El poder del perro
2021 

6.4
24,728
Western. Drama
Montana, 1925. Los acaudalados hermanos Phil (Cumberbatch) y George Burbank (Plemons) son las dos caras de la misma moneda. Phil es impetuoso y cruel, mientras George es impasible y amable. Juntos son copropietarios de un enorme rancho donde tienen ganado. Cuando George se casa con una viuda del pueblo, Rose (Dunst), Phil comienza a despreciar a su nueva cuñada, que se instala en el rancho junto a su hijo, el sensible Peter (Smit-McPhee). [+]
4 de diciembre de 2021
4 de diciembre de 2021
46 de 66 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hacía más de una década que la directora de El piano no estrenaba una película. Lo ha hecho con un western intimista, cocinado a fuego muy lento y donde los personajes se esconden de sí mismos, sufren, se contienen, lo pasan mal. Todos tienen algo a lo que aferrarse para salir adelante, para evitar o escapar de algunos seres humanos que se comportan como salvajes, marcando territorio cueste lo que cueste, sin contemplación. Y por ahí anda un excelente Benedict Cumberbatch, un enorme villano del que iremos sabiendo cosas poco a poco, un personaje frío y capaz de hundir a una persona simplemente tocando su banjo. Porque en este western las heridas no se producen con balas. También está Kirsten Dunst, excelente en su sufrido personaje. Benedict dijo en una entrevista que durante el rodaje él y ella se negaron a hablarse para mantenerse en sus respectivos personajes. Me lo creo, porque cuando ambos comparten escena se nota la distancia entre los dos a través de la pantalla. Por ambos, la película merece ser vista.
El poder del perro presenta una gran fotografía, tanto de exteriores como de primeros planos que crean gran tensión. La banda sonora corre a cargo del que ya es habitual compositor de Paul Thomas Anderson, Jonny Greenwood. Su música reconocible nos transporta a las secas tierras de Montana. El guión lo escribe la propia directora, sencillo y directo, pero con detalles que hay que estar atentos para ir relacionando aspectos que se nos han mostrado o contado con anterioridad. Es de agradecer que Jane Campion trate al espectador de forma inteligente. Por eso, prestemos atención. De lo contrario, puede que cuando comiencen a aparecer los créditos finales alguien se pregunte: “¿qué ha pasado aquí?”
El poder del perro presenta una gran fotografía, tanto de exteriores como de primeros planos que crean gran tensión. La banda sonora corre a cargo del que ya es habitual compositor de Paul Thomas Anderson, Jonny Greenwood. Su música reconocible nos transporta a las secas tierras de Montana. El guión lo escribe la propia directora, sencillo y directo, pero con detalles que hay que estar atentos para ir relacionando aspectos que se nos han mostrado o contado con anterioridad. Es de agradecer que Jane Campion trate al espectador de forma inteligente. Por eso, prestemos atención. De lo contrario, puede que cuando comiencen a aparecer los créditos finales alguien se pregunte: “¿qué ha pasado aquí?”
11 de enero de 2022
11 de enero de 2022
45 de 65 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay ciertas películas que las tenemos todos los años; y una de esas es el drama profundo que triunfa en la temporada de premios y que muchos alaban pero que en realidad es intragable. Este año ese drama es El Poder del Perro.
Para empezar, ¿de qué trata El Poder del Perro? No te lo puedo decir porque, tras dos horas y ocho minutos, tengo la sensación de que no ha pasado nada relevante. No hay una historia que transcurra; no hay una evolución de personajes siquiera, ya que salvo uno, éstos no cambian a lo largo del filme. Es una película que (supuestamente) se basa en la profundidad: debes sumergirte en la historia y en los personajes y entender la situación y a ellos, sin trama alguna. Que pedante, ¿verdad?
Al no pasar nada, El Poder del Perro es aburrida a más no poder e insulsa. No tiene chicha, no hay nada a lo que agarrarse para engancharse a la película. Los personajes, a cual más odioso (y eso que el reparto es estelar): una Kirsten Dunst borracha perdida sin motivo alguno, un soso Jesse Plemons, una desaprovechada Thomasin McKenzie…se salvan Kodi Smit-McPhee y Benedict Cumberbatch; sus personajes no son especialmente interesantes, y el vínculo que establecen es forzado, pero he de reconocer que las actuaciones son buenas.
Lo más irritante de esta cinta es lo pretenciosa que es. Jane Campion se olvida por completo del guión y alardea de esa supuesta profundidad que posee su obra: y venga planos largos, y venga conversaciones pausadas, y venga simbolismo…todo sin valor alguno, porque la poca historia (si podemos llamarla así) que transmite aunque no es mala en sí, está terriblemente ejecutada y pierde cualquier poder o interés ante tan mediocre panorama.
No soporto estos dramones infumables y presuntuosos que solo se enfocan en ganar premios y hacen parecer a los críticos inteligentes y a la audiencia que no le gusta estúpida, lo que hace que incluso desarrolle un odio personal. Para mí esto es cine en horas bajas mucho más que cualquier película de Marvel.
Para empezar, ¿de qué trata El Poder del Perro? No te lo puedo decir porque, tras dos horas y ocho minutos, tengo la sensación de que no ha pasado nada relevante. No hay una historia que transcurra; no hay una evolución de personajes siquiera, ya que salvo uno, éstos no cambian a lo largo del filme. Es una película que (supuestamente) se basa en la profundidad: debes sumergirte en la historia y en los personajes y entender la situación y a ellos, sin trama alguna. Que pedante, ¿verdad?
Al no pasar nada, El Poder del Perro es aburrida a más no poder e insulsa. No tiene chicha, no hay nada a lo que agarrarse para engancharse a la película. Los personajes, a cual más odioso (y eso que el reparto es estelar): una Kirsten Dunst borracha perdida sin motivo alguno, un soso Jesse Plemons, una desaprovechada Thomasin McKenzie…se salvan Kodi Smit-McPhee y Benedict Cumberbatch; sus personajes no son especialmente interesantes, y el vínculo que establecen es forzado, pero he de reconocer que las actuaciones son buenas.
Lo más irritante de esta cinta es lo pretenciosa que es. Jane Campion se olvida por completo del guión y alardea de esa supuesta profundidad que posee su obra: y venga planos largos, y venga conversaciones pausadas, y venga simbolismo…todo sin valor alguno, porque la poca historia (si podemos llamarla así) que transmite aunque no es mala en sí, está terriblemente ejecutada y pierde cualquier poder o interés ante tan mediocre panorama.
No soporto estos dramones infumables y presuntuosos que solo se enfocan en ganar premios y hacen parecer a los críticos inteligentes y a la audiencia que no le gusta estúpida, lo que hace que incluso desarrolle un odio personal. Para mí esto es cine en horas bajas mucho más que cualquier película de Marvel.
10 de diciembre de 2021
10 de diciembre de 2021
61 de 102 usuarios han encontrado esta crítica útil
Qué manía tienen algunos cineastas con hacer películas lentas. ¿Qué buscan con ello? ¿Que sean más bucólicas, etéreas o sensitivas? No lo sé, y disculpen mi ignorancia. Quizás piensan que así al espectador le da tiempo a pensar o a disfrutar de las imágenes, o lo mismo lo hacen así de despacio para que entendamos todo bien, creyendo que somos medio lelos.... no sé qué pensar. Pero si ya me ponen nervioso las personas que hablan despacio, imagínense el suplicio que ha sido ver este film. Se me ha hecho eterno.
Poniendo a un lado al reparto, que es sensacional y además lo hace de 10, el resto es infumable e insufrible. Hasta la música es mala, y ya es complicado.
Y el final... El final te parte de la tensión que transmite (esto es ironía). Vaya muermo de final, qué desperdicio de cierre. Qué venganza más light y tan desaprovechada. Es una venganza sin lactosa.
Qué poca sangre en general, y no me refiero a sangre de verdad, sino a sangre en las venas.
Poniendo a un lado al reparto, que es sensacional y además lo hace de 10, el resto es infumable e insufrible. Hasta la música es mala, y ya es complicado.
Y el final... El final te parte de la tensión que transmite (esto es ironía). Vaya muermo de final, qué desperdicio de cierre. Qué venganza más light y tan desaprovechada. Es una venganza sin lactosa.
Qué poca sangre en general, y no me refiero a sangre de verdad, sino a sangre en las venas.
19 de noviembre de 2021
19 de noviembre de 2021
78 de 137 usuarios han encontrado esta crítica útil
Crecí viendo cabalgar a John Wayne, a Jimmy Stewart, a Burt Lancaster; también disfruté de todos los "ríos" de Howard Hawks y de las historias de la "caballería" de John Ford. Viendo este film, me siento ajeno a todo ello y me aburro como una ostra a partir del minuto 20 más o menos. ¿De qué va? ¿de un universo gay" ¿de "Luz de gas"?.
Cada vez que un crítico habla de "deconstrucción" de algo, me pongo a temblar; al western cada que que lo "deconstruyen" lo inutilizan sin remedio.
Otro fiasco que añadir de un cine relamido, abstracto y sin sentido. Dicen que Jane Campion llevaba 10 años sin dirigir una película. Lástima no esperara 10 más.
Cada vez que un crítico habla de "deconstrucción" de algo, me pongo a temblar; al western cada que que lo "deconstruyen" lo inutilizan sin remedio.
Otro fiasco que añadir de un cine relamido, abstracto y sin sentido. Dicen que Jane Campion llevaba 10 años sin dirigir una película. Lástima no esperara 10 más.
1 de diciembre de 2021
1 de diciembre de 2021
42 de 65 usuarios han encontrado esta crítica útil
Adoro a Benedict Cumberbatch, actor al que descubrí en la serie Sherlock (con dos temporadas maravillosas, una tercera irregular y una cuarta terrible), y que me ha ido cautivando a medida que proseguía con su estupenda filmografía, Doctor Strange incluido. Ese es el único motivo por el que me he embarcado en el visionado de este drama (estreno de Netflix, que ya se acerca la temporada de premios), aplaudido por la crítica en varios festivales, y dirigido por Jane Campion, directora que vivió tiempos mejores, y cuyo mayor éxito (‘El Piano’) ya ha sido olvidado en el tiempo. No es culpa suya, suele suceder. Pues bien, ya he visto el film y debo confesar que es tan lento y aburrido como parece, siendo su único atractivo el reparto (se veía venir), y poniendo de relieve la eterna (y épica) batalla entre crítica y público. Pero no adelantemos acontecimientos.
Campion ofrece una convincente labor tras las cámaras, aportando elegancia y estilo al conjunto. No creo que nadie se atreva a negar la belleza visual del film, pero lo que sí es cuestionable es la duración, con dos interminables horas que podrían haberse reducido sin problema alguno. Pero el problema no es de la dirección, sino más bien de un guion que no tiene nada interesante que contarnos (quizás podría rescatar un par de escenas y diálogos, pero poco más), y que, por cierto, también es cortesía de Campion. Todo queda en casa.
Ahora vendrán los de siempre (ya sabéis, los que la han aplaudido en los festivales) a decir que la propuesta está repleta de matices, y que es una historia solamente apta para los que saben ver más allá. Me van a disculpar, muy señores míos, pero se puede contar exactamente lo mismo en apenas hora y media, sin que el conjunto se resienta. No ayuda que algunos personajes desaparezcan sin motivo alguno, como si ya no importasen lo más mínimo, cuando se han perdido valiosos minutos con ellos al inicio de la cinta, o que el núcleo de la historia no ofrezca nada nuevo. Quizás sean cosas mías, pero cuando aparecen los títulos de crédito, queda la sensación de que la trama no es tan apasionante y sugerente como nos quieren hacer creer.
Y sí, estamos ante otra producción que la crítica amará con locura y el público aborrecerá. El eterno conflicto que no parece que vaya a tener fin. No quiero extenderme mucho en este punto, pero jamás comprenderé por qué los críticos no piensan en los espectadores, cuando se supone que están al servicio de éstos. Por supuesto, me refiero a dar su entusiasta opinión advirtiendo de lo que es el producto, sin olvidarse de que no escriben para ellos mismos. Yo estoy curtido en mil batallas, y ya sospechaba lo que me iba a encontrar, pero estoy seguro de que habrá muchos espectadores incautos que le darán al play, interesados por las positivas reseñas, y desearán no haberlo hecho cuando hayan finalizado las dos extensas horas. En fin, yo ya he avisado, por lo que mi conciencia está tranquila (claro que tampoco soy crítico).
Respecto al reparto, es lo mejor del film, pero de lejos. Da igual lo que haga el bueno de Benedict, que siempre te atrapa. Puede estar leyendo las necrológicas mientras se toma un café, que seguirá siendo apasionante. He visto la película en versión original (simplemente lo indico), y puedo confirmar que el genial intérprete ofrece otra actuación brillante y visceral, con un personaje nada sencillo, y seguramente mejorándolo. Algo me dice que en otras manos no habría sido lo mismo. Jesse Plemons también ofrece una gran actuación, como de costumbre, aunque deje la sensación de estar bastante desaprovechado.
En cuanto a Kirsten Dunst, hablamos de una actriz que jamás me ha dicho demasiado, pero es indudable que aquí ofrece una impecable actuación. No me llevaría ninguna sorpresa si la nominasen a ella o a Cumberbatch, porque ambas interpretaciones elevan el nivel del film. El resto del conjunto actoral funciona a la perfección, aunque no deja de ser sorprendente ver a la ascendente Thomasin McKenzie (de reciente estreno con la fallida ‘Última noche en el Soho’) en un papel tan irrelevante. Finalizar este apartado reconociendo que sin un elenco actoral tan espectacular, la película sería muy inferior (sí, todavía más). No tengo ninguna duda, ya que de haber tenido un reparto menos atractivo, seguramente no me habría detenido en ella. Bien jugado… bien jugado.
En conclusión, estamos ante un insustancial drama que se cree mejor de lo que es, y que sólo destaca por su impecable reparto, siendo otra bomba de humo que gran parte del público no entenderá, aburriéndose de forma irremediable. Seamos sinceros, en dos días la habremos olvidado todos, incluidos los críticos que la han reseñado con tanto entusiasmo. Al resto de espectadores, no os la recomiendo, aunque seguramente los amantes de este tipo de dramas cocinados a fuego lento (nada en contra de ese recurso, cuando se hace bien) la adoren. Eso que se llevan, pero para mí es una de las películas más insustanciales y fallidas del año. No obstante, por la actuación de mi querido Cumberbatch (y la de Dunst), quizás merezca la pena el visionado. Maldito seas, Benedict. Maldito seas…
Más críticas: ocioworld.net
Campion ofrece una convincente labor tras las cámaras, aportando elegancia y estilo al conjunto. No creo que nadie se atreva a negar la belleza visual del film, pero lo que sí es cuestionable es la duración, con dos interminables horas que podrían haberse reducido sin problema alguno. Pero el problema no es de la dirección, sino más bien de un guion que no tiene nada interesante que contarnos (quizás podría rescatar un par de escenas y diálogos, pero poco más), y que, por cierto, también es cortesía de Campion. Todo queda en casa.
Ahora vendrán los de siempre (ya sabéis, los que la han aplaudido en los festivales) a decir que la propuesta está repleta de matices, y que es una historia solamente apta para los que saben ver más allá. Me van a disculpar, muy señores míos, pero se puede contar exactamente lo mismo en apenas hora y media, sin que el conjunto se resienta. No ayuda que algunos personajes desaparezcan sin motivo alguno, como si ya no importasen lo más mínimo, cuando se han perdido valiosos minutos con ellos al inicio de la cinta, o que el núcleo de la historia no ofrezca nada nuevo. Quizás sean cosas mías, pero cuando aparecen los títulos de crédito, queda la sensación de que la trama no es tan apasionante y sugerente como nos quieren hacer creer.
Y sí, estamos ante otra producción que la crítica amará con locura y el público aborrecerá. El eterno conflicto que no parece que vaya a tener fin. No quiero extenderme mucho en este punto, pero jamás comprenderé por qué los críticos no piensan en los espectadores, cuando se supone que están al servicio de éstos. Por supuesto, me refiero a dar su entusiasta opinión advirtiendo de lo que es el producto, sin olvidarse de que no escriben para ellos mismos. Yo estoy curtido en mil batallas, y ya sospechaba lo que me iba a encontrar, pero estoy seguro de que habrá muchos espectadores incautos que le darán al play, interesados por las positivas reseñas, y desearán no haberlo hecho cuando hayan finalizado las dos extensas horas. En fin, yo ya he avisado, por lo que mi conciencia está tranquila (claro que tampoco soy crítico).
Respecto al reparto, es lo mejor del film, pero de lejos. Da igual lo que haga el bueno de Benedict, que siempre te atrapa. Puede estar leyendo las necrológicas mientras se toma un café, que seguirá siendo apasionante. He visto la película en versión original (simplemente lo indico), y puedo confirmar que el genial intérprete ofrece otra actuación brillante y visceral, con un personaje nada sencillo, y seguramente mejorándolo. Algo me dice que en otras manos no habría sido lo mismo. Jesse Plemons también ofrece una gran actuación, como de costumbre, aunque deje la sensación de estar bastante desaprovechado.
En cuanto a Kirsten Dunst, hablamos de una actriz que jamás me ha dicho demasiado, pero es indudable que aquí ofrece una impecable actuación. No me llevaría ninguna sorpresa si la nominasen a ella o a Cumberbatch, porque ambas interpretaciones elevan el nivel del film. El resto del conjunto actoral funciona a la perfección, aunque no deja de ser sorprendente ver a la ascendente Thomasin McKenzie (de reciente estreno con la fallida ‘Última noche en el Soho’) en un papel tan irrelevante. Finalizar este apartado reconociendo que sin un elenco actoral tan espectacular, la película sería muy inferior (sí, todavía más). No tengo ninguna duda, ya que de haber tenido un reparto menos atractivo, seguramente no me habría detenido en ella. Bien jugado… bien jugado.
En conclusión, estamos ante un insustancial drama que se cree mejor de lo que es, y que sólo destaca por su impecable reparto, siendo otra bomba de humo que gran parte del público no entenderá, aburriéndose de forma irremediable. Seamos sinceros, en dos días la habremos olvidado todos, incluidos los críticos que la han reseñado con tanto entusiasmo. Al resto de espectadores, no os la recomiendo, aunque seguramente los amantes de este tipo de dramas cocinados a fuego lento (nada en contra de ese recurso, cuando se hace bien) la adoren. Eso que se llevan, pero para mí es una de las películas más insustanciales y fallidas del año. No obstante, por la actuación de mi querido Cumberbatch (y la de Dunst), quizás merezca la pena el visionado. Maldito seas, Benedict. Maldito seas…
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