Pasaron las grullas
17 de marzo de 2013
17 de marzo de 2013
11 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
El amor juvenil destruido por la guerra es un lugar común en el cine desde los tiempos de El gran desfile de King Vidor: esta película renueva el tópico y, aprovechando el fugaz deshielo que inauguró la era de Jruschev, se permite una visión crítica de la corrupción dentro del ejército Rojo y la sociedad de la URSS estalinista. Aun manteniendo la corrección política, el cine empezaba a mostrar que los villanos no sólo eran los enemigos del sistema, sino que también se ocultaban en los repliegues de este.
Pero la película es esencialmente lírica, y los aspectos sociológicos o políticos son secundarios y circunstanciales. Kalatozov tiene la pureza de un primitivo (Tatiana Samoylova, la actriz que encarna al personaje de Verónica/Ardilla, recuerda a la madonna de la Anunciación de Palermo de Antonello da Messina): como si redescubriera el cine después del tremendo paréntesis del realismo socialista y las grandes purgas, tratando de enlazar, por otros medios, con el impulso creativo de los grandes directores soviéticos de los años 20.
Las actuaciones un tanto solemnes y algunas pinceladas costumbristas añaden cierto lastre a una película que por lo demás es puramente aérea. Kalatozov continúa la tradición pictórica de Eisenstein, Dovjenko, Kozintsev o Barnet: no sólo en las composiciones estáticas (que recuerdan las intensas geometrías de Koudelka), sino también en los planos-secuencia, cuya velocidad y virtuosismo no tienen igual en toda la historia del cine. Parece como si el cine soviético quisiera recuperar el tiempo perdido, y en vez de una composición minuciosamente elaborada en la sala de montaje, nos diera una coreografía en tiempo real, con una cámara que corre, gira y vuela, como si estuviera transportada por un artista de circo.
Está claro que este artista corre todos los riesgos y actúa sin red: es imposible no conmoverse ante su entrega y su excelencia.
Pero la película es esencialmente lírica, y los aspectos sociológicos o políticos son secundarios y circunstanciales. Kalatozov tiene la pureza de un primitivo (Tatiana Samoylova, la actriz que encarna al personaje de Verónica/Ardilla, recuerda a la madonna de la Anunciación de Palermo de Antonello da Messina): como si redescubriera el cine después del tremendo paréntesis del realismo socialista y las grandes purgas, tratando de enlazar, por otros medios, con el impulso creativo de los grandes directores soviéticos de los años 20.
Las actuaciones un tanto solemnes y algunas pinceladas costumbristas añaden cierto lastre a una película que por lo demás es puramente aérea. Kalatozov continúa la tradición pictórica de Eisenstein, Dovjenko, Kozintsev o Barnet: no sólo en las composiciones estáticas (que recuerdan las intensas geometrías de Koudelka), sino también en los planos-secuencia, cuya velocidad y virtuosismo no tienen igual en toda la historia del cine. Parece como si el cine soviético quisiera recuperar el tiempo perdido, y en vez de una composición minuciosamente elaborada en la sala de montaje, nos diera una coreografía en tiempo real, con una cámara que corre, gira y vuela, como si estuviera transportada por un artista de circo.
Está claro que este artista corre todos los riesgos y actúa sin red: es imposible no conmoverse ante su entrega y su excelencia.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Este estilo desbordante se ajusta perfectamente al carácter lírico de la narración: como muestra de este, y sin pretender un análisis exhaustivo, cabría referirse a la escena del hospital de Siberia, en la segunda parte de la película, en la que uno de los heridos se desespera recordando que su novia se ha casado con otro. Es evidente que toda la escena está narrada subjetivamente, desde el punto de vista de Ardilla –a la que el relato del soldado, y el posterior discurso del padre de su novio, al que ella se acusa de haber traicionado análogamente, le recuerdan su culpa.
Ella vive la escena como si el soldado herido desconocido fuera su amante Boris. Lo que me gustaría resaltar es que la reacción de aquel se produce cuando escucha por la radio un fragmento de un concierto romántico para piano (creo que el primero de Liszt), como si también lo objetivo se hiciera subjetivo, y el hombre que le ha quitado a su mujer en la retaguardia fuera Mark (el primo pianista que ha tomado a Ardilla).
Ella vive la escena como si el soldado herido desconocido fuera su amante Boris. Lo que me gustaría resaltar es que la reacción de aquel se produce cuando escucha por la radio un fragmento de un concierto romántico para piano (creo que el primero de Liszt), como si también lo objetivo se hiciera subjetivo, y el hombre que le ha quitado a su mujer en la retaguardia fuera Mark (el primo pianista que ha tomado a Ardilla).
25 de agosto de 2010
25 de agosto de 2010
10 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ha sido una gratísima sorpresa encontrarme con esta película, donde el aspecto visual guarda un equilibrio tan estable con la historia que cuenta. El diseño de producción, la planificación de cada secuencia, la orquestación actoral, todo se pone al servicio de un argumento sencillo pero potente. Es cierto que no tienen un guión especialmente original, sólo habla del amor, la vida y la muerte. En cierto modo también del valor, del deseo y de la culpa; pero, ¿acaso hay muchos más temas en el cine? En cierta ocasión puede resultar de contenido algo panfletario, pero también puede deberse a una mala interpretación por mi parte, porque si lo pienso bien, las arengas contra el fascismo y en pro de una patria fuerte debían ser muy frecuentes en esos días, con lo que el director sólo estaría retratando una realidad social. Los actores están grandes, sobre todo la protagonista. Los diálogos están bien construidos, incluso hay fragmentos muy destacables; el ritmo es muy apropiado, ágil y conciso. En ocasiones tengo la impresión de encontrarme ante una superproducción observada desde cerca, pues los planos parecen construidos a lo grande: el director parece recrear la guerra en la ciudad entera, en la nación, pero sólo nos muestra un pequeño fragmento, el que de verdad le interesa.
8 de enero de 2015
8 de enero de 2015
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Postergada obra, pese a ser ganadora de la Palma de Oro del Festival de Cannes 1958, del también olvidado director Mikhail Kalatozov, que abandera la ola de cine soviético inmediatamente posterior a la caída del régimen de Stalin.
Adaptación cinematográfica de la obra teatral 'Eternamente vivos' de Viktor Rozov, narra el dramático romance vivido por Veronica (Tatyana Samojlova) y Boris (Aleksei Batalov), dos moscovitas enamorados que se ven forzados a separar sus caminos por el estallido de la Segunda Guerra Mundial.
Lo primero que nos llama la atención del film es la extraordinaria labor de realización que lleva a cabo Kalatozov, muy adelantada a su época en lo que a fotografía (Sergei Urusevsky) y dinamismo visual se refiere. Dan buena muestra de ello numerosas escenas en las que se utilizaron sofisticados e innovadores mecanismos para conseguir fantásticos movimientos de cámara, entre las que podemos señalar: el desplazamiento de grúa en la subida de Boris por las escaleras en espiral, el montaje en la huida de Veronica hacia el tren, o el fantasmagórico torbellino de árboles que acompaña a una de las muertes mejor representadas en la historia del cine.
Este estilo y poderío visual se ha citado ocasionalmente como semilla de la Nouvelle vague francesa, donde encontramos títulos poseedores de un blanco y negro realista o unas imágenes dinámicas y vivas, con autores como Jean-Luc Godard cuyo estilo bien nos puede recordar al de esta cinta.
Por otro lado, destacar la estupenda demostración interpretativa que realizan los actores, con una excelente Tatyana Samojlova en lo que significó su primer gran papel, y un notable secundario Vasili Merkuryev en el rol de padre de Boris, entre otros.
Reparando en el guión, comentar la peculiaridad de dejar en un segundo plano la acción de la contienda bélica para centrarse totalmente en los acontecimientos sentimentales que tienen lugar alrededor de la vida de Veronica, donde ya si apreciamos un enfoque clásico para la tradicional historia melodramática. El principal lastre que posee la película es su propagandístico final, formado por la ideología soviética (comunista) de la prioridad colectiva.
El film recibió excelentes críticas en Europa y Estados Unidos, donde se distribuyó en plena Guerra Fría entre ambos países. Y, como señalamos, se alzó con la Palma de Oro del Festival de Cannes, además de recibir dos nominaciones a los BAFTA británicos.
En definitiva, una triste historia donde se narran los altibajos emocionales que sufre una pareja en estado de espera, mientras el mundo a su alrededor vive una gran guerra. Un film cargado de virtudes que encuentra en su adoctrinado final al principal enemigo, y del que, como rezaba ese gran clásico, nos despedimos con una frase que muy bien podrían haber dicho estos protagonistas: "El mundo se derrumba y nosotros nos enamoramos".
Reseña de mi blog -> http://lacintablanca.com
Adaptación cinematográfica de la obra teatral 'Eternamente vivos' de Viktor Rozov, narra el dramático romance vivido por Veronica (Tatyana Samojlova) y Boris (Aleksei Batalov), dos moscovitas enamorados que se ven forzados a separar sus caminos por el estallido de la Segunda Guerra Mundial.
Lo primero que nos llama la atención del film es la extraordinaria labor de realización que lleva a cabo Kalatozov, muy adelantada a su época en lo que a fotografía (Sergei Urusevsky) y dinamismo visual se refiere. Dan buena muestra de ello numerosas escenas en las que se utilizaron sofisticados e innovadores mecanismos para conseguir fantásticos movimientos de cámara, entre las que podemos señalar: el desplazamiento de grúa en la subida de Boris por las escaleras en espiral, el montaje en la huida de Veronica hacia el tren, o el fantasmagórico torbellino de árboles que acompaña a una de las muertes mejor representadas en la historia del cine.
Este estilo y poderío visual se ha citado ocasionalmente como semilla de la Nouvelle vague francesa, donde encontramos títulos poseedores de un blanco y negro realista o unas imágenes dinámicas y vivas, con autores como Jean-Luc Godard cuyo estilo bien nos puede recordar al de esta cinta.
Por otro lado, destacar la estupenda demostración interpretativa que realizan los actores, con una excelente Tatyana Samojlova en lo que significó su primer gran papel, y un notable secundario Vasili Merkuryev en el rol de padre de Boris, entre otros.
Reparando en el guión, comentar la peculiaridad de dejar en un segundo plano la acción de la contienda bélica para centrarse totalmente en los acontecimientos sentimentales que tienen lugar alrededor de la vida de Veronica, donde ya si apreciamos un enfoque clásico para la tradicional historia melodramática. El principal lastre que posee la película es su propagandístico final, formado por la ideología soviética (comunista) de la prioridad colectiva.
El film recibió excelentes críticas en Europa y Estados Unidos, donde se distribuyó en plena Guerra Fría entre ambos países. Y, como señalamos, se alzó con la Palma de Oro del Festival de Cannes, además de recibir dos nominaciones a los BAFTA británicos.
En definitiva, una triste historia donde se narran los altibajos emocionales que sufre una pareja en estado de espera, mientras el mundo a su alrededor vive una gran guerra. Un film cargado de virtudes que encuentra en su adoctrinado final al principal enemigo, y del que, como rezaba ese gran clásico, nos despedimos con una frase que muy bien podrían haber dicho estos protagonistas: "El mundo se derrumba y nosotros nos enamoramos".
Reseña de mi blog -> http://lacintablanca.com
21 de mayo de 2008
21 de mayo de 2008
11 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
En general estoy de acuerdo con la crítica del compañero Joaquín. Voy a dejar unos apuntillos rápidos de lo que más me llamó la atención de la película.
- Cierto, el virtuosismo de la fotografía hace perder fuerza (e incluso sentido en ocasiones) a ciertas escenas (ver spoiler...)
- Demasiados sentimientos condensados, que hacen que la trama se diluye ligeramente (que en sí es la de un melodrama clásico). Eso sí, míticas frases las del padre del protagonista (seguro que pensáis en las mismas).
- Toque expresionista: Fenomenal mezcla de estilos neorrelistas, con un toque "nouvelle vaguiano" (aun no existía el término Nouvelle Vague) envuelto de elementos expresionistas (claroscuros geniales y localizaciones un tanto irreales en ocasiones) que canalizan a la perfección el torrente, como decía, de sentimientos.
Pese a todas las críticas (incluyendo el spoiler), considero que fue una digna ganadora de la Palma de Oro y una gran película.
En el spoiler, más...
- Cierto, el virtuosismo de la fotografía hace perder fuerza (e incluso sentido en ocasiones) a ciertas escenas (ver spoiler...)
- Demasiados sentimientos condensados, que hacen que la trama se diluye ligeramente (que en sí es la de un melodrama clásico). Eso sí, míticas frases las del padre del protagonista (seguro que pensáis en las mismas).
- Toque expresionista: Fenomenal mezcla de estilos neorrelistas, con un toque "nouvelle vaguiano" (aun no existía el término Nouvelle Vague) envuelto de elementos expresionistas (claroscuros geniales y localizaciones un tanto irreales en ocasiones) que canalizan a la perfección el torrente, como decía, de sentimientos.
Pese a todas las críticas (incluyendo el spoiler), considero que fue una digna ganadora de la Palma de Oro y una gran película.
En el spoiler, más...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
- Más sobre la fotografía: Especialmente bella la forma de escenificar la muerte del enamorado protagonista, hasta 4 planos superpuestos, con fundidos múltiples y el velo de la novia que en todo momento recorre el onírico camino hacia el final. También destacaría la búsqueda infructuosa de "Ardilla" a su querido el día de partida hacia el frente: dos minutos de cámara al hombro recorriendo al personal son más que suficientes para hacernos sentir la desgracia de una despedida así (eso sí que es emplear bien el tiempo).
- "Happy End": Pese a la desaparición del "papasito" Stalin, la URSS seguía su camino, y esto sin duda se nota en el trasfondo pro-soviético de la cinta. pese a esto, la película contiene elementos críticos: saturación de hospitales, alienación de las trabajadoras de la fábrica.... A destacar la moralina final. Por cierto, a mi el pequeño niño que recoge "Ardilla" (Boricito, como su chico) me sobra bastante.
- "Happy End": Pese a la desaparición del "papasito" Stalin, la URSS seguía su camino, y esto sin duda se nota en el trasfondo pro-soviético de la cinta. pese a esto, la película contiene elementos críticos: saturación de hospitales, alienación de las trabajadoras de la fábrica.... A destacar la moralina final. Por cierto, a mi el pequeño niño que recoge "Ardilla" (Boricito, como su chico) me sobra bastante.
15 de marzo de 2011
15 de marzo de 2011
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una buena película. Era uno de mis primeros acercamientos al cine soviético y la verdad es que mereció la pena.
La historia en general me pareció interesante, aunque lo cierto es que nada novedosa. La fotografía es preciosa y en momentos, dado el año en el que fue grabada la película, me parece que tiene detalles técnicos muy novedosos, como la escena de la subida de las escaleras de la pareja de la protagonista.
Pese a lo que puedan opinar algunos, no me pareció una película panfletaria, pese a que el telón de fondo sea la II Guerra mundial.
----
Unha boa película. Era un dos meus primeiros achegamentos ó cine soviético e o certo é que pagou a pena.
A historia en xeral pareceume interesante, aínda que o certo é que nada novedosa. A fotografía é preciosa e en momentos, dado o ano no que foi gravada a película, paréceme que ten detalles técnicos moi novedosos, como a escena da subida de las escaleiras da parella da protagonista.
Pese ó que poidan opinar algúns, non me pareceu unha película panfletaria, pese a que o telón de fondo sexa a II Guerra mundial.
La historia en general me pareció interesante, aunque lo cierto es que nada novedosa. La fotografía es preciosa y en momentos, dado el año en el que fue grabada la película, me parece que tiene detalles técnicos muy novedosos, como la escena de la subida de las escaleras de la pareja de la protagonista.
Pese a lo que puedan opinar algunos, no me pareció una película panfletaria, pese a que el telón de fondo sea la II Guerra mundial.
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Unha boa película. Era un dos meus primeiros achegamentos ó cine soviético e o certo é que pagou a pena.
A historia en xeral pareceume interesante, aínda que o certo é que nada novedosa. A fotografía é preciosa e en momentos, dado o ano no que foi gravada a película, paréceme que ten detalles técnicos moi novedosos, como a escena da subida de las escaleiras da parella da protagonista.
Pese ó que poidan opinar algúns, non me pareceu unha película panfletaria, pese a que o telón de fondo sexa a II Guerra mundial.
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