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El artista

Comedia. Drama. Romance Hollywood, 1927. George Valentin es una gran estrella del cine mudo a quien la vida le sonríe. Pero con la llegada del cine sonoro, su carrera corre peligro de quedar sepultada en el olvido. Por su parte, la joven actriz Peppy Miller, que empezó como extra al lado de Valentin, se convierte en una estrella del cine sonoro.
Críticas 489
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5
3 de junio de 2012 4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que dentro de sus características The Artist es una película técnicamente magnífica, creo que no quedan dudas, a pesar de que en lo personal no me agradó mucho. Me costó mantenerme despierto la primer media hora y poco interés me despertó la historia en general. Más me aburrí que otra cosa.
Obviamente, no es El Acorazado Potemkin, ni El Pibe, ni etc. etc. Y eso de que se trata de un homenaje al cine - que puede serlo, como en alguna medida lo es todo buen film -, me parece que no completa su interpretación.
A mi entender, más que un homenaje, The Artist es "una advertencia" al mundo del cine; un decirle "o cambias, o mueres" "o te reciclas, redefines, te transformas...o desapareces"... Y puede que así sea: de hecho, hoy he leído declaraciones de Peter Greenaway anunciándolo...
No lo sé, sería desolador que la más compleja de las artes desapareciera. Y por el contrario, nada desolador me hubiese resultado que esta buena película no se hiciera.
De lo que no deja dudas, es de lo pobre que de ha de haber sido la producción cinematográfica 2011 en lengua inglesa, como para que el Oscar a la mejor se lo llevara The Artist.
10
24 de junio de 2012 4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Muchos se asustaron al enterarse de que "El Artista" era un film mudo y en blanco y negro. Si bien quienes acostumbramos a ver cine clásico no huimos ante tal información, en gente menos acostumbrada esto es un problema. Por ende tuve que aclarar a muchas personas interesadas en ver "El Artista", que en este film el uso de blanco y negro y la "ausencia de sonido", esta articulada con toda la película y termina siendo un recurso que se encarga de reforzar cualquier otro mecanismo para hacer avanzar la historia a contar. No le he encontrado falla a alguna a este film que tiene todo lo que tiene que tener una gran película; una buena historia, un desenlace no del todo convencional, grandes actuaciones y muchos detalles ciertamente brillantes. Gracias al cine que hasta el día de la fecha sigue dando chispazos de esta categoría.
9
15 de septiembre de 2012 4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
A veces y solo a veces una película no necesita tener una gran historia que contar cuando esa historia esta bien contada.
De hecho cuando una historia esta muy bien contada puede prescindir del color, o de decorados (Dogville), hasta incluso del sonido...

Cuando esta tan bien contada como The Artist, la falta de dialogo te ayuda a sumergirte en la obra. Porque no tiene ni un solo dialogo, pero tiene un lenguaje no verbal tan depurado que hasta le sobran.

Tiene una mímica y un magnetismo que despirta tu imaginación y es que en este film no hacen falta infinitos diálogos ni un narrador con voz en off para comprender el guion, tiene un mensaje atemporal que la hubiera hecho una gran película hace 70 años y que la hará gran película 70 años después.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Impagable la pesadilla de George Valentin en la que empieza a escuchar sonido.
7
8 de diciembre de 2011 3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Parece curioso que le bello homenaje que se realiza a las películas mudas y el inicio del cine sonoro en Hollywood provenga no de un norteamericano sí no de la tierra dónde nació el cine con los Hermanos Lumiere.

El gran hándicap que va a tener “The Artist” para llegar al gran público va ser que al ser muda y en blanco y negro el público que acude a ver películas en masa prejuzgara la película por este hecho. Craso error. El cine es cine y como tal hay que verlo, sin prejuicios.

A través de la caída de un ídolo del cine mudo (con una esplendida interpretación de Jean Dujardin, a su vez actor casi fetiche del Director, que ya ha sido premiado en Cannes y con casi toda seguridad nominado a los Óscar) y el ascenso de una joven actriz (con una fresca interpretación de Bérénice Bejo) vamos contraponiendo el cambio de un viejo mundo (el cine mudo) con la irrupción y éxito del cine sonoro como un nuevo mundo. Todo ello a través de una historia unida por pequeños fragmentos de homenajes a todo el cine, no sólo al primitivo, y con una banda sonora (ya ganadora del premio del cine europeo) prefecta en cada momento.

En definitiva, un placer contemplar en la gran pantalla una deliciosa y armoniosa historia de amor al cine.
7
15 de diciembre de 2011 3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
A raíz del último trabajo de Woody Allen, en la inauguración de la 64ª edición del Festival de Cine de Cannes, se hizo inevitable no hablar de la nostalgia. Darse la vuelta y remontarse en el tiempo con posado romántico (incluso melancólico, si la ocasión lo requiere) para encontrar la inspiración dio resultado con 'Medianoche en París'. La misma táctica lleva aplicando el francés Michel Hazanavicius desde hace no pocos años. Cinco hace exactamente del estreno de 'OSS 117: El Cairo, nido de espías', que tuvo la correspondiente secuela tres años después con 'OSS 117: Perdido en Río'. Ambas formaban la que vendría a ser la respuesta francesa a la saga "Austin Powers", de Michael Myers. Una propuesta que lejos de conformarse con dar réplica al fenómeno británico, ofreció una más que atractiva alternativa al actualmente tan sobado cine paródico.

Con un mimo encomiable por el estilo y con un sentido del humor mucho más agudo de lo que en un principio cabría esperar, Hazanavicius se reía de los clásicos del sub-género espía, sin perder jamás el respeto hacia los mismos. Es como el alumno que se ríe de su maestro sin olvidar que está en deuda con él. Una actitud muy similar adopta para 'The Artist', arriesgadísimo filme mudo presentado en blanco y negro (a la vieja, viejísima usanza, vaya), que por la apuesta formal, a nuestra cabeza solamente llega el concepto ''milagro''. Porque no cabe sino catalogar de milagro el que, en pleno siglo XXI, con las -malditas- gafas polarizadas imponiéndose cada semana más en las salas de cine, alguien tenga el atrevimiento -o la locura- de llevar adelante una película muda y carente de color. Parece también fruto de una intervención divina el que alguna productora (en este caso, la de los omnipotentes hermanos Weinstein, poca broma) haya tenido fe en dicho proyecto. Lo mismo puede decirse de que dicho filme haya entrado en el circuito comercial, más allá del art house festivalero, que a priori parecía su único destino.

Precisamente el primer destino que se había pensado para la presentación en sociedad de la cinta fue la Sección Un Certain Regard de Cannes (la conocida como segunda división en dicho certamen). Afortunadamente, a algún genio se le ocurrió que la Sección Oficial a Competición quizás sería un mejor escenario para dicho filme. Cambio de programa de ultimísima hora que se tradujo en uno de los mayores éxitos este año en la Croisette. A partir de ahí, la enésima confirmación del buen olfato de los Weinstein, que una vez más, han apadrinado una película que allá donde va ha conquistado los corazones de los espectadores... y que incluso suena para los Oscar. Se hace no obstante difícil visualizar a Hazanavicius y compañía conquistando la Academia, pero esta percepción se debe solamente a la aparente ligereza y tono desenfadado con la que se ha envuelto 'The Artist'.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
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A pesar de ello, nada puede ocultar que estamos ante una cinta en muchos sentidos prodigiosa. Uno de estos ejemplos en los que todas las piezas que componen el engranaje de cualquier producto fílmico encajan y funcionan casi a la perfección. Desde la amable banda sonora de Ludovic Bource hasta la magistral dirección de Michel Hazanavicius, pasando por el interesantísimo guión firmado por el citado autor, la cuidada fotografía con sabor añejo de Guillaume Schiffman y cómo no, otra lección magistral de camaleonismo de la mano de Jean Dujardin, ese actorazo en la sombra capaz de dar el pego tanto como el Sean Connery "al servicio de su Majestad", como en esta ocasión el Douglas Fairbanks o el Fred Astaire -entre muchos otros- de la mejor época.

Para buena época del cine, la de aquellos dorados y felices años veinte, en los que el poder Hollywoodiense crecía de forma exponencial... y en los que el conocido como el séptimo arte, sufriría uno de los cambios más radicales de su corta pero intensísima historia. Año 1929, los grandes productores se frotan las manos ante las infinitas posibilidades que va a ofrecerles el acople del sonido en su negocio... mientras, a algunas estrellas consagradas del celuloide les entra el vértigo al no verse capaces de afrontar el lavado de cara radical al que va a someterse su profesión. Es el caso de George Valentin (una vez más, excelente Jean Dujardin, cuyo trabajo es también deudor de la química que establece con la encantadora Bérénice Bejo), un guaperas engreído ídolo de masas que se va a ver abocado al ostracismo con el giro de ciento ochenta grados que da su oficio.

Problemática planteada (suena la campana de 'Cantando bajo la lluvia', ¿verdad?), estupendamente desarrollada y todavía mejor resuelta. Definida por su director como una conjunción de citas, referencias y plagios, 'The Artist' es una formidable comedia que a parte de entretener con una facilidad casi insultante, se permite el lujo de escribir una emotiva carta de amor a este gran circo al que llamamos "cine", siempre cambiando su cara; siempre hambriento de carne de fresca. Otra ocasión en la que Hazanavicius demuestra que sabe lo que se hace, y en la que pone todo su savoir faire al servicio de un producto tan arriesgado como fascinante; tan divertido como entrañable. Para que no sea dicho, que quede constancia: en pleno siglo XXI, una película muda y en blanco y negro logró en su día una calurosísima ovación en una de las salas de proyección más célebres del mundo, y va lanzada a convertirse en uno de los títulos más queridos del año. El cine silente resucita... y reclama con toda justicia su presencia en el panorama actual.
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