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El asesinato de Richard Nixon

Drama Basada en una historia real, Sean Penn interpreta a Sam Bicke, un hombre desilusionado con su vida pesonal y profesional que en 1974 intentó el asesinato del 37 presidente de Estados Unidos, Richard Nixon. (FILMAFFINITY)
Críticas 63
Críticas ordenadas por utilidad
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7
27 de diciembre de 2006
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por los resultados obtenidos en la taquilla USA, uno diría que El asesinato de Richard Nixon no pasa de ser un oportunista folletín anticapitalista. Nada más lejos de la realidad. Que en la producción aparezca parte del ala progresista de Hollywood (Leonardo di Caprio, Alexander Payne y Alfonso Cuarón), y Sean Penn acapare todos los planos de la película deberían hacernos remontar el simple vistazo crítico. Niels Mueller se inspira en un hecho real ocurrido en 1974 (6 meses antes de la dimisión de Nixon por el escándalo Watergate) para salir airoso de su debut. El método utilizado: dejar todo en manos de sus actores/activistas. Samuel Bicke es un vendedor de muebles cuya existencia se ve abocada a la mediocridad (otros dirán que al victimismo). El fracaso le acompaña ante su mujer, su jefe y su hermano, y aunque trata de remontar el vuelo, el mundo acabará por no responder a sus expectativas de honestidad. Bicke es un chivo expiatorio del fatalismo, el fin del sueño USA, del idealismo que todos llevamos dentro, así como la gestación de una frustración que en ocasiones se vuelve iracunda, y se percibe irracional, quizás porque así lo han querido otros. Temas muy en boga, tal vez porque el mejor vendedor de humo que fue Nixon ha encontrado actualmente en el mentiroso de Bush su más digno sucesor. Reflexiones acerca de la soledad del guerrero que se ve empujado al sacrificio/destino, la sociedad enferma de ambición y mentira (la esclavitud del empleado), o el inconformismo como actitud vital nos llevan a reflexiones posteriores. Como la de que El asesinato de Richard Nixon es la ocasión perfecta para comprobar que la capacidad autocrítica de la sociedad USA es nula, que la presente cultura del miedo les impide revisionar su pasado (hasta hace poco a nosotros parece ser que también nos pasaba lo mismo), y que todo aquel que se salga de los códigos establecidos seguramente posea impulsos asesinos. Bicke se define a sí mismo mejor que nadie (“Soy un grano de arena en esta playa que llamamos EE.UU.”). Lo único que quiere es una parte del éxito dorado (“Quiero mi parte del sueño USA.”). Su equivocación: buscar responsables a sus desgracias. Byck habla a Berstein, paradigma del intelectual que no se ha dejado imbuir por el impacto del Estado, tal vez porque sólo la cultura puede despertar nuestras conciencias, convertidas en títeres de una sociedad, pero se equivoca al intentar atribuir responsabilidades a su fracaso y depresión. La narración de este proceso de enajenación, o de esta espiral de abatimiento, es deprimente, pero el primer paso para salir del inconformismo. Sean Penn encara uno de esos papeles que él borda, entre bueno y malo, majara y lúcido, ingenuo y caradura, pero de aquí en adelante debería vigilar sus tics, ya que empieza a parecerse a Robert de Niro en su sobreactuación, y en esta ocasión, eso casi le pasa factura, pues unas veces percibimos a su personaje como un hombre honrado, ingenuo y bueno, pero otras como un retrasado mental.
7
11 de julio de 2006 3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una historia profunda, de un personaje que se autodestruye, que los demás le desprecian, le apartan del mundo cotidiano.
Pero nada sería en esta película igual si no fuera por el rostro de Sean Penn, sus pliegues, sus expresiones, sus silencios, sus miradas al cielo...es realmente uno de los mejores. Nos muestra su desesperación sin necesitar las palabras para transmitirlo. Solamente por él merecería ver esta película.
7
11 de octubre de 2009 3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sean Penn hace una de sus mejores interpretaciones en esta muy buena película que supone la transformación de un buen hombre a la locura más extrema debido a varios factores.

La historia nunca aburre y te mantiene atento en todo momento.
Sin ser vibrante (al menos hasta su brutal e impactante conclusión), su sutileza logra ponerte nervioso en varios momentos, y Sean Penn contribuye a hacer esta película mejor aún de lo que pueda parecer.

Sorprende en casi todos los aspectos y el sabor de boca que deja es muy bueno.

Muy recomendable.
8
2 de enero de 2010 3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Por qué el ser humano se debe de enfocar en la vida a ganar y generar dinero solamente?
¿Qué no existe otra forma de sobrevivir en este mundo?
¿Por qué estamos inmersos en un sistema donde la voracidad, de parte de todos, es el pan nuestro de cada día?
¿Él pensar solo en forma diferente, nos hace seres humanos "no viables"?
¿Acaso hay alguien en este mundo, que pensando de forma diferente y siendo una persona "promedio", podría cambiar este círculo de poder económico?

Desgraciadamente esto es un sueño "utópico", que muchos seres humanos nos cuestionamos día a día, nuestro protagonista se hace estas preguntas a menudo y cae en el precipicio en el cual caen todos los idealistas de este mundo, y que por su condición, nunca pueden ser comprendidos, ni mucho menos escuchados.
El pequeño desequilibrio que muestra el personaje principal de esta historia, hace que "parezca un loco", pero enfocándonos en sus planteamientos y lo que él reclama, estamos hablando de alguien que solo clama justicia, igualdad, sensatez y un espacio digno para vivir y desarrollarse como persona.
La gente debe de regirse por ideales, y estos deben de ser congruentes con una sana armonía y bienestar para todos en base a una moralidad igualitaria; sin embargo cuando el sistema gubernamental que nos rige, no cumple con estos objetivos, entonces entramos en conflictos, y si estos nos sumergen en un espiral de fracasos..., bueno entonces dejamos de ser viables y nos volvemos un peligro para la sociedad.
Estupendo film, con una temática muy buena, que nos ilumina para lograr entender el razonamiento que lleva a la mente de un asesino a actuar, y así mismo convencerse de que esta haciendo lo correcto.
Sean Penn, como siempre, impecable en su papel y un muy buen reparto.

Buena, y en concreto para mí, si tiene un muy buen mensaje.
8
16 de junio de 2006
6 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sean Penn está irreconocible en su impecable camino a la perdición, Niels Mueller, arranca con fuerza y clausura brutalmente. Tratada con ingenio y sutileza.

+Interpretada por una paleta de actores desquiciadamente lúcidos y un Sean Penn increíble.
+Dirigida con fuerza.
+Impecable guión.

-Puede resultar algo extensa, aunque el guión y las interpretaciones son tan fantásticas, que casi no lo notarás, el ritmo nunca se pierde.

Valoración: Dirigida, escrita e interpretada fabulosamente, aunque solo sea por Penn, merece la pena verla. Mueller arranca todo lo que busca del espectador, emoción, compasión y un breve, pero vertiginoso terror. Una oportunidad única.
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