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El asesinato de Richard Nixon

Drama Basada en una historia real, Sean Penn interpreta a Sam Bicke, un hombre desilusionado con su vida pesonal y profesional que en 1974 intentó el asesinato del 37 presidente de Estados Unidos, Richard Nixon. (FILMAFFINITY)
Críticas 63
Críticas ordenadas por utilidad
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8
26 de noviembre de 2006
12 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
El asesinato de Richard Nixon es excelente, es cierto que el título no ayuda mucho, ya que sabes cual puede ser el desenlace de la película, aunque en esta ocasión, esto es lo de menos. Lo de más, es el resto. Cómo una persona cae en el olvido, cómo cree que nada tiene sentido, sólo el sentido de los poderosos y cómo acaba hundido en la miseria sin intentar siquiera cambiar su vida. El personaje principal pierde hasta las ganas de vivir y el señor Penn lo plasma a la perfección. Hace una interpretación fabulosa y ya nos vamos acostumbrando a que todo lo haga magistralmente. Es fantástico.
6
4 de junio de 2007
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que nadie piense que se va a encontrar con un thriller de acción ó político, se trata de una película en cierto modo introspectiva sobre el progresivo deterioro mental y social de un fracasado aspirante al "american way of life". Divorciado sin perspectivas amorosas, con un empleo insatisfactorio (vendedor) en el que se manifiesta la hipocresía del mercado, frustrado aspirante a empresario honesto por culpa de la burocracia y los prejuícios sociales y, todo ello, en un contexto de progresivo deterioro de la credibilidad de la clase política americana personificado el presidente Nixon, cuya omnipresente presencia resulta aún más intranquilizadora que la degradación del propio protagonista. Fantástica interpretación de Penn, lleno de matices, pero pobre presencia de otros secundarios en un guión que se hunde progresivamente en un cenagal de posibilidades inexploradas.
8
19 de septiembre de 2007
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
En contra de lo que su equívoco y -¿Por qué no admitirlo?- sensacionalista título pueda dar a entender, no nos encontramos ante un thriller político; El asesinato de Richard Nixon, primer largometraje del estadounidense Neils Mueller, no es un film conspirativo, y poco tiene que ver con películas como J.F.K o La tapadera. Magnicidio haylo, pero su presencia, que responde al delirio paranoide de su amargado protagonista, no se debe a un complot sedicioso que amenace realmente la vida del dirigente político más poderoso del planeta.
Lo que acontece, en lo que a acción narrativa se refiere, es más bien poco: el descenso a los infiernos de un ciudadano medio que, plenamente frustrado y ninguneado por todos, irá llenándose de desazón y de ira, encauzándolas hacia el presidente de su país, Richard Nixon, también conocido como Tricky Dick (Tramposo Dick), omnipotente mandatario al que considerará el máximo responsable de todas sus desgracias personales y de las de la humanidad en general.
Nos hallamos, pues, ante una esplendida construcción de un personaje extremo, magistralmente interpretado por Sean Penn, para cuyo desarrollo Mueller se basó en Sam Byck, un sujeto real que tramó asesinar a Richard Nixon en 1974 y que también sirvió de inspiración a Martin Scorsese a la hora de realizar Taxi Driver.
La historia se desarrolla en los convulsos años 70 (Watergate, las panteras negras, la guerra del Vietnam), por lo que, no nos engañemos, la crítica política -que también la hay- se debe más a motivos circunstanciales y de contexto que a una manifiesta voluntad de denuncia. Y es que individuos como Sam Bicke, entendiéndolo como la personificación de la ira ante una sociedad cruel y enferma que únicamente se rige por la competitividad, el dinero y la mentira, los habido, los hay, y los habrá en todos los sitios: en la América de Nixon, la Italia de Berlusconi y en la España de Aznar.
6
10 de agosto de 2007
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
"El asesinato de Richard Nixon" es otro de esos episodios donde política y drama se mezclan para contarnos la historia de otro de esos personajes que, influenciados por su entorno y su situación, decidieron poner sus cartas sobre la mesa y dar un vuelco a todo (otra cosa es que lo consiguieran o no), aunque poco contenga de política y el drama esté más o menos bien aderezado, pero no termine de cicatrizar en ningún momento.

La opción más cómoda para llevar este tipo de personalidades a la gran pantalla, es escoger uno de esos actores que tanta vida saben insuflar a sus caracterizaciones, y que tanta garra suelen poseer, y así lo hace Niels Mueller, dejando gran parte de su trabajo tras las espaldas de un gran intérprete como Sean Penn, que sabe como defenderse ante este tipo de papeletas, y más de una vez lo ha demostrado.

Y probablemente, la comodidad que le de Penn a la trama, es del todo necesaria tras observar un relato falto de la intensidad y energía que hubiese requerido una propuesta de estas características. Además, el realizador tampoco no logra insuflar más que un mínimo de la atmosfera necesaria para que todo resulte palpitante, y es por ello que su funcionamiento no termina de ser el deseado.
Entre los secundarios, contamos con actores de lujo como Watts o Cheadle, la primera llevando con naturalidad su personaje, como suele acontecer con los papeles que se le dan, y el segundo aportando la sobriedad que ya le viene caracterizando.
En definitiva, uno de esos trabajos, que pudo ir a más, pero se quedó a medias por un guión que, aunque nos introduce en los motivos que inducieron a Bicke a actuar como actúo, pues no va más allá, y eso es una lacra, una lacra muuuy grande.
5
4 de julio de 2011 4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
El retrato de este señor, es como el retrato de casi cualquier hombre de mediana edad, con la diferencia de que al final acaba perdiendo la cabeza. Todos sabemos que emprender un negocio no es fácil, que existe mucha injusticia, que la vida es dura, que la gente no ayuda, etc etc...

Es demasiada lenta en casi todas sus partes y no se saca nada de la película, ni bueno ni malo. Cuando empieza algo de acción, la película termina, por eso el título puede resultar engañoso.
Que este basada en hechos reales es otro señuelo, en el que gente como yo puede caer. Eso, unido al título, llevará a más de uno a perder su tiempo innecesariamente.
Sean Penn como siempre está correcto, es de lo poco que se salva.
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