La delicadeza
2011 

6.2
6,958
Romance. Comedia. Drama
Nathalie (Audrey Tautou) pierde en un accidente al hombre del que está perdidamente enamorada. Después de una etapa de duelo, no puede creerse que el amor llame de nuevo a su puerta de la mano de Markus, un compañero de trabajo que nunca ha tenido éxito con las mujeres, pero que rebosa bondad y ternura. Un hombre que para ella puede suponer la vuelta a la vida. (FILMAFFINITY)
6 de julio de 2012
6 de julio de 2012
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aunque la película a veces roza el pastelón, lo cierto es que se centra mucho más en la parte cómica y en las inquietudes de los personajes, sobre todo las de Markus, un joven que no entiende como puede haber dado con semejante pivonazo como Nathalie, y planteárselo le va a dar muchos quebraderos de cabeza. Puede que al principio el ritmo decaiga, pero con la aparición en escena de Damiens (A mi juicio el mejor de la película, tanto él trabajando como su personaje) la película cambia radicalmente, manteniéndote casi todo el metraje con una sonrisa en la boca. Tal vez demasiado forzado el juicio que le hace la gente a Markus por su aspecto físico, pero creo que la película es digna de ver. Ritmo adecuado gracias a un muy buen uso de la elipsis, no se hace larga. Magistral y divertidísima la escena en la que Markus regresa a casa tras el primer encuentro con Nathalie.
10 de febrero de 2013
10 de febrero de 2013
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es un caso raro de film: las actuaciones, los diálogos, los escenarios e incluso la acción dramática de algunas escenas son verosímiles; aunque la historia no lo es. Y esto, en realidad, no importa. Es un film delicado que se disfruta como se disfrutan esas pequeñas cosas, con su sencillez a cuestas. La bella y la bestia contemporánea, con toques de originalidad en un tema tan trillado. La pareja actoral se lleva la palma.
No la recomiendo para aquellos que sigan creyendo que el amor es aquel construido por el star system.
No la recomiendo para aquellos que sigan creyendo que el amor es aquel construido por el star system.
20 de julio de 2012
20 de julio de 2012
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
No puedes narrar una historia, por simple y delicada (valga la redundancia) que sea, con tantos vacíos, con tantas carencias en la narración! Ausencia de un guión más completo, de más profundidad verbal en las expresiones mostradas, de una falta de oratoria que, a pesar del buen trabajo de ambos actores, es claramente evidenciada. Por supuesto, nadie como Audrey Tautou -última musa del cine francés- para representar este papel (encuentro de un amor inesperado capaz de recomponer todo el sufrimiento acumulado durante años pasados) aunque, sin duda alguna, sobresale, inesperadamente, un magnífico-patoso François Damiens cuya poca agraciada apariencia hace brillar aún más su alma al lado del angelical rostro de su compañera de reparto. Sorprendente pareja, clave de toda la historia, cuyos planos compartidos son llenados de simbolismo corporal no suficiente para captar todo el matiz compartido. Pierdes al espectador al no poder compartir ni vivir dentro de ambos personajes; sólo al final y gracias a su manifiesto pensamiento en forma de retórica, uno es capaz de completar el puzzle y entender la relación de ambos. Comedia romántica, no bien definida, que intenta -consigue!- escapar de la empalagosidad pero cuya deseada-original-pretensión pierde fuelle por el camino recuperándolo instantáneamente al final del mismo. Se mueve entre luces y sombras, entre el llanto y la risa llegando a un término medio aceptable.
18 de febrero de 2013
18 de febrero de 2013
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
El argumento es simplísimo: el proceso de recuperación de la muerte de un amor.
La viuda es Audrey Tautou y en su vida aparece Markus, un sueco no muy agraciado pero con una cara de bueno que no puede con ella. Los dos personajes son entrañables, la historia se estructura gracias a las actuaciones que llenan la pantalla, es pura magia.
Hubo momentos en que me descubrí sonriendo como la gente en el cine cuando Amelié miraba desde la primera fila. Si una película es capaz de dejarte con este buen rollo para mí está logradísima. Aunque por momentos parece ñoña, es en verdad la escenificación de la delicadeza, de Tautou como la elegancia en estado puro en contraposición a la torpeza de Marcus, que exterioriza su delicadeza en la manera de conquistar a Nathalie.
Trata también sobre la superficialidad de la sociedad que al guiarse por las apariencias pareciera que ni se percata de la presencia de este bonachón, a tal punto que en un principio pensé que Markus sólo existía en la imaginación de Nathalie.
Puede que haya exagerado en mi crítica, pero es que esta película sacó mi parte más amorosa. Abstenerse galo-fóbicos porque es totalmente francesa.
La viuda es Audrey Tautou y en su vida aparece Markus, un sueco no muy agraciado pero con una cara de bueno que no puede con ella. Los dos personajes son entrañables, la historia se estructura gracias a las actuaciones que llenan la pantalla, es pura magia.
Hubo momentos en que me descubrí sonriendo como la gente en el cine cuando Amelié miraba desde la primera fila. Si una película es capaz de dejarte con este buen rollo para mí está logradísima. Aunque por momentos parece ñoña, es en verdad la escenificación de la delicadeza, de Tautou como la elegancia en estado puro en contraposición a la torpeza de Marcus, que exterioriza su delicadeza en la manera de conquistar a Nathalie.
Trata también sobre la superficialidad de la sociedad que al guiarse por las apariencias pareciera que ni se percata de la presencia de este bonachón, a tal punto que en un principio pensé que Markus sólo existía en la imaginación de Nathalie.
Puede que haya exagerado en mi crítica, pero es que esta película sacó mi parte más amorosa. Abstenerse galo-fóbicos porque es totalmente francesa.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Cuando el jefe pregunta a Markus qué le gusta de ella, él responde: “Me permite ser la mejor versión de mí mismo”.. Poesía pura, hasta el jefe se lo dice.
22 de junio de 2012
22 de junio de 2012
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película está basada en un libro que ha sido escrito por el hermano del director, David Foenkinos –quien también coopera en la dirección del largometraje-, y que ha conseguido convertirse en un gran fenómeno al lograr una venta de más de 7.000 ejemplares y 10 premios literarios franceses.
Ambos hermanos se juntan para elaborar una exquisita comedia romántica de ciertos momentos dramáticos con la que uno puede disfrutar del mejor tono francés. La historia comienza con una mujer, Nathalie (Audrey Tautou), que ostenta una sutil elegancia, una irresistible sencillez y una felicidad envidiable. El tono positivo termina cuando ella sufre inesperadamente la pérdida de su marido; entonces, los agradables primeros minutos se convierten en un escenario gris oscurecido por la irremediable pena de la protagonista. Perseguida por el enamoramiento caprichoso de su jefe de trabajo, los cotilleos de sus compañeros y su aislamiento familiar, Nathalie ahoga su vida en su responsabilidad laboral. Sin embargo, el amor y el reencuentro consigo misma lo halla tras un inconsciente desahogo emocional con un compañero de trabajo, Markus (François Damiens), un sueco de poco éxito social aunque desbordante de bondad y calidez.
Stéphane Foenkinos ha trabajado esencialmente para otros grandes directores, como Woody Allen y Terrence Mallick. No obstante, su historia a la cabeza de las cámaras comienza con este gran éxito fílmico junto a su hermano. Es excepcional el tratamiento con el que consiguen exponer las sensaciones así como el radical contraste de emociones y personalidades de los personajes trasladándonos del placer al dolor, de la angustia a la alegría… sin romper en ningún momento con la credibilidad. La narración está muy bien construida, lo que nos permite enlazar las situaciones y adaptarnos adecuadamente a los personajes, y acentúa su interés por mostrar la interioridad de los protagonistas con intervenciones de sus pensamientos en voz en off, lo que nos permite viajar de la realidad al corazón de los personajes.
La música francesa que nos acompaña está en boca de la artista francesa Emilie Simon, cuyas letras declaran el valor sentimental que prima en momentos claves. Los planos, así como el color y la luz elegidos para cada fotograma nos transmite la idea fundamental que envuelve a los protagonistas: delicadeza. La capacidad de Audrey Tautou de ofrecer a sus personajes un tono misterioso, dulce y elegante nos facilita el acercamiento a Nathalie. Sin embargo, la empatía del espectador recae sobre François Damiens, que trabaja una interpretación de lo más sencilla pero desbordante de nobleza y bondad; es un hombre que a primera vista carece de valor pero es quien recoge el testigo de la entrega verdadera, lugar donde uno puede hallar lo mejor de uno mismo.
Ambos hermanos se juntan para elaborar una exquisita comedia romántica de ciertos momentos dramáticos con la que uno puede disfrutar del mejor tono francés. La historia comienza con una mujer, Nathalie (Audrey Tautou), que ostenta una sutil elegancia, una irresistible sencillez y una felicidad envidiable. El tono positivo termina cuando ella sufre inesperadamente la pérdida de su marido; entonces, los agradables primeros minutos se convierten en un escenario gris oscurecido por la irremediable pena de la protagonista. Perseguida por el enamoramiento caprichoso de su jefe de trabajo, los cotilleos de sus compañeros y su aislamiento familiar, Nathalie ahoga su vida en su responsabilidad laboral. Sin embargo, el amor y el reencuentro consigo misma lo halla tras un inconsciente desahogo emocional con un compañero de trabajo, Markus (François Damiens), un sueco de poco éxito social aunque desbordante de bondad y calidez.
Stéphane Foenkinos ha trabajado esencialmente para otros grandes directores, como Woody Allen y Terrence Mallick. No obstante, su historia a la cabeza de las cámaras comienza con este gran éxito fílmico junto a su hermano. Es excepcional el tratamiento con el que consiguen exponer las sensaciones así como el radical contraste de emociones y personalidades de los personajes trasladándonos del placer al dolor, de la angustia a la alegría… sin romper en ningún momento con la credibilidad. La narración está muy bien construida, lo que nos permite enlazar las situaciones y adaptarnos adecuadamente a los personajes, y acentúa su interés por mostrar la interioridad de los protagonistas con intervenciones de sus pensamientos en voz en off, lo que nos permite viajar de la realidad al corazón de los personajes.
La música francesa que nos acompaña está en boca de la artista francesa Emilie Simon, cuyas letras declaran el valor sentimental que prima en momentos claves. Los planos, así como el color y la luz elegidos para cada fotograma nos transmite la idea fundamental que envuelve a los protagonistas: delicadeza. La capacidad de Audrey Tautou de ofrecer a sus personajes un tono misterioso, dulce y elegante nos facilita el acercamiento a Nathalie. Sin embargo, la empatía del espectador recae sobre François Damiens, que trabaja una interpretación de lo más sencilla pero desbordante de nobleza y bondad; es un hombre que a primera vista carece de valor pero es quien recoge el testigo de la entrega verdadera, lugar donde uno puede hallar lo mejor de uno mismo.
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