plena resaca, cayó en la cuenta de que no tenía historia. Entonces asustado porque se le echaba la fecha encima, presionó a la señora de la limpieza, que era la única sobria por los alrededores que sabía leer y escribir, y ésta le improvisó algo para escapar de sus amenazas. La responsable del argumento y el guión solo es ella.
Lo cierto es que se ocupó de los efectos especiales durante nueve años y medio, día y noche, hasta que cayó exhausto, luego descansó durante cinco meses, y durante las navidades del décimo, en plena resaca, cayó en la cuenta de que no tenía historia. Entonces asustado porque se le echaba la fecha encima, presionó a la señora de la limpieza, que era la única sobria por los alrededores que sabía leer y escribir, y ésta le improvisó algo para escapar de sus amenazas. La responsable del argumento y el guión solo es ella.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
A ver, la historia es la siguiente: Unos malos llegan a un sitio y les quieren quitar a unos buenos su tierra para sacar piedras valiosas. Uno, que no sabía que estaba en el lado de los malos, se enamora de una buena, entonces cambia de bando, porque el amor es así, saca su furia y los malos se cagan.
18 de diciembre de 2009
18 de diciembre de 2009
15 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Muchos dirán o pensarán que no se lo merece al haber visto ya otras películas de animación en 3D, pero eso no sería justo, si tenemos cuenta que son herederas de la perfeccionada tecnología (aunque no creada) por James Cameron, aunque la hayamos visto después respecto de dichas películas de animación, pues en otro orden nos hubiera impactado aun más.
La historia será tipica de aventuras, pero esta muy bien construida, y tiene cosas muy originales tipo la conexión de la naturaleza con el cabello.
Sin embargo, sobre los efectos 3D me impactarón más cuando vi el concierto en 3D de U2, no se si fue porque era la primera vez, o porque las gafas para esa proyección eran mucho mejores, 'cristal líquido'.
Aun así, se ve que la película esta muy trabajada, unos escenarios y ambientación imresionantes que me recuerdan a algún que otro videojuego, efectos 3D notorios en todas las escenas.
No obstante, eso sí, debo reconocer que el 3D no es apto para todo el mundo, cuando ibamos a entrar en la sala, seguimos el rastro de un vómito de alguién que aparentemente había salido un poco mareado.
(Continua en Spoiler)
La historia será tipica de aventuras, pero esta muy bien construida, y tiene cosas muy originales tipo la conexión de la naturaleza con el cabello.
Sin embargo, sobre los efectos 3D me impactarón más cuando vi el concierto en 3D de U2, no se si fue porque era la primera vez, o porque las gafas para esa proyección eran mucho mejores, 'cristal líquido'.
Aun así, se ve que la película esta muy trabajada, unos escenarios y ambientación imresionantes que me recuerdan a algún que otro videojuego, efectos 3D notorios en todas las escenas.
No obstante, eso sí, debo reconocer que el 3D no es apto para todo el mundo, cuando ibamos a entrar en la sala, seguimos el rastro de un vómito de alguién que aparentemente había salido un poco mareado.
(Continua en Spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Tal vez, eso sí, sea un poco predecible que al final el va a dominar al pajarraco grande.
1 de agosto de 2018
1 de agosto de 2018
15 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Groucho Marx, maestro de la ironía y de sarcasmo, dijo una vez “¿quién necesita a un guionista? Dadme un director competente y un par de actores inteligentes y en ocho semanas os mostraré a los tres tipos más nerviosos que hayáis visto”
James Cameron es un grandísimo director capaz de dejar para la historia del cine películas imprescindibles como Terminator (1984), Aliens, el regreso (1986), Terminator 2 (1991) o Titanic (1997)
Pero en Avatar se necesita un guionista… ésa es una vez más la terrible desgracia que mata el cine: sin guión no hay película; y Avatar la película más esperada en años no es una película sino un cúmulo espléndido de fuegos artificiales en 3D. Maldita sea.
Se equivoca James Cameron incluso en lo más primordial. Si pretende hacer una película revolucionaria en 3D en ésta más que en ninguna otra los personajes han de crear empatía para que el espectador pueda sentirse parte integrante de las tres dimensiones que se le ofrece. Pero todos los personajes de Avatar, absolutamente todos, son planos y sin contradicciones, irreales y simples, no son personajes de carne y hueso ni tienen una vida tras ellos que les marque; son hombres y avatares de cartón piedra.
Por esta razón la historia de amor – Avatar lo es por encima de todo – fracasa. ¿Por qué se enamoran Jake Sully y Neytiri? Por puro arte de magia. En las películas épicas importan los detalles que llevan al amor. Entendemos y vibramos cuando en Braveheart Mel Gibson y Catherine McCormack se enamoran, Wallace demuestra su astucia y sabe ganarse a la chica… y al espectador. ¿Pero qué ve Neytiri en Jake Sully? Ni un solo momento de la película busca que surja esa química.
Por esta razón también dan grima los soldados por un lado - con ese general “malísimo” a la cabeza - y los indígenas por el otro, con su bondad extrema y vomitiva estupidez. En el fondo, si se pretende ser sincero con uno mismo, se disfruta su exterminio, aunque suene tremendo decirlo.
Tanto protagonistas como antagonistas deben ser personajes fascinantes y no simples buenos y malos que aburren y estafan a partes iguales al espectador.
Una vez pasa el efecto hipnótico de las 3D la película se queda en cueros y comienza el aburrimiento. No hay nada que hacer, sin cimientos sólidos la casa se derrumba con facilidad.
El clímax da fe de ello. No existe un crescendo de obstáculos que guíe al héroe en su viaje y el asalto definitivo se queda sin fuerzas y lleno de decisiones estúpidas que hacen aborrecer más si cabe a los protagonistas. ¿Qué debe pensar el espectador de unos héroes memos que atacan al invasor – flechas contra fusiles y misiles – cara a cara? ¿Qué haría en su caso el espectador? ¿Ir como los nativos a una muerte segura al toque de corneta o buscar una guerra de guerrillas sobre un terreno que conocen?
Cameron fuerza con esas decisiones de guión que terminan en masacre de los bondadosos indígenas dos sensaciones en el espectador:
1) la buscada, una falsa emoción creada artificialmente para engañar al público y que se apiade de los masacrados, los convierta en mártires y llegue a emocionar su valor; pero esta sensación perseguida se diluye como un azucarillo y consigue el efecto contrario;
2) la realmente obtenida, que es doble: un rechazo al poco ingenio de los protagonistas, nada edificante – los héroes han de ser espejos donde mirarse, no víctimas de su propia necedad y estupidez –; y un sentimiento de profunda estafa contra la película por insultar la inteligencia del espectador. De nuevo habría que acudir a Braveheart para entender lo que es aventura y lo que es épico y cómo se ha de luchar no sólo con el corazón sino sobretodo con la cabeza cuando se está en inferioridad.
Pero la torpeza del guión no afecta únicamente a la estructura de las tramas ni a sus personajes autómatas bobalicones sino que afecta también a algo en lo que hasta el momento Cameron se había postulado como insuperable, las escenas de acción.
Al no existir empatía ninguna entre público y personajes, ni haber un crescendo dramático notable es imposible que surja la emoción ni la adrenalina en las escenas de acción – sólo hay que recordar en Aliens, el regreso el inolvidable y angustioso ataque invisible de los aliens por los tubos de respiración que helaba la sangre y aceleraba el pulso al borde del infarto o la ira arrebatadora de la sargento Ripley cuando los aliens raptaban a la niña y la heroína se adentraba en la cueva para rescatarla, o la pelea final a muerte de las dos madres enfurecidas - la humana convertida en monstruo y la monstruo convertida en humana - que quieren salvar a sus hijos y que mantiene al espectador con el corazón en un puño al borde del éxtasis -.
Pero además al estar generadas al cien por cien por el ordenador se pierde la sensación de autenticidad inimitable y de credulidad que tenían las escenas de acción de Terminator y Terminator 2 – la persecución en moto de John Connor era en sí misma una brutal obra de arte que permanecerá para siempre -.
Hay tanto malo en Avatar que su mensaje ecológico y de conspiración del humano contra la maldad humana queda minimizado. Wall-e que tenía también un mensaje anticapitalista y ecológico sí es una verdadera obra maestra que trabaja a destajo su guión y personajes, y sí consigue llegar al alma.
Avatar es una película que encaja perfectamente con la idea de globalización: esperada en todo el mundo, espectáculo pirotécnico que entusiasma, adocena y controla a las masas; pero que no aporta nada personal, único, intransferible, genuino ni original. Es un refrito de películas ya vistas, una descarada copia mala de Pocahontas sin canciones que resulta herético comparar con Bailando con lobos – donde sí había historia y personajes creíbles maravillosos -. Cuando se apaguen los fuegos artificiales del 3D, Avatar quedará vacía y miserable.
Fuegos de artificio carísimos, árboles gigantes que no dejan ver el bosque… porque en Avatar, no hay ningún bosque que ver.
James Cameron es un grandísimo director capaz de dejar para la historia del cine películas imprescindibles como Terminator (1984), Aliens, el regreso (1986), Terminator 2 (1991) o Titanic (1997)
Pero en Avatar se necesita un guionista… ésa es una vez más la terrible desgracia que mata el cine: sin guión no hay película; y Avatar la película más esperada en años no es una película sino un cúmulo espléndido de fuegos artificiales en 3D. Maldita sea.
Se equivoca James Cameron incluso en lo más primordial. Si pretende hacer una película revolucionaria en 3D en ésta más que en ninguna otra los personajes han de crear empatía para que el espectador pueda sentirse parte integrante de las tres dimensiones que se le ofrece. Pero todos los personajes de Avatar, absolutamente todos, son planos y sin contradicciones, irreales y simples, no son personajes de carne y hueso ni tienen una vida tras ellos que les marque; son hombres y avatares de cartón piedra.
Por esta razón la historia de amor – Avatar lo es por encima de todo – fracasa. ¿Por qué se enamoran Jake Sully y Neytiri? Por puro arte de magia. En las películas épicas importan los detalles que llevan al amor. Entendemos y vibramos cuando en Braveheart Mel Gibson y Catherine McCormack se enamoran, Wallace demuestra su astucia y sabe ganarse a la chica… y al espectador. ¿Pero qué ve Neytiri en Jake Sully? Ni un solo momento de la película busca que surja esa química.
Por esta razón también dan grima los soldados por un lado - con ese general “malísimo” a la cabeza - y los indígenas por el otro, con su bondad extrema y vomitiva estupidez. En el fondo, si se pretende ser sincero con uno mismo, se disfruta su exterminio, aunque suene tremendo decirlo.
Tanto protagonistas como antagonistas deben ser personajes fascinantes y no simples buenos y malos que aburren y estafan a partes iguales al espectador.
Una vez pasa el efecto hipnótico de las 3D la película se queda en cueros y comienza el aburrimiento. No hay nada que hacer, sin cimientos sólidos la casa se derrumba con facilidad.
El clímax da fe de ello. No existe un crescendo de obstáculos que guíe al héroe en su viaje y el asalto definitivo se queda sin fuerzas y lleno de decisiones estúpidas que hacen aborrecer más si cabe a los protagonistas. ¿Qué debe pensar el espectador de unos héroes memos que atacan al invasor – flechas contra fusiles y misiles – cara a cara? ¿Qué haría en su caso el espectador? ¿Ir como los nativos a una muerte segura al toque de corneta o buscar una guerra de guerrillas sobre un terreno que conocen?
Cameron fuerza con esas decisiones de guión que terminan en masacre de los bondadosos indígenas dos sensaciones en el espectador:
1) la buscada, una falsa emoción creada artificialmente para engañar al público y que se apiade de los masacrados, los convierta en mártires y llegue a emocionar su valor; pero esta sensación perseguida se diluye como un azucarillo y consigue el efecto contrario;
2) la realmente obtenida, que es doble: un rechazo al poco ingenio de los protagonistas, nada edificante – los héroes han de ser espejos donde mirarse, no víctimas de su propia necedad y estupidez –; y un sentimiento de profunda estafa contra la película por insultar la inteligencia del espectador. De nuevo habría que acudir a Braveheart para entender lo que es aventura y lo que es épico y cómo se ha de luchar no sólo con el corazón sino sobretodo con la cabeza cuando se está en inferioridad.
Pero la torpeza del guión no afecta únicamente a la estructura de las tramas ni a sus personajes autómatas bobalicones sino que afecta también a algo en lo que hasta el momento Cameron se había postulado como insuperable, las escenas de acción.
Al no existir empatía ninguna entre público y personajes, ni haber un crescendo dramático notable es imposible que surja la emoción ni la adrenalina en las escenas de acción – sólo hay que recordar en Aliens, el regreso el inolvidable y angustioso ataque invisible de los aliens por los tubos de respiración que helaba la sangre y aceleraba el pulso al borde del infarto o la ira arrebatadora de la sargento Ripley cuando los aliens raptaban a la niña y la heroína se adentraba en la cueva para rescatarla, o la pelea final a muerte de las dos madres enfurecidas - la humana convertida en monstruo y la monstruo convertida en humana - que quieren salvar a sus hijos y que mantiene al espectador con el corazón en un puño al borde del éxtasis -.
Pero además al estar generadas al cien por cien por el ordenador se pierde la sensación de autenticidad inimitable y de credulidad que tenían las escenas de acción de Terminator y Terminator 2 – la persecución en moto de John Connor era en sí misma una brutal obra de arte que permanecerá para siempre -.
Hay tanto malo en Avatar que su mensaje ecológico y de conspiración del humano contra la maldad humana queda minimizado. Wall-e que tenía también un mensaje anticapitalista y ecológico sí es una verdadera obra maestra que trabaja a destajo su guión y personajes, y sí consigue llegar al alma.
Avatar es una película que encaja perfectamente con la idea de globalización: esperada en todo el mundo, espectáculo pirotécnico que entusiasma, adocena y controla a las masas; pero que no aporta nada personal, único, intransferible, genuino ni original. Es un refrito de películas ya vistas, una descarada copia mala de Pocahontas sin canciones que resulta herético comparar con Bailando con lobos – donde sí había historia y personajes creíbles maravillosos -. Cuando se apaguen los fuegos artificiales del 3D, Avatar quedará vacía y miserable.
Fuegos de artificio carísimos, árboles gigantes que no dejan ver el bosque… porque en Avatar, no hay ningún bosque que ver.
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