El artista
7.6
60,331
Comedia. Drama. Romance
Hollywood, 1927. George Valentin es una gran estrella del cine mudo a quien la vida le sonríe. Pero con la llegada del cine sonoro, su carrera corre peligro de quedar sepultada en el olvido. Por su parte, la joven actriz Peppy Miller, que empezó como extra al lado de Valentin, se convierte en una estrella del cine sonoro.
16 de diciembre de 2011
16 de diciembre de 2011
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Transmite magia en todas sus escenas y lo hace sin ninguna envidia hacia las comedias y el cine del que es fiel reflejo. "The artist" es pura imagen del cine mudo, homenaje a un cine perdido en la memoria de muchos cinéfilos. Es copiar y pegar lo que hemos visto pero la sonrisa no se pierde desde su primera escena. Tiene mucho de Chaplin, de Orson Welles en su profundidad de campo y de muchos otros. Y su dulzura se contagia. Desde aquella obra maestra de Woody Allen que fue "La rosa púrpura de El Cairo" y "Ed Wood" de Tim Burton pocas veces se ha visto en el cine esas ganas de traer al presente un pasado añorado. Y tiene de muda lo que al ochenta por ciento de las películas de ahora les sobra. Diálogos innecesarios. Una joya.
18 de diciembre de 2011
18 de diciembre de 2011
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hubo un tiempo en el que las películas eran en blanco y negro, y la música sonaba en directo. Los actores tenían que expresarlo todo a través de sus gesticulaciones exageradas, y era la música de la orquesta en directo la que transmitía al espectador todas las sensaciones, los pocos diálogos eran presentados al público a través de frases cortas a modo de cartel.
Este largometraje rinde un agradable homenaje a ese tipo de cine, permitiéndose algunas licencias, aunque siguiendo una historia lineal, clásica y conservadora.
La película gusta, entretiene, consigue emocionar, y al final te sientes como si salieses en la foto del fotograma final de El Resplandor, pero en vez de a Jack Nicholson, a quien tienes a tu lado son a Jean Dujardin y Bérénice Bejo. Es arriesgada, ¿una película muda, en blanco y negro, que a la vez es una comedia romántica en pleno siglo XXI?, bueno durante muchos años el cine ha ido mirando hacia el futuro, de vez en cuando es bueno que mire al pasado, a su pasado, a sus comienzos. El mundo ha ido evolucionando, y el cine también, renovarse o morir, y esa es la moraleja que a mi entender encierra esta cinta.
Auge y decadencia de un artista del cine mudo, que bien podría ser Rodolfo Valentino o Douglas Fairbanks, tipos que ya no quedan, con o sin frac. El ascenso de una joven estrella, en proporción inversa a la decadencia del protagonista.
Este largometraje rinde un agradable homenaje a ese tipo de cine, permitiéndose algunas licencias, aunque siguiendo una historia lineal, clásica y conservadora.
La película gusta, entretiene, consigue emocionar, y al final te sientes como si salieses en la foto del fotograma final de El Resplandor, pero en vez de a Jack Nicholson, a quien tienes a tu lado son a Jean Dujardin y Bérénice Bejo. Es arriesgada, ¿una película muda, en blanco y negro, que a la vez es una comedia romántica en pleno siglo XXI?, bueno durante muchos años el cine ha ido mirando hacia el futuro, de vez en cuando es bueno que mire al pasado, a su pasado, a sus comienzos. El mundo ha ido evolucionando, y el cine también, renovarse o morir, y esa es la moraleja que a mi entender encierra esta cinta.
Auge y decadencia de un artista del cine mudo, que bien podría ser Rodolfo Valentino o Douglas Fairbanks, tipos que ya no quedan, con o sin frac. El ascenso de una joven estrella, en proporción inversa a la decadencia del protagonista.
19 de diciembre de 2011
19 de diciembre de 2011
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Parece un verdadero milagro que en pleno siglo XXI se estrene una película muda. Lógicamente esto sólo puede haber ocurrido teniendo algo muy bueno que contar y siendo dicho cine mudo la mejor forma de hacerlo.
“The Artist” es ante todo un homenaje a los orígenes del séptimo arte y para conseguirlo utiliza una buena historia sobre el gozo y el drama de la llegada del cine sonoro en 1927. Lo que para el público fue todo un acontecimiento y para la productora Warner Bros. su salvación de una posible ruina, para muchos actores fue su final.
La película logra con mucho encanto lo que el gran genio del cine mudo, Charlie Chaplin, consiguió con maestría en sus películas: entretener, enseñar y pasar de las sonrisas a las lágrimas en un suspiro.
Se trata sin duda de una perla que te deja sin palabras y que nos recuerda como sin inventar nada nuevo, incluida la música, se pueden seguir haciendo muy buenas películas.
“The Artist” es ante todo un homenaje a los orígenes del séptimo arte y para conseguirlo utiliza una buena historia sobre el gozo y el drama de la llegada del cine sonoro en 1927. Lo que para el público fue todo un acontecimiento y para la productora Warner Bros. su salvación de una posible ruina, para muchos actores fue su final.
La película logra con mucho encanto lo que el gran genio del cine mudo, Charlie Chaplin, consiguió con maestría en sus películas: entretener, enseñar y pasar de las sonrisas a las lágrimas en un suspiro.
Se trata sin duda de una perla que te deja sin palabras y que nos recuerda como sin inventar nada nuevo, incluida la música, se pueden seguir haciendo muy buenas películas.
23 de diciembre de 2011
23 de diciembre de 2011
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La nostalgia está teñida de silencio. Es una imagen en blanco y negro grabada en nuestra memoria. Una pequeña porción de pasado que nos pertenece y que nos ayuda a construir un poco más nuestro futuro. Pero vivir en la nostalgia es un error. Esa es la idea principal de "The Artist". Su máxima pretensión no es recordarnos que cualquier tiempo pasado fue mejor. Su intención es homenajear una época y una manera de crear ilusiones a través de la fuerza de las imágenes y la música. Porque muchas veces las palabras sobran.
Y es que, aunque a muchos se les haya olvidado, eso es el cine: ilusiones. Las ilusiones de todos aquellos que nos dejamos envolver por la magia de una pantalla con el fin de escapar por un rato de las desgracias de nuestra vida, o incluso intentar comprenderlas un poco más. Y "The Artist" es ilusión y sentimiento en estado puro. Es una experiencia que sobrecoge y emociona, a la vez que libera tensiones con una sonrisa. En sus silencios bien medidos, se esconden incógnitas de ahora y siempre. A través de los ojos de sus personajes, obtenemos un mosaico de emociones humanas que encogen el alma y nos hacen más personas. Su grandeza reside en su capacidad de ser simple en una época en la que todo es muy complejo. Donde la elaboración supera a la sensación; donde la magia se ha visto superada por la tecnología.
Pero "The Artist" no es sólo eso, es mucho más. Es una manera de entender el arte. Porque sí, el cine es un arte, y en esta cinta se demuestra. Michel Hazanavicius hace una defensa a ultranza de la imagen como vehículo de las emociones más allá del verbo. Con la magia de una partitura gloriosa y los medios que disponemos en el presente, se nos abre una ventana a un pasado que no debe caer en el olvido, y que seguimos teniendo al alcance de nuestras manos. Jean Dujardin y Bérénice Bejo, nos otorgan un romance maravilloso en la exageración de sus gestos, y sobrecogedor en la intensidad de sus miradas.
"The Artist" es CINE.
No es la mejor película de cine mudo de la historia... pero no le hace falta.
Sin embargo, sí es la película que le hace falta a nuestra vida, para recordar que en la grandeza de un silencio cabe más que en la excelencia de una palabra. Gracias por devolverme la ilusión.
Y es que, aunque a muchos se les haya olvidado, eso es el cine: ilusiones. Las ilusiones de todos aquellos que nos dejamos envolver por la magia de una pantalla con el fin de escapar por un rato de las desgracias de nuestra vida, o incluso intentar comprenderlas un poco más. Y "The Artist" es ilusión y sentimiento en estado puro. Es una experiencia que sobrecoge y emociona, a la vez que libera tensiones con una sonrisa. En sus silencios bien medidos, se esconden incógnitas de ahora y siempre. A través de los ojos de sus personajes, obtenemos un mosaico de emociones humanas que encogen el alma y nos hacen más personas. Su grandeza reside en su capacidad de ser simple en una época en la que todo es muy complejo. Donde la elaboración supera a la sensación; donde la magia se ha visto superada por la tecnología.
Pero "The Artist" no es sólo eso, es mucho más. Es una manera de entender el arte. Porque sí, el cine es un arte, y en esta cinta se demuestra. Michel Hazanavicius hace una defensa a ultranza de la imagen como vehículo de las emociones más allá del verbo. Con la magia de una partitura gloriosa y los medios que disponemos en el presente, se nos abre una ventana a un pasado que no debe caer en el olvido, y que seguimos teniendo al alcance de nuestras manos. Jean Dujardin y Bérénice Bejo, nos otorgan un romance maravilloso en la exageración de sus gestos, y sobrecogedor en la intensidad de sus miradas.
"The Artist" es CINE.
No es la mejor película de cine mudo de la historia... pero no le hace falta.
Sin embargo, sí es la película que le hace falta a nuestra vida, para recordar que en la grandeza de un silencio cabe más que en la excelencia de una palabra. Gracias por devolverme la ilusión.
14 de enero de 2012
14 de enero de 2012
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Michel Hazanavicius, del que hasta la fecha nada sabía, se ha convertido en el auténtico referente del año 2011. Su nombre, y el de su película, aparece en todas las quinielas relativas a los grandes premios (especialmente, Globos de Oro y Oscar). Faltará ver si lo remata, aunque estando los Weinstein de por medio, parece cosa fácil. En cualquier caso, tiene merecida la recompensa brindada por la ola inflacionista que se ha montado a su alrededor.
Bien, a lo que vamos. El cineasta consigue aquí una obra muy agradecida de ver. Estamos en el año 1927, y George Valentin es un auténtico astro del cine mudo. Sus fans corretean detrás de él, la prensa se muere por sacar una estampa suya, la querida esposa vive a tutiplén, y los productores de la Kinograph permanecen encantados con “la máquina de hacer dinero”. Sin embargo, ahí está, ha llegado, es el progreso tecnológico. ¡Oh! ¡Los actores hablan! ¡No más gesticulaciones! ¡Habrán paso a las nuevas generaciones! Y el pobre Valentin, lleno de orgullo, se quedó fuera de sitio, viendo como se pasaba de una época a otra en apenas un par de meses. Y en ese tránsito, brilla con luz propia Peppy Miller, antaño admiradora y extra en las cintas de George, ahora auténtica musa de Hollywood.
‘The artist’ es un enternecedor homenaje al cine. Hazanavicius destripa las glorias y las miserias del mismo, o sea se Hollywoodland, a través del personaje a quien da vida un fabuloso Jean Dujardin. Repite la fórmula de ‘Sunset boulevard’ (1950), aunque de un modo más “original” y cómico, sin caer en el drama y la tristeza profunda. Ahí juega un papel fundamental Peppy, una de las sorpresas del año, es decir, Bérénice Bejo. Nadie duda ya de su telegenia, de su encantadora interpretación. Esa estoica lucha en no dejar caer al antaño mito, arengada por la nostalgia, por el romanticismo, por un amor (casi) platónico, es una de las claves de bóveda de esta cinta.
En fin, bonita historia que supone un sentido homenaje al cine, sustentado todo en uno de los idilios más tierno de la temporada.
Bien, a lo que vamos. El cineasta consigue aquí una obra muy agradecida de ver. Estamos en el año 1927, y George Valentin es un auténtico astro del cine mudo. Sus fans corretean detrás de él, la prensa se muere por sacar una estampa suya, la querida esposa vive a tutiplén, y los productores de la Kinograph permanecen encantados con “la máquina de hacer dinero”. Sin embargo, ahí está, ha llegado, es el progreso tecnológico. ¡Oh! ¡Los actores hablan! ¡No más gesticulaciones! ¡Habrán paso a las nuevas generaciones! Y el pobre Valentin, lleno de orgullo, se quedó fuera de sitio, viendo como se pasaba de una época a otra en apenas un par de meses. Y en ese tránsito, brilla con luz propia Peppy Miller, antaño admiradora y extra en las cintas de George, ahora auténtica musa de Hollywood.
‘The artist’ es un enternecedor homenaje al cine. Hazanavicius destripa las glorias y las miserias del mismo, o sea se Hollywoodland, a través del personaje a quien da vida un fabuloso Jean Dujardin. Repite la fórmula de ‘Sunset boulevard’ (1950), aunque de un modo más “original” y cómico, sin caer en el drama y la tristeza profunda. Ahí juega un papel fundamental Peppy, una de las sorpresas del año, es decir, Bérénice Bejo. Nadie duda ya de su telegenia, de su encantadora interpretación. Esa estoica lucha en no dejar caer al antaño mito, arengada por la nostalgia, por el romanticismo, por un amor (casi) platónico, es una de las claves de bóveda de esta cinta.
En fin, bonita historia que supone un sentido homenaje al cine, sustentado todo en uno de los idilios más tierno de la temporada.
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